El blog reúne material de noticias de teoría y aplicaciones de conceptos básicos de economía en la vida diaria. Desde lo micro a lo macro pasando por todas las vertientes de los coyuntural a lo más abstracto de la teoría. La ciencia económica es imperial.
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sábado, 20 de noviembre de 2021
domingo, 10 de mayo de 2020
Planificación centralizada: La publicidad de alcohol en la Unión Soviética
Publicidad de alcohol en la URSS
English RussiaLa URSS también tenía anuncios. En su mayoría eran ineficaces o incluso inútiles, solo representaban una función informativa. El alcohol tenía una situación diferente: el producto que no necesitaba anunciarse apareció en carteles publicitarios. Vladimir Dubogrei, también conocido como dubikvit, recuerda cómo se promovieron exactamente las bebidas alcohólicas en la Unión Soviética.
"Mi bodega está feliz de recibir
La Madeira Dorada
A. S. Pushkin
Productos de “Massandra”
Champán soviético
Risling Abrau y Cabernet Abrau
Bebidas alcohólicas en el catálogo de 1957.
Vino
"¡La demanda de champán soviético está creciendo cada año!"
Coñac
Licores
¿Por qué tan triste?
¡Ahora es mejor!
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Unión Soviética
domingo, 20 de enero de 2019
Inmigración venezolana a Neuquén
Mano de obra calificada en Neuquén: Llegan 6 venezolanos por día
El mercado laboral neuquino se ve revolucionado por estos meses dada la masiva llegada de venezolanos universitarios. Según fuentes locales, "llegan muchas personas con títulos de grado y posgrado o ex presidentes de empresas que prefirieron optar por una nueva vida tras recibir amenazas de expropiación de sus compañías".Por Urgente 24
Vaca Muerta.
Un relevamiento de la Dirección Nacional de Migraciones en Neuquén revela que están llegando entre 5 y 6 venezolanos por día a la provincia que actualmente vive un boom económico impulsado por Vaca Muerta.
"Casi en un 50% la cantidad de inmigrantes venezolanos que se radican en la ciudad de Neuquén. llegan entre cinco y seis por día y, según estiman, un 75% del total son personas de alta formación académica y de clase media o alta.
En Argentina ya existe una comunidad de unas 320 mil personas provenientes de ese país y, aunque la mayoría se radica en Buenos Aires, la provincia de Neuquén es el cuarto destino más popular entre estos migrantes", destacó una investigación periodística de LMNeuquén basada en cifras oficiales
Ricardo Leszczynski, delegado de la Dirección Nacional de Migraciones en Neuquén, confirmó esto y profundizó: "cinco o seis presentan sus documentos cada jornada. Venezuela se mantiene en la punta entre los países de procedencia de los migrantes que llegan a Neuquén”. Según aclaró, un 36% de los migrantes son venezolanos, un 19% proviene de Bolivia y un 17% son paraguayos.
Lo interesante del caso es que se trata de mano de obra altamente calificada. Leszczynski destacó que la mayoría de los venezolanos que se radican en Neuquén tienen un alto nivel de formación y solían gozar de una buena posición económica en su país de origen. Así, llegan muchas personas con títulos de grado y posgrado o ex presidentes de empresas que prefirieron optar por una nueva vida tras recibir amenazas de expropiación de sus compañías.
Las estadísticas de la Dirección de Migraciones dan cuenta de que un 40% de los que llegan tienen un título profesional, mientras que el 20% son técnicos superiores y un 15% cuentan con una maestría o posgrado. “Recibimos contadores, ingenieros aeronáuticos y bioquímicos”, explicó Leszczynski y aclaró que la mayoría llega a Neuquén atraída por los altos salarios, pero sin una oferta concreta de trabajo, por lo que inician su búsqueda laboral una vez que arriban a la zona.
A la región llegan más hombres que mujeres y, en mayor parte, son personas de entre 22 y 35 años, que vienen a probar suerte con la idea de traer al resto de su familia una vez que están instalados.
