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lunes, 10 de diciembre de 2018

La distribución de ingresos puede deberse a eventos fortuitos

Si eres tan inteligente, ¿por qué no eres rico? Resulta que pueder ser sólo una casualidad.

Las personas más exitosas no son las más talentosas, solo las más afortunadas, confirma un nuevo modelo informático de creación de riqueza. Tomarlo en cuenta puede maximizar el rendimiento de muchos tipos de inversión.


Emerging Technology from the arXiv 

La distribución de la riqueza sigue un patrón bien conocido a veces llamado una regla de 80:20: el 80 por ciento de la riqueza es propiedad de un 20 por ciento de la población. De hecho, un informe el año pasado concluyó que solo ocho hombres tenían una riqueza total equivalente a la de los 3.800 millones de personas más pobres del mundo.

Esto parece ocurrir en todas las sociedades a todas las escalas. Es un patrón bien estudiado llamado ley de poder que surge en una amplia gama de fenómenos sociales. Pero la distribución de la riqueza se encuentra entre las más controvertidas debido a los problemas que plantea sobre la justicia y el mérito. ¿Por qué tan pocas personas tienen tanta riqueza?

La respuesta convencional es que vivimos en una meritocracia en la que las personas son recompensadas por su talento, inteligencia, esfuerzo, etc. Con el tiempo, muchas personas piensan que esto se traduce en la distribución de riqueza que observamos, aunque una buena dosis de suerte puede desempeñar un papel.




Pero hay un problema con esta idea: mientras que la distribución de la riqueza sigue una ley de poder, la distribución de las habilidades humanas generalmente sigue una distribución normal que es simétrica con respecto a un valor promedio. Por ejemplo, la inteligencia, medida por las pruebas de CI, sigue este patrón. El coeficiente intelectual promedio es de 100, pero nadie tiene un coeficiente intelectual de 1.000 o 10.000.

Lo mismo ocurre con el esfuerzo, medido por las horas trabajadas. Algunas personas trabajan más horas que el promedio y otras trabajan menos, pero nadie trabaja mil millones de veces más que nadie.

Y sin embargo, cuando se trata de las recompensas por este trabajo, algunas personas tienen miles de millones de veces más riqueza que otras personas. Además, numerosos estudios han demostrado que las personas más ricas generalmente no son las más talentosas por otras medidas.

¿Qué factores, entonces, determinan cómo los individuos se hacen ricos? ¿Podría ser que la oportunidad juegue un papel más importante de lo que nadie esperaba? ¿Y cómo pueden explotarse estos factores, cualesquiera que sean, para hacer del mundo un lugar mejor y más justo?

Hoy recibimos una respuesta gracias al trabajo de Alessandro Pluchino en la Universidad de Catania en Italia y un par de colegas. Estos muchachos han creado un modelo informático de talento humano y la forma en que las personas lo utilizan para explotar oportunidades en la vida. El modelo permite al equipo estudiar el papel del azar en este proceso.

Los resultados son algo así como una revelación. Sus simulaciones reproducen con precisión la distribución de la riqueza en el mundo real. Pero los individuos más ricos no son los más talentosos (aunque deben tener un cierto nivel de talento). Ellos son los más afortunados. Y esto tiene implicaciones significativas en la forma en que las sociedades pueden optimizar los rendimientos que obtienen por las inversiones en todo, desde empresas hasta ciencias.

El modelo de Pluchino y compañía es sencillo. Está formado por N personas, cada una con un cierto nivel de talento (habilidad, inteligencia, habilidad, etc.). Este talento se distribuye normalmente alrededor de algún nivel promedio, con alguna desviación estándar. Así que algunas personas son más talentosas que el promedio y otras lo son menos, pero nadie es más talentoso que nadie.

Este es el mismo tipo de distribución que se observa para varias habilidades humanas, o incluso características como la altura o el peso. Algunas personas son más altas o más pequeñas que el promedio, pero nadie es del tamaño de una hormiga o un rascacielos. De hecho, todos somos bastante similares.

El modelo de computadora grafica a cada individuo a lo largo de una vida laboral de 40 años. Durante este tiempo, los individuos experimentan eventos afortunados que pueden explotar para aumentar su riqueza si tienen suficiente talento.

Sin embargo, también experimentan eventos desafortunados que reducen su riqueza. Estos eventos ocurren al azar.

Al final de los 40 años, Pluchino y sus colegas clasifican a los individuos por riqueza y estudian las características de los más exitosos. También calculan la distribución de la riqueza. Luego repiten la simulación muchas veces para verificar la robustez del resultado.

Cuando el equipo clasifica a los individuos según la riqueza, la distribución es exactamente igual a la que se ve en las sociedades del mundo real. "Se respeta la regla '80 -20 ', ya que el 80 por ciento de la población posee solo el 20 por ciento del capital total, mientras que el 20 por ciento restante posee el 80 por ciento del mismo capital", informan Pluchino y compañía.

Eso puede no ser sorprendente o injusto si el 20 por ciento más rico resulta ser el más talentoso. Pero eso no es lo que pasa. Las personas más ricas no suelen ser las más talentosas o cercanas a ellas. "El éxito máximo nunca coincide con el talento máximo, y viceversa", dicen los investigadores.

Entonces, si no es el talento, ¿qué otro factor causa esta distribución desigual de la riqueza? "Nuestra simulación muestra claramente que tal factor es simplemente pura suerte", dicen Pluchino y compañía.

El equipo lo muestra clasificando a los individuos según el número de eventos afortunados y desafortunados que experimentan a lo largo de sus carreras de 40 años. "Es evidente que las personas más exitosas también son las más afortunadas", dicen. "Y los menos exitosos también son los más desafortunados".

Eso tiene implicaciones significativas para la sociedad. ¿Cuál es la estrategia más efectiva para explotar el papel que juega la suerte en el éxito?

Pluchino y sus colegas estudian esto desde el punto de vista de la financiación de la investigación científica, un tema claramente cercano a sus corazones. Las agencias de financiamiento de todo el mundo están interesadas en maximizar su retorno de la inversión en el mundo científico. De hecho, el Consejo Europeo de Investigación recientemente invirtió $ 1.7 millones en un programa para estudiar la casualidad, el papel de la suerte en el descubrimiento científico, y cómo se puede explotar para mejorar los resultados de financiamiento.

Resulta que Pluchino y compañía están bien preparados para responder a esta pregunta. Utilizan su modelo para explorar diferentes tipos de modelos de financiamiento para ver cuál produce los mejores rendimientos cuando se tiene en cuenta la suerte.

El equipo estudió tres modelos, en los que la financiación de la investigación se distribuye por igual a todos los científicos; distribuido aleatoriamente a un subconjunto de científicos; o dado preferencialmente a aquellos que han tenido más éxito en el pasado. ¿Cuál de estas es la mejor estrategia?

La estrategia que ofrece los mejores rendimientos, resulta, es dividir los fondos de manera equitativa entre todos los investigadores. Y la segunda y tercera mejores estrategias involucran la distribución aleatoria al 10 o 20 por ciento de los científicos.

En estos casos, los investigadores pueden aprovechar mejor los descubrimientos casuales que hacen de vez en cuando. En retrospectiva, es obvio que el hecho de que un científico haya hecho un descubrimiento importante en el pasado no significa que sea más probable que lo haga en el futuro.

Un enfoque similar también podría aplicarse a la inversión en otros tipos de empresas, como pequeñas o grandes empresas, nuevas empresas de tecnología, educación que aumenta el talento o incluso la creación de eventos afortunados al azar.

Claramente, se necesita más trabajo aquí. ¿Qué estamos esperando?

Ref: arxiv.org/abs/1802.07068 : Talent vs. Luck: The Role of Randomness in Success and Failure

viernes, 4 de mayo de 2018

Finlandia dice que no mantendrá más a vagos con salario estatal

Ingreso básico, ¿por qué el experimento termina mal?


El país anunció que luego de este año ya no seguirá pagando montos mensuales sin ninguna condicionalidad; las razones de la decisión
Peter S. Goodman  | La Nación



LONDRES.- Durante más de un año, Finlandia ha estado poniendo a prueba el supuesto de que la mejor manera de promover el bienestar económico puede ser la más simple: entregar dinero sin reglas ni restricciones en cuanto a la manera en que la gente lo usa.

El experimento con el llamado ingreso básico universal ha captado la atención global como una manera potencialmente prometedora de restaurar la seguridad económica en momentos de preocupación por la desigualdad social y los posibles efectos de la automatización de tareas. Ahora, el experimento está terminado. El gobierno finlandés ha optado por no seguir financiándolo más allá de este año, lo cual es un reflejo de la disconformidad del público con la idea de la beneficencia oficial sin el requisito de que las personas que reciben el dinero busquen activamente un trabajo.

De hecho, Finlandia ha revertido el curso del beneficio en ese frente este año, adoptando reglas que amenazan con reducir los pagos para las personas desocupadas a menos que busquen activamente empleo o se capaciten laboralmente.

"Es una lástima que termine así", afirmó Olli Kangas, que supervisa investigaciones en Kela, un ente gubernamental finlandés que administra muchos programas de bienestar social y ha tenido un rol líder en el experimento con el ingreso básico. "El gobierno ha optado por probar un camino totalmente diferente. El ingreso básico es incondicional y ahora se orientan hacia la condicionalidad".

El fin del proyecto en Finlandia no acaba con el interés por la idea. Hay otras pruebas en curso o en vías de exploración en el área de la bahía de San Francisco, en la provincia canadiense de Ontario, en Holanda y en Kenia.

