viernes, 3 de octubre de 2014

Antimonopolio en el mercado de cervezas mexicano

Dos empresas barren del mercado a las cervezas artesanales en México
El organismo regulador instó a las dominantes a dar fin a las prácticas monopólicas hace un año
Paula Chouza


Una cervecería que distribuye marcas artesanales en el Distrito Federal (México). / SAÚL RUIZ

México es el primer exportador de cerveza en el mundo y en la actualidad solo dos compañías compiten por el negocio dentro del país. Grupo Modelo y Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, ahora en manos de las extranjeras AB InBev y Heineken, concentran el 99% del mercado nacional. Según los últimos datos de Cerveceros de México (la antigua Cámara Nacional de la Industria de la Cerveza y de la Malta) las cervezas artesanales poseen únicamente el 0,5% del mercado. Sin embargo, hace ya un año, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) emitió una resolución instando a las dos grandes cerveceras a acabar con las prácticas monopólicas en la distribución, comercialización y venta de cervezas.

“¿Qué estaba pasando en el mercado? Estos dos grupos cerveceros establecían contratos de exclusividad con tiendas de conveniencia, como cadenas de autoservicio o hipermercados, donde para meter su producto el local otorgaba exclusividad a las marcas del grupo”, explica Carlos Martínez, director general de la organización civil Central Ciudadano y Consumidor. “Esta práctica se daba también en algunos restaurantes. Ahí el contrato de exclusividad se establecía a cambio de elementos publicitarios, como promoción de las cervezas en los menús, anuncios y hasta mobiliario”.

En agosto de 2010, el grupo Miller (uno de los más importantes del mundo pero con menos de un 1% en el mercado mexicano) y las distribuidoras Gape y Domo denunciaron ante la Cofece que este tipo de contratos impedían a las microcerveceras su venta en gran cantidad de establecimientos. La investigación duró hasta 2013 y su resultado no convenció a todas las partes.

El acuerdo no incluyó sanciones a las grandes, pero Grupo Modelo y Cuauhtémoc Moctezuma se comprometieron a suspender, suprimir o no realizar prácticas de concentración con el propósito de restaurar el proceso de competencia y libre concurrencia. Este periódico ha tratado de contactar con las dos cerveceras para conocer los detalles del proceso, pero no ha obtenido respuesta.

El consumo per cápita es de 59 litros al año, mientras que en Brasil llega a los 70 y en Estados Unidos a los 120
Para Miller Trading Company, compañía subsidiaria de SabMiller en México, la resolución fue un fiasco y presentó una demanda de amparo. La cervecera, con sede en Londres y decidida a meter la cabeza en el mercado nacional, consideraba que el acuerdo no había abordado las prácticas monopólicas de las dos empresas dominantes por “la naturaleza inadecuada e imprecisa” de los compromisos. “Dichos acuerdos están limitados por exclusiones importantes que aún impiden el libre acceso a la mayoría del mercado de ventas minoristas de cerveza, así como a amplias e importantes regiones del país”. Según Miller, la Cofece autorizaba a Grupo Modelo y Cuauhtémoc Moctezuma a permanecer sin cambios en tiendas de conveniencia, estadios, hoteles, ferias, bares y clubes nocturnos. "El impacto limitado de los compromisos dará lugar a que se mantenga la supresión de la libre competencia y se continúen restringiendo severamente las opciones del consumidor", afirmaba un comunicado de la empresa emitido entonces.

“La resolución ha abierto parcialmente el mercado, pero solo para las artesanales nacionales, aquellas que producen menos de 100.000 hectolitros al año”, valora Jesús Briseño, dueño de la Cervecería Minerva, con sede en Guadalajara, al oeste de México. La compañía nació en 2004, tiene 48 empleados y aunque su propietario reconoce que el camino no ha sido fácil, se muestra optimista de cara al futuro. “El acuerdo es un esfuerzo para mejorar la industria cervecera en general y una estrategia de los nuevos directores de los dos grandes grupos”, dice. “Se ha visto un cambio en el último año y ha sido más fácil entendernos entre particulares que a través de organismos autónomos”. Tanto Cervecería Minerva como Grupo Modelo y Cuauhtémoc Moctezuma forman parte de Cerveceros de México, la asociación que integran, además, otras once microcerveceras –de las 35 registradas— en todo el país. “Estamos tratando de dirimir los problemas dentro de la cámara para evitar llegar a otras instancias”, declaran desde el organismo.

Las perspectivas de crecimiento para Minerva este año son de entre un 30 y un 40%. “A nosotros nos ha ido bien, pero todavía producimos poco. Estamos hablando de pasar de 11.000 hectolitros a 14.000”. Sus cálculos chocan con la realidad de las cifras generales, donde la cerveza artesanal, con un 0,5% del mercado, todavía no despega.

Para Daniel Gershenson, presidente de ALCONSUMIDOR, el acuerdo no ha hecho otra cosa que “consolidar la presencia de las empresas dominantes, sin que haya posibilidades de que el producto artesanal pueda competir en igualdad de condiciones”. En su opinión, esta es una variante de lo que sucede en otros sectores, como el de las telecomunicaciones. “La Cofece cumple con un expediente que hace posible decir que el Gobierno se mueve para que haya efectiva competencia, pero en realidad esto solo queda en buenas intenciones”. Gershenson critica la falta de transparencia en el proceso, ya que buena parte de los términos de los compromisos adquiridos por las grandes cerveceras no han sido publicados. La comisión tampoco emite comentarios porque el proceso continúa abierto.

“Una de las limitaciones en el crecimiento es el impuesto”, afirma Briseño. “En las artesanales es de nueve pesos por litro, mientras que para la cerveza comercial son 3,5”. En México, la industria cervecera aporta el 4% a la recaudación total de impuestos. Otro de los factores que ha ralentizado el mercado es la falta de unión en el sector para promover el producto. El consumo per cápita es de 59 litros al año, mientras que en Brasil llega a los 70 y en Estados Unidos a los 120. La industria cervecera produce anualmente más de 78 millones de hectolitros, genera 55.000 empleos directos y exporta a 180 países, pero para beber México prefiere la Coca-Cola. El rey de los refrescos gana la batalla a la Corona.

El País

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