“Por los lugares que eligen para residir en Neuquén, generalmente en departamentos céntricos, se nota que son personas de clase media o alta”, detalló el delegado del organismo nacional.
viernes, 18 de enero de 2019
Colectivismo: Aniversario de la debacle económica cubana
Cuba cumple 60 años de la revolución comunista con una tasa de pobreza de 90%
A seis décadas de la revolución comunista, Cuba tiene hoy una tasa de pobreza de 90%, un sueldo mínimo de US$9 y una economía similar a la de Corea del NorteFidel Castro llegó al poder de Cuba el 1 de enero de 1959 y lo mantuvo por casi cinco décadas, hasta que una enfermedad lo alejó del gobierno.
Daniel Macera | El Comercio
El problema de Fidel Castro para admitir que desde un inicio lideraba una revolución comunista era que “el pueblo de Cuba no estaba listo para entender estos principios”, confesó él mismo en 1961, dos años después de su golpe de estado. Así que decidió ocultar su real motivación, que envió el país hacia una realidad económica y política comparable hoy únicamente con Corea del Norte y Venezuela.
La ironía del modelo económico cubano, que hoy cumple 60 años, reside en el hecho de que a pesar de funcionar bajo lineamientos (según el gobierno local) socialistas y de autosuficiencia, ha dependido casi exclusivamente –desde 1959- de lo que otros gobiernos, capitalistas varios, pudieran brindarle.
De acuerdo al economista nacido en Cuba Carmelo Mesa Lago, Cuba ha recibido más ayuda de la Unión Soviética y otros países que ningún otro país en América Latina: US$65.000 millones en 30 años.
Después de su victoria en la revolución cubana contra la dictadura de Fulgencio Batista (1959), Castro inició un proceso para eliminar la clase media y alta de la sociedad, principalmente a través de dos reformas agrarias. La segunda, más radical que la primera, incluyó la nacionalización de empresas estadounidenses y la erradicación de la propiedad privada sobre los medios de producción.
“Prometió que tras 20 años, Cuba iba a tener un PBI superior al de EE.UU., íbamos a ser la Suiza de América. En los años 70 fracasaron todos los experimentos estatales y la Unión Soviética comenzó a subvencionarnos”, explica Carlos Oliva, economista y miembro de la dirección de la organización Unión Patriótica de Cuba.
Como economía dependiente, lo que sucedió en realidad fue que, una vez disuelta la Unión Soviética (1991), Cuba ingresa en la mayor crisis económica de su historia, lo que los cubanos llaman “periodo especial”. En solo tres años, el PBI retrocede 35%, según Mesa Lago, por lo el gobierno recurre a abrir tímidamente su economía, despenaliza el uso del dólar y, gracias a esto, ingresa capital extranjero.
Empieza a crecer, por este periodo, la figura del ‘trabajador por cuenta propia’, un eufemismo estatal para no reconocer a la persona como propietario de un negocio donde, por ejemplo, el dueño de un restaurante no es catalogado como tal, sino como un ‘vendedor-elaborador de alimentos’, cuenta Oliva.
No obstante, con la llegada de Hugo Chávez a Venezuela (1998), Cuba retrocede en el otorgamiento de permisos a trabajadores por cuenta propia y aumenta los impuestos y fiscalizaciones.
“A los pequeños productores que se beneficiaron con las reformas agrarias tampoco se les da plena libertad: el Estado les dice qué producir, a qué precio y no pueden ni siquiera matar una vaca de propiedad. Dan hasta 25 años de prisión”, explica María Werlau, directora ejecutiva de Archivo Cuba.
A la fecha, Cuba mantiene una deuda externa con Rusia de US$32,1 mil mlls., con el Club de París (19 países) de US$11,1 mil mlls., con China de US$6 mil mlls, entre otros.
Gran parte de estos montos, algunos provenientes desde la década de los 80, han sido condonados [ver infografía], por lo que la cifra oficial, al 2015, rondaría los US$15.800 millones. Irónicamente, entre 180 países supera únicamente en el índice de Libertad Económica de The Heritage Foundation a Corea del Norte y Venezuela.
A la fecha, Cuba mantiene una deuda externa con Rusia de US$32,1 mil millones. (Infografía: El Comercio)
“Se puede hacer una analogía entre lo que sucede en Cuba y lo que sucedía en la Europa de la Inquisición: toda persona que disiente del socialismo que establece el gobierno es reprimido, le allanan la vivienda, entra otras cosas”, analiza Oliva.
EL RECUERDO DE 1959
Las estadísticas en Cuba son difíciles –y en algunos casos imposibles- de calcular. A partir de estudios de Mesa Lago y Maddison, la Cuba de Batista aparecía en los primeros puestos de la región en ámbitos como el control de la inflación, estabilidad fiscal, tasa de alfabetización, esperanza de vida, y su PBI per cápita se movía en los niveles del español y era tres veces el de China.Hoy el sueldo mínimo cubano se reduce a US$9, mientras que el promedio es de US$30 (en España, el salario mínimo es de 900 euros). El PBI per cápita pasa a ser la mitad del de China y la tasa de pobreza, de acuerdo a Werlau, debe alcanzar al menos al 90% de la población.
Asimismo, de acuerdo a cifras de Archivo Cuba, antes de la revolución, Cuba era autosuficiente en alimentos y era el mayor exportador de azúcar del mundo. Hoy importa el 80% de su comida, incluido el azúcar.
“La Venezuela de hoy es la Cuba desde hace décadas”, sentencia Werlau.
LA APUESTA POR LO MISMO
Sesenta años después de la revolución, la isla de Fidel se encuentra cerca del debate de una nueva Constitución. La expectativa, explica Oliva, siempre es la apertura económica y la apuesta por eliminar el comunismo.“El país no volverá jamás al capitalismo”, indica el texto de la nueva Carta Magna, dándole la contra. “El Partido Comunista Cubano orienta los esfuerzos comunes en la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista”, se lee, condenando al país a, probablemente, otros 60 años de involución.
miércoles, 9 de enero de 2019
Lecciones del nunca exagerado desastre socialista en Venezuela
Apenas vale la pena el papel en el que están impresos.
Puede haber una forma correcta de hacer socialismo, pero esto no lo es.
Por Noah Smith | Bloomberg
Es difícil exagerar lo desastroso que ha sido el reinado de Hugo Chávez y su sucesor, Nicolás Maduro para Venezuela. Una serie reciente de artículos de Bloomberg muestra vívidamente la lucha infernal e interminable por la supervivencia en Caracas, la capital del país. Los niños hambrientos deambulan por las calles, la gente huye del país, la atención médica es casi inexistente, la violencia es endémica, incluso el agua escasea. La llamada revolución bolivariana de Chávez tomó un país pacífico de ingresos medios y lo transformó en una pesadilla que avergüenza a la ruinosa Unión Soviética de los años ochenta.
Es importante que otros países, incluidos los ricos como los EE. UU., No ignoren a Venezuela, sino que la utilicen como una advertencia. Políticos como el senador Bernie Sanders y la representante Alexandria Ocasio-Cortez han adoptado el socialismo, al igual que muchos jóvenes estadounidenses. ¿Pero cuáles son las lecciones de Venezuela? ¿Por qué el país se convirtió en un caso tan difícil?
Los defensores de la revolución bolivariana a menudo se excusan del régimen de Chávez-Maduro al afirmar que la penuria del país es el resultado de fuerzas externas. Por ejemplo, algunos argumentan que fue la caída en los precios del petróleo a finales de 2014 y 2015 lo que hundió al país. Venezuela es un estado de petrosa: los productos derivados del petróleo representaron alrededor del 95 por ciento de las exportaciones del país en 2014, por lo que la caída de los precios fue un golpe natural.
Pero aunque los precios más bajos del petróleo sin duda dificultan las cosas para Venezuela, no pueden ser los principales culpables del colapso. Venezuela dejó de publicar muchos de sus números económicos en 2014. Pero otros estados del estado (Arabia Saudita, Rusia, Nigeria, Angola y Kuwait) vieron cómo sus ingresos se estancaron o incluso cayeron después de 2014, pero no experimentaron nada remotamente parecido a la devastación que ha golpeado Venezuela:
Fuente: Banco de la Reserva Federal de San Luis
* Índice 2010 = 100
Tampoco el país fue atacado por las potencias capitalistas. Bajo el presidente Barack Obama, los Estados Unidos impusieron sanciones contra algunos de los funcionarios del país en 2015, y el presidente George W. Bush se negó a vender armas a Venezuela, pero estas no eran sanciones amplias que tuvieran el poder de afectar seriamente la economía del país. . Ningún ejército o bombardero reaccionario devastó las ciudades de Venezuela; El empobrecimiento del país es de su propia creación.
Los críticos de Venezuela también pueden ser demasiado descuidados. Es fácil agitar las manos y declarar que el socialismo siempre falla. Pero Bolivia, otro país latinoamericano dependiente de los recursos, eligió a un presidente socialista, Evo Morales, en 2006. Y a Bolivia le ha ido muy bien. Los niveles de vida del país, que se habían estancado durante 30 años, han aumentado de manera rápida y constante desde que Morales tomó el poder:
Fuente: Banco de la Reserva Federal de San Luis
* Dólares constantes, 2010.
Y al mismo tiempo, Bolivia ha logrado reducir dramáticamente la desigualdad:
Fuente: "Deconstruyendo el declive en la desigualdad en América Latina"
A pesar de las inquietantes señales de que Morales se está volviendo más autoritario, Bolivia aún no ha experimentado nada como la devastación que ha afectado a su compañero de viaje ideológico hacia el norte.
Entonces, si no fueron los precios del petróleo, las presiones externas o las tendencias inevitables del socialismo, ¿qué fue lo que hundió a Venezuela? Es difícil identificar los errores políticos exactos que cometieron Chávez y Maduro, pero hay tres fallas grandes: la mala gestión macroeconómica, la nacionalización de la industria y la interferencia en la empresa petrolera estatal.
El peor flagelo de la economía de Venezuela ha sido la hiperinflación:
Fuente: Fondo Monetario Internacional.
Nota: la estimación del FMI es más alta que las ocho estimaciones de los economistas encuestados por Bloomberg
Este nivel de aumento de precios hace que sea imposible ahorrar dinero. A pesar de que los ingresos tienden a subir junto con los precios, la imprevisibilidad total cuando los precios aumentan en 20 o 40 veces al año hace que sea muy difícil planificar el consumo. Puede pensar que la comida de mañana solo costará 10 millones de bolívares, pero en cambio podría costar 20 millones, lo que significa que puede pasar hambre si no compra de inmediato. También es muy difícil para las empresas, incluso las de propiedad estatal, planificar sus inversiones cuando el precio de esas inversiones es muy incierto.
Mientras tanto, la hiperinflación ha llevado al gobierno, como era de esperar, a imponer controles de precios. Aquellos crearon una escasez de necesidades básicas e hicieron que la gente recurriera al mercado negro, que es mucho menos eficiente y corrupto.
No está claro cómo se inicia la hiperinflación: los controles de precios, la depreciación de la moneda y los déficits fiscales pueden ayudar a comenzar, pero una vez que se inicia es muy difícil detenerlo. Venezuela debería haber visto venir esta amenaza, ya que su tasa de inflación aumentaba constantemente año tras año, pero sus líderes solo empeoraron el problema. Bolivia, por su parte, ha logrado mantener la inflación muy baja.
Otro gran error fue la nacionalización a gran escala de la industria y la expropiación de la propiedad privada. A Chávez le gustaba nacionalizar negocios de todo tipo, tanto extranjeros como nacionales. Esta es una forma segura de destruir el sector privado: si los propietarios de negocios locales y los inversionistas extranjeros no creen que su propiedad sea segura, no invertirán y la producción se debilitará. Esto puede causar una espiral, donde el gobierno se ve obligado a nacionalizar cada vez más la economía a medida que el sector privado retrocede.
Morales, en cambio, ha sido mucho más cuidadoso con las nacionalizaciones en Bolivia, limitándolas principalmente a la industria del petróleo y el gas y la red eléctrica, industrias estables y centralizadas donde la propiedad del gobierno es común en todo el mundo.
Finalmente, los líderes de Venezuela interfirieron con el buen funcionamiento de una industria que ya era administrada por el gobierno: Petróleos de Venezuela SA o PDVSA, la compañía petrolera estatal. La compañía una vez operó de manera relativamente independiente, pero Chávez se entrometió en sus asuntos, despidiendo empleados y reemplazándolos con apparatchiks, matando de hambre a la compañía para extraer dinero para sus propios fines, y expulsando o expropiando las tenencias de socios extranjeros que ayudaron a PDVSA mantener la producción El sorprendente resultado es que la inversión petrolera venezolana se ha derrumbado, la infraestructura petrolera se está desmoronando y la producción está en caída libre, todo esto en el país con las reservas probadas de petróleo crudo más grandes del mundo.
Los socialistas en los EE. UU. Deberían tomar nota: si hay una forma correcta de hacer el socialismo, no es así. En lugar de políticas cautelosas como las de Bolivia, los líderes de Venezuela optaron por ignorar la amenaza de la hiperinflación, nacionalizar las empresas privadas en toda la economía y arruinar las operaciones sin problemas de PDVSA. El resultado fue predecible: una de las peores catástrofes económicas autoinfligidas del siglo hasta la fecha.
Las lecciones de Venezuela para los socialistas estadounidenses.
Puede haber una forma correcta de hacer socialismo, pero esto no lo es.
Por Noah Smith | Bloomberg
Es difícil exagerar lo desastroso que ha sido el reinado de Hugo Chávez y su sucesor, Nicolás Maduro para Venezuela. Una serie reciente de artículos de Bloomberg muestra vívidamente la lucha infernal e interminable por la supervivencia en Caracas, la capital del país. Los niños hambrientos deambulan por las calles, la gente huye del país, la atención médica es casi inexistente, la violencia es endémica, incluso el agua escasea. La llamada revolución bolivariana de Chávez tomó un país pacífico de ingresos medios y lo transformó en una pesadilla que avergüenza a la ruinosa Unión Soviética de los años ochenta.
Es importante que otros países, incluidos los ricos como los EE. UU., No ignoren a Venezuela, sino que la utilicen como una advertencia. Políticos como el senador Bernie Sanders y la representante Alexandria Ocasio-Cortez han adoptado el socialismo, al igual que muchos jóvenes estadounidenses. ¿Pero cuáles son las lecciones de Venezuela? ¿Por qué el país se convirtió en un caso tan difícil?
Los defensores de la revolución bolivariana a menudo se excusan del régimen de Chávez-Maduro al afirmar que la penuria del país es el resultado de fuerzas externas. Por ejemplo, algunos argumentan que fue la caída en los precios del petróleo a finales de 2014 y 2015 lo que hundió al país. Venezuela es un estado de petrosa: los productos derivados del petróleo representaron alrededor del 95 por ciento de las exportaciones del país en 2014, por lo que la caída de los precios fue un golpe natural.
Pero aunque los precios más bajos del petróleo sin duda dificultan las cosas para Venezuela, no pueden ser los principales culpables del colapso. Venezuela dejó de publicar muchos de sus números económicos en 2014. Pero otros estados del estado (Arabia Saudita, Rusia, Nigeria, Angola y Kuwait) vieron cómo sus ingresos se estancaron o incluso cayeron después de 2014, pero no experimentaron nada remotamente parecido a la devastación que ha golpeado Venezuela:
Fuente: Banco de la Reserva Federal de San Luis
* Índice 2010 = 100
Tampoco el país fue atacado por las potencias capitalistas. Bajo el presidente Barack Obama, los Estados Unidos impusieron sanciones contra algunos de los funcionarios del país en 2015, y el presidente George W. Bush se negó a vender armas a Venezuela, pero estas no eran sanciones amplias que tuvieran el poder de afectar seriamente la economía del país. . Ningún ejército o bombardero reaccionario devastó las ciudades de Venezuela; El empobrecimiento del país es de su propia creación.
Los críticos de Venezuela también pueden ser demasiado descuidados. Es fácil agitar las manos y declarar que el socialismo siempre falla. Pero Bolivia, otro país latinoamericano dependiente de los recursos, eligió a un presidente socialista, Evo Morales, en 2006. Y a Bolivia le ha ido muy bien. Los niveles de vida del país, que se habían estancado durante 30 años, han aumentado de manera rápida y constante desde que Morales tomó el poder:
Fuente: Banco de la Reserva Federal de San Luis
* Dólares constantes, 2010.
Y al mismo tiempo, Bolivia ha logrado reducir dramáticamente la desigualdad:
Fuente: "Deconstruyendo el declive en la desigualdad en América Latina"
A pesar de las inquietantes señales de que Morales se está volviendo más autoritario, Bolivia aún no ha experimentado nada como la devastación que ha afectado a su compañero de viaje ideológico hacia el norte.
Entonces, si no fueron los precios del petróleo, las presiones externas o las tendencias inevitables del socialismo, ¿qué fue lo que hundió a Venezuela? Es difícil identificar los errores políticos exactos que cometieron Chávez y Maduro, pero hay tres fallas grandes: la mala gestión macroeconómica, la nacionalización de la industria y la interferencia en la empresa petrolera estatal.
El peor flagelo de la economía de Venezuela ha sido la hiperinflación:
Fuente: Fondo Monetario Internacional.
Nota: la estimación del FMI es más alta que las ocho estimaciones de los economistas encuestados por Bloomberg
Este nivel de aumento de precios hace que sea imposible ahorrar dinero. A pesar de que los ingresos tienden a subir junto con los precios, la imprevisibilidad total cuando los precios aumentan en 20 o 40 veces al año hace que sea muy difícil planificar el consumo. Puede pensar que la comida de mañana solo costará 10 millones de bolívares, pero en cambio podría costar 20 millones, lo que significa que puede pasar hambre si no compra de inmediato. También es muy difícil para las empresas, incluso las de propiedad estatal, planificar sus inversiones cuando el precio de esas inversiones es muy incierto.
Mientras tanto, la hiperinflación ha llevado al gobierno, como era de esperar, a imponer controles de precios. Aquellos crearon una escasez de necesidades básicas e hicieron que la gente recurriera al mercado negro, que es mucho menos eficiente y corrupto.
No está claro cómo se inicia la hiperinflación: los controles de precios, la depreciación de la moneda y los déficits fiscales pueden ayudar a comenzar, pero una vez que se inicia es muy difícil detenerlo. Venezuela debería haber visto venir esta amenaza, ya que su tasa de inflación aumentaba constantemente año tras año, pero sus líderes solo empeoraron el problema. Bolivia, por su parte, ha logrado mantener la inflación muy baja.
Otro gran error fue la nacionalización a gran escala de la industria y la expropiación de la propiedad privada. A Chávez le gustaba nacionalizar negocios de todo tipo, tanto extranjeros como nacionales. Esta es una forma segura de destruir el sector privado: si los propietarios de negocios locales y los inversionistas extranjeros no creen que su propiedad sea segura, no invertirán y la producción se debilitará. Esto puede causar una espiral, donde el gobierno se ve obligado a nacionalizar cada vez más la economía a medida que el sector privado retrocede.
Morales, en cambio, ha sido mucho más cuidadoso con las nacionalizaciones en Bolivia, limitándolas principalmente a la industria del petróleo y el gas y la red eléctrica, industrias estables y centralizadas donde la propiedad del gobierno es común en todo el mundo.
Finalmente, los líderes de Venezuela interfirieron con el buen funcionamiento de una industria que ya era administrada por el gobierno: Petróleos de Venezuela SA o PDVSA, la compañía petrolera estatal. La compañía una vez operó de manera relativamente independiente, pero Chávez se entrometió en sus asuntos, despidiendo empleados y reemplazándolos con apparatchiks, matando de hambre a la compañía para extraer dinero para sus propios fines, y expulsando o expropiando las tenencias de socios extranjeros que ayudaron a PDVSA mantener la producción El sorprendente resultado es que la inversión petrolera venezolana se ha derrumbado, la infraestructura petrolera se está desmoronando y la producción está en caída libre, todo esto en el país con las reservas probadas de petróleo crudo más grandes del mundo.
Los socialistas en los EE. UU. Deberían tomar nota: si hay una forma correcta de hacer el socialismo, no es así. En lugar de políticas cautelosas como las de Bolivia, los líderes de Venezuela optaron por ignorar la amenaza de la hiperinflación, nacionalizar las empresas privadas en toda la economía y arruinar las operaciones sin problemas de PDVSA. El resultado fue predecible: una de las peores catástrofes económicas autoinfligidas del siglo hasta la fecha.
martes, 23 de enero de 2018
Venezuela: Un reflejo de lo que sería el Partido Obrero en el gobierno
Hambre y desabastecimiento total: las desoladoras imágenes de los supermercados de Venezuela
InfobaeEl país caribeño cerró el 2017 con un 2.616 % de inflación. Los pocos que aún tienen algo de dinero tampoco consiguen productos básicos. Fotógrafos de la agencia Reuters recorrieron centros de compras de Caracas y capturaron una galería aterradora
martