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viernes, 19 de abril de 2019

La mano invisible de Darwin

Por qué es posible que Charles Darwin sea uno de los mejores economistas de la historia

Redacción BBC News Mundo















Darwin observó que la competencia puede a veces genera beneficios para el individuo a expensas del grupo.

¿Cuál de estos dos científicos es el más idóneo para explicar la economía: el naturalista británico Charles Darwin, padre de la teoría de la selección natural, o el economista y filósofo escocés Adam Smith, cuya obra "La riqueza de las naciones" (1776) está considerada como una obra maestra que ha definido la economía clásica?

La pregunta parece en principio jalada de los pelos y de muy fácil respuesta: la especialidad de Darwin es claramente la biología, mientras que el foco de estudio de Smith son las leyes que rigen la economía.

Sin embargo, para Robert H. Frank, profesor de economía de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, y autor de "The Darwin Economy: Liberty, Competition and the Common Good" (La economía de Darwin: libertad, competencia y el bien común), la manera en que Darwin entiende la competencia permite hacer una descripción de la realidad económica mucho más precisa que la que ofrece Smith.

Si bien Smith estaba en lo cierto al notar los beneficios de la competencia, señala Frank, Darwin fue un paso más allá al mostrar que, a veces, la competencia puede generar beneficios para el individuo pero a expensas del grupo.


Individuo versus grupo

La teoría de la "mano invisible" propuesta por Smith dice que, cuando la gente se comporta guiada por su propio interés, se obtienen resultados beneficiosos para la toda la sociedad.

Esta metáfora describe la forma en la que el libre mercado se regula a sí mismo sin intervenciones externas.

Pero Darwin, argumenta Frank, vio con muchísima más claridad la relación general entre la búsqueda del beneficio propio y el bienestar grupal.

Para ilustrar la visión de Darwin, Frank utiliza como ejemplo el tamaño desproporcionado de las astas de los ciervos Derechos de autor de la imagen Getty Images Image caption Smith es considerado por muchos como el padre del capitalismo.

"Este es un rasgo que evolucionó para darle una ventaja reproductiva a animales individuales, pero cuya presencia acabó siendo una desventaja para un grupo más grande de los mismos animales", le explica Frank a la BBC.

Estos animales se aparean con la mayor cantidad de hembras que pueden. Para lograrlo deben pelear con otros machos, y cuanto más grandes son sus cuernos, más posibilidades tienen de ganar la pelea.

"Por esta razón, la mutación que codifica un tamaño mayor de las astas fue rápidamente seleccionada por la evolución, y hoy día estos animales tienen astas de más de 1,2 metros y pesan cerca de 18 kilos", señala el economista.

"Pero ahora imagínate a un animal con semejante apéndice en la cabeza siendo perseguido por zorros en una zona boscosa. Será muy fácil que lo rodeen y lo maten".

Este proceso de selección natural le da ventaja a los ciervos con astas más grandes sobre otros ciervos. Sin embargo, las astas grandes son una desventaja cuando los ciervos son las presas.

Es decir, lo que es beneficioso desde un punto de vista individual es contrario a los intereses del grupo.

Paralelos


Lo interesante que propone Darwin, afirma Frank, es que a veces el interés individual coincide con el interés grupal, pero con frecuencia no.

"Cuando hay un conflicto, el interés individual es el que suele triunfar por encima de los intereses del grupo".



"En el caso de los cuernos, lo que resultó ineficiente es que este rasgo evolucionó no para competir con el medioambiente sino para que los ciervos compitan entre sí". Derechos de autor de la imagen Getty Images Image caption Los cuernos de estos animales pueden llegar a pesar hasta 18 kilos.

En el mundo de los negocios, dice Frank, "gran parte de la competencia entre las empresas y entre los consumidores es contra nosotros mismos".

"Si no pudiésemos hacer nada, aprovecharíamos los beneficios de la competencia. Pero siempre hay pequeños cambios e incentivos para alejar los recursos de las actividades que no generan beneficios".

La única solución a los problemas individuales es actuar de forma colectiva, opina Frank.

Llegar a un acuerdo o dejar que una autoridad externa intervenga para imponer una solución que beneficie a todos.

Según Frank, la aceptación acrítica por parte de los discípulos de Smith de la metáfora de la mano invisible es lo que ha minado los esfuerzos regulatorios para conciliar el conflicto entre los intereses individuales y grupales en décadas recientes, y eso nos ha causado un daño considerable.

Mejor hubiese sido, dice, prestarle más atención a Darwin.

lunes, 29 de enero de 2018

Libro: Capitalismo sin capital

Capitalismo sin capital: el auge de la economía intangible

Las empresas modernas parecen ganar tres veces más ingresos con la mitad de los activos tangibles. En este video, Jonathan Haskel analiza qué significa el paso a la inversión en conocimiento. Este video fue grabado en Imperial College Business School, en noviembre de 2017.

VOX


domingo, 31 de enero de 2016

La inexistencia de un capitalismo en serio en Argentina

Capitalismo en serio
El populismo desplegó una extensa gama de alquimias para sustituir, mediante la acción del Estado, la falta de capitales provocada por sus propios desaguisados

La Nación



La Argentina nunca logró desarrollar un capitalismo en serio, con moneda estable que constituya reserva de valor e instituciones adecuadas para que el ahorro nacional se transforme en inversiones dentro del país y no fuera de él.

Ni tampoco una clase empresaria que pudiera desarrollar proyectos por sus propios medios, sin recurrir al Estado para fondearlos con recursos públicos y hacerlos rentables con proteccionismo digitado.


Ni comprendió el rol del capital para lograr la prosperidad de las naciones. Mediante el lenguaje tácito de sus políticas, confirmó que a la "gran masa del pueblo" no le disgusta "combatir el capital".

Es notable que la incombustible marcha de 1948 haya ignorado la aguda observación de Marx y Engels un siglo antes: el capital es una "potencia social" que transformó la vida del hombre en la Tierra.

Dice el Manifiesto Comunista (1848): "En el siglo corto que lleva de existencia como clase soberana, la burguesía ha creado energías productivas mucho más grandiosas y colosales que todas las pasadas generaciones juntas". Y se pregunta: "¿Quién en los pasados siglos pudo sospechar siquiera que en el regazo de la sociedad fecundada por el trabajo del hombre yaciesen soterradas tantas y tales energías y elementos de producción?".

Marx y Engels erraron al creer que era posible atrapar ese genio en una botella para sufragar la sociedad sin clases. Que las energías liberadas por el capitalismo mantendrían su vigor en la utopía socialista. Después de crueles dictaduras y terrorismos sangrientos para lograr un hombre nuevo y un orden más justo, el genio se marchitó y murió de asfixia en la botella.

La Argentina nunca fue comunista y optó por el modelo populista, más afín a los fascismos del siglo XX y al llamado "ser nacional". Privilegió el corto plazo sobre el largo, el consumo sobre la inversión, los votos sobre la educación. Nunca hubo lugar para la formación de capital interno porque el populismo es incompatible con la seguridad jurídica, esa expresión que tanto repugna a Axel Kicillof.

Pero sin capital, el trabajo humano se malversa y la dignidad humana se degrada. En los países donde no hay inversiones, los trabajadores son explotados con salarios de subsistencia. A la inversa, cuando hay inversiones, la mano de obra se encarece y el trabajo se dignifica. Hay explotación cuando se combate el capital y no a la inversa.

En la Argentina nos hemos habituado a los desequilibrios fiscales, a la alta inflación, la discrecionalidad administrativa y la arbitrariedad judicial. Es decir, a vivir sin un marco adecuado para la inversión y sufriendo un constante drenaje del ahorro hacia el exterior. Y a justificar emergencias para imponer devaluaciones, corralitos, pesificaciones, canjes y ahorros forzosos, congelamientos, licuaciones, desagios y defaults. Hemos sido muy exitosos en la cruzada por combatir el capital, sin decirlo.

El capital buscó entonces refugio en el exterior, aposentando en cuentas cifradas inversiones inmobiliarias, fondos mutuos, sociedades offshore, fideicomisos exóticos, departamentos en Miami, casas en Uruguay, barcos en Panamá, aviones en Paraguay o impresionistas en el salón.

Desaparecieron así la libreta de ahorro, los seguros de vida, los depósitos en pesos, las compañías de capitalización, los fondos de pensiones, el crédito hipotecario, los departamentos en cuotas, las emisiones de títulos y la financiación de proyectos. En suma, desapareció el ahorro y el mercado de capitales.

Paradójicamente, hemos invitado a los extranjeros a invertir donde los propios residentes desconfían. Para, luego de las crisis, recomprar con moneda despreciada lo que aquellos pagaron con moneda dura.

El populismo desplegó una extensa gama de alquimias para sustituir, mediante la acción del Estado, la falta de capitales provocada por sus propios desaguisados.

Se crearon bancos de desarrollo que acumularon cifras siderales de préstamos impagos; se dieron avales del Tesoro que desfondaron las arcas públicas; se despilfarraron impuestos inflando el costo de obras y equipos; se inventaron redescuentos para negocios financieros, y se crearon rentabilidades inmorales a costa del bolsillo de la población.

Sin capital para sostener los derechos sociales, éstos son cartón pintado. Sin capital a riesgo tampoco sirven las promociones regionales, los parques industriales, ni los avances del Estado en ciencia y tecnología.

En el mundo actual, globalizado y volátil, la principal ventaja comparativa de un país son sus instituciones. Éstas reflejan, en definitiva, el grado de compromiso de un grupo humano con su futuro, con sus hijos, con los más débiles. Son fruto de su educación, de sus creencias colectivas, de sus valores compartidos.

