El rojo en cuenta corriente fue el más alto desde la convertibilidad
El déficit en el primer trimestre fue de 2380 millones de dólares y se explica en gran parte por las mayores importaciones de energía y el desequilibrio en el turismo
"La Argentina es uno de los pocos países que tienen equilibrio o ligero superávit en cuenta corriente, y ésa es la fortaleza de este modelo y eso es lo que garantiza que no falten dólares y que no van a faltar dólares", dijo Mercedes Marcó del Pont semanas atrás, cuando el equipo económico defendía ante el Senado el proyecto de blanqueo de capitales. Según los resultados del balance de pagos que presentó ayer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), a la presidenta del Banco Central (BCRA) le va a resultar difícil mantener ese argumento.
Según el Indec, en el primer trimestre del año la Argentina registró un déficit de 2380 millones de dólares en la cuenta corriente, un rojo casi dos veces mayor que en el mismo período del año pasado (US$ 1213 millones). El aumento del déficit se explica no sólo por el deterioro de la balanza comercial (o de mercancías) -provocado, en buena parte, por las crecientes importaciones de combustibles-, sino también por el resultado negativo en la cuenta de servicios, donde el sector turístico tiene un peso importante.
"El déficit en la cuenta corriente en el primer trimestre del año fue el mayor desde la salida de la convertibilidad", dijo el economista jefe de la consultora Ecolatina, Lorenzo Sigaut Gravina. Y añadió que también en la cuenta de servicios (uno de los principales componentes de la cuenta corriente, junto con la cuenta de mercancías y la de rentas de la inversión) el déficit alcanzó niveles récord.
De hecho, el deterioro de la cuenta corriente responde a diversos motivos. Uno de ellos es la fuerte caída en el superávit de mercancías, que pasó de US$ 3143 millones en el primer trimestre de 2012 a 2006 millones en igual período de este año. Esta baja es resultado, principalmente, del aumento en las importaciones de combustibles (57% interanual en el acumulado hasta marzo), pero también, como explicó Sigaut Gravina, de la baja en algunas exportaciones, como las de trigo.
En el segundo trimestre se liquida la mayor parte de las exportaciones de la cosecha gruesa del agro y eso permitiría que la cuenta corriente muestre mejores resultados en el próximo informe (de hecho, en mayo la baja en el superávit comercial fue mucho menor que en los meses previos). Sin embargo, para Soledad Pérez Duhalde, coordinadora de Análisis Económico de abeceb.com, se trataría de una recuperación "estacional".
La analista también destacó el deterioro en la cuenta de servicios, cuyo déficit pasó de US$ 1084 millones a US$ 1575 millones. En esa cuenta, según Pérez Duhalde, tiene un fuerte impacto el desempeño del sector turístico. Es decir, esa cuenta refleja la mayor salida de dólares por los viajes de los argentinos al exterior (donde gastan dinero o extraen dólares en cajeros automáticos) y la menor entrada de divisas por la caída en el turismo receptivo, según muestra el propio Indec.
El cepo cambiario y la consecuente brecha entre la cotización del dólar en el mercado oficial y en el paralelo también juegan en contra de las cuentas externas de la Argentina, ya que, como mencionó Sigaut Gravina, las divisas que los turistas extranjeros cambian en el mercado informal no ingresan en el sistema financiero y, por tanto, no se contabilizan en el balance de pagos.
Los analistas también resaltaron un dato de la cuenta de capital y financiera (cuyo superávit pasó de US$ 1075 millones a 1263 millones): en el primer trimestre del año el endeudamiento externo neto de los gobiernos locales (es decir, la diferencia entre nuevos desembolsos y amortizaciones) fue de apenas US$ 28 millones, 94% menos que en el mismo período del año anterior.
"Eso muestra que los gobiernos locales tienen dificultades para endeudarse en el exterior", dijo Sigaut Gravina. Pérez Duhalde, en tanto, señaló que el cepo cambiario consiguió detener la fuga de capitales y limitar el giro de utilidades al exterior, pero, a la vez, paró la entrada de divisas por otras vías, como endeudamiento externo o turismo.
Los malos resultados de los distintos componentes del balance de pagos se reflejaron en la evolución de las reservas del BCRA, que en el primer trimestre del año cayeron en 2844 millones de dólares.