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martes, 22 de septiembre de 2015

El costo de oportunidad de las rebajas

Ganar con las cuotas o con el descuento en cash: cuándo el "sin interés" puede costar hasta 12% mensual
Ante la necesidad de hacerse de efectivo, cada vez más comercios ofrecen rebajas del 10% y hasta del 20% para quienes desembolsan sus billetes. Así, muchos particulares enfrentan la disyuntiva sobre qué les conviene más. ¿Cómo incide el costo de oportunidad de no aprovechar esa reducción?
iProfesional


En lo que va del año, los argentinos realizaron compras con tarjetas de crédito por un monto que ronda los $400.000 millones. De este total, aproximadamente un 45% corresponde a operaciones financiadas -$190.000 millones-.
A su vez, de esta última cifra, una porción importante (15%) se debe al plan oficial "Ahora 12", que ha venido creciendo en importancia desde su implementación.
Sin dudas que el "gancho" que moviliza estas sumas de dinero es la creencia de que si una persona elige abonar en cómodas cuotas fijas "sin interés", los pagos mensuales se le irán "licuando" con el avance de la inflación. Es decir, le irán "costando menos".
Sin embargo, no es tan así.

Si se tiene en cuenta el avance del conjunto de los precios de bienes y servicios, es cierto que no es lo mismo pagar un "pedacito" hoy que hacerlo dentro de un año.
No obstante, si se considera el salario en lugar de la inflación -que no sube todos los meses sino una vez al año o en forma escalonada- la cosa cambia.
Es que el peso de la cuota recién se verá reducido cuando se produzca dicha mejora, para luego mantenerse sin variantes hasta el próximo "retoque". Es decir, la magnitud de cada erogación frente al ingreso es la misma.
Como contrapartida, el resto de los bienes y servicios que conforman la canasta de consumo le irá "comiendo" al sueldo una porción mayor. Y, al sacarle un "pedazo" más grande, entonces va reduciendo el dinero disponible para afrontar las cuotas "viejas".
Quienes no cancelan la totalidad del saldo de la tarjeta a fin de mes, se encuentran con otro inconveniente: el elevado costo financiero total, que puede superar el 40% anual, lo que limita aun más la capacidad de pago para enfrentar los compromisos asumidos.
Sin embargo, el tarjeteo crece. Hay factores adicionales que inducen a un mayor financiamiento con plásticos, como el riesgo de trasladarse con dinero en efectivo, asociado a la mayor cantidad de billetes que deben transportarse, ante la pérdida del poder de compra de los de mayor denominación.

¿Sin interés?

Si se analiza en detalle, el concepto de "sin interés" puede no ser así en determinados casos, como por ejemplo cuando el comercio ofrece un descuento por pago en efectivo.
Ante este tipo de ofrecimiento, son muchas las personas que no tienen en claro cuál de las dos opciones resulta más redituable. Es decir, si en términos económicos les rinde más el "efecto licuación" o el "beneficio cash".
Claro que la decisión dependerá del monto involucrado, de la magnitud de la rebaja, de las posibilidades económicas con la que cuenta para cancelar la operación y del costo de oportunidad de elegir una u otra alternativa.
"Hay determinadas compras que inducen a la opción del pago en cuotas ya que la persona no dispone de todo el efectivo", puntualiza Andrés Méndez, analista de AMF. Esto, a pesar de que la última alternativa le puede generar un beneficio económico mayor.
Las tarjetas tienden a sustituir al efectivo en dos momentos: cuando se concreta la compra y, posteriormente, al cancelarse el saldo.
Si bien las entidades alientan el uso de los plásticos apelando a diferentes vías, puede que esas ventajas no alcancen a compensar la rebaja ofrecida a quienes desenfundan sus billetes.
Los beneficios por abonar en cash -con mayor o menor intensidad- han existido siempre. Tienden a ser mayores cuanto más se resiente la cadena de pagos, ya que los comerciantes necesitan el dinero para mantener su capital de trabajo.
Del otro lado del mostrador, la pregunta es qué gana la persona en caso de aceptar la reducción y de no elegir el "cuoteo".
A modo de ejemplo, si opta por financiar la adquisición de un producto que cuesta, por ejemplo, $1.000, deberá pagar $333 en el plan de tres pagos y $83 si opta por los doce meses.
Aquí es donde entran a jugar diferentes factores que pueden influir más que el cálculo matemático fino.
Los tres caminos posibles son:

  • Pagar en cash para no quedar endeudado, o porque tiene la tarjeta "al tope".
  • Elegir la opción a tres meses, para no arrastrar ese compromiso más allá de este lapso.
  • Recurrir a los doce meses, ya sea por un intento de querer sacarle jugo al efecto licuación o por restricciones presupuestarias.

Cada alternativa tiene asociada una relación "costo-beneficio".