Cuando existe una base democrática que sostiene una estructura de normas estables, justicia independiente y equilibrio fiscal, fluyen capital e inversiones. Cuando existe seguridad jurídica basada en sólidos consensos colectivos, habrá empleo y educación para la inclusión sustentable.

En la Argentina, luego de un larguísimo proceso de maduración política, ha comenzado un cambio expresado en las urnas. El país ha levantado la mirada más allá del balcón y la plaza optando por valores de largo plazo.

El consenso mayoritario alcanzado requiere demostrar su solidez. Deberá luego ser convalidado mediante la alternancia democrática, para que el cambio sea creíble y genere confianza. Que no termine en otro precipicio argentino.

Esto implicará un profundo cambio cultural, pues el Estado dejará de seleccionar amigos y clientes, lo que constituyó hasta ahora el llamado -desde estas columnas- "capitalismo de amigos". Las compañías y los emprendedores romperán su dependencia con la política, para focalizarse en la competitividad a nivel mundial. Quedarán atrás los Jorge Brito, José Luis Manzano, Lázaro Báez, Cristóbal López, Sebastián Eskenazi y tantos otros más.

Desaparecerá así la principal restricción para que las grandes empresas trasladen a la Argentina su capacidad tecnológica y de creación de empleos de calidad. Y para que emerja una clase empresaria nacional genuina y competitiva como lo hemos visto en la agroindustria, la biotecnología o en las llamadas .com.

En la Argentina existen talentos de primer orden para liderar esta transformación y colocar a nuestro país entre los exitosos a nivel mundial.

Nunca antes hemos vivido en contexto semejante, pues el modelo autárquico adoptado por los militares a partir de 1943 fue reciclado y continuado por todos los gobiernos posteriores. Ese retrato no fue bajado de la pared por el kirchnerismo, que adhirió a sus premisas con entusiasmo.

Sólo mediante un capitalismo serio, con el genio fuera de la botella, podrán cristalizarse los sueños colectivos que, durante tantos años, soñaron tantos argentinos en la plaza, frente al balcón.

Estamos transitando un cambio único en la historia nacional cuando toda la región atraviesa una profunda crisis y nuestro país puede convertir esa crisis en una oportunidad, liderando una transformación en América latina a partir de la fuerza creadora de sus instituciones.

martes, 29 de diciembre de 2015

Piketty en cuatro párrafos

El "Capital" de Thomas Piketty, resumido en cuatro apartados
The Economist




Es el libro de economía de tomar al mundo por sorpresa. "El capital en el siglo XXI", escrito por el economista francés Thomas Piketty, se publicó en Francia el año pasado y en Inglés en marzo de este año. La versión en Inglés se convirtió rápidamente en un bestseller improbable, y ha provocado un debate amplio y lleno de energía en el libro objeto: las perspectivas de la desigualdad global. Algunos reconozco que anuncia o puede en sí causar un cambio pronunciado en el foco de la política económica, hacia cuestiones distributivas. Este periódico ha saludado Sr. Piketty como "el Marx moderna" (Karl, que es). Pero, ¿qué se trata todo esto?

"El Capital" se basa en más de una década de investigación del Sr. Piketty y un puñado de otros economistas, que detalla los cambios históricos en la concentración del ingreso y la riqueza. Esta pila de datos permite Sr. Piketty esbozar la evolución de la desigualdad desde el comienzo de la revolución industrial. En los siglos 18 y 19 la sociedad europea occidental era muy desigual. La riqueza privada empequeñecido ingreso nacional y se concentró en manos de las familias ricas que se sentaban encima de una estructura de clases relativamente rígido. Este sistema se mantuvo incluso cuando la industrialización contribuyó poco a poco aumento de los salarios para los trabajadores. Sólo el caos de la primera y segunda guerras mundiales y la Gran Depresión interrumpieron este patrón. Los altos impuestos, la inflación, las quiebras, y el crecimiento de los extensos estados de bienestar causadas riqueza para reducir de manera espectacular, y marcó el comienzo de un período en el que tanto los ingresos y la riqueza se distribuyeron en forma relativamente igualitaria. Pero los choques de principios del siglo 20 se han desvanecido y la riqueza es ahora reafirmarse. En muchas de las medidas, el Sr. Piketty reconoce la importancia de la riqueza en las economías modernas se está acercando a los niveles vistos por última vez antes de la primera guerra mundial.

A partir de esta historia, el Sr. Piketty deriva una gran teoría del capital y la desigualdad. Como regla general, la riqueza crece más rápido que la producción económica, explica, un concepto que capta en la expresión r> g (donde r es la tasa de retorno a la riqueza y g es la tasa de crecimiento económico). En igualdad de condiciones, el crecimiento económico más rápido disminuirá la importancia de la riqueza en una sociedad, mientras que el crecimiento más lento de lo aumentará (y el cambio demográfico que retarda el crecimiento global hará que más capital dominante). Pero no hay fuerzas naturales que empujan contra la concentración constante de la riqueza. Sólo una explosión de crecimiento rápido (del progreso tecnológico o de aumento de la población) o la intervención del gobierno puede contar para mantener las economías de regresar al "capitalismo patrimonial" que preocupaba a Karl Marx. Sr. Piketty cierra el libro recomendando que los gobiernos intervengan ahora, mediante la adopción de un impuesto global a la riqueza, para evitar la desigualdad alza contribuyendo a la inestabilidad económica o política en el camino.

El libro ha atraído como era de esperar un montón de críticas. Algunos se preguntan si el Sr. Piketty tiene razón para pensar el futuro se parecerá al pasado. Teoría sostiene que debe ser cada vez más difícil obtener un buen retorno de la riqueza más hay de ella. Y hoy en día súper-ricos vienen sobre todo por su riqueza a través del trabajo, en lugar de a través de la herencia. Otros sostienen que las recomendaciones de política del Sr. Piketty son ideológicamente más que impulsado económicamente y podría hacer más daño que bien. Pero muchos de los escépticos, sin embargo, tienen palabras amables para las contribuciones del libro, en términos de datos y análisis. Sea o no el Sr. Piketty tiene éxito en el cambio de la política, habrá influido en la manera miles de lectores y un montón de economistas piensan sobre estos temas.

domingo, 1 de noviembre de 2015

El emprendedorismo reconstruye las bases del capitalismo

Reinventando la empresa
Los emprendedores están rediseñando el bloque básico de la construcción del capitalismo 



The Economist

Ahora que Uber está musculando en su actividad, los taxistas de Londres se han vuelto aún más ácidos que lo habitual. Mientras tanto, los hoteleros del mundo están lidiando con Airbnb, y los fabricantes de hardware con la computación en nube. Al otro lado de las industrias, los disruptores están reinventando cómo funciona el negocio. Menos evidente, y tan importante, sino que también están reinventando lo que es ser una empresa.

Para muchos gerentes, la vida corporativa continúa involucrando tratar con propietarios en gran parte anónimos, la mayoría de ellos representados por los gestores de fondos que compran y venden acciones que cotizan en bolsa. En las empresas insurgentes, por el contrario, el acoplamiento entre la propiedad y la responsabilidad es escasa (ver artículo). Fundadores, personal y partidarios ejercen un control directo. Todavía es pronto, pero, si esta innovación se extiende, podría transformar el funcionamiento de las empresas.

El atractivo del modelo de los insurgentes es en parte resultado de la creciente insatisfacción con la empresa pública. Es cierto que las mejores empresas públicas son organizaciones notables. Ellos establecen un equilibrio entre los resultados trimestrales (que les mantenga sostenido) y las inversiones a largo plazo (que los mantienen en crecimiento). Producen una corriente de gerentes talentosos y productos innovadores. Ellos pueden movilizar el talento y el capital.

Pero, después de un siglo de dominación absoluta, la empresa pública está mostrando signos de desgaste. Una de las razones es que los directivos tienden a poner sus propios intereses. Se suponía que la revolución de los accionistas-valor de la década de 1980 para resolver este incentivando gerentes a pensar como propietarios, pero fracasó. Cargado con las opciones sobre acciones, los directivos actuaron como sicarios en cambio, masajear el precio de las acciones a fin de aumentar sus ingresos.

El auge de las grandes instituciones financieras (que mantienen alrededor del 70% del valor de los mercados de valores de Estados Unidos) se ha debilitado aún más el vínculo entre las personas que nominalmente propias empresas y las propias empresas. Los gestores de fondos tienen que lidiar con un grupo cada vez mayor de los intermediarios, de los reguladores a sus propios empleados, y cada capa tiene sus propios intereses para servir y rentas para extraer. No hay gestores de fondos de extrañar por lo general no logran controlar empresas en particular.

Por último, un listado público se ha convertido onerosa. Reglamentos se han multiplicado desde que el escándalo de Enron de 2001-02 y la crisis financiera de 2007-08. Aunque los mercados a veces se ven a largo plazo, muchos administradores consideran que sus puestos de trabajo dependen de la producción de buenos resultados a corto plazo, trimestre tras trimestre.

Intereses en conflicto, el cortoplacismo y la regulación de todas las imponen costos. Ese es un problema en un momento en que las empresas públicas están luchando para exprimir ganancias de sus operaciones. En los últimos 30 años las ganancias en el índice S & P 500 de las grandes empresas estadounidenses han crecido un 8% al año. Ahora, por segundo trimestre consecutivo, se espera que caiga, en un 5% (ver artículo). El número de empresas que cotizan en las bolsas de valores de Estados Unidos ha caído a la mitad desde 1996, en parte debido a la consolidación, sino también porque los gerentes talentosos sería más pronto permanecer privado.