En gran parte del mundo el concepto de ingreso básico retiene atractivo como una manera potencial de distribuir de modo más justo la riqueza del capitalismo global, protegiendo al mismo tiempo a los trabajadores contra la amenaza de que los robots y la inteligencia artificial se queden con sus empleos.

Pero la decisión del gobierno finlandés de terminar con el experimento, algo que hará a fines de este año, subraya un desafío para el concepto mismo del ingreso básico. Mucha gente en Finlandia -y también en otros países- se resiste a la idea de entregar dinero sin requerir que la gente trabaje.

"Hay un problema con la gente joven que no tiene educación secundaria y los informes que indican que no busca trabajo", consideró Heikki Hilarno, profesor de Política Social de la Universidad de Helsinki. "Hay un temor de que con el ingreso básico se quedarán en casa a jugar juegos con la computadora".

Durante siglos, pensadores de todo el espectro ideológico han abrazado la noción del ingreso básico. Fue apoyada por el filósofo social Thomas More, el economista del laissez faire Milton Friedman y el líder de los derechos civiles Martin Luther King Jr. Una diversidad de apoyos poco usual que ha aumentado el atractivo de la idea como una solución de los tiempos modernos para la ansiedad económica en gran parte del mundo.

Tecnólogos de Silicon Valley han sugerido que el ingreso básico podría permitir a la humanidad explotar la promesa de los robots de reducir la necesidad de trabajo sin el temor al desempleo masivo.

Defensores de los derechos laborales han considerado el ingreso básico un medio para incrementar el poder de negociación de los trabajadores, limitando la presión para que la gente acepte salarios de pobreza en empleos sin perspectivas.

Otra gente ha defendido el ingreso básico como un modo de permitir a los padres pasar más tiempo con sus hijos.

Los objetivos de Finlandia, sin embargo, han sido modestos y pragmáticos. El gobierno esperaba que el ingreso básico llevara a más gente a ingresar al mercado laboral para revivir la economía en baja.

¿Y por qué ello? Ocurre que bajo el programa tradicional de desempleo de Finlandia, los que no tienen empleo se ven efectivamente desalentados a aceptar puestos temporarios o a crear empresas, porque al obtener mayores ingresos corren el riesgo de perder el subsidio.

La prueba con el ingreso básico, que comenzó a principios de 2017 y que seguirá hasta fin de este año, ha otorgado estipendios de 560 euros (US$685) a una muestra al azar integrada por 2000 personas desocupadas de entre 25 y 58 años. Los recipientes han tenido libertad de hacer lo que quisieran -crear nuevas firmas, buscar empleo alternativo, tomar clases- con la seguridad de saber que el ingreso continuaría sin importar lo que hicieran.

El gobierno finlandés estaba ansioso por ver qué haría la gente en tales circunstancias. Se prevé que los datos serán revelados el año entrante, dando a los académicos la oportunidad de analizar qué sucedió con el experimento.

Mientras tanto, Finlandia ya ha avanzado hacia la consideración de una reforma más amplia de sus programas de servicios sociales. El país está estudiando una nueva forma de política de bienestar social ahora vigente en Gran Bretaña: el llamado crédito universal, que unifica los programas de ayuda pública en un solo pago mensual.

"El sistema de seguridad social está fragmentado y tiene mucha burocracia", explicó Lisa Heinamaki, que supervisa un proyecto que explora maneras de reorganizar el sistema. "El debate sobre el ingreso básico no se terminó, pero ahora es parte de la discusión más amplia", agregó.

En Gran Bretaña, el cambio al crédito universal tiene a los pobres conmocionados, privando a muchos del apoyo del Estado mientras se los pasa del viejo sistema al nuevo. Los beneficios se han incrementado para alguna gente, pero otros muchos beneficiarios terminaron con menos.

En Finlandia, donde la red de seguridad social es famosa por su generosidad, una estructura como la británica podría lograr precisamente lo que se supone que debería alcanzarse con el ingreso básico: la garantía de que todo miembro de la sociedad tenga asegurado su sustento y su vivienda.

Esta puede ser la principal razón por la que el ingreso básico ha perdido impulso en Finlandia: en los hechos, es redundante.

La salud es cubierta por el Estado. La educación universitaria es gratuita. Los desocupados obtienen generosos subsidios y tienen acceso a algunos de los programas de capacitación más efectivos del mundo.

"En un sentido -concluyó Hiilarno, el profesor de Política Social-, Finlandia ya tiene ingreso básico".

viernes, 2 de marzo de 2018

Evidencia científica: Los ricos no te ven

La ciencia confirma que las personas ricas no se fijan en usted ni en sus problemas

Las fashionistas ignoran al hombre sin hogar en la acera de Nueva York



Deficit de atención. (REUTERS / Lucas Jackson)

Lila MacLellan | Quartz

Nadie puede prestar atención a todo lo que encuentran. Simplemente no tenemos suficiente tiempo o capacidad mental para ello. La mayoría de nosotros, sin embargo, hacemos un esfuerzo para reconocer a nuestros compañeros humanos. La riqueza, parece, podría cambiar eso.

Hay un creciente cuerpo de investigación que muestra cómo el dinero cambia la forma en que las personas ven -o no se dan cuenta de ellas- a los demás y sus problemas. El último es un artículo publicado en la revista Psychological Science en el que los psicólogos de la Universidad de Nueva York muestran que las personas ricas inconscientemente le prestan menos atención a los transeúntes en la calle.

En el documento, los investigadores describen experimentos que llevaron a cabo para medir los efectos de la clase social en lo que se llama la "relevancia motivacional" de otros seres humanos. Según algunas escuelas de pensamiento psicológico, estamos motivados a prestar atención a algo cuando le asignamos más valor, ya sea porque nos amenaza o ofrece el potencial de algún tipo de recompensa.

El equipo de NYU hizo que un grupo de 61 participantes del estudio caminara por una cuadra de la ciudad de Manhattan con Google Glass. Los peatones, a quienes les dijeron que estaban probando la tecnología, más tarde completaron encuestas para pedirles que se autoidentifiquen en su clase social. Al analizar las grabaciones de Google Glass, los investigadores descubrieron que aquellos que se habían autoidentificado como ricos no descansaban la mirada en sus semejantes durante tanto tiempo como los que decían que pertenecían a clases sociales más bajas.

Los investigadores realizaron un par de estudios de seguimiento similares utilizando un sistema avanzado de seguimiento ocular. Esta vez, los estudiantes reclutados para el estudio vieron una serie de fotografías tomadas desde Google Street View en la pantalla de una computadora, y luego respondieron la misma encuesta sobre la clase social. De nuevo, los investigadores encontraron que los estudiantes que se autoidentificaban como más ricos pasaban menos tiempo mirando a las personas.

En un experimento separado, los investigadores de la Universidad de Nueva York evaluaron si la diferencia en la cantidad de tiempo que un participante vivía en una persona era la consecuencia de una decisión consciente o una reacción cognitiva espontánea. Reclutaron a casi 400 participantes para un estudio en línea y les hicieron observar pares de imágenes alternas, cada una de las cuales contenía una variedad de diversos elementos, siempre incluyendo una cara y cinco objetos (como fruta, un electrodoméstico o una prenda de vestir). Una imagen aparecería brevemente en la pantalla, y luego sería reemplazada por una segunda imagen que era idéntica o casi idéntica a la primera. Las dos imágenes se mantendrían parpadeando de esta manera hasta que el participante presionara la barra espaciadora para indicar que había detectado un cambio en uno de los objetos, o la cara, en la foto, o que habían decidido que no había habido ningún cambio.

Las personas que se autoidentifican como menos ricas fueron significativamente más rápidas que las de una clase social más alta al notar el cambio de rostros en las fotos, una señal, según los investigadores, de que los rostros tenían una mayor relevancia motivacional para ellos.

"En estudios de campo, laboratorio y en línea, nuestra investigación documenta que otros humanos tienen más probabilidades de captar la atención de individuos de clase baja que la atención de individuos de clase alta", Pia Dietze, estudiante de doctorado en la Universidad de Nueva York y líder autor del estudio, dijo en un comunicado de prensa. Y la respuesta es omnipresente y espontánea, agregó.

Estudios anteriores han investigado la gran cantidad de formas en que los ricos interactúan de manera diferente con su comunidad, y los resultados no han sido bonitos.

Por ejemplo, en una serie de estudios publicados en 2012, psicólogos de la Universidad de California, Berkeley, hicieron que estudiantes universitarios vieran dos videos: uno de un hombre que explica cómo construir un patio y otro que representa la vida de niños con cáncer. los participantes más ricos eran menos propensos a reportar compasión por los niños y sus familias en el segundo video. (Los investigadores controlaron factores como la etnia, las creencias espirituales y el género, que también influyen en la compasión). Mientras miraban los videos, todos los participantes también llevaban monitores cardíacos, porque la investigación ha demostrado que nuestro ritmo cardíaco se ralentizará cuando estoy sintonizando con los sentimientos de otra persona. Esta reacción se notó en los participantes menos ricos mientras veían la segunda película, pero no los sujetos más ricos.

Un estudio anterior publicado en Psychological Sciences, y dirigido por un psicólogo de la Universidad de California en San Francisco, descubrió que las personas de un nivel socioeconómico más alto no son tan hábiles para leer las emociones de otras personas con precisión, en comparación con sus compañeros menos pudientes. Además, en un estudio de 2009, los estudiantes universitarios de un nivel socioeconómico más alto tendían a prestar menos atención a un extraño con el que se les emparejaba para hablar durante unos minutos, incluso si el compañero de conversación era igualmente rico. Los psicópatas creen que los ricos prestan menos atención a todos, independientemente de su estatus, lo que puede afectar sus relaciones con amigos y familiares.

Una razón por la que es menos probable que los ricos valoren a los demás es porque pueden contratar ayuda para satisfacer sus necesidades (como el cuidado de niños y las reparaciones del hogar) en vez de depender de un vecino, según Dacher Keltner, profesor de psicología de la Universidad de California, Berkeley. Escribiendo en el New York Times, el psicólogo Daniel Goleman explicó que el trabajo de Keltner y otros psicólogos sociales muestra que "la diferencia financiera termina creando una diferencia de conducta". Los pobres están más en sintonía con las relaciones interpersonales ... que los ricos, porque tienen que serlo ".

Esta interacción de poder, dinero y empatía se vuelve particularmente preocupante en las economías contemporáneas marcadas por la creciente desigualdad. Goleman y otros discuten si aquellos que ganan más y, por lo tanto, tienen más poder no ven (en sentido figurado y literal) a los que tienen menos, lo que invierte la disparidad financiera es poco probable. Como señala Goleman, "reducir la brecha económica puede ser imposible sin abordar también la brecha en la empatía".

Es posible que los porcentajes del mundo no estén muy preocupados por las brechas de ingresos sociales, pero deberían preocuparse por una desventaja significativa de contar con un arsenal de efectivo mayor que todos los demás: una capacidad disminuida para experimentar los beneficios de las relaciones interpersonales fuertes, que pueden ser La parte más gratificante de la experiencia humana, incluso el secreto de la felicidad, según un estudio de 50 años de Harvard. Los seres humanos están diseñados para prosperar en una comunidad, y sin ella tenemos un mayor riesgo de soledad, que es perjudicial para la salud y puede desempeñar un papel en las enfermedades del corazón, la depresión e incluso la muerte prematura. El privilegio tiene un costo.

domingo, 6 de marzo de 2016

Incentivos a los caños: Canadá experimenta con renta básica

Canadá planea experimentar con dar dinero a la gente libre incondicional
Tech Insider
Chris Weller, Tech Insider
Justin Trudeau Blair Gable / Reuters


El primer ministro canadiense Justin Trudeau.


Finlandia y los Países Bajos ya han mostrado su interés en dar a la gente una asignación mensual regular, independientemente del estado de trabajo, y ahora Ontario, Canadá, está a bordo.
El gobierno de Ontario anunció en febrero que un programa piloto va a venir a la provincia canadiense en algún momento a finales de este año.
La premisa: Enviar la gente cheques mensuales para cubrir los gastos de subsistencia, como alimentos, transporte, ropa, y los servicios públicos - sin hacer preguntas.
Es una idea radical, y uno que ha existido desde la década de 1960. Se llama "renta básica". En las décadas desde que fue propuesto por primera vez, varios investigadores y funcionarios del gobierno han dado experimentos de renta básica de un intento, con resultados mixtos.
La gente en la Basic Income Canada Network, la organización nacional de promoción de la renta básica, tienen grandes esperanzas.
"Necesitamos que puso en marcha a través de Canadá y Quebec, también, está en el juego", dijo el presidente de BICN, Sheila Regehr, en un comunicado. "Así que no hay razón por la gente y los gobiernos en otras partes de este país tiene que sentarse en el banquillo - es el momento para todos nosotros para ir a trabajar."
Ontario funcionarios no han decidido cuándo o dónde se encuentra exactamente van a poner en marcha el programa, ni cuánto recibirán cada persona. Cuando se pone en marcha, el dinero vendrá de una parte del presupuesto de Ontario reservado para el experimento.
En Finlandia, un país pequeño socialdemócrata, las personas recibirán un 800 euros adicionales, o apenas por debajo de la de $ 900. En varias ciudades de los Países Bajos, las personas reciben un extra de $ 1.000.
Ontario, al menos, no parece estar girando sus ruedas. ministro federal de Canadá de las familias, los niños, y el desarrollo social, Jean-Yves Duclos, respaldaron formalmente el experimento a principios del mes pasado, diciendo que merece la renta básica una discusión genuina.
"Hay muchos tipos diferentes de ingreso mínimo garantizado," Duclos dijo a The Globe and Mail. "Estoy personalmente satisfecho de que la gente está interesada en la idea."
En teoría, la renta básica debería funcionar.
Mientras que una reacción automática es argumentar que el dinero libre crea una clase obrera perezosa, la investigación sugiere lo contrario es cierto. Con el apoyo de la red de seguridad financiera, la gente en un estudio de 2.013 de trabajó efectivamente 17% más de horas y se reciben los ingresos del 38% más altos cuando a la renta básica se le dio una oportunidad.
En un país como Canadá, donde la salud y de retiro de ahorros ya están muy socializados, no es descabellado pensar un ingreso fijo pagado por los contribuyentes podrían desplegar sin problemas.
Corrección: Una versión anterior de este post atribuido por error el programa piloto de la Red Básica de Ingresos de Canadá, no la provincia de Ontario.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

La forma de dar clases en la universidad ¿discrimina?

¿Son las clases universitarias injustas?


Por Annie Murphy Paul - New York Times

¿Discrimina las clases de la universidad? ¿Es sesgada en contra de los estudiantes de pregrado que no son blancos, hombres y prósperos?

La idea puede parecer absurda a primera vista. La clase magistral es una antigua y bien establecida tradición en la educación. Para la mayoría de nosotros, simplemente es la forma que toman los cursos universitarios a los que se asiste. Incluso los cursos en línea son en gran parte las clases convencionales subidos a la web.

Sin embargo, un creciente cuerpo de evidencia sugiere que la clase no es genérica o neutral, sino una forma cultural específica que favorece a algunas personas, mientras que discriminar a los demás, incluidas las mujeres, las minorías y de bajos ingresos y estudiantes universitarios de primera generación. Esto no es una cuestión de sesgo instructor; es el formato de las clases en sí - cuando se utiliza por sí solo sin otros apoyos didácticos - que ofrece ventajas injustas a una población ya privilegiados.

La parcialidad del formato de las clases magistrales se ha hecho visible por los estudios que comparan con un estilo diferente de instrucción, llamada aprendizaje activo. Este enfoque proporciona una mayor estructura, la retroalimentación y la interacción, lo que llevó a los estudiantes a convertirse en participantes en la construcción de su propio conocimiento en lugar de receptores pasivos.

La investigación compara los dos métodos ha encontrado consistentemente que los estudiantes mayores de todo un mejor desempeño en los cursos de aprendizaje activo que en cursos de clases tradicionales. Sin embargo, los estudiantes de las mujeres, las minorías y de bajos ingresos y de primera generación se benefician más, en promedio, que los hombres blancos de familias educadas, más ricos.

Hay varias razones posibles. Una de ellas es que los estudiantes pobres y de minorías son desproporcionadamente probable que hayan asistido a escuelas de bajo rendimiento y de haber perdido en las ricas ofertas académicas y extracurriculares familiares a sus compañeros blancos ricos, llegando así en el campus con menos conocimiento de fondo. Este es un problema, ya que la investigación ha demostrado que aprendemos nuevo material de anclaje a los conocimientos que ya poseemos. La misma clase, impartida por el mismo profesor en la misma sala de clases, en realidad no es el mismo para cada escucha de los estudiantes; estudiantes con más conocimiento de fondo estarán en mejores condiciones para absorber y retener lo que oyen.

Los cursos de aprendizaje activo estructuran deliberadamente en su clase y tareas fuera de clase para asegurar que los estudiantes se involucran en varias ocasiones con el material. Los instructores pueden plantear preguntas sobre la lectura de la semana, por ejemplo, y exigir a los estudiantes a responder a las preguntas en línea, para un grado, antes de venir a clase. Este fue el caso de un curso de introducción a la biología enseñada por Kelly A. Hogan en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. En un estudio realizado con Sarah L. Eddy de la Universidad de Washington, los investigadores compararon este curso "estructura moderada" (que incluía preguntas de lectura guiada sin grados y ejercicios de aprendizaje activo en su clase, además de las asignaciones en línea graduadas) a la mismo curso impartido en un formato de clases "bajo la estructura".

En el curso estructurado, todos los grupos demográficos informaron completar las lecturas con mayor frecuencia y pasar más tiempo estudiando; todos los grupos también alcanzan altas calificaciones finales que hizo los estudiantes en el curso de clases. Al mismo tiempo, el enfoque de aprendizaje activo trabajó de manera desproporcionada bien para los estudiantes negros - reducir a la mitad la brecha de logros en blanco y negro de manifiesto en el curso de clases - y para los estudiantes universitarios de primera generación, cerrando la brecha entre ellos y los estudiantes de familias con antecedentes de asistencia a la universidad.

Otros cursos de aprendizaje activo administran pruebas frecuentes que obligan a los estudiantes a obtener el conocimiento de la memoria en lugar de pasivamente leerlo otra vez en un libro de texto. Tales pruebas se han demostrado para mejorar la retención de los elementos de hecho entre todos los tipos de estudiantes.

En la Universidad de Texas en Austin, los profesores de psicología James W. Pennebaker y Samuel D. Gosling instituyeron un concurso de apuestas bajas al comienzo de cada reunión de su curso de introducción a la psicología. En comparación con los estudiantes que tomaron el mismo curso en un formato más tradicional, los estudiantes asistieron a clase interrogado más a menudo y lograron resultados en los exámenes; la intervención también redujo en un 50 por ciento la brecha de logros entre los estudiantes más ricos y los menos ricos.

Minoritarios, de bajos ingresos y de primera generación de estudiantes se enfrentan a otra barrera en cursos de clases tradicionales: un ambiente de alta presión que pueden disuadirlos de voluntariado para responder a las preguntas, o poner en peligro su rendimiento si se les llama en. Investigación en psicología ha encontrado que el rendimiento académico se ve reforzada por un sentido de pertenencia - la sensación de que los estudiantes de estos grupos a menudo carecen de forma aguda.

Dichos obstáculos también enfrentan las estudiantes matriculados en los cursos de matemáticas y ciencias; un estudio de 2014 encontró que aunque las mujeres representaban el 60 por ciento de los grandes cursos de introducción a la biología, que representaban menos del 40 por ciento de los que respondieron a las preguntas de los instructores.

El acto de poner los propios pensamientos en palabras y comunicarlos a los demás, la investigación ha demostrado, es un poderoso contribuyente al aprendizaje. Cursos Active-aprendizaje proporcionan regularmente oportunidades para que los estudiantes hablan y debate con otros en un ambiente de colaboración, de baja presión.

En un estudio que se publicará a finales de este año, los investigadores de la Universidad de Amherst en Massachusetts y la Universidad de Yale comparan un curso de química física enseñada en el estilo de clase tradicional con el mismo curso impartido en un formato "volteado", en el que las clases fueron trasladados en línea y más tiempo se dedicó a su clase las actividades de resolución de problemas. Rendimiento de exámenes en general era casi un 12 por ciento más alto en la clase volteado. Las estudiantes fueron algunos de los que se beneficiaron más, lo que les permite realizar casi al mismo nivel que sus pares masculinos.

Dado que los enfoques de aprendizaje activas benefician a todos los estudiantes, pero especialmente a los que son mujeres, de las minorías, de bajos ingresos y de primera generación, no deberían ser todas las universidades la enseñanza de esta manera?

sábado, 8 de agosto de 2015

Experimento de ingresos universales en Holanda

Una ciudad holandesa está dando a sus residentes dinero gratis, sin ataduras - he aquí por qué podría funcionar

Chris Weller, Tech Insider


Mujer holandesa que monta en bicicleta utrecht mujer netherlandsMichael Kooren / ReutersA montada en su bicicleta en Utrecht.

A partir de este otoño, la ciudad holandesa de Utrecht se iniciará un ambicioso experimento de un año de duración: dar cheques mensuales a numerosas personas y asistencia social, sin ataduras.

El concepto es conocido como un ingreso básico.

Se ofrece a los ciudadanos una cantidad estándar de dinero para cubrir los gastos, que van de los principales costos de salud a viajes cortos a la tienda de comestibles, en la parte superior de sus otras fuentes de ingresos.

Richard Nixon dio una idea similar un intento en la década de 1960. Una década más tarde, Canadá llevó a cabo su propio experimento. Y en 2016, Suiza está programado para celebrar un referéndum sobre la aplicación de la renta básica.

La renta básica todavía no ha surgido en plena vigencia en parte debido a la logística y en parte por temor a los abusos. Pero ese miedo puede ser mal guiados, al menos en los Países Bajos, de acuerdo con los que realizan el experimento.

"Las normas actuales en materia de bienestar son burocráticos y, en cierto modo, sobre la base de la desconfianza", dice Jacqueline Hartogs, portavoz de Victor Everhardt, Utrecht regidor para el trabajo y los ingresos.

Beneficiarios de asistencia social en Utrecht pierden sus beneficios si no pueden encontrar un trabajo, lo que indica que la desconfianza, Hartogs dice Business Insider.

"En nuestro experimento científico", dice ella, "nos acercaremos a las personas con menos o ninguna regla, para ver si todavía hacen un esfuerzo."

Investigadores del ayuntamiento y de la Universidad de Utrecht se separarán un mínimo de 250 beneficiarios de asistencia social en cinco grupos: un grupo de control que operan bajo las leyes actuales, los tres grupos con menos reglas, y un grupo de ingreso incondicional que recibe el dinero no importa qué.

Si el sistema filtra hacia fuera favorable, podría ser el primer ejemplo concreto de que las obras de ingresos básicos.

Ya sea que se expande fuera de Europa, sin embargo, es otra cosa, dice Almaz Zelleke, politólogo de la Universidad de Nueva York y experto renta básica.

El pequeño tamaño de ciudades como Utrecht podría apuntalar el éxito de la renta básica (población de la ciudad: 311.367).

Los Países Bajos también es un tanto anómala entre los países europeos, ya que cuenta con el mayor porcentaje de trabajadores a tiempo parcial.

"Así que tal vez hay una mayor apertura a la idea de proporcionar un piso de seguridad de los ingresos sobre los que los ciudadanos pueden construir mayores ingresos con trabajo a tiempo parcial", dice Zelleke.

Por lo menos va por las estadísticas, el modelo de la confianza de Utrecht no parece traducirse otro lado del charco.

Una encuesta de 2012 mostró un 83% de los estadounidenses cree que las personas deben ser obligados a trabajar para recibir asistencia social. De lo contrario, estamos propensos a utilizar a la temida palabra L: limosna.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Vemos que todos roban: ¿Por que en Argentina somos tan corruptos?

Dan Ariely: Nuestro código moral defectuoso

0:12
Hoy quiero hablarles un poco sobre la irracionalidad predecible. Mi interés en el comportamiento irracional comenzó hace varios años en el hospital. Sufrí quemaduras muy graves. Y cuando uno pasa tanto tiempo en el hospital uno ve todo tipo de irracionalidades. Una que en particular me molestaba en el departamento de quemaduras era el proceso por el cual las enfermeras me quitaban las vendas. Seguramente alguna vez en la vida se han quitado una curita, y se habrán preguntado cuál es la forma correcta de hacerlo. Quitarla rápido -- corta duración pero alta intensidad -- o quitarla lentamente, toma más tiempo, pero cada segundo es menos doloroso, ¿cuál de las dos es la forma correcta?
1:02
Las enfermeras en mi departamento pensaban que la forma correcta era quitarlas rápido, así que agarraban y retiraban de un jalón, y agarraban y jalaban. Como tenía el 70 por ciento de mi cuerpo quemado, esto tomaba cerca de una hora. Como pueden imaginar, odiaba el momento del retiro de vendas con increíble intensidad. Y trataba de razonar con ellas y les decía, "¿Por qué no intentamos algo diferente? ¿Por qué no intentamos tomarnos más tiempo, quizá dos horas en lugar de una y reducir la intensidad?" Las enfermeras me decían dos cosas. Me decían que ellas tenían el modelo correcto para el paciente, que sabían qué era lo mejor para minimizar el dolor y también me decían que la palabra paciente significa no hacer sugerencias o interferir o... no sólo en hebreo, por cierto. Esto es en todos los idiomas hasta donde lo he experimentado.
1:52
¿Y saben qué? No hay... no había mucho que pudiera hacer, y siguieron haciendo lo mismo. Tres años después, cuando dejé el hospital, empecé a estudiar en la universidad. Y una de las lecciones más interesantes que aprendí fue que existía un método experimental que si tienes una pregunta puedes crear una réplica a esa pregunta en una forma abstracta y puedes intentar examinar esta pregunta, y quizás aprender algo del mundo.
2:19
Eso fue lo que hice. Todavía me interesaba la pregunta de cómo retirar las vendas en pacientes con quemaduras. En un inicio, no tenía mucho dinero, así que fui a la ferretería y compré una prensa de carpintería. Llevaba gente al laboratorio y ponía su dedo dentro de la pinza y se los aplastaba un poquito.
2:37
(Risas)
2:39
Y lo aplastaba por periodos largos y cortos y el dolor subía y bajaba, con pausas y sin pausas, todo tipo de versiones de dolor. Y cuando terminaba de lastimar un poquito a la gente, les preguntaba, ¿qué tan doloroso fue? ¿cómo te dolió? O si tenían que elegir entre los dos últimos, ¿cuál escogerían?
2:56
(Risas)
2:59
Y seguí haciendo esto por un buen rato.
3:02
(Risas)
3:04
Y entonces, como todos los buenos proyectos académicos, obtuve más fondos. Entonces pasé a choques eléctricos, sonido, incluso tuve un traje de dolor con el que podía provocar mucho dolor en la gente.
3:15
Y al final del proceso, lo que aprendí fue que las enfermeras estaban equivocadas. Aquí tenemos gente linda con buenas intenciones y mucha experiencia, que sin embargo, predeciblemente hacen mal las cosas todo el tiempo. Resulta que como no valoramos la duración en la forma en que valoramos la intensidad, yo hubiera tenido menos dolor si la duración hubiese sido más larga y la intensidad más baja. Resulta que si hubieran empezado mejor por mi cara, donde era más doloroso y luego seguían hacia mis piernas, dándome una sensación de mejora al paso del tiempo, yo habría tenido menos dolor. Además resulta que hubiese sido bueno darme descansos en el proceso como para irme recuperando del dolor. Hacer todas estas cosas hubiera sido maravilloso, y mis enfermeras no tenían ni idea.
4:00
Y desde este punto empecé a pensar, ¿acaso las enfermeras son las únicas personas en el mundo que se equivocan en esta decisión en particular o es algo más generalizado? Y resulta que es más generalizado, cometemos muchos errores. Quiero darles un ejemplo de una de estas irracionalidades, y voy a hablar sobre hacer trampa. La razón por la escogí hacer trampa es porque resulta interesante. además también nos dice algo, creo, acerca de la situación de la bolsa de valores en la que estamos. Mi interés en hacer trampa empezó cuando Enron entró a escena, de repente todo explotó, y me puse a pensar sobre lo que lo que estaba ocurriendo aquí. ¿Era un caso en el que había cierto tipo de manzanas malas capaces de hacer estas cosas, o estamos hablando de una situación endémica, en la que mucha gente es capaz en efecto de comportarse así?
4:45
Entonces, como solemos hacer, decidí hacer un simple experimento. Y transcurrió de la siguiente manera. Si estuvieran en el experimento, yo les pasaba una hoja de papel con 20 problemas sencillos de matemáticas que cualquiera podría resolver, pero no les daría tiempo suficiente. Pasados 5 minutos, les diría, "Denme sus hojas y les voy a pagar un dólar por cada respuesta." La gente lo hacía y les pagaba cuatro dólares por el trabajo, en promedio la gente resolvía cuatro problemas. A otras personas las tentaba a hacer trampa. Les pasaría una hoja de papel. Pasados los cinco minutos, les diría, "Por favor rompan sus hojas y pongan los pedazos en su bolsillo o en su mochila, y díganme cuántas preguntas contestaron correctamente." En promedio la gente resolvía siete preguntas. Ahora bien, no eran unas pocas manzanas malas, unas cuantas personas haciendo mucha trampa. Más bien, lo que vimos es mucha gente haciendo un poco de trampa.
5:37
En la teoría económica, hacer trampa es un simple análisis de costo-beneficio. Dices ¿cuál es la probabilidad de ser atrapado? ¿Cuánto puedo ganar haciendo trampa? ¿Y cuánto salgo penalizado si me atrapan? Y entonces ponderas estas opciones, y haces un simple análisis de costo-beneficio, y decides si vale la pena cometer el crimen o no. Entonces intentamos probar esto. Para algunas personas, variamos el monto de dinero que podían hurtar, cuánto dinero podían robar. Les pagamos 10 centavos por respuesta correcta, 50 centavos, un dólar, cinco dólares, 10 dólares por respuesta correcta.
6:10
Ustedes esperarían que conforme había más dinero en la mesa, la gente robaría más, pero de hecho no fue el caso. Tuvimos mucha gente haciendo trampa que robaba un poco. ¿Qué hay de la probabilidad de ser atrapado? Algunas personas rompían la mitad del papel, así que dejaban cierta evidencia. Algunas personas rompían la hoja de papel por completo. Algunas personas rompían todo, salían del cuarto, y se pagan a sí mismas del jarrón de dinero que tenía más de 100 dólares. Se esperaría que conforme la probabilidad de ser atrapado se reduce, la gente roba más, pero otra vez, no fue el caso. Una vez más, mucha gente robó sólo un poco, y fueron insensibles a estos incentivos económicos.
6:46
Nos dijimos: "Si la gente no es sensible a las explicaciones teóricas racionales económicas, a estas fuerzas, entonces qué podría estar pasando?" Pensamos que quizá lo que ocurre es que existen dos fuerzas. Por un lado, todos queremos poder mirarnos en el espejo y sentirnos bien con nosotros mismos, por eso no queremos hacer trampa. Por otro lado, podemos hacer un poco de trampa, y sentirnos bien con nosotros mismos. Entonces quizá lo que ocurre es que existe un nivel de estafa que no podemos pasar, pero sí nos podemos beneficiar de hacer un poco de trampa, siempre que no cambie la impresión que tenemos de nosotros mismos. A eso lo llamamos el factor de elusión personal.
7:21
Ahora bien ¿cómo probarías un factor de elusión personal? En un inicio nos dijimos ¿qué podemos hacer para reducir el factor de elusión? Entonces llevamos gente al laboratorio y les dijimos, "Hoy tenemos dos tareas para ustedes." Primero, pedimos a la mitad de la gente que recordara o bien 10 libros que hubiera leído en la preparatoria o que recordara los Diez Mandamientos, y luego los tentamos a que hicieran trampa. Resultó que la gente que trató de recordar Los Diez Mandamientos y en nuestra muestra, nadie pudo recordar todos Los Diez Mandamientos, pero aquellos que intentaron hacerlo que tuvieron la oportunidad de hacer trampa, no lo hicieron. No fue que la gente más religiosa -- -- la gente que recordó más los Mandamientos -- hiciera menos trampa, y los menos religiossos -- -- la gente que no pudo recordar casi ningún Mandamiento -- hiciera más trampa. En el momento en que la gente pensó intentar recordar Los Diez Mandamientos, dejó de hacer trampa. De hecho, incluso cuando le dimos a ateos declarados la tarea de jurar en la Biblia y les dimos la oportunidad de hacer trampa, no lo hicieron en absoluto. Ahora bien, los Diez Mandamientos es algo difícil de introducir en el sistema educativo, entonces dijimos, "¿Por qué no hacemos que la gente firme un código de honor?" Así que hicimos que la gente lo firmara, "Acepto que esta breve encuesta se rige bajo el Código de Honor del MIT." Luego lo rompíamos. Nada de hacer trampa. Esto es particularmente interesante, porque el MIT no tiene un código de honor. (Risas)
8:40
Así que todo esto fue para disminuir el factor de elusión. ¿Qué hay sobre aumentar el factor de elusión? En el primer experimento, caminé alrededor del MIT y distribuí paquetes de seis de Cocas en los refrigeradores, eran refrigeradores comunes para los universitarios. Y luego regresé para medir lo que técnicamente llamamos la vida promedio de una Coca ¿cuánto dura en el refrigerador? Como es de esperarse no es muy larga. La gente se las lleva. En contraste, puse un plato con seis billetes de un dólar, y dejé esos platos en los mismos refrigeradores. Ni un billete desapareció.
9:12
Ahora, este no es un buen experimento de ciencias sociales, así que para mejorarlo hice el mismo experimento como se los describí anteriormente. Un tercio de la gente a la que le pasamos una hoja, nos la regresó. Un tercio de la gente a la que le pasamos la hoja, la rompió, volvían con nosotros y decían: "Sr. Experimentador, resolví X problemas, déme X dólares." A una tercera parte de la gente, cuando terminaban de romper la hoja, volvían con nosotros y decían: "Sr. Experimentador, resolví X problemas, déme X vales." No les pagamos con dólares, les pagamos con otra cosa. Y tomaban esta otra cosa, caminaban 3 metros hacia un lado y la intercambiaban por dólares.
9:49
Piensen acerca de la siguiente intuición. ¿Qué tan mal te parecería llevar un lápiz del trabajo a casa, comparado con qué tan mal te parecería tomar 10 centavos de la caja de monedas? Estas cosas se sienten diferentes. ¿Acaso estar separado del dinero por unos segundos al pagar con un vale haría diferencia? Nuestros sujetos hicieron trampa al doble. Les diré lo que pienso acerca de esto y la bolsa de valores en un minuto. Sin embargo esto no resolvió el gran problema que todavía tenía con Enron, porque en Enron, había también un elemento social. La gente observa el comportamiento de los otros. De hecho, todos los días cuando vemos las noticias vemos ejemplos de gente haciendo trampa. ¿Qué nos ocasiona esto?
10:29
Así que hicimos otro experimento. Conseguimos un grupo grande de estudiantes, y les pagamos por adelantado. Así que todos tenían un sobre con todo el dinero para el experimento, y les dijimos que al final, les pediríamos que devolvieran el dinero que no habían ganado ¿de acuerdo? Ocurrió lo mismo. Cuando le damos a la gente la oportunidad de hacer trampa, hacen trampa. Robaban sólo un poco, pero todos robaban. En este experimento contratamos a un estudiante de actuación. El actor se levantaba a los 30 segundos y decía, "Lo resolví todo ¿qué hago ahora?" El experimentador decía: "Si ya terminaste, te puedes ir." Eso es todo. La tarea está completa. Entonces ahora teníamos un estudiante -- un actor -- que era parte del grupo. Nadie sabía que era un actor. E hicieron trampa de manera muy, muy seria. ¿Qué le pasaba a la otra gente del grupo? ¿Hacían más o menos trampa?
11:22
Esto es lo que pasa. Resulta que depende del tipo de sudadera que estén vistiendo. Esta es la cosa. Hicimos el experimento en el Carnegie Mellon y Pittsburgh. En Pittsburgh hay dos grandes universidades. Carnegie Mellon y la Universidad de Pittsburgh. Todos los sujetos que participaron en el experimento eran estudiantes del Carnegie Mellon. Cuando el actor que se levantaba era un estudiante del Carnegie Mellon -- y el estudiante actor era en efecto del Carnegie Mellon -- pero era parte del grupo, hacían más trampa. Pero cuando el actor vestía una camiseta de la Universidad de Pittsburg, hacían menos trampa.
11:58
(Risas)
12:01
Ahora, es importante recordar, que en el momento cuando el estudiante se levantaba, quedaba en claro que podían salirse con la suya haciendo trampa porque el experimentador decía, "Ya terminaste. Te puedes ir," y se iban con el dinero. Así que no se trataba tanto de la probabilidad de ser atrapado otra vez, sino de las normas para hacer trampa. Si alguien de nuestro grupo hace trampa y lo vemos hacerlo, sentimos que es más apropiado, como grupo, comportarnos de esa manera. Pero si alguien de otro grupo, esta gente mala -- quiero decir, no mala en esto -- sino alguien con quien no queremos ser asociados, de otra universidad, de otro grupo, repentinamente la conciencia de honestidad de la gente se va para arriba -- un poco como con el experimento de Los Diez Mandamientos -- y la gente hace menos trampa.
12:43
Entonces ¿qué hemos aprendido de esto sobre hacer trampa? Hemos aprendido que mucha gente puede hacer trampa. Que sólo hacen un poco de trampa. Cuando le recordamos a la gente sobre su moralidad, hacen menos trampa. Cuando la distancia de hacer trampa al objeto del dinero es larga, por ejemplo, la gente hace más trampa. Y cuando vemos que a nuestro alrededor hacen trampa, en particular si es gente parte de nuestro grupo, hacemos más trampa. Ahora, si pensamos esto en términos de la bolsa de valores, piensen en lo que pasa. ¿Qué ocurre en una situación en donde creas algo que le paga mucho dinero a la gente para que vea la realidad de manera ligeramente distorsionada? ¿Podrían no verlo de esta manera? Por supuesto que lo verían. ¿Qué pasa cuando haces otras cosas, como retirar cosas del dinero? Llámenle acciones, opciones de acción, derivados, préstamos garantizados. ¿Podría ser que estas cosas más distantes, no es un vale por un segundo, es algo que está varios pasos alejados del dinero por un largo tiempo, podría ser que la gente haga más trampa todavía? ¿Qué pasa en el ambiente social cuando la gente ve el comportamiento de la gente a su alrededor? Yo pienso que todas estas fuerzas funcionan de una forma negativa en la bolsa de valores.
13:55
Más en general, quiero decirles algo sobre la economía conductista. Tenemos muchas intuiciones en nuestra vida, y el punto es que muchas de estas intuiciones están equivocadas. La pregunta es ¿vamos a probar estas intuiciones? Podemos pensar en cómo vamos a probar esta intuición en nuestra vida privada, en nuestra vida de negocios y más particularmente cuando se trata de políticas. cuando pensamos sobre cosas como Ningún Niño Abandonado, cuando creamos nuevas bolsas de valores, cuando creamos otras políticas fiscales, de salud y así sucesivamente. La dificultad de poner a prueba nuestra intuición fue la gran lección que aprendí cuando regresé con las enfermeras a hablar con ellas.
14:33
Así que volví para hablar con ellas y contarles lo que había encontrado sobre quitar vendas. Y aprendí dos cosas interesantes. Una que mi enfermera favorita, Ettie, me dijo que no tomé en cuenta su dolor. Me dijo: "Por supuesto que sabía que era doloroso para ti, pero piensa en mí como enfermera, agarrar, quitar las vendas de alguien que me gustaba, y tenía que hacerlo repetidas veces por una larga temporada; provocar tanta tortura no era tampoco bueno para mí." Y dijo que quizá esa era parte de la razón por la que era difícil para ella. Aunque la realidad fue más interesante que eso, porque me dijo, "No creí que tu intuición fuera correcta, sentí que mi intuición era la correcta." Entonces si pensamos sobre todas nuestras intuiciones, es muy difícil creer que nuestra intuición esté equivocada. Y agregó, ya que yo pensaba que mi intuición era la correcta -- ella pensaba que su intuición era la correcta -- era muy difícil que aceptara hacer un experimento difícil para comprobar si estaba equivocada.
15:30
Pero de hecho, esta es la situación en la que estamos todo el tiempo. Tenemos fuertes intuiciones sobre todo tipo de cosas, sobre nuestra propia habilidad, cómo funciona la economía, cómo debemos pagar a los maestros de escuela. Pero a menos que empecemos a probar estas intuiciones. no vamos a mejorar. Sólo piensen cuán mejor habría sido my vida si estas enfermeras hubiesen estado dispuestas a comprobar su intuición, y cómo todo habría sido mejor si sólo empezamos a hacer una experimentación más sistematizada de nuestras intuiciones.


viernes, 8 de agosto de 2014

¿Racionalidad conductual del homo economicus?

Reconociendo la ilusión del 'homo economicus' 
por WIM HORDIJK - NPR Cosmos and Culture

No hay tal cosa como un almuerzo gratis.


iStockphoto

La teoría económica tradicional asume que los seres humanos se comportan racionalmente y son capaces de calcular objetivamente el valor (o costo) de las diferentes opciones que se presentan. De hecho, nos enorgullecemos de nuestra racionalidad. A diferencia de los animales, los seres humanos tienen la capacidad única para el pensamiento lógico y la toma de decisiones racionales. ¿O?

Según el economista conductual Dan Ariely, deberíamos ser menos orgullosos de nosotros mismos. En su entretenido libro Previsiblemente irracional, Ariely describe casos de estudio de la conducta humana irracional cotidiana. Sus sencillos pero ingeniosos experimentos científicos a menudo requieren más que una caja de bombones. Sutiles diferencias en la forma en que estos chocolates son ofrecidos a la gente puede dar lugar a comportamientos sorprendentemente irracionales. Por otra parte, estos comportamientos irracionales vuelan lleno en la cara de lo que la teoría económica convencional, basado en la racionalidad, predeciría.

La investigación sobre la economía del comportamiento han demostrado, por ejemplo, que nuestra evaluación de lo que algo vale la pena para nosotros puede ser directamente, y de manera previsible, influenciado. Esta es la ilusión del almuerzo gratis, algo que los humanos se conocen a caer incluso cuando la teoría económica sugiere claramente seleccionamos una opción más valiosa a un costo pequeño.

Ariely también bellamente aclara cómo a veces nos movemos en las normas sociales, mientras que otras veces caemos en las normas del mercado. La diferencia está en si hay que pagar un precio a algo.

Si un amigo te invita a cenar, ella probablemente apreciaría si usted trae una buena botella de vino a lo largo de (las normas sociales). Sin embargo, si por el contrario le das una palmada $ 20 (el precio de una buena botella de vino) en efectivo sobre la mesa y decir "gracias por una cena", que muy probablemente se ofendería (normas de mercado). Mezclar las normas sociales y las normas del mercado de manera inapropiada a menudo conduce a un comportamiento irracional y, posiblemente, incluso a un conflicto o malentendido.

Nuestro comportamiento irracional no es sólo azar embargo. Los experimentos científicos son repetibles. Cada vez que nos enfrentamos a una situación similar, que tienden a comportarse de una manera similar irracional. Así, junto a la mala noticia de que no somos tan racionales como podríamos haber pensado (o esperado), también hay buenas noticias en el que podemos entender y predecir nuestro comportamiento irracional, al menos hasta cierto punto. Esto, a su vez, puede ayudar a mejorar nuestra toma de decisiones y cambiar nuestro comportamiento para mejor. En otras palabras, podemos tratar de ser más racional sobre nuestra irracionalidad.

En resumen, la economía del comportamiento nos indica cuándo y cómo nos comportamos de manera irracional. Sin embargo, no explica por qué nos comportamos de forma irracional en el primer lugar. Para ello, tenemos que mirar a otra área científica emergente que se centra en el comportamiento humano: la psicología evolutiva humana (un libro con ese título por investigadores Dunbar, Barrett y Lycett ofrece una maravillosa introducción).

Los psicólogos evolucionistas tratan de explicar el comportamiento humano como el resultado de una larga historia evolutiva de nuestra especie. Durante la mayor parte de la existencia de los seres humanos modernos (más o menos los últimos 200.000 años), e incluso antes, vivimos como cazadores-recolectores en grupos relativamente pequeños de la familia, donde ciertas interacciones sociales fueron cruciales para la supervivencia y la reproducción. La selección natural ha dado forma a nuestros cerebros y comportamientos para hacer frente a estas demandas sociales.

Por el contrario, surgieron orientada dinero economías impulsadas por el mercado, y sólo muy recientemente, como un fenómeno cultural. La evolución cultural que ocurre a un ritmo mucho más rápido que la evolución genética, y como consecuencia nuestros comportamientos sociales innatas no son (todavía) totalmente adaptado a este modo de vida moderno.

Esto explica gran parte de nuestro comportamiento irracional, también fuera del contexto de la economía. Por ejemplo, la vista de las arañas y las serpientes induce un miedo profundamente arraigado en la mayoría de nosotros. La visión de un coche no produce casi una reacción tan temerosa. Sin embargo, en estos días muchas más personas mueren a causa de accidentes automovilísticos que de araña y mordeduras de serpiente combinados. Entonces ¿por qué esta diferencia irracional en respuesta al miedo? Parece que la única explicación lógica es evolutivo, donde las arañas y las serpientes han sido una amenaza real en la mayor parte de la historia humana, mientras que los coches y la amenaza de choques violentos son sólo un fenómeno muy reciente. Nuestros cerebros no se han atado con alambre por la evolución para responder de la misma manera.

Por otra parte, la evolución es una fuerza "a ciegas", que actúa sin previsión o diseño deliberado. Simplemente funciona con lo que tiene a su disposición en cualquier momento dado y juguetea con los que por medio de pequeños cambios (al azar). En algunos casos, esto se traduce en mejoras que luego son favorecidos por la selección natural sobre las variantes menos exitosos. Como consecuencia de ello, los productos de la evolución no siempre son los más perfectos o eficiente. Esto incluye nuestro propio cerebro, que todavía deja mucho espacio para el comportamiento irracional.

Entonces, ¿qué tiene todo esto que ver con la teoría económica?

Recordemos que la teoría estándar da por sentado que la gente se comporta totalmente racional. Sostiene que, en un mercado libre, los precios convergerán automáticamente a un valor óptimo de la oferta y la demanda se equilibran y el mercado está en equilibrio ("mano invisible" de Adam Smith).

Sin embargo, como muestra la economía del comportamiento, en muchas situaciones de nuestra conducta está lejos de ser racional. La demanda de un producto, las decisiones que tomamos, o el precio que alguien está dispuesto a pagar, pueden ser fácilmente influenciado. Por otra parte, la psicología evolutiva muestra que gran parte de este comportamiento irracional es una consecuencia de nuestra historia evolutiva, que es a menudo en desacuerdo con el dinero sobre la base de la sociedad moderna que ahora vivimos

Lo que esto implica es que es hora de repensar la teoría económica. Un sistema económico basado sólo en las normas del mercado y asumiendo plena racionalidad es claramente incompleta, aún válido.

La historia ha demostrado una y otra vez que las sociedades que actúan en su mayoría de acuerdo con las normas del mercado y las ganancias monetarias a corto plazo a menudo causan su propia decadencia (leer Collapse por Jared Diamond). Homo economicus quizás sea nada más que una ilusión.

En cambio, el espejo que la economía del comportamiento y la psicología evolutiva ponen delante de nosotros nos muestra nuestro verdadero yo, las normas sociales y el comportamiento irracional incluido. Es imperativo que nuestra teoría económica, y las políticas y prácticas que se derivan de ella, reflejan esta realidad.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Las mentiras del comunismo

Comunistas mentirosos

Cuantas más personas están expuestas al socialismo, peor se comportan 

The Economist


Mi otro coche es un Porsche 

"Bajo el capitalismo", empezaba una vieja broma de la era soviética, "el hombre explota al hombre. Bajo el comunismo, es justo lo opuesto" De hecho una investigación reciente sugiere que el sistema soviético inspiró no sólo el sarcasmo, sino que engañaba demasiado:. En el Este de Alemania, por lo menos, el comunismo parece haber inculcado la laxitud moral.

Lars Hornuf de la Universidad de Munich y Dan Ariely, Ximena García-Rada y Heather Mann de la Universidad de Duke corrieron un experimento el año pasado para poner a prueba la voluntad de los alemanes a mentir para beneficio personal. Unos 250 berlineses fueron seleccionados al azar para participar en un juego en el que podían ganar hasta € 6 ($ 8).

El juego era bastante simple. Se pidió a cada participante que tirara un dado 40 veces y registrara cada salida en un pedazo de papel. Una cifra global superior ganaba una recompensa más grande. Antes de cada tirada, los jugadores tenían que comprometerse a anotar el número que estaba en la parte superior o la parte inferior de la matriz. Sin embargo, ellos no tenían que decir a nadie qué lado habían elegido, lo que hizo fácil de engañar haciendo al rodar el dado primero y luego fingir que habían elegido el lado con el número más alto. Si ellos escogieron al máximo y luego rodaron dos, por ejemplo, tendrían un incentivo para reclamar-falsamente-que habían elegido la parte inferior, lo que sería un cinco.

Se espera que los participantes honestos rodaran unos, dos y tres con la frecuencia que cuatros, cincos y seises. Pero eso no sucederá: las hojas entregadas tenían un sospechosamente gran parte de los altos números, lo que sugiere que muchos jugadores habían engañado.

Después de terminar el juego, los jugadores tuvieron que rellenar un formulario que le preguntó su edad y la parte de Alemania, donde habían vivido en diferentes décadas. Los autores encontraron que, en promedio, los que tenían raíces de Alemania Oriental engañaron dos veces más que los que había crecido en Alemania Occidental bajo el capitalismo. También analizaron la cantidad de personas que el tiempo había pasado en Alemania del Este antes de la caída del Muro de Berlín. Cuanto más tiempo los participantes habían estado expuestos al socialismo, mayor es la probabilidad de que reclamarían números improbables de altos salidas.

El estudio revela nada acerca de la naturaleza de la relación entre el socialismo y la deshonestidad. Puede ser que sea una función de la pobreza relativa de los alemanes del Este, por ejemplo. De todos modos, cuando se trata de la ética, una educación capitalista parece un triunfo socialista.

sábado, 31 de mayo de 2014

Freakonomics 2

Freakonomics authors Stephen J Dubner and Steven D Levitt reveal some of the 'magic' of their problem-solving techniques in new book

Think Like A Freak explains how the average non-economist might approach problems and is full of common-sense instructions
The Independent

It's a risky topic for the authors of Freakonomics, who could be accused of displaying ultracrepidarian tendencies themselves, after eschewing the strictly economic analyses of their earlier mega best-sellers to publish what is more or less a self-help tome.
Think Like A Freak explains how the average non-economist might approach problems, so as to reach the sort of counterintuitive conclusions that characterised 2005's Freakonomics, which linked plummeting crime rates to the legalisation of abortion; and 2009's follow-up, SuperFreakonomics, which explained why terrorists rarely have life insurance policies.
The new book is full of common-sense instructions: tackle small problems, not vast ones; identify a problem's root cause, not just the symptoms; don't be too proud to quit. It's illustrated with colourful stories, such as how a slim Japanese man became a world champion hotdog eater; how Chinese schoolchildren's grades were improved not with teaching reforms, but with free eyeglasses; and why David Lee Roth, of Van Halen, and King Solomon were both game theorists.
"After the first book," says Levitt, "we believed people wanted great stories built on economics, and that they would love stories about problems that were material to the future of the world, like climate change and terrorism. But after the second book, we realised that wasn't it: what people really loved about us was that we had a different way of approaching the world, and we were problem-solvers. The point of this book was to say: let's show them how the magic works."
In the decade since they published their debut, the publishing genre that Dubner and Levitt pioneered – let's call it story-based social science – has become increasingly crowded. Several critics have suggested that the Freakonomics brand has outstayed its welcome, with one comparing Think Like A Freak to "the sound of scraping the bottom of a barrel Malcolm Gladwell has already rummaged through". But the authors are unperturbed.
"Nobody likes everything, and the more public you get the more you have to deal with that," Dubner says. "I sometimes look at negative criticism to see if it's helpful, but whatever we do next is not going to be determined by some cranky journalist who says we should stop for whatever reasons he might have – including that maybe he wants us to get off the stage so that he can get on."



Dubner and Levitt first met as interviewer and subject when Dubner was a journalist for the New York Times and Levitt an iconoclastic economist at the University of Chicago. Today they preside over a Freakonomics empire of films, podcasts, public speaking and private consultancy. Dubner is talkative and enthusiastic, Levitt thoughtful and somewhat more subdued. They both wear expensive-looking designer specs, the only visible fruits of their vast success.
Asked to name a measurable impact that their work has had on the real world, they merely shrug and point to the post-Freakonomics boom in undergraduate economics students. When pressed, Dubner also mentions that they once called on New York City to introduce a dog DNA database in order to track down on dog owners who failed to scoop their pooch's poop. The plan was eventually taken up – not in New York, but in Petah Tikva, a town near Tel Aviv in Israel.
Ridding urban streets of the scourge of dog faeces may be an admirable goal, but the two men also have loftier aspirations. Before writing Think Like A Freak, Levitt co-founded a group of big thinkers called The Greatest Good, with a view to tackling major global problems such as obesity, addiction and access to clean toilets in the developing world.
"The idea was to come up with a list of the 50 biggest problems that we might actually be able to solve," he explains. "Many billionaire philanthropists are bullied by society or by other billionaire philanthropists into saying they'll give away a large chunk of their money, but they don't have a vision. We thought this white paper would be something we could put in front of them and say, 'Here's 50 solvable problems', and they could choose which ones to work on."
Levitt says that he had hoped that former New York Mayor Michael Bloomberg might run for the US Presidency and use the list as a manifesto. Another politician who took note of Freakonomics was David Cameron, who once solicited the authors' advice.
In the first chapter of Think Like A Freak, Dubner and Levitt recall a meeting with the then British Opposition leader shortly before the 2010 general election. After a pleasant afternoon at Conservative HQ, the pair were introduced to Mr Cameron, who, Dubner says, told them: "I'm about to get elected, the budgetary situation is crap and I have to look for something to cut. But there are some things I won't cut, like the NHS."
Misjudging the chummy atmosphere, the two men suggested that perhaps the health system wasn't such a special case after all, and that a Cameron government ought to consider treating it like any other overspending department – like transport, for example. Cameron, they write, "offered a quick handshake and hurried off to find a less ridiculous set of people with whom to meet". And yet, Dubner says now, "The irony is, he has cut the NHS!"
Levitt first learned to think "like a freak" as an economics postgraduate. "In graduate school I was on a constant hunt for interesting ideas and I became attuned in a very predatory way: I'd look at everything and ask myself, 'could that be an economics paper?'" He found his pet subject – crime – after long hours spent watching the reality show Cops. "Criminology journals always gave me enormous amounts of ideas," he says, "because criminologists asked lots of really interesting questions, but they didn't approach them the same way that an economist would."
Reading the new book, one might assume that thinking "like a freak" is only effectual when applied to small but identifiable problems – such as how to eat a lot of hotdogs very quickly. But Levitt disagrees. "With huge, complex problems, nobody ever makes progress by taking on everything at once. The story of the eyeglasses for schoolchildren in China is a perfect example of how if you take a problem that's big, like education, but you carve out a small piece, you can still have an enormous impact – even though you've only tackled 2 per cent of the problem. Two per cent of something huge is better than no per cent."




viernes, 28 de febrero de 2014

Paul Piff: ¿El dinero te hace malvado?



Es increíble lo que puede revelar un juego amañado de Monopolio. En esta entretenida pero aleccionadora charla, el psicólogo social Paul Piff comparte su investigación sobre cómo se comporta la gente cuando se siente rica. (Pista: mal.) Pero aunque el problema de la desigualdad es un reto complejo y difícil, también hay buenas noticias. (Filmado en TEDxMarin).

 

jueves, 12 de diciembre de 2013

El fin del efecto compromiso en la era digital

Hay poder en todos los comentarios de usuarios
Por Matt Richtel

Usted ya no es el tonto que solías ser .


Así lo sugiere al continuar con la investigación de la Escuela de Negocios de Stanford sobre los retos que enfrentan los vendedores para llegar a los consumidores en la era digital. Como se puede sospechar , la investigación muestra que una gran cantidad de información en línea de productos y comentarios de usuarios está provocando un cambio fundamental en cómo los consumidores a tomar decisiones.

Dado que los consumidores confían más el uno del otro, el poder de los vendedores está siendo socavado, dijo Itamar Simonson, profesor de Marketing y principal investigador de Stanford.

En el estudio, a los participantes se les preguntó cuál de las tres cámaras Canon les gustaría comprar. Antes de decidir, se les permitió pasar unos minutos de leyendo los comentarios de los usuarios y otra información sobre estas y otras cámaras en Amazon.com.

Para obtener el impacto total de los resultados, primero hay que conocer las conclusiones de hace décadas experimentos similares del Dr. Simonson en Duke University. En ella, algunos sujetos tenían que elegir entre tres cámaras Minolta: una barata, una de precio medio y una costosa. Otro grupo se le dio la opción de sólo dos de los Minoltas: la de precio medio y la menos costosa.

Los investigadores encontraron que cuando los sujetos del estudio tenían sólo dos opciones, la mayoría optaba por la cámara más barato con menos funciones. Pero cuando se les daban tres opciones, la mayoría eligió la del medio. Dr. Simonson lo llamó "el efecto de compromiso" a la idea de que los consumidores gravitan en torno a la mitad de las opciones que se les presentan.

El estudio mostró cómo los vendedores pueden manipular a los consumidores. Sólo mediante la presentación de tres opciones con precios diferentes, podrían lograr que los consumidores gravitaran en torno a una de precio en vez de una más barato. Este hallazgo llevó más Dr. Simonson y otros estudiosos para describir el comportamiento generalizado como "irracional" por los consumidores que toman las decisiones no basándose en el valor real de un producto, sino de cómo el artículo fue presentado en relación con otros productos.

Ahora volvemos al nuevo experimento. Era similar al primero, excepto que los consumidores podrían tener un vistazo a Amazon. Eso hizo una gran diferencia. Cuando se les da tres opciones de cámara, los consumidores no gravitaron en masa a la versión de precio medio. Más bien, el menos caro mantuvo su cuota y el del medio perdió más respecto a la más cara.

"El efecto de compromiso se ha ido", dijo el doctor Simonson, o, mejor dicho, casi exclamó la ausencia del efecto, lo que subraya su sorpresa ante los hallazgos. Han de ser publicado el próximo mes en "Absolute Value", un libro del Dr. Simonson y Emanuel Rosen.

Hoy, los productos se están evaluando más en su "valor absoluto, su calidad," dijo el Dr. Simonson. Las marcas significan menos. Los resultados sugieren que las empresas deben gastar menos dinero tratando de dar forma a las opiniones de los consumidores en los anuncios tradicionales, dijo, y más en la comprensión de qué y quiénes están dando forma a esas opiniones.

Ran Kivetz , profesor de Marketing de Columbia, que hizo su tesis doctoral en Stanford con el Dr. Simonson, llama a los nuevos hallazgos como "muy significativos", pero ve un problema: las herramientas digitales pueden cambiar el efecto de compromiso, pero fortalecen a las empresas de otras maneras, dejando que recojan datos de los consumidores y aumenten de información instantánea sobre lo que el marketing trabajan ideas. En teoría, se podría llevar a una más poderosa, si bien más sutil, manipulación.

"Si soy un vendedor y quiero manipular opciones usando el efecto de compromiso, me será más difícil", dijo el Dr. Kivetz . "Pero hay otro lado, que es que es más fácil para el vendedor presentar información de diferentes maneras y para aprender rápidamente lo que la gente responde".

New York Times

jueves, 21 de noviembre de 2013

"Sentirse" rico te hace desviar de tus códigos éticos

Take Two 'Normal' People, Add Money To Just One Of Them, And Watch What Happens Next

Science can explain a lot of things that I've always wondered about (go, science!). In this case, it explains what I've known for a long time but been unable to quite understand: Why do some folks who have a lot more money than others seem to be less nice and more evil to everyone around them?

At 0:50, someone actually takes candy from babies. No, really. At 3:00, we start to see the science unfold before our eyes. Entire management courses could — and should — be taught with the bit starting at 4:40.


jueves, 29 de agosto de 2013

Tratamientos aleatorias ayudan a prevenir epidemias

Los tratamientos aleatorios pueden ser más eficaces para detener los brotes de enfermedades
Los matemáticos han encontrado que variando el tiempo de los tratamientos , los médicos pueden ser capaces de aumentar las probabilidades de que un brote de enfermedad morirá de repente

Por Calla Cofield

Aunque las vacunas tienden a llegar lo
largo de muchos meses, la aleatoriedad
en los programas de tratamiento en realidad
puede ayudar a controlar un brote de la enfermedad
.

Juntar gatos es un juego de niños en comparación con juntar gente para tomar dosis de la vacuna contra la gripe en las últimas semanas del verano, cuando el trabajo, escuela, farmacia horas limitadas, días de playa y un sinnúmero de otros factores conspiran para interferir. Como resultado, las vacunas tienden a tardar en ser suministradas lo largo de muchos meses. En lugar de resistirse a esta tendencia , algunos matemáticos piensan ahora que los funcionarios de salud pública pueden un día ser más receptivos a este sistema. Un poco de aleatoriedad en los programas de tratamiento en realidad puede ayudar a controlar un brote de la enfermedad .

Esta conclusión proviene de un análisis de las opciones de tratamiento de los brotes de enfermedades infecciosas a través de la lente de la teoría de la complejidad , que intenta dar sentido a los sistemas que son fundamentalmente impredecibles. Los investigadores que utilizan la teoría de la complejidad de estudiar los brotes de enfermedades se han identificado casos raros en que el brote va a morir de repente . Digamos, por ejemplo, los trabajadores de salud administran antibióticos para combatir un brote de meningitis bacteriana , causando infecciones a disminuir . Un modelo de la enfermedad clásica sugiere que cada persona infectada debe ser aislado y tratado antes de que la enfermedad puede desaparecer. Pero la teoría de la complejidad muestra que en ocasiones , la enfermedad se extinguirá debido a factores aleatorios e impredecibles.

Este " evento de extinción al azar " es imposible de predecir, pero una nueva investigación muestra que calendario prudente de los tratamientos puede aumentar las probabilidades de una ocurrencia . Saber cómo varían para hacer eventos de extinción azar más probable podría ser especialmente útil en los países en desarrollo, donde los suministros farmacéuticos son a menudo limitados y tratamientos no están disponibles todo el año , sino que se da en ráfagas de un cierto número de veces al año . Este suele ser el caso cuando una organización de ayuda administra tratamientos a distancia .

Ira Schwartz, un matemático aplicado y físico en el Laboratorio de Investigación Naval de EE.UU. , y sus colegas utilizaron una simulación por ordenador que modela el comportamiento general de las enfermedades infecciosas en una población de 8.000 personas. La simulación tiene en cuenta el elemento de aleatoriedad y comparó los resultados de dos escenarios diferentes : una en la que se suministra el tratamiento a intervalos regulares de tiempo y otra a intervalos aleatorios . Compararon estos dos escenarios para las enfermedades infecciosas como la meningitis bacteriana , enfermedades venéreas y la peste , que se tratan principalmente con antibióticos.

Los resultados muestran que en los casos en que las ráfagas de tratamiento sólo podían ser administradas entre dos y ocho veces por año , el programa de aleatorización creado una disminución exponencial en el tiempo para un evento de extinción al azar : en otras palabras , una enfermedad murió hacia fuera más rápidamente . "La investigación demuestra por qué los programas de tratamiento aleatorios funcionan", dice Schwartz, un co - autor del artículo , que fue publicado en PLoS ONE en agosto.

En 2008 Schwartz co -autor de otro documento que utiliza modelos similares para probar el efecto de la vacunación al azar en los nuevos miembros de la población ( niños ) , y mostró disminuciones similares en el tiempo de extinción enfermedad.

En el nuevo estudio , los investigadores especulan que si los tratamientos de la enfermedad se entregan dos veces al año, seis meses de diferencia , una enfermedad puede tener tiempo para reponer fuerzas entre las dosis. En un programa de aleatorización , sin embargo , esas dosis podrían venir más cerca juntos , aumentando la probabilidad de que la segunda dosis tendría atacar la enfermedad , mientras que el último está en un estado debilitado . Este uno-dos aumenta la posibilidad de que ocurra un evento de extinción aleatoria. ( Aunque los investigadores pueden calcular la probabilidad de tal evento , siguen siendo en última instancia impredecible. ) Por esta razón , los investigadores concluyen que cuando los recursos son limitados , el tratamiento debe ser distribuido a un porcentaje mayor de la población en unos pocos , legumbres estrechamente distribuidos al azar , en lugar de muchos pequeños pulsos distribuido a menos personas .

Con más investigación sobre la interacción aleatoria entre el tratamiento y la enfermedad , es posible que los científicos proporcionarán más sugerencias sobre cómo administrar mejor los tratamientos , sobre todo en lugares donde los suministros y recursos humanos son limitados.

Charles Doering , director en funciones del Centro para el Estudio de Sistemas Complejos de la Universidad de Michigan, dice que el equipo de Schwartz es uno de los pocos grupos que exploran cómo la aleatoriedad en los programas de tratamiento puede afectar el progreso de enfermedades infecciosas. Aunque los investigadores utilizaron modelos bien establecidos de cómo se propagan y sobreviven las enfermedades en las poblaciones humanas, sus técnicas matemáticas para la toma de aleatoriedad en cuenta, desarrollados a partir de la mecánica cuántica , es difícil de aplicar a modelos de enfermedad . "Uno nunca sabe", dice . " Si ha cambiado cualquiera de la estructura del modelo, puede que las conclusiones podrían cambiar. " Pero el trabajo puede inspirar nuevas investigaciones en grandes simulaciones o experimentos de laboratorio que ponen a prueba estas teorías en las poblaciones de microorganismos vivos . " Esto le da un punto de partida, una hipótesis de trabajo para investigar ", añade .

Scientific American