En particular, entra a jugar el llamado costo de oportunidad -que muchas veces no es tenido en cuenta- y que, en este caso, se vincula con el hecho de no aprovechar esa rebaja (para simplificar los cálculos, no se tienen en consideración otras opciones como la de usar ese monto para un plazo fijo, adquirir bonos, acciones o dólar ahorro).  
Si se elige el pago en varios meses, resulta lógico pensar que el mejor camino es el de doce, ya que está asociado a una tasa de interés que termina siendo más baja.

Claro que esto aplica, siempre y cuando el comercio no ofrezca una rebaja por cancelación al contado.

1.  Descuento del 10%

Siguiendo con el ejemplo anterior, quienes desean adquirir ese producto de $1.000 y el comercio le ofrece un 10% de rebaja por cash, pueden encontrarse frente a estas opciones:

  • Cancelarlo con tarjeta a tres meses
  • Financiar ese importe en doce cuotas
  • Aprovechar el beneficio y desembolsar $900

En el primer caso, la tasa de interés (implícita) a 3 meses es del 5,5% mensual.



En cambio, en la segunda alternativa la misma desciende al 1,8% mensual.
Para llegar a estas cifras, hay que "igualar" la suma de las cuotas con el precio en efectivo, algo que se consigue a través de la tasa de interés (ver cuadro).

Tal como se observa, en el caso de la opción doce cuotas se abona una tasa similar a la inflación mensual (1,8%). De modo tal que quienes suponen que la suba de precios "todo lo paga", esta premisa no se cumple ante un beneficio en cash como el descripto.

1.  Descuento del 20%

Si el comerciante ofrece, por ejemplo, una reducción del 20%, entonces el costo de oportunidad (asociado a no aceptar esa quita) se duplica.
En la alternativa a tres meses, se eleva hasta un insólito 12% mensual.

En la opción a doce meses, ronda el 3,6%. Es decir, duplica a la inflación (ver cuadro)



Tal como se observa, las tasas que se terminan pagando son altísimas, medidas en costo de oportunidad. En muchos casos, al no contemplarse este efecto, se opta por el uso del plástico.
Esto también se vincula con la creencia de que al repartirse el gasto en varios meses, estos van perdiendo protagonismo. Sin embargo, no es tan así.
En primer lugar porque, como ya se mencionara, el "efecto licuación" se activa con las mejoras salariales y no con la inflación.
En segundo término, porque esos compromisos asumidos terminan restando capacidad presupuestaria futura.
Es, precisamente, este elevado costo el que motiva a varias entidades de defensa del consumidor a elevar sus voces pidiendo cautela a la hora de elegir qué opción resulta más conveniente para financiarse.

Héctor Polino, de Consumidores Libres, sostiene que si bien muchas propuestas a primera vista parecen convenientes pueden no serlas en absoluto.

En su opinión, "el precio real es el de pago en efectivo con descuento. El de lista, mucho más alto, se termina convirtiendo en un recargo encubierto para las compras con tarjeta".

Según Méndez, de AMF Economía, "normalmente, el valor de lista corresponde a pagos en cuotas".

¿Qué dice la legislación?

En su artículo 37, la Ley de tarjetas de crédito que lleva el N° 25065, especifica que el comercio está obligado a no efectuar diferencias de precios entre operaciones al contado y con tarjeta.
Puede cobrar intereses con la de crédito, pero deben constar en el precio final.

La Ley N° 5008 de la Ciudad de Buenos Aires establece una obligación similar. Es decir, no efectuar diferencias en transacciones que se abona en cash y con tarjeta, ya sea de crédito o de débito.
Añade que esta restricción no aplica cuando tal diferenciación sea efectivamente favorable al usuario, debiéndose exhibir el precio en moneda de curso legal y de contado.

lunes, 9 de febrero de 2015

Un mundo lleno de deudas

Un mundo lleno de deuda
¿Alguien todavía recuerdo el 2007?
por Simon Kennedy - Bloomberg

 

La economía mundial todavía está construido sobre la deuda.
Esa es la advertencia de hoy de McKinsey & Co. de la división de investigación que estima que, desde 2007, los pagarés de los gobiernos, las empresas, los hogares y las empresas financieras en 47 países ha aumentado en $ 57000 mil millones a $ 199 billones de dólares, un aumento equivalente a 17 puntos porcentuales del producto interno bruto.

Aunque no es tan grande una ganancia como el aumento de 23 puntos en la deuda presenciado en los siete años anteriores a la crisis financiera, los nuevos datos son una burla a la esperanza de que la crisis y la posterior recesión mundial pondrían el mundo en un camino más sostenible. La deuda del gobierno solo ha aumentado en 25 dólares billones de dólares durante los últimos siete años y las economías en desarrollo son responsables de casi la mitad de la ganancia total.
McKinsey ve pocas razones para pensar que la trayectoria de la creciente influencia va a cambiar en el corto plazo.