No es casualidad que otras organizaciones corporativas están en aumento. Las empresas familiares tienen una nueva oportunidad de vida. Los hombres de negocios están experimentando con "híbridos" que aprovechan los mercados públicos sin dejar de ser cerca llevada a cabo. Inversionistas astutos como Jorge Paulo Lemann, de 3G Capital, se especializan en la compra de empresas públicas y ejecutarlos como las privadas, con la dotación de personal magra y un enfoque en el largo plazo.

La nueva colección de animales salvajes

Pero la alternativa más interesante para las empresas públicas es una nueva generación de nuevas empresas de alto potencial que van por los nombres exóticos como unicornios y gacelas. En las mismas ciudades donde Ford, Kraft y Heinz construyeron imperios hace un siglo, miles de jóvenes están creando nuevas empresas en espacios de oficinas temporales, alimentadas por el café y los sueños. Sus empresas son pioneros en una nueva forma de organización.

La diferencia central radica en la propiedad: mientras que nadie está seguro de quién es dueño de las empresas públicas, nuevas empresas hacen todo lo posible para definir quién es dueño de qué. Temprano en la vida de una empresa, los fundadores y primeros reclutas poseen una participación mayoritaria y que incentivan las personas con participaciones de propiedad o premios relacionados con el rendimiento. Eso siempre ha sido cierto para nuevas empresas, pero hoy en día los derechos y responsabilidades están meticulosamente definido en los contratos elaborados por abogados. Esto alinea los intereses y crea una cultura del esfuerzo y la camaradería. Debido a que son privadas y no públicas, miden cómo están los indicadores de desempeño utilizando (como la cantidad de productos que han producido) en lugar de las normas contables elaboradas.

Las nuevas empresas también aprovechan las nuevas tecnologías, lo que les permite ir a ser globales sin ser grandes en sí mismos. Los emprendimientos utilizan para enfrentar decisiones difíciles acerca de cuándo invertir en activos grandes y abultadas, como los sistemas de propiedad y de la computadora. Hoy en día se pueden expandir muy rápido mediante la compra de los servicios de como y cuando se los necesita. Pueden incorporar en línea para unos pocos cientos de dólares, recaudar dinero de sitios como Kickstarter crowdsourcing, contratando a programadores de Upwork, alquilan el equipo de procesamiento de Amazon, encuentran fabricantes en Alibaba, organizan los sistemas de pago en Square, y establecer de inmediato sobre la conquista del mundo. Vizio fue la marca más vendida de la televisión en Estados Unidos en 2010 con sólo 200 empleados. WhatsApp persuadió a Facebook para comprarlo por $ 19 mil millones a pesar de tener menos de 60 empleados y unos ingresos de $ 20m.

Tres objeciones se ciernen sobre la idea de que esto es una revolución en la fabricación. La primera es que se limita a una esquina de Silicon Valley. Sin embargo, la economía insurgente va la corriente principal. Startups son en todos los negocios de las gafas (Warby Parker) para financiar (Sinfonía). Airbnb puso casi 17 millones de personas durante el verano y Uber impulsa a millones de personas todos los días. WeWork, un equipo estadounidense que ofrece alojamiento para nuevas empresas, cuenta con 8.000 empresas con 30.000 trabajadores en 56 localidades en 17 ciudades.

La segunda es que la empresa pública tendrá la última palabra, porque la mayoría de nuevas empresas quieren finalmente a la lista o venderse a una empresa pública. De hecho, un número cada vez optan por quedarse privada y les resulta cada vez más fácil para recaudar fondos sin tener que recurrir a los mercados públicos. Las empresas de tecnología que enumeran en América ahora lo hacen después de 11 años en comparación con cuatro en 1999. Incluso cuando van pública, emprendedores tecnológicos mantener el control a través de las acciones clase "A".

La tercera objeción es que la propiedad de estas nuevas empresas se corta del resto de la economía. Las empresas públicas dan la gente común una participación en el capitalismo. La escena de inicio está dominado por una camarilla de capitalistas de riesgo con acceso privilegiado. Eso es cierto, pero la gente común puede invertir en startups directamente a través de plataformas como SeedInvest o indirectamente a través de los principales fondos de inversión como T. Rowe Price, que compra en ellos durante su infancia.

Nuevas empresas de hoy no van a tener todo a su manera. Las empresas públicas tienen su lugar, especialmente para las industrias de capital intensivo, como el petróleo y el gas. Muchas startups inevitablemente fallar, incluyendo algunos de los más famosos. Pero su acercamiento a la construcción de un negocio va a sobrevivir ellos y servir como una adición llamativa a la caja de herramientas capitalista. Airbnb y Uber y el resto son más adecuados a las redes virtuales y tecnologías que cambian rápidamente. Ellos son pioneros en un nuevo tipo de empresa que puede hacer un mejor trabajo de convertir los sueños en los negocios.

lunes, 3 de agosto de 2015

Brecha entre productividad y pago al factor trabajo afecta la economía americana

No, este gráfico prueba que no todo está bien con el capitalismo estadounidense

Por Jordan Weissmann - Slate


 Un mural dañado de trabajadores de la fábrica en Chicago.
Reuters

Si usted continúa con el debate sobre la desigualdad, en algún momento, probablemente, usted ha leído que el pago de estadounidenses de clase media no ha podido seguir el ritmo de su productividad. Los trabajadores están creando más valor para las empresas que antes, pero no están siendo compensados ​​por ello. Tal vez incluso haya visto un gráfico como éste, del Instituto de Política Económica. La línea azul oscura disparando a 45 grados? Esa es la productividad, o la producción económica por hora de trabajo. La línea de color azul claro que casi mesetas alrededor de la década de 1970? Eso es una compensación por la producción y no supervisores empleados-sueldos y salarios más beneficios para las personas que, básicamente, no están en la gestión. Cuanto más grande sea la brecha entre esas dos líneas, más parece que algo ha sido fundamentalmente mal con el capitalismo durante los últimos 30 años más o menos. Puede haber sido de trabajo, pero no para los trabajadores.



Pero es engañoso esta foto? ¿Está su empleado promedio todavía cosechando los beneficios de la economía? Clive Crook en Bloomberg View parece pensar que sí. En un post titulado "El capitalismo americano no se rompe después de todo," que apunta a un conjunto de gráficos de Harvard economista Robert Lawrence que ajusta las comparaciones de productividad-salarios típicos en un número de maneras. Es un poco involucrado, pero en breve:

En vez de los salarios de seguimiento, que rastrea la indemnización. (PAI hace lo mismo, pero algunos escritores y economistas basta con ver los ingresos en efectivo.) Esto es importante, porque un montón de pago del trabajador podrían ser comido por el costo del seguro de salud y otros beneficios.
En lugar de calcular salario por nonmanagement trabajadores o para la mediana del trabajador de que se ve en la remuneración promedio para todos los trabajadores.
Se resta la depreciación del capital coste de la sustitución de equipos gastados, desde robots gigantes de auto-fábrica para los ordenadores portátiles en su oficina, desde la producción económica. ¿Por qué hacerlo? Porque ni los trabajadores ni los accionistas de la compañía realmente llegar a embolsarse el dinero que está devorado por depreciación. Se trata básicamente de parte de nuestro costo nacional de hacer negocios.
Se ajusta todo por la inflación con base en el costo de los productos de los trabajadores producen, más que el costo de vida.
En última instancia, se obtiene un gráfico que tiene este aspecto. Los salarios medios en realidad no se atrasan la productividad hasta las 2.000.



¿Por qué la relación se rompe después de ese punto sigue siendo un tema de debate. (Lawrence, para simplificar radicalmente, argumenta que las empresas esencialmente no han invertido lo suficiente.) "El punto principal de comprender, sin embargo, es más sencillo", escribe Crook. "Durante décadas después de 1970, al contrario de una cuenta de ingresos de mano de populares creció aproximadamente en línea con la productividad. En el largo plazo, lejos de ser irrelevante para el bienestar, el crecimiento de la productividad va mucho a decidir cómo pobres o prósperos estadounidenses comunes habrá ".

Eso no es, de hecho, lo que el gráfico de Lawrence nos dice nada. Una vez más, Lawrence está buscando específicamente a sueldo promedio para todos los trabajadores. Eso incluye a todos, desde Tim Cook hacia abajo a su equipo de limpieza de oficinas. Por extraño que parezca, tiene perfecto sentido para los propósitos de Lawrence: Él es, básicamente, en una pelea con Thomas Piketty y sus fans académicas acerca de la relación entre el capital y el trabajo, y quiere medir con precisión cómo cuota global 'tanto los trabajadores en el ingreso nacional ha disminuido en los últimos años, al tiempo que sugiere algunas teorías de por qué se ha producido el cambio. Su matemática nos dice absolutamente nada, sin embargo, sobre si las ganancias de compensación se han distribuido de manera uniforme entre los trabajadores. Y adivina qué? No han sido, incluso cuando se incluyen cosas como el seguro de salud, en la ecuación. Pagar por la productividad imaginaria "trabajador medio" ha seguido. Para el trabajador típico, no es así.
Esto no es un nuevo punto. Usted puede encontrar los economistas liberales como Jared Bernstein lo que es nuevo en 2013. Y por su parte, EPI ilustra en el gráfico siguiente. Ajusta los datos de productividad y compensación alguna manera similar al enfoque de Lawrence, excepto que todavía se ve sólo a empleados de producción y no supervisores, que constituyen alrededor del 80 por ciento de la fuerza laboral. Como se puede ver, todavía hay una gran brecha entre la productividad y la compensación de crecimiento del país.