Fuente: McKinsey
Aquí hay tres áreas de especial preocupación:

1. La deuda es demasiado alta, ya sea para remediar la austeridad o crecimiento

Los políticos en lugar que tener en cuenta las medidas menos ortodoxas, como la venta de activos, aumento de los impuestos de una sola vez y tal vez los programas de reestructuración de la deuda.

Fuente: McKinsey

2. Los hogares en algunos países todavía están impulsando deudas

El ochenta por ciento de los hogares tiene una deuda mayor que en 2007, incluyendo algunos en el norte de Europa, así como Canadá y Australia.

Fuente: McKinsey

3. La deuda de China está aumentando rápidamente

Gracias a las propiedades inmobiliarias y la banca en la sombra, la deuda en la segunda mayor economía del mundo se ha cuadruplicado desde $ 7000 mil millones en 2007 a $ 28 billón en el medio del año pasado. En 282 por ciento del PIB, la carga de la deuda es ahora más grande que la de los EE.UU. o Alemania. Especialmente preocupante para McKinsey es que la mitad de los préstamos están vinculados al sector inmobiliario de refrigeración.

domingo, 1 de febrero de 2015

Croacia condona las deudas de sus ciudadanos más pobres

Croacia elimina las deudas de miles de sus ciudadanos más pobres en el esquema 'nuevo comienzo'



Las cuentas bancarias de 317.000 croatas "han sido bloqueados debido a las deudas"

Rick Noack - The Independent

A partir del lunes, miles de ciudadanos más pobres de Croacia se beneficiarán de un regalo inusual: Tendrán sus deudas eliminadas. Denominado "nuevo comienzo", el esquema de gobierno tiene como objetivo ayudar a unos 317.000 croatas cuyas cuentas bancarias han sido bloqueados debido a sus deudas.

Dado que Croacia es un país relativamente pequeño mediterráneo de sólo 4,4 millones de habitantes, el número de ciudadanos endeudados es significativo y se ha convertido en una carga económica importante para el país. Después de seis años de recesión, las predicciones de crecimiento para la economía de Croacia siguen siendo bajos para este año.

"Evaluamos que esta medida será aplicable a unos 60.000 ciudadanos", el viceprimer ministro Milanka Opacic, según fue citado por Reuters. "De esta manera se les dará la oportunidad de un nuevo comienzo sin una carga de la deuda," Opacic dijo a principios de este mes.

Para ser elegible, los croatas tienen que cumplir ciertos criterios: Su deuda debe ser inferior a 35.000 kunas ($ 5.100), y su ingreso mensual no debe ser superior a 1.250 kunas (138 dólares). Las que se aplican para el esquema no se les permite poseer ninguna propiedad o tiene alguna ahorros.

Entre los economistas, el esquema se considera sin precedentes y excepcional. "No puedo pensar en nada comparable", Dean Baker, co-director del Centro con sede en Washington para la Investigación Económica y Política, dijo a The Washington Post.

El esquema de Zoran Milanovic es considerado como sin precedentes (AFP / Getty) el esquema de Zoran Milanovic es considerado como sin precedentes (AFP / Getty) Aunque se espera que el programa para llegar a costar hasta 210 millones de kunas croatas ($ 31 millones), según la agencia de prensa austríaca APA, el gobierno croata espera que los beneficios económicos a largo plazo que serán mayores que la inversión a corto plazo. El primer ministro Zoran Milanovic ha convencido a varias ciudades, empresas públicas y privadas, los principales proveedores de telecomunicaciones del país, así como nueve bancos para despejar algunas de sus ciudadanos de su deuda. El gobierno no le reembolsará las empresas por sus pérdidas.

En general, la deuda de todos los croatas asciende a $ 4.11 mil millones - y la deuda que está a punto de ser aniquilado representa menos del 1 por ciento de eso. Sin embargo, para aquellos que son elegibles el acuerdo hará una diferencia significativa por lo que les permite tener acceso a sus cuentas bancarias. Mediante la reducción de la deuda en menos del 1 por ciento, Croacia libera casi el 20 por ciento de los deudores del país de sus obligaciones.

Algunos economistas, entre ellos Baker, son escépticos si el plan tendrá éxito:. "No estoy seguro de que esta es la mejor manera de ayudar a las personas de bajos ingresos Si los prestamistas piensan que esto puede suceder de nuevo van a cobrar intereses muy altos a bajos prestatarios de ingresos ", dijo Baker.

© The Washington Post

miércoles, 10 de septiembre de 2014

La fórmula matemática que todavía gobierna la economía

La sencilla matemática fórmula que es básicamente responsable de todo en la civilización moderna 

Walter Hickey - Business Insider


Pacioli


Como especie, tendemos a recordar invenciones como las cosas que cambiaron la historia. Fuego, la agricultura, la arquitectura, la imprenta, la electricidad, todo esto llevó a un inmenso salto adelante para la humanidad.
Pero lo que es más difícil conseguir un asimiento en es el impacto que los conceptos y las ideas tuvieron sobre nuestro progreso.

Por ejemplo, una idea muy simple - que los préstamos se pueden hacer, y periódicamente interés se devengará sobre los préstamos - ha estado con nosotros desde que empezamos a plantar semillas en el suelo.

Medida que las comunidades se hicieron más avanzada, por lo que surgió la idea subyacente. Mientras que el gobierno se hizo más organizada, también lo hizo la aplicación de la idea.

Esa idea - el interés compuesto - ha tenido un impacto instrumental en el desarrollo de la civilización, y es hora de que tuviera su causa.


El interés compuesto es una fórmula matemática sencilla


El interés compuesto es un tipo de préstamo que se añade el interés acumulado hasta el principio de seguir adelante.

Dependiendo de qué lado de esta relación que te encuentres, las cosas tienen el potencial de ir o muy bien o muy mal para ti.

El interés compuesto se calcula multiplicando el saldo actual por 1 más la tasa de interés efectiva por un periodo de elevado a la cantidad de compuesto.

El interés compuesto razón se está tan venerado es porque la propiedad capitalización significa que usted puede o beneficios inmensamente o una deuda masiva.



Por ejemplo, hay una cita apócrifa y probablemente en broma del físico Albert Einstein en la que la atribuye como "la fuerza más poderosa del universo."

Es fácil ver por qué. Ahorrar $ 10,000 por 10 años, con una tasa de interés de 5% compuesto anual que recibe $ 16,288 después de 10 años y $ 43.219 después de los 30 En general, la gente tiende a ver el dinero libre favorablemente.

Ahora, piensa en ti mismo en el otro lado de esa deuda. Es comprensible que la gente tiene un cierto miedo del concepto.

El interés compuesto hizo posible la agricultura y se convirtió en una parte fundamental de los seres humanos que forman las ciudades.



El origen de interés precede al desarrollo de dinero.

Préstamos de semillas y animales fueron probablemente las primeras formas de interés.

Semillas produjeron aumentos, y después de una cosecha que pudieran ser devueltos con intereses. Los animales podían ser devueltos con algunos de su progenie.

Por los tiempos históricos registrados más tempranos, este tipo de préstamos era muy común.

El desarrollo del dinero significa que en lugar de devolver el grano a cambio de un préstamo inicial de grano, las personas fueron capaces de intercambiar otro elemento vinculado a un valor.

Como resultado, no hay evidencia de interés de alrededor del 20% será cargado en los préstamos de plata o de cebada por 3 BC milenario en la antigua Sumeria.

Fuente: A History of Interest Rates

Como el interés se hizo más sofisticada, también lo hizo la civilización.



Préstamos de grano corrieron las tasas de interés de entre el 20-50% TAE en la primera historia escrita.

Lo que vino después - como el negocio de los préstamos se volvió más sofisticada - es que los gobiernos se involucraron. De hecho, los usureros primeros eran, evidentemente, un problema tal que tomaron un espacio significativo en una serie de textos religiosos que frunce el ceño sobre su comportamiento.

Los israelitas no permiten interés, los iraníes piensan que el deshonroso, civilizaciones indias establecen límites a las tasas de interés. Los romanos y los babilonios también se limitan las tasas de interés.

Civilización griega era fresco, sin límites de crédito, pero prohibió las deudas que se pagarán con la servidumbre personal.

Fuente: A History of Interest Rates
El interés compuesto juega un papel en sacarnos de la Edad Media y principios del capitalismo de riesgo.



Mientras que los intereses compuestos - en este punto ridiculizado como "usura" - fue visto como moralmente sospechoso, su re-aparición coincidió con el final de la Edad Media.

Investigaciones recientes han sugerido que la razón de que la usura era tan detestado fue un boom de crédito especulativo del siglo 12 que resultó del descubrimiento de minas de plata en Alemania y la invasión cristiana en la España islámica.

Un efecto secundario interesante de interés compuesto que se está avergonzado es la llegada de la empresa de capital de riesgo.

Usura - préstamos a obtener un beneficio en el interés compuesto - se sentó de nuevo a dar dinero a la gente y colectivamente hacer una ganancia de lo que hacen con ella.

La idea echó raíces que un comerciante no estaba pecando al dar un dinero agente, y se benefician cuando el agente regresó con más dinero.

Fuente: Usury and Just Compensation

Las personas que pagaron por el Renacimiento se sentían culpables porque su dinero puede provenir de interés compuesto.


En el siglo 14, había surgido una serie de bancos internacionales mercantiles basadas en la familia. Durante el siglo 15, esta se institucionalizó en el norte de Italia, sobre todo la familia de Medici.

Dado que una gran cantidad de lo que hicieron pudo haber eludido la usura, los comerciantes podrían evitar la impresión de que estaban tomando de los pobres al dar vuelta a su ciudad.

Harían esto mediante la construcción de una iglesia o un hospital o algún otro acto de filantropía, todo lo cual alimentó el Renacimiento italiano. Los prestamistas de culpa sintieron debido a su relación con la usura financiado uno de los eventos más significativos de la civilización occidental.

Fuente: Usury and Just Compensation
Es importante tener en cuenta que el interés compuesto era muy importante para la creación de la clase media, también.


Juan Calvino

La principal oposición al interés compuesto - la usura - fue la noción de que era una forma de que los ricos, que tenía un capital, para endeudar a los pobres, que no lo hicieron, y extraer cantidades atroces de eso.

Eso es una preocupación muy válida, pero pragmáticamente hablando de las preocupaciones de una burguesía emergente rápidamente comenzaron a triunfo de las preocupaciones de los religiosos que se ocupan de tomar ventaja de los pobres.

El surgimiento del protestantismo - con su énfasis adicional en la ética de trabajo y la acumulación de capital - condujo a un aumento de la permisividad de las entidades religiosas en la caída de las restricciones sobre la expansión del capital tan deseada por la clase comerciante emergente.

Esto se ve especialmente durante la reforma, sobre todo entre los calvinistas, que veían negocio como algo a perseguir con una preocupación por la moral de todos modos.

Fuente: Usury and Just Compensation
En el siglo 16, el interés compuesto, una vez más se convirtió en legítimo, junto con la edad de la razón.


En Inglaterra era ilegal cobrar ningún interés hasta 1545, cuando se aprobó una ley que permitía intereses de hasta el 10% anual.

Derogado en 1552 y más tarde re-promulgada en 1571, la ley legitimó una industria que hasta entonces había sido llevada a cabo por los usureros.

Con el interés tope, esto fue finalmente la oportunidad para el desarrollo de las ciencias financieras durante la Edad de la Razón.

Fuente: An Early Book On Compound Interest

En 1613 un libro de referencia en la historia del interés compuesto fue publicado por Richard Witt, preparando el escenario para el futuro de toda la industria financiera.


Richard Witt, un hombre cuyo genio fue reconocido en su tiempo, publicó Preguntas Arithmeticall en 1613 fue el primer libro de texto sobre el interés compuesto, que contiene tablas y fórmulas relativas a la aplicación práctica del interés compuesto para prestamistas, terratenientes y comerciantes en el siglo XVII Inglaterra.

Era un manual práctico para un proceso antiguo que sólo recientemente se había convertido legitimado, y el trabajo es conocido por su claridad, la previsión y precisión.

Actuarios modernos la consideran una obra histórica pionera en su propio campo.

Mientras Witt estaba lejos de ser el primero en escribir sobre el interés compuesto - recordar que los cálculos eran una de las razones de nuestra especie inventaron la escritura - él fue el primero en producir un texto práctico sobre el tema, sentando las bases para un sistema bancario Inglés.

Fuente: Un interés compuesto libro On Early

Pero, si estamos siendo honestos, el interés compuesto es también más o menos responsable por el comunismo.


Como Karl Marx escribió en el interés compuesto:
[Usura] no cambia el modo de producción, pero se aferra a ella como un parásito y se empobrece. Es un asco que se seque, se castra y reproducción fuerzas para continuar en condiciones cada vez más lamentables.
A medida que el sistema de crédito y la deuda se hizo más sofisticada, Marx vio los préstamos de dinero como una fuerza que les permite capitalistas para extender el control sobre los demás.

En vista compuesto utilizando de Marx intereses capitalistas dio más control de lo que realmente propiedad como resultado del efecto compuesto.

Fuente: La usura y compensación justa

Hoy en día, casi todo lo que hacemos financieramente está ligada a la idea del interés compuesto en una forma u otra.


70% de los estadounidenses va a la universidad y uso préstamos el 60%. La razón de capital disponible es prestamistas ganan dinero con el interés compuesto.



Incluso si usted no tiene préstamos, el 70% de los estadounidenses propietarios de una vivienda. ¿Cómo se paga por ello? La mayoría de los estadounidenses lo hicieron con una hipoteca.




Cualquiera que haya tenido alguna vez un préstamo de coche o comprar en layaway utiliza los beneficios del interés compuesto.



¿Tiene usted una cuenta bancaria? Es de bajo costo o gratis, porque el banco está utilizando su dinero para dar a conocer esos préstamos.



¿Come alimentos? La mayoría de los gastos agrícolas están al frente y todo el beneficio es después de la cosecha. Las operaciones de financiación de los agricultores con préstamos a interés compuesto.



Si usted compra en un negocio, la compañía probablemente opera en los préstamos o da hacia fuera un préstamos o ha invertido su dinero en bonos.



¿Están sus ahorros en bonos o un 401K? Usted se está preparando para la jubilación por préstamos con interés compuesto a través de su carrera.



La deuda pública también está sujeto al interés compuesto. El gobierno gastó $ 360000 millones en 2012 en el interés solo. Eso es para los contribuyentes.



Una fórmula matemática sencilla es la base fundamental para la economía humana. Sólo recuerde que en muchos aspectos, el interés compuesto es una de las principales razones por la que estamos aquí.



No es ninguna sorpresa que el poder del interés compuesto ha capturado la imaginación popular.
Por ejemplo: En Futurama, viajero del tiempo Phillip Fry tenía 93 centavos en su cuenta bancaria en 2000, que había sido acumulando intereses en el 2,25% durante los últimos mil años, con lo que el saldo de $ 4.3 mil millones cuando lo necesitó en 3000.
Futurama Fry´s Bank Account "A Fishful Of Dollars" por luismgochoa

domingo, 24 de agosto de 2014

Características de la gente libre de deuda

10 características fundamentales de la gente libre de deuda 
LEN PENZO, LEN PENZO DOT COM


Se siente bien ser libre de deudas.

El otro día un amigo y yo estábamos discutiendo por qué algunas personas se las arreglan para vivir sus vidas en completo control de sus finanzas, mientras que otros están continuamente luchando para salir de la deuda - no importa la cantidad de dinero que ganan.
La libertad financiera se puede lograr por cualquier persona independientemente de su nivel de ingresos más veces de las que puedo contar. Entonces, ¿qué es lo que separa la libertad financiera de los ineptos financieramente? ¿Cómo es que hay algunas familias por ahí a fin de mes con los ingresos familiares de menos de $ 40,000 y no de la deuda en los libros - o, en el peor, un solo pago de la hipoteca - mientras que otros ganan millones por año y no pueden mantener la cabeza fuera del agua financiera?

La verdad es que no hay un único rasgo que determina que gestionar con éxito sus finanzas personales y los que no lo hará. Las personas de escasos recursos que saben cómo manejar adecuadamente sus finanzas tienen alguna combinación de múltiples características.

Aquí están diez de los más grandes:

1. Están orientados a los detalles.

Las personas que están en una buena posición financiera siempre prestar mucha atención a sus finanzas personales. Ellos saben cuánto ganan y mantienen un registro de cuánto gastan y dónde va cada centavo. Porque tienen un buen control sobre el estado de sus finanzas personales, que son menos propensos a comprar algo que no pueden permitirse.

2. Se dan cuenta de la deuda es una hipoteca sobre su futuro.

La deuda es una forma de servidumbre por contrato donde terminamos sacrificando nuestras ganancias futuras a cambio de una gratificación instantánea. Financieramente personas inteligentes entienden que, en la mayoría de los casos, tal comercio casi siempre termina siendo un pacto con el diablo.

3. Son pragmáticos.

Más a menudo que no, la gente que está libre de deudas también son personas prácticas. Como tal, ellos entienden el significado del valor. Por ejemplo, tienden a mirar a los coches como un simple medio para llegar del punto A al punto B - para que ellos se niegan a comprar un Lexus cuando un Corolla hará. En el mismo sentido, no van a pagar el doble por pantalones vaqueros de diseño que tienen la misma vida útil que las alternativas sin nombre, y están abiertos a la compra de alimentos de marca blanca.

4. Son autosuficientes.

La mayoría de la gente que trabaja duro para mantener una vida de libertad financiera se enorgullecen de ser autosuficientes. Ellos viven dentro de sus posibilidades y ahorrar tanto dinero como sea posible para los días de lluvia y tiempos de vacas flacas.

5. Ellos no son adictos a las compras.

Mucha gente conseguir un alto el gasto de dinero - si no la tienen o. Y mientras que un alto tal no es físicamente destructivo como, por ejemplo, una adicción a las drogas o el alcohol, un hábito comercial no controlada es casi siempre económicamente calamitoso.

6. Son pacientes.

La gente libre de deuda no alcanzan ese estado porque son compradores impulsivos, o en busca de la satisfacción inmediata. Si el dinero para algo que no está disponible, entonces se ahorra y esperan.

7. Son seguros de sí mismos.

Financieramente pueblo libre nunca dejan que su autoestima se define por sus posesiones. Ellos entienden que su estado en la vida se transmite con mayor exactitud por la auto-confianza, en lugar de pantallas dudosamente engañosas de la riqueza.

8. Ellos entienden que las tarjetas de crédito son un arma de doble filo.

Las personas que están en control de sus finanzas personales no tienen miedo de las tarjetas de crédito. De hecho, ellos abrazan. Y mientras que el experto financiero entender los increíbles beneficios que las tarjetas de crédito ofrecen a sus propietarios, también saben que si no pueden pagarlas en su totalidad al final de cada mes, que tendrán que pagar un alto precio. Este conocimiento fomenta un sano respeto que mantiene sus tarjetas de crédito de ser abusado.

9. Ellos creen en la responsabilidad personal.

Financieramente personas responsables se niegan a poner excusas. Ellos saben que es su responsabilidad de dejar a un lado los fondos para un evento inesperado, como la pérdida del empleo o accidente imprevisto - y si no lo hacen ellos tienen a nadie a quien culpar sino a sí mismos. Corto de un problema médico catastrófico imprevisto o un desastre natural, sino que también comprenden que vivir dentro de nuestras posibilidades va un largo camino para asegurar su capacidad de controlar su propio destino.

10 No son materialistas.

Sí, la búsqueda de juguetes caros y otras posesiones puede hacer la vida más lujoso. Pero ¿a qué precio? Personas sin deudas comprenden esto, y por eso tienden a vivir vidas más simples que se centran en las alegrías de la familia, en lugar de la acumulación de posesiones materiales.

Esto no es de ninguna manera una lista exhaustiva. Sin embargo, la más de estas características que posee una persona, más probabilidades hay de que sea financieramente libre.

jueves, 2 de enero de 2014

La deuda de tarjeta de crédito hace una vida apretada

I Have A Six-Figure Salary, Yet I'm Still In Financial Trouble

Holly Michaelson




A few weeks ago I spent a quiet weekend at home. While I should’ve been relaxing—cooking, reading, enjoying my beautiful apartment after a busy week of traveling for work—I was totally stressed. That’s because there was a huge pile of bills on my dining room table, and I couldn’t shake the sinking feeling that I couldn’t pay them.
Here’s the kicker: I should be able to pay these bills. I’m a pharmacist making $100,000 a year. But over the course of the last year, I’ve racked up nearly $14,000 in credit card debt. I hadn’t told a single soul about this debt until this particular Saturday night. I knew it was time to come clean to someone, so I called my mom, who came straight over.
“Ooooh, that’s not good,” she said, when I confessed exactly how much debt I was in.  But she also wasn’t totally surprised. My mom and I were in a car accident a year and a half ago, so she knew I was facing some serious medical bills. When I told her the debt was due to more than those costs, she gave me some great advice: “Tomorrow morning, go through every single one of your expenses,” she told me. “Then figure out what’s necessary and what’s not. Doing that will help you get a handle on this.”
The next day, I sat at my desk and did just that. Netflix? Goner. All those premium cable movie channels? Canceled. Two online dating accounts? Done-zo. (I’m done with online dating on a few different levels, but that’s another story.) Nights out in New York City with my girlfriends? Not for a while.
What I realized very quickly was that I was spending around $300 a month (and sometimes more) on stuff I just didn’t need. I thought I could afford a certain lifestyle given my income. I also felt like I deserved all of these extras. After all, I work my butt off. I should be able to treat myself! But what I saw when I took a detailed look at my expenses was that I was being excessive, and while giving up Netflix was a good start, I was going to need to do more to get out of debt.

Why Credit Cards Used to Scare Me

In 2009 I graduated from Duquesne University in Pittsburgh with a pharmaceutical degree. I chose to do a six-year doctorate program right from the start, as I always knew I wanted to be a pharmacist. My parents told me they’d pay for four years of college, and anything else would have to be my responsibility. So I accrued about $70,000 in student loans during those last two years of pharmaceutical school.
When I got out of college, I did a post-doc fellowship at Rutgers University in New Jersey, where I worked as an adjunct professor and spent 75% to 80% of my time working on cardiovascular drug development at Merck. My annual salary was $40,000 my first year, and that climbed to $43,000 my second year. I deferred my student loans, but still tried to pay some of that debt off when I could.
My rent was around $1,500 a month, and since I was living about 40 minutes outside New York City, the cost of living was pretty expensive. That meant my budget was tight. At times, I found myself calling my parents saying, “Hey, can you help me out?” But I never got into debt. I had a credit card with a low credit limit, but I was terrified to use it. I didn’t want to get into the kind of situation I’m in now.
“I was still at a steady pace of charging around $1,000 a month. When I started seeing the amount of debt I had, I freaked.”
After my post-doc, I continued working for Merck as a medical writer, and the money was awesome; they were practically throwing it at me. I was making $110 an hour, which I calculated to be around $280,000 a year. Even though I decided the money didn’t make up for how much I hated the job—I wasn’t using any of the skills or knowledge that I went to school for—it was a great experience, and one that allowed me to start my own consulting practice. So I quit that job and started a medical writing consulting business, and I was making good money while I looked for another job.
Then, in June 2012, my mom and I were in a car accident. We were driving on a four-lane highway, and a car in the opposite lane made a left-hand turn on a red arrow. My mom, who was driving, had no time to stop, so we T-boned the other car. At first, we
thought our injuries were minor enough, even though my mom’s car was totaled.
When we got to the hospital, my mom was treated for burns on her legs from the airbags, and I was experiencing shoulder and back pain. But a couple months after the accident, my back pain persisted. I went to chiropractors and physical therapists and tried all kinds of treatments to feel better, but I couldn’t shake the feeling that something was off.

How I Began Getting Into Debt

While I was dealing with these symptoms, I actually got a call from a recruiter and landed the job I have now. I love it, and at $100,000 a year, I’m compensated well. However, a couple weeks after I started, my back pain got worse, and sure enough an MRI showed serious problems: I had a herniated disc, as well as a shattered disc in my lower spine that was causing nerve damage (and resulting pain that shot down my legs).
My doctors told me that my only option was surgery to remove the pieces of my shattered disc that were causing the nerve issues. Since I was self-employed at the time of the car accident, my current insurance wouldn’t pay for all of my medical expenses. (I was insured when I was self-employed, but that coverage wasn’t great.)
To cut a long, fighting-with-insurance-companies story short, I ended up with more than $200,000 in medical bills after my back surgery, and insurance only covered about 60 percent of that. Which meant I was receiving big medical bills that I just couldn’t afford. That’s what led me to apply for a credit card in the first place.
Since my salary was so high, my credit limit was high—around $14,000. I started using my card to pay down some of the most pressing doctor’s bills, but I never thought I’d get close to the limit. I also paid $25,000 in medical expenses out of my savings, and hired an attorney to work with me on getting my insurance companies to pay for some of the remaining $25,000. But then, I started using the card for more than medical bills. I started using it to pay for groceries. Then I started using it when I found a cute lamp or rug for my apartment.
It turns out all of the little purchases I made—even ones that were on sale and were actually a screamin’ deal—added up just as quickly as if I’d bought a few big-ticket items. When I was in spending mode, I didn’t realize what was happening. Now that I have distance from my spending spree, I can see how quickly and easily the debt grew.

Why I Spent the Way I Did

It’s interesting to really look at why you spend money. For starters, I think I was spending more than I otherwise would because I was down about my injuries. After my surgery, I spent a good bit of time flat on my back recovering. I put on weight, which didn’t help me feel any better. So while I wasn’t interested in buying clothes, I did buy a lot of nice things for my apartment.
I also had this sense that I could afford everything. After all, my salary was so high. Of course I could afford to furnish my apartment with the nicest things. What’s more, I grew up with a certain standard of living. My dad is in real estate and my parents live in a pretty affluent area, and I want my life to be similar in many ways. Even though I’m renting, I was able to paint and decorate. I wanted my home to be comfy, cozy and to project a certain lifestyle. I wanted it to be something I could be proud of.
Finally, I felt like because I was working so hard for the money I was earning, I deserved all of these nice things. This created a perfect storm for me to spend like crazy without really taking stock of where my money was going.

My Get-Out-of-Debt Plan

That same weekend I spent stressed-out about my growing pile of bills, I seriously considered opening up another credit card. That’s when I said to myself, “Wait, what?! You’ve already dug yourself into a hole,” and called my mom.
For a few months I hadn’t been able to pay the minimum balance on the card I had, and I was still at a steady pace of charging around $1,000 a month. When I saw the amount of debt I had on my card, I freaked.
Now my spending freeze has set me on a plan to pay down my debt quickly. My goal is to put $800 to $1,000 a month toward my balance. I don’t go out for dinner nearly as much as I used to, and I pack my lunches almost every day. I’m also committed to keeping extraneous expenses to a minimum. Sure, it’s hard not to go out to dinner and then to a club in the city with my friends, but this goal is more important to me right now. I’m also paying about $400 a month toward my student loans, and I’m investing 5% of my salary into a 401(k).
I’m glad I confided in my mother; she checks in with me on how I’m doing, and is such a good sounding board. If I’m shopping and see something that would be cool in my place, I’ll call her and say, “I know I shouldn’t spend money on this.” And she validates that, reminding me of how good I’ll feel when I’m out of this debt.
On the upside, I’m sure this experience will change my spending and savings habits forever. Once I have this card paid off and don’t have this umbrella of debt hanging over me, I’m going to feel amazing. And I’ll be even more committed to doing everything possible to never carry a credit card balance again.

Business Insider