Ahora, algunos podrían argumentar que esto tiene sentido total de, al menos si se asume que la mayoría de nuestras mejoras en la productividad en los últimos años se han debido a los estadounidenses con estudios superiores que hacen un buen uso de las computadoras para automatizar cosas como producción de la fábrica. Pero eso es a) debatible y b) una cuestión independiente de si todas las ganancias de la economía en los últimos años están filtrando a su trabajador típico. Ellos no están. Ha sido un largo tiempo desde que hemos sido capaces de contar con una creciente ola levantar todos los barcos.

viernes, 12 de junio de 2015

¿Hacia una nueva teoría del capitalismo?

Para ir más allá de auge y crisis, necesitamos una nueva teoría del capitalismo
Paul Mason - The Guardian
Encontrar uno es el Santo Grial de la economía

 
El problema es que la gente está haciendo las preguntas equivocadas. Fotografía: Martin Lee / Rex Features

Este es el año en que la economía podría, si tenemos suerte, doblar una esquina. Hay una avalancha de llamadas para el cambio en la forma en que se enseña en las universidades. Hay una conferencia mundial en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo en París, donde los gigantes de la economía radical - incluyendo el ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis - tendrán su plataforma cada vez más grande de la corriente principal. Y hay una película en la que una estrella de Monty Python habla con una marioneta de Hyman Minsky.

Documental Boom Boom Busto de Terry Jones llega a las salas de cine este mes. El uso de títeres y cabezas parlantes (incluyendo el mío), Jones está tratando de popularizar el trabajo de Minsky, un economista estadounidense que murió en 1996, pero cuyo nombre se ha convertido para siempre asociado con la caída de Lehman Brothers. Aterrorizado analistas catalogaron como el "momento Minsky".

El genio de Minsky era mostrar que el capitalismo financiero complejo es inherentemente inestable. En condiciones de estabilidad, las empresas, los bancos y los hogares, con el tiempo, pasar de una posición donde sus ingresos paga su deuda, a una donde sólo se puede cumplir con los pagos de intereses sobre el mismo. Por último, como la inestabilidad aumenta, y los bancos centrales responden ampliando la oferta de dinero, la gente termina endeudamiento sólo para pagar intereses. El precio de las acciones, los hogares y de las materias primas cohetes. Busto se hace inevitable.

Esta predicción lógica y coherente se rieron hasta que se hizo realidad. La economía dominante habían convencido a sí misma de que el capitalismo tiende hacia el equilibrio; y que cualquier choque deben ser externos. Lo hizo mediante la reducción de pensamiento económico a la construcción de modelos abstractos, que describen a la perfección el sistema de 95% del tiempo, pero se descomponen durante eventos críticos.

A raíz de la crisis - que amenaza algunos países con una fase de estancamiento que duran décadas - La visión del Minsky ha sido reconocido. Pero sus partidarios se enfrentan a un problema. La corriente principal tiene un modelo; los radicales no lo hacen. La teoría dominante es "suficientemente bueno" para dirigir un negocio, un ministerio de finanzas o un banco central - el tiempo que usted está preparado, en la práctica, hacer caso omiso de esa teoría cuando se enfrentan a situaciones de crisis.

Que, efectivamente, se describe la situación entre la formulación de políticas de élite de hoy. Ellos están tratando de luchar con la economía de nuevo en un estado donde sus modelos pueden hacer frente a ella de nuevo, utilizando medidas de sus teorías dicen que no se necesitan: la flexibilización cuantitativa, nacionalizaciones bancarias, impagos de deuda parciales y devaluaciones de la moneda.

El radical, pro-Minsky facción está en desventaja, ya que no posee un modelo alternativo completo del capitalismo. Algunos han generado programas de ordenador que muestran cómo suceden las crisis financieras. Pero, por su propia admisión, que no tienen un modelo alternativo completo de cómo funciona el capitalismo. Son, admite el profesor de Finanzas holandés Theo Kocken, "más o menos bien" en lugar de "exactamente equivocado". La solución de Kocken es concentrarse en eso que percibir erróneamente riesgo. La Economía del Comportamiento ha tenido un día de campo desde 2008, la identificación de problemas para el cerebro humano cuando se enfrenta a riesgos complejos: simplificación excesiva, el exceso de confianza y "sesgo de confirmación", donde ignoramos los hechos que desafían nuestras creencias existentes. Pero la adición de puntos de vista de comportamiento para el modelo de Minsky de manía financiera no se convierta en una teoría del capitalismo.

Aquí, el paralelismo con los acontecimientos de la física son evidentes. Después de gran avance de Einstein, nos quedamos con dos competidores - y mutuamente incompatibles - las cuentas de las leyes de la física. El mismo Einstein no estaba satisfecho con esto, persiguiendo desde la década de 1920 una "teoría del todo". Es un objetivo loable en economía también. Y aquí es donde llegamos al punto de inflexión. Los defensores de la economía ortodoxa y los rebeldes Minsky son, en esencia, la misma pregunta: "¿Qué hace el capitalismo normalmente se parece a" El que responde a "estable"; el otro "inestable". Pero es la pregunta equivocada. La pregunta correcta es: ¿Dónde estamos en el arco largo del desarrollo capitalista? Más cerca del comienzo, la mitad o el final? Pero esa pregunta va al corazón de las tinieblas.

Para la corriente principal, sus convicciones sobre el equilibrio y modelos abstractos siempre se basaban en la creencia de que el capitalismo es un sistema eterno: la disposición social más completo que refleja la naturaleza humana. Seguidores de Minsky, al igual que con todos los seguidores de JM Keynes, asumen que una mejor comprensión de la manía financiera puede estabilizar un sistema intrínsecamente inestable. Pero incluso los físicos, que estudian un universo que ha durado 13 mil millones años, están dispuestos a tolerar - de hecho, están obsesionados con el modelado - su muerte.

Así que la búsqueda de la teoría es obligatorio en la economía. El Santo Grial no es una nueva ortodoxia, improvisado de Minsky y los restos de la corriente principal de pensamiento para que los banqueros pueden construir modelos comerciales para solventar los problemas creados por la forma en que nuestros cerebros funcionan. El objetivo debe ser algo más grande para modelar crisis actual del capitalismo dentro de la comprensión de su destino.

Para mí, la pregunta más fundamental en la economía todavía se refiere a la crisis de 2008. ¿Fue este evento el último de una serie de choques necesarios para que una tercera revolución tecnológica para despegar? ¿O era una prueba de que la tendencia del capitalismo para adaptarse y formar de nuevo en respuesta a la tecnología se ha estancado o incluso se terminó? Esa es la sombra que tenemos que saltar por encima de la economía. En medio de la manía de "nuevo pensamiento económico", es lo que tenemos que pensar más dura sobre.

domingo, 17 de mayo de 2015

Un economista peruano refuta a Piketty

El economista De Soto refuta las tesis de Piketty
El autor de este artículo afirma que el origen de la miseria no es el capital, sino su carencia
Hernando De Soto - El País



La obra de Thomas Piketty El Capital en el Siglo XXI concitó interés a nivel mundial, no porque emprenda con ella una cruzada contra la injusticia social —somos muchos los que lo hacemos— sino porque, basándose en sus lecturas de los siglos XIX y XX, enarbola como tesis central: “El capital produce mecánicamente desigualdades arbitrarias e insostenibles” que inevitablemente conducen al mundo a la miseria, la violencia y las guerras y que continuará haciéndolo en este siglo.
Hasta ahora los críticos de Piketty sólo han planteado objeciones técnicas a sus malabarismos con las cifras, pero no han impugnado su tesis política y apocalíptica, que es absolutamente incorrecta. Yo lo sé porque en los últimos años mis equipos de investigadores han realizado estudios de campo, explorando países donde campeaban la miseria, la violencia y la guerra, en pleno siglo XXI. Lo que descubrimos fue que lo que la gente realmente desea es más capital, no menos, y quieren que su capital sea real y no ficticio.

La plaza de Tahrir, El Cairo: la ciudad del capital muerto

Thomas Piketty, al igual que muchos otros estudiosos occidentales que investigan dotados de un presupuesto limitado, cuando tropieza en países no occidentales con datos estadísticos precarios y disparatados, en lugar de efectuar su propio muestreo en el terreno, adopta las categorías de clase y los mismos indicadores estadísticos europeos y los extrapola a las realidades de esos otros países. Luego se basa en ellos para sacar conclusiones de validez mundial y llegar a una ley de aplicación universal, sin tomar en cuenta que el 90% del mundo vive en países en vías de desarrollo o de la antigua Unión Soviética, cuyos habitantes producen y mantienen su capital en el sector informal, vale decir, al margen de las estadísticas oficiales.
Los alcances de este error no se limitan a simples métodos de cálculo. Aunque sucede que el tipo de violencia que estalló en lugares como la plaza de Tahrir, Egipto, en 2011, se presenta precisamente en aquellas partes del mundo, según nuestros estudios de campo, el capital tiene un papel determinante pero oculto que el análisis eurocéntrico no puede percibir.
A petición del ministro de Hacienda de Egipto, mi equipo, junto a 120 investigadores, en su mayoría egipcios, no sólo estudiaron documentos oficiales, sino que apelaron a todos los medios locales para conseguir información que permitiera al Gobierno comprobar la veracidad y la integridad de sus estadísticas convencionales.
Descubrimos que el 47% del ingreso anual del trabajo en realidad proviene del capital. Los casi 22,5 millones de trabajadores que hay en Egipto no sólo ganaban un total de 20.000 millones de dólares (18.361 millones de euros) en salarios, sino que además percibían otros 18.000 millones de dólares (16.527 millones de euros) por el rendimiento de su capital no registrado. Nuestro estudio demostró que los “trabajadores” egipcios son propietarios de bienes inmuebles cuyo valor se estima en unos 360.000 millones de dólares (330.534 millones de euros), que representa un monto ocho veces superior a toda la inversión extranjera directa llegada a Egipto desde que Napoleón invadió el país. ¡Con razón Piketty no se percató de estos hechos, pues solo estudió las estadísticas oficiales!

Las revoluciones árabes y las guerras por el capital

A Piketty le preocupa que haya guerra en el futuro y sugiere que cuando se produzca lo hará como una rebelión contra las injusticias que provoca el capital. Al parecer, no se ha dado cuenta de que las guerras por el capital ya han empezado, en Oriente Próximo y el norte de África, con Europa por testigo. Si no se le hubieran pasado por alto estos acontecimientos Piketty se habría percatado de que no son revueltas contra el capital, como supone su tesis, sino más bien revueltas por el capital.
La primavera árabe se desencadenó a causa de la inmolación de Mohamed Bouazizi en Túnez, en diciembre de 2010. Como las estadísticas oficiales y eurocéntricas califican de “desempleados” a todos aquellos que no trabajan para empresas formalmente reconocidas, no debe sorprendernos de que la mayoría de observadores rápidamente le adjudicaran a Bouazizi el calificativo de “trabajador desempleado”. Sin embargo, este sistema de clasificación no se percató de que Bouazizi no era un trabajador, sino un comerciante desde los 12 años, y que deseaba vehementemente tener más capital (ras el mel, en árabe). Se puede decir que una taxonomía eurocéntrica nos impidió ver que, en realidad, Bouazizi estaba encabezando cierto tipo de revolución industrial árabe.
Y no fue el único. Poco después descubrimos que otros 63 empresarios, en un periodo de dos meses, e inspirados por Bouazizi, intentaron suicidarse públicamente en todo Oriente Próximo y el norte de África, y animaron a millones de árabes a tomar las calles derrocando casi de inmediato a cuatro gobiernos.
A lo largo de dos años entrevistamos a casi la mitad de los 37 inmoladores que sobrevivieron a las quemaduras y también hablamos con sus familiares. Lo que precipitó sus intentos de suicidio fue que les habían expropiado el poco capital que poseían. Unos 300 millones de árabes viven en las mismas circunstancias que ellos, y de ellos podemos aprender muchas cosas.
Primero, que el origen de la miseria y de la violencia no es el capital, sino la carencia del mismo. No tener capital es la peor injusticia.
Segundo, que para la mayoría de nosotros que no pertenecemos al mundo occidental y, por lo tanto, no estamos sometidos a las categorizaciones europeas, el capital y el trabajo no son enemigos naturales, sino más bien facetas que se entretejen para formar un todo.
Tercero, que el mayor freno para el desarrollo de los pobres es su incapacidad para forjarse un capital y protegerlo.
Cuarto, que la disposición personal a enfrentarse al poder no es exclusivamente una cualidad occidental. Cada uno de los inmoladores es Charlie Hebdo.

El capital ficticio y la crisis económica europea

Concuerdo plenamente con Piketty cuando sostiene que la ausencia de transparencia es un mal medular de la crisis europea, que no amaina desde 2008. Pero no comparto la solución que propone: armar un libro de contabilidad gigante —un “catastro financiero”— que incluya todos los activos financieros. No tiene sentido porque el problema está en que los bancos europeos y los mercados de capital tienen gran cantidad de lo que Marx y Jefferson llamaban capital “ficticio”. Es decir, papeles que ya no reflejan un valor real. ¿Quién querría un catastro de billones de dólares y euros, de derivados financieros agregados en paquetes de origen turbio, basados en bienes que no dejan rastro o cuya documentación está incompleta, que se propagan y arremolinan sin control por los mercados europeos? Un catastro que se limite simplemente a sumar el “valor” de todos estos instrumentos solo podría reportar un guarismo inútil sobre un capital ficticio. Especialmente, cuando vemos que una de las razones principales del mínimo crecimiento de la economía europea es que nadie confía en las instituciones financieras que detentan esos papeles sin valor.
Entonces, ¿cómo haríamos para crear un catastro que refleje la realidad y no la ficción? ¿Cómo pueden los Gobiernos manejar datos económicos cuya veracidad se pueda comprobar en un mercado mundial lleno de papeles ilusorios? ¿Cómo podemos ubicar, fijar y controlar algo tan inmaterial y trascendente como el capital? Fueron los franceses quienes aportaron la respuesta con sus sistemas de registro de propiedad desarrollados antes, durante y después de la Revolución francesa. Los sistemas de registro de aquella época feudal no podían ir al ritmo de los mercados en fuerte expansión. Las recesiones eran incontrolables y desapareció la confianza entre los franceses, por lo que llevaron su frustración a las calles. Los reformadores franceses no respondieron con un catastro que retratara el caos del sistema financiero, sino creando sistemas de recopilación de datos, radicalmente nuevos, que reflejaran datos reales y no ficticios.
Simple y genial. Al contrario de lo que sucede con los estados financieros, los registros de propiedades se guardan en archivos muy bien reglamentados y son accesibles al público, además contienen toda la información disponible sobre la situación económica de las personas y de los bienes que controlan. Nadie puede permitirse cometer errores al declarar la cantidad de capital que posee pues perdería su capital.
Como bien señaló el reformista francés Charles Coquelin, Francia pudo modernizarse cuando el país aprendió a registrar la propiedad durante todo el siglo XIX y, por lo tanto, pudo hacer un levantamiento de los millares de enlaces que entretejen las empresas, y con ello socializar y reestructurar la producción en forma más flexible.
Piketty tiene el corazón en el lugar correcto, pero tiene los papeles en los archivos equivocados. El problema del siglo XXI son los papeles sin respaldo en bienes de Occidente, y los bienes sin papeles en el resto del mundo.
¿Cómo lidiamos con la miseria, las guerras y la violencia cuando la mayoría de los registros del mundo han dejado de representar aspectos cruciales de la realidad? La historia francesa es un buen punto de partida para encontrar respuestas, especialmente en la etapa de Revolución francesa.
Hernando de Soto, economista peruano, es autor, entre otros libros, de El misterio del capital. ¿Por qué el capitalismo triunfa en occidente y fracasa en el resto del mundo? (2000).

jueves, 9 de abril de 2015

Los criminales y la construcción del capitalismo

Cómo criminales construyeron el capitalismo
Por Clive Crook - Bloomberg View


Lord Cochrane

Cada vez que los compradores y vendedores se reúnen, oportunidades para esquilan al otro sujeto surgen. La historia de los mercados es, en parte, la historia de la mentira, el engaño y el robo - y del esfuerzo a lo largo de los años para combatir el crimen comercial.

De hecho, la evolución de la economía moderna debe más de lo que piensas a estos forajidos. Ese es el tema de "Forging Capitalism: Rogues, Swindlers, Frauds, and the Rise of Modern Finance" ["El capitalismo de forja: Los pícaros, estafadores, fraudes, y el surgimiento de las finanzas modernas"], por Ian Klaus. Es una historia de crímenes financieros en los siglos 19 y principios del 20 que trazan una secuencia que se repite: nuevos mercados, nuevas formas de hacer trampa, nuevas maneras de realizar transacciones y de confianza segura. Como dice Klaus, los delincuentes ayudaron a construir el capitalismo moderno.

Y lo que un elenco de personajes. Thomas Cochrane es mi favorito. . (Esto es en parte porque era el modelo para Jack Aubrey en Patrick O'Brian de "Master and Commander" novelas, que he estado leyendo y releyendo por décadas de suponer que Klaus no es un fan: No tenga en cuenta la conexión.)

Cochrane fue un héroe aristócrata y naval. En el apogeo de su fama en 1814 fue llevado a juicio por fraude. Un asociado se había extendido falsos rumores de la muerte de Napoleón, lo que eleva el precio de la deuda del gobierno británico, y permitiendo Cochrane para evitar grandes pérdidas en sus inversiones. Cochrane se quejó (con razón, de hecho) que el juicio fue amañado, pero fue declarado culpable y enviado a prisión.

La historia es fascinante por derecho propio, y el libro apunta a su sentido más amplio. Cochrane, en cierto modo, fue declarado culpable de conducta impropia de un hombre de su posición. La reproducción de los mercados, vamos engaño solo, era algo que un hombre de su estado no se supone que debe hacer. Confianza residía en la posición social.

A medida que el siglo turbulento continuó, el capitalismo se movió su frontera hacia el exterior en todos los sentidos: Se encontró nuevas oportunidades en el extranjero; innovación financiera aceleró; y los compradores y los vendedores eran cada vez más probable que sean desconocidos, que funciona a una distancia a través de intermediarios. Estos nuevos tipos de transacciones requieren nuevas formas de asegurar la confianza. El estatus social disminuido como garantía de buena fe. En su lugar llegó, primero, la reputación (basado en un historial comprobado de trato honesto) entonces la verificación (en base a los registros públicos y privados que Avalado por la honestidad de las partes).

Las sucesivas estafas y escándalos empujaron esta evolución de la confianza a lo largo. Gregor MacGregor y la colonia sudamericana mítica de Poyais ("el fraude por excelencia de la primera burbuja de inversión moderna de Gran Bretaña", Klaus llama); Beaumont Smith y una factura erario forjar operación de alcance extraordinario y duración; Walter Watts, empleado de seguros, empresario teatral y estafador; Harry Marks, periodista, propietario de periódicos y globo de las existencias sin valor. Una y otra vez, estas figuras notorias alteraron la forma en que el público pensaba acerca de la confianza comercial y estimularon los cambios que permitieron al público a seguir confiando, no obstante.

Las historias son de absorción y el tema más amplio es importante: "El capitalismo Forjar" Es un libro muy bien y lo recomiendo. Pero tengo un par de críticas. El proyecto presumiblemente comenzó como una disertación académica, y sobre todo al principio, antes de Klaus comienza a contar las historias, la gravedad académica es aplastante.

Confianza, para ser simple con nuestra definición, es una expectativa de comportamiento construida sobre normas y hábitos culturales. A menudo depende de un conjunto compartido de ética o valores. También es un proceso orquestado a través de las comunidades e instituciones. En este sentido, es un evento cultural y por lo tanto un fenómeno histórico.

Sin lugar a dudas, pero después de un primer párrafo de esa manera usted no está esperando una página-Turner. Confía en mí, se pone mejor. Cuando se aplica a sí mismo, Klaus puede escribir. Describiendo el mensajero que trajo la falsa noticia de la muerte de Napoleón, que dice:

Fuera del oscuro de la calle, el hombre podría ser visto a la luz de dos velas. Miró, un testigo más tarde declarar, "como un extraño de cierta importancia." Una gorra de piel de foca alemán, adornada con franjas de oro, se cubrió la cabeza. Un abrigo gris cubría su uniforme rojo, sobre la que colgaba una estrella ... Los vecinos y residentes de la posada se agita y se asomó como el visitante escribió una nota.

Cuentame mas.

Mi otra objeción es repetida sugerencia del libro que Adam Smith y otros defensores clásicos de la economía de mercado, ingenuamente, subestimaron la propensión humana para engañar y sobre-acreditan la capacidad del mercado para promover el buen comportamiento. Klaus no examina sus reclamaciones en longitud o directamente, pero a menudo dice cosas como:

La sociabilidad en la que Adam Smith había puesto sus esperanzas para el aprovechamiento propio interés no era una garantía suficiente en el capitalismo a veces criminal del libre mercado despiadado.

Por supuesto que no lo era. Smith no creía que las tendencias civilizadoras del mercado, junto con el instinto de los seres humanos para la cooperación, eran una garantía suficiente contra el fraude o incumplimiento de contrato u otros agravios comerciales. Él no era nada si no es realista sobre la naturaleza humana. Y, por cierto, muchas de las adaptaciones sutiles en el riesgo de desplazamiento de fraude que Klaus describe eran empresas privadas, no las medidas del gobierno. Lejos de ser sorprendidos por ellos, Smith habría esperado su desarrollo.

Sin embargo, Klaus tiene razón: Dar criminales ubicuos e ingeniosas de los mercados que les es debido. Ayudaron a construir el capitalismo moderno, y ellos no van a desaparecer. Pregúntale a Bernie Madoff.

martes, 30 de septiembre de 2014

Por qué Piketty es muy leído ahora

¿Por qué es el libro de 700 páginas de Thomas Piketty un éxito de ventas? 
Thomas Piketty es un economista francés, cuyo "Capital en el siglo XXI" se ha extendido el discurso estadounidense. Cuatro expertos - Brad DeLong, Tyler Cowen, Stephanie Kelton y Emanuel Derman - explican por qué es así
The Guardian


¿Es todo una cuestión de libro adecuado momento adecuado? Fotografía: Chloe Cushman / The Guardian
Heidi Moore

Ha habido un fenómeno extraño de este año: un joven economista francés, poco conocido-ha escrito un tomo de 700 páginas sobre la desigualdad económica - denso, con datos, ejemplos históricos de Francia, y algunas referencias literarias a Jane Austen.

Esa no es la parte extraña. Esto es: que es un éxito de ventas.

De alguna manera, Capital en el siglo XXI por Thomas Piketty se ha convertido en un tema de conversación entre las personas cultas. Su cubierta gráfica y marfil rojo es ineludible. A principios de su lanzamiento, fue a n º 1 en la lista de best sellers de Amazon y la versión en papel - un tope de puerta en el castigo, tapa dura pesada - se agotaron en las principales librerías.

El principal argumento de Piketty es esto: que el capital invertido - en el mercado de valores, en el sector inmobiliario - crecerá más rápido que los ingresos.

Las implicaciones de que son profundos: tener capital invertido, debe tener dinero ya. Si depende de los ingresos, como la mayoría de la gente hace, es probable que nunca se ponga al día con la gran cantidad de personas que ya son ricos. El 1% y el 99% consagrado por Occupy no son una anomalía de nuestro tiempo, la investigación de Piketty sugiere. Es una característica estructural del capitalismo. El trabajo de Piketty - que ha estado en marcha durante más de una década - es un apareamiento natural con el movimiento Occupy, que también cuestiona las premisas del capitalismo.

Usted puede ver el atractivo de este argumento, que ha impulsado el libro para convertirse en un punto de contacto cultural. Seattle citó Piketty en su ley de salario mínimo. El libro ha tenido muchas críticas y artículos que es posible que alguien se sienta como si lo han leído, incluso sin que se agriete la cubierta.

Lo que plantea la pregunta: ¿por qué este libro? Los temas que Piketty trae a colación se han consagrado en la discusión acerca de los economistas progresistas durante décadas. No menos de tres ganadores del Premio Nobel - Joseph Stiglitz, Paul Krugman y Robert Solow - todos han dedicado gran parte de su carrera al estudio de la desigualdad. El viernes, 19 de septiembre he moderado un panel en el Centro de Washington para un crecimiento equitativo que incluía Solow, así como economistas Brad DeLong, Tyler Cowen y Russ Roberts. Durante 90 minutos, se elaboraron las implicaciones del trabajo de Piketty - y la discusión terminó con mucho más que decir.

Decidí preguntar economistas estrellas y expertos en finanzas que han dedicado sus carreras a las cuestiones de la desigualdad y la economía estadounidense: ¿por qué es Thomas Piketty un éxito de ventas? ¿Está de lectura obligatoria? Sus respuestas bien pensadas son inferiores, y que incluyen algunas sorpresas - entre ellos uno que ha decidido no leer Piketty en absoluto.

Ah, y que se pronuncia así: Tome-AH PEEK-a-tee. Ahora, a los expertos.


La ilustración de libros de Piketty fotografía: Chloe Cushman / The Guardian

Stephanie Kelton

Stephanie Kelton es director del Departamento de Economía de la Universidad de Missouri-Kansas City. También es editor en jefe del blog mejor clasificado Nuevas Perspectivas Económicas.

¿Cómo se explica el fenómeno Piketty? El libro, que ha vendido más copias en papel que su alternativa de libros electrónicos, los comandos tanto de bienes raíces que va a desplazar a unos viejos favoritos cuando se toma una posición en su estantería. El título, Capital en el siglo XXI, no lleva exactamente el encanto excitante de un éxito de ventas como, digamos, cincuenta Shades of Grey. Se ve y suena como lo que es - un tomo académico que se dispone a investigar los patrones cambiantes de la propiedad en el recurso más dominante de la economía, el capital. ¿Quién es dueño de stock mundial de activos tangibles y financieros, ¿de dónde los consiguen, y cómo lo hizo la distribución de cambio de propiedad a través del tiempo?

Si bien es fácil ver por qué un libro como éste recibiría tan intenso interés por parte de los economistas, que están diseñados para ocuparse de cuestiones como éstas, es, tal vez, más difícil de entender cómo el capital se convirtió en un libro que encabezan la lectura de verano listas de miles de playa-unidos, trabajando adultos de clase. Mi conjetura es que el capital era el libro adecuado en el momento adecuado.

El movimiento Occupy sentó las bases para un gran debate. Lo que estaba sucediendo a América? ¿Estábamos presenciando el surgimiento de una plutocracia o la aparición de una meritocracia? Chris Hayes y Joe Stiglitz hizo el caso de la izquierda, mientras que Tyler Cowen y David Brooks presentó una contra-narrativa de la derecha. Ambos equipos tuvieron un público fiel, pero era Piketty cuyo meticuloso examen de las pruebas, parecía proporcionar la prueba imparcial audiencias estábamos deseando. La izquierda estaba en lo cierto. Los ricos debían sus fortunas a sus antepasados ​​y el congresista que escribieron las lagunas de sus asesores fiscales para explotar. Es una conclusión que confirma muchas priores, lo que probablemente explica gran parte de su éxito.

Tyler Cowen

Tyler Cowen es profesor de Economía en la George Mason University y autor del reciente libro promedio es de más.

El Capital de Thomas Piketty en el siglo XXI ha sido un éxito por varias razones, en particular la calidad de los trabajos. Pero me gustaría centrarme en una razón descuidado por qué el libro ha encontrado tanto apoyo, es decir, aparece para fortalecer el caso para su redistribución.

La mayoría de los comentaristas anteriores se centraron en la desigualdad de ingresos. Bill Gates o JK Rowling han ganado más de CEOs o autores en el pasado, mientras que los ingresos de la clase media o clase media baja a menudo se estancan debajo de lo que las generaciones anteriores podrían esperar. Eso es un problema del mercado de trabajo - a saber, que algunos individuos no son muy demandados por los empleadores.

Las preguntas obvias son a continuación: a) ¿cómo podemos hacer bajos asalariados más productivos, y también b) ¿cómo podemos mejorar la educación?

Tal vez lo más importante, ya que estas cuestiones son procesados ​​por el público hay una actitud común - ya sea justificada o no - que muchas de las personas con bajos ingresos son parcial o totalmente responsables de su propia situación. Los igualitaristas no tienden a ganar estos debates políticos.

En la versión más simple del modelo Piketty, la riqueza crece con mayor rapidez que lo hace la economía en su conjunto y por lo tanto los cambios de imagen. Los perdedores relativos ya no son personas de bajos, sino más bien alguien que no es un capitalista. Cualquier disparidad se debe no a sus deficiencias en los mercados de trabajo, sino más bien a su falta de una alta dotación inicial.

Además redistribución funcionará a las mil maravillas, al menos siempre que la redistribución es suficiente para dar a los individuos más pobres algo de capital para invertir.

Si usted es un activista que favorece un montón de redistribución, la historia Piketty es mucho más fácil de decirse a sí mismo y decir a sus audiencias - y que es otra razón para su popularidad.


El título no lleva exactamente el encanto excitante de un éxito de ventas como, digamos, cincuenta Shades of Grey ', dijo Kelton. Fotografía: Chloe Cushman / The Guardian

Emanuel Derman

Emanuel Derman es profesor en la Universidad de Columbia, donde dirige el programa de ingeniería financiera. Su último libro es Models.Behaving.Badly: Why Confusing Illusion with Reality Can Lead to Disasters, On Wall Street and in Life - uno de los diez libros de Business Week de 2011.

Los economistas son los nuevos físicos nucleares, recurrieron a los gobiernos para el consejo como si fueran herederos del poder de los científicos que crearon Hiroshima. Los macroeconomistas ahora aconsejan los bancos centrales en la política monetaria, y los economistas del comportamiento dicen los partidos políticos y los gobiernos cómo codazo a los ciudadanos a hacer lo que los políticos y los economistas consideran que es correcto.

Me gano la vida enseñando finanzas, la rama de la economía que se ocupan de poner un valor a los activos tales como acciones, bonos, hipotecas y opciones.

Aunque debo, no puedo llevar yo mismo a leer Thomas Piketty.

Ojalá pudiera. No tengo nada en contra de él o de su obra, que parece bien intencionada y dirigida a mejorar el bienestar humano. Yo soy sólo espiritualmente cansado de la chulería ubicua de los economistas, aunque Piketty suena como si él es menos culpable de esto que la mayoría de los expertos en los diarios.

El mejor modelo en mi campo, las finanzas, es el modelo Negro-Scholes de opciones de fijación de precios, lo que, según Steve Ross, un economista del MIT a sí mismo, "... es la teoría más acertada no sólo en las finanzas, sino en toda la economía . "he pasado la mayor parte de mi vida profesional trabajando en la teoría de opciones, y yo lo entiendo así. Más importante aún, entiendo sus limitaciones en la descripción del comportamiento de los seres humanos y de los mercados a través de complejas suposiciones simples y matemáticas. Pero limitada que sea, la financiación es mucho más fiable que la economía.

La economía es el estudio de cómo utilizar los recursos limitados para lograr buenos fines. Y bueno, por supuesto, está en el ojo del espectador, que se define por los seres humanos. Pero los economistas no están de acuerdo entre sí sobre los fines o medios. Ellos no se ponen de acuerdo sobre la eficacia de la impresión de dinero o la austeridad. Ellos siguen cambiando de opinión cada pocos años acerca de la sabiduría convencional, mientras que a cada instante que parece ser seguro que tienen razón. Mi queja con los economistas no es que sus modelos no funcionan bien - no lo hacen, mira el papel de los bancos centrales en la crisis financiera -, pero que parecen tan reacios a reconocer el grado de riesgo de sus consejos. Y, sin embargo, tenga cuidado con su poder no elegido temible. Todo aquel que visite de Marte el año pasado y pidiendo ser llevado a nuestro líder, sin duda esperar encontrar Bernanke.

Como resultado, sus argumentos públicos tienen una calidad incestuosa todavía masturbatoria que se agota a seguir. El único campo más seguro de sí mismo, pero con la misma regularidad mal como la economía es la nutrición, cuyas recomendaciones a rechazar la mantequilla / margarina o la carne roja / carbohidratos invierten regularmente a sí mismos.

Los científicos naturales (físicos, químicos, biólogos) han tenido el poder temible, y no siempre se usa bien. Pero por lo menos pueden más o menos de acuerdo sobre la verdad y la eficacia. Los economistas no pueden, excepto mediante el uso de regresiones estadísticas que son a menudo deficiente y prueban poco.

Así que no puedo actualmente me atrevo a leer más de 600 páginas de un economista. Un día espero leer el libro de Piketty.

J Bradford DeLong

Brad DeLong era un asistente del secretario adjunto del tesoro, del 1993-1995, y ahora es profesor de economía en la Universidad de California en Berkeley, investigador asociado del NBER y un blogger para el Centro de Washington para un crecimiento equitativo.

Me gusta la Capital de Thomas Piketty en el siglo XXI mucho. De ello se sigue el consejo de Larry Summers - que siempre he pensado sabio - que cuanto más adelante en el tiempo que deseamos pronosticar, cuanto más atrás en el tiempo que debemos buscar. Se trata de preguntas muy grandes e importantes. Se necesita una amplia visión moral-filosófico, en lugar de una vista técnico-economicista estrecha. Combina historia, la estimación cuantitativa, la teoría de las ciencias sociales, y una profunda preocupación por el bienestar social de una manera que es muy raro en estos días.

Pero yo pensé que sería un libro para un público limitado: yo y algunos otros. Que esperaba la gente que no tienen las almas de los contadores para comenzar a roncar en Piketty de números, números, números y más números.

Lo que podemos pensar es por qué la tierra no era fértil: ¿por qué estaba allí el potencial para una explosión viral masiva audiencia de interés en la capital en el siglo XXI en lugar de nuestro sistema estándar de memes de propagación viral - vídeos gato y vigésimo de Buzzfeed Siete cosas que no te arrepentirás cuando seas mayor?

Confieso que no sé. Tengo una conjetura. Mi conjetura es que la clase media-alta comprador de libros de América hoy en día es muy angustiado cuando se mira el mundo a su alrededor, específicamente a dos cosas.

La primera es que nuestra sociedad actual está fallando en gran medida su mayoría no migrante no universitaria-completar, en que para todos nuestros juguetes electrónicos baratos, la vida no es más fácil de lo que era hace una generación, a pesar de una enorme explosión de la tecnología y la productividad.

El segundo es que ahora saben de una plutocracia que no usó de existir y nos hace muy incómodo. Gobernador de Michigan la pasada generación y presidente de American Motors George Romney vivía en una casa grande-pero-no-anormal y dirigió una compañía que creó un montón de buenos empleos con buenos salarios. Gobernador de Massachusetts de esta generación y Bain Capital CEO Mitt Romney tiene siete casas por valor de quizás 25 millones de dólares en total, y bossed una empresa cuyo principal modelo de negocio parece haber sido la explotación de anomalías legales como el hecho de que los fondos de pensiones tienen poco control sobre su dinero después de que se invirtió .

Y debido a que la clase media-alta que compra libros no confía en las posiciones atrincheradas de los ideólogos de los Estados Unidos, que están buscando nuevas ideas - que un extranjero como Piketty, cuyas posiciones no son las de cualquier gran facción política estadounidense, ofrece.

Ahora gran argumento de Piketty puede estar equivocado. Podría ser que en el futuro, el capital va a salir a complementar y no sustituir a la mano de obra, y la acumulación de riqueza de los plutócratas generará su propia eutanasia como una clase social, empujando hacia abajo la tasa de ganancia.

Podría resultar que las fortunas crecientes va a ser mucho más difícil en el futuro que Piketty piensa que lo hará. Podría resultar que nuestros plutócratas como una clase social se decidan a jugar el juego estado de gasto-su-dinero-y-cambio-el-mundo en lugar de enriquecer bisnietos que nunca van a ver.

Mi conjetura es que los elementos Grimmer de previsión de Piketty tienen sólo una posibilidad de 50-50 de que se hace realidad, incluso si plutócratas lograr y mantener un bloqueo en la política para las próximas tres generaciones. Pero eso es mucho más que suficiente para preocuparse por el escenario que pinta, y encontrar la manera de protegerse contra él.

miércoles, 11 de junio de 2014

La desigualdad del capitalismo afecta la democracia

La desigualdad ha convertido en el talón de Aquiles de la democracia
 La Conversación Reino Unido
WOLFGANG MERKEL, CENTRO DE INVESTIGACION de CIENCIAs SOCIALes DE BERLIN (WZB), LA CONVERSACIÓN Reino Unido

Las últimas semanas han sido todo sobre las elecciones y las promesas incumplidas: desde principios de abril hasta mediados de mayo, medio millar de millones de indios fueron a las urnas en lo que muchos describen una asombrosa muestra de destreza democrática. Más tarde, millones de ciudadanos europeos eligieron a sus representantes en el Parlamento de la Unión Europea, a menudo criticados y nunca muy queridos.



Mientras tanto, el primer ministro australiano, Tony Abbott decidió romper muchas de sus promesas electorales en 2013 su primer presupuesto. Muchos han visto con razón en ese documento un asalto abierto en el bienestar económico de los hogares de bajos ingresos, y más de un guiño cortés con los ricos. Si se aprueba el presupuesto, la brecha entre ricos y pobres en Australia muy probablemente aumentará.

Una vez más, los votantes se quedarán preguntándose : ¿cuál es el punto de las elecciones si ni siquiera pueden resolver el problema de la desigualdad socio-económica ?

Sería fácil de contestar : el problema es que el partido de Abbott es liberal. Pero la verdad es, por desgracia más problemática : la desigualdad se ha convertido en el pasado reciente, el talón de Aquiles de la democracia. Un partido de izquierda en el gobierno sería poco probable que cualquier diferencia.

Matrimonio nada fácil de la democracia y el capitalismo

La democracia y el capitalismo son dos modelos muy disputados. Sobre el papel, a lo largo de los últimos dos siglos, han probado los sistemas más exitosos de orden económico y político. Tras la desaparición del socialismo al estilo soviético y la transformación de la economía de China, el capitalismo se ha vuelto predominante en todo el mundo.

La democracia se ha seguido un camino similar. En comparación con el capitalismo, sin embargo, su éxito es mucho menos completa. Hoy en día, cerca de 120 países se puede llamar "democracias electorales", pero sólo alrededor de 60 pueden ser clasificados como democracias que funcionan sobre la base de estado de derecho.

Más importante aún, si por una parte la popularidad de la democracia parece en aumento, por otra los sistemas democráticos establecidos han entrado en una fase de decadencia crónica. Los estudiosos hablan cada vez más de "post- democracia " ( Colin Crouch ) o "democracia de fachada " ( Wolfgang Streeck ). La mayoría de los críticos parecen estar de acuerdo que el capitalismo es el culpable de este desarrollo tardío.


Ruptura de la convivencia pacífica

Durante los últimos 40 años, la relación entre la democracia y el capitalismo ha cambiado radicalmente. Lo que Karl Polanyi llama socialmente " capitalismo incrustado " se convirtió en el "neoliberalismo ", " desregulación ", la "globalización " y la " financiarización ".

La " desnacionalización " cada vez mayor de la economía y de la toma de decisiones políticas se ha debilitado progresivamente el poder de los parlamentos electos democráticos en favor de los gobiernos y desregulado los mercados globalizados.

Parlamentarios desempeñan un papel secundario a poderosos CEOs financieros y más a menudo que no sólo legitiman apenas y monitoreados organismos supranacionales como la Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo. Este cambio de poder se aceleró el aumento de las desigualdades socioeconómicas en los países de la OCDE.

Los votantes ausentes

Paralelamente a esta tendencia, las democracias establecidas han sido testigos de un declive preocupante constante de la participación electoral. En los EE.UU., en promedio, menos del 50 % de los votantes resultar en la jornada electoral. Sólo los países con voto obligatorio - como Australia - han demostrado ser más resistentes en contra de esta tendencia.

El problema, sin embargo, no es tanto la baja participación, pero la selectividad social que ello implica. Cuanto menor sea la participación, mayor será la exclusión social. Evidencias muestran que los votantes en el extremo económico inferior del espectro social son los que desertan las urnas.

En los EE.UU., las personas con un ingreso familiar anual disponible de más de 100.000 dólares EE.UU. son más propensos a votar que los que tienen un ingreso de 15.000 dólares EE.UU. o menos. Las proporciones que votan son 80 % contra 30 %.

En una mirada más cercana, el sistema estadounidense muestra un fuerte parecido con un apartheid electoral, donde la mitad inferior de la sociedad está excluida de la participación política. Las consecuencias a largo plazo no puede ser subestimada. Los EE.UU. bien podría representar la forma de lo que vendrá para otras democracias de todo el mundo.

La ineficacia de las elecciones

En un sistema democrático ideal, el antídoto para la desigualdad se debe votar. Se podría argumentar que los miembros de los hogares de bajos ingresos deberían votar razonablemente a los partidos políticos que luchan por la redistribución económica. Los datos nos dicen una historia diferente : los hogares de bajos ingresos, mucho más que los de las clases media y alta, tienden a abstenerse de acudir a las urnas por completo.

Las plataformas de los partidos de izquierda cajón de sastre socialdemócratas y otros todavía dicen representar los intereses de las clases de bajos ingresos. Esta es, sin embargo, más de un dispositivo de relaciones públicas para mantener viva la imagen anacrónica de las partes como los defensores de la "justicia social " que un verdadero esfuerzo conseguir-hacia fuera - el - voto dirigido a aquellos votantes crónicamente ausentes. Por otro lado, los partidos conservadores, liberales y derechistas no tienen un interés en la redistribución de arriba hacia abajo activa, tanto por razones ideológicas y electorales.

Cuando está en la oficina, sin embargo, los partidos de izquierda se enfrentan a un dilema paradójico : para apoyar eficazmente las políticas redistributivas como el salario mínimo, el mantenimiento del Estado del bienestar y la fiscalidad de las rentas más altas probablemente dañar su circunscripción histórica, los hogares de bajos ingresos. Estas políticas darían lugar a amenazas por parte de inversores para mover el capital y las inversiones en el extranjero.

Eso, a su vez, costaría puestos de trabajo en el mercado nacional y dar lugar a un menor crecimiento económico, menos ingresos públicos, la inversión menos social y, eventualmente, un menor número de votos.

El problema radica en la relación entre el capitalismo y la democracia : la supervivencia de los gobiernos depende de la confianza de sus votantes. Pero para mantener esa confianza que también dependen del desempeño de sus economías reales y, cada vez más, en la confianza de los mercados financieros. Es, por tanto, menos riesgoso para los partidos de centro-izquierda racionales para movilizar a la clase media de los votantes en el extremo inferior de la escala económica.

De piedras de papel a tigres de papel

El fundamento de voto económico es sólo una explicación parcial por qué las elecciones no logran frenar el aumento de la desigualdad social. Conflictos socioeconómicos son transversales de las líneas de los conflictos culturales. Este último puede ser religioso o étnico en la naturaleza, pero también puede ser visto a través del prisma de la izquierda libertaria contra división política derecha autoritaria (Herbert P. Kitschelt ).

Particularmente las clases medias bajas y bajas (principalmente hombres) son más receptivos a las políticas autoritarias y etnocéntricas. Hay muchos ejemplos de esta tendencia se pueden encontrar en las campañas electorales cada vez más exitosos de los derechistas partidos populistas de los países escandinavos, Austria, Francia y Suiza, y más recientemente en el Reino Unido.

En estos países, una parte importante del electorado de bajos ingresos se decanta por los partidos autoritarios, xenófobos y neoliberales. Las últimas hazañas del Partido por la Independencia del Reino Unido en las elecciones europeas es la última prueba de esta tendencia creciente.

En toda Europa, los votantes de bajos ingresos se han dirigido a los partidos xenófobos y autoritarios de derecha como el Frente Nacional de Marine Le Pen en Francia. EPA

Durante la mayor parte del siglo 20, el derecho a votar fue las "piedras de papel" de las clases bajas ( Adam Przeworski ). Estaban acostumbrados a domar y socialmente afianzar el capitalismo mediante la elección de los partidos de izquierda (en su mayoría reformistas socialdemócratas ) para establecer los derechos de los trabajadores, un sistema de redistribución fiscal y ampliar el Estado del bienestar. Este largo período de expansión social, fue testigo de una redistribución de arriba hacia abajo en la mayoría de los países industrialmente avanzados, especialmente después de 1945.

Esta tendencia se dio la vuelta en la década de 1970. Las piedras de papel pierden su eficacia y se transforman en lo que los chinos llamarían "tigres de papel". Las elecciones democráticas se han convertido en rivales impotentes de la desigualdad social. Lo contrario se ha convertido en la norma : en los países democráticos, los ricos se hacen más ricos, mientras que los pobres están irremediablemente atrapado en un estado inmutable de la pobreza crónica.

El Gobierno Abbott parece seguir esta línea muy religiosamente. Su primer presupuesto es otro clavo en el ataúd.

La Izquierda toma un giro cultural

Otra cuestión importante ha sido el cambio cultural dentro de la izquierda. Desde finales de 1970 los movimientos de protesta comenzaron a centrarse más en la cultura que en cuestiones económicas.

La importancia de los sindicatos ha disminuido constantemente. En países como Francia o España, una vez el hogar de los poderosos sindicatos, menos del 10 % de la fuerza laboral está sindicalizada.

Nuevos ONG políticos emergieron, de organizaciones ambientalistas de Amnistía Internacional o Transparencia Internacional. Su importancia no obstante, los principales objetivos de estas organizaciones están muy lejos de la redistribución económica. El núcleo de sus miembros y simpatizantes proviene de las clases media y alta.

Los días de la democracia representativa están contados si no somos capaces de idear un antídoto eficaz contra la desigualdad socioeconómica y política. Herramientas políticas como referéndums, asambleas deliberantes y las instituciones de monitoreo pueden ayudar a salvar a las ballenas y otras especies en peligro de extinción ; también pueden ser útiles para limitar la corrupción y violaciónes de los derechos humanos. Tienen poca relevancia para la re- regulación de los mercados, para restaurar el bienestar social y detener el aumento de la desigualdad.

El giro cultural de la política democrática progresista, sin duda, ha tenido muchos méritos, pero desafortunadamente uno principal inconveniente : nos hemos sacrificado el problema de la redistribución económica en el altar del progreso capitalista. Ahora nos encontramos que no tiene cura fiable para la enfermedad más evidente de la democracia : la desigualdad social, económica y política.

Una versión anterior de este texto fue presentado durante la primera conversación sobre ciclo de conferencias organizado por la Democracia Democracy Network Sydney en la Universidad de Sydney.

La Conversación

Wolfgang Merkel es el director del Centro de Ciencias y profesor de Ciencias Políticas Belin en la Universidad Humboldt de Berlín. Es miembro de la Comisión de Valores Básicos del Comité Ejecutivo del Partido Socialdemócrata Alemán ( SPD) y miembro de la Academia de Berlín -Brandenburg de la Ciencia. Su investigación se centra en la democracia, la democratización y los regímenes políticos..

Business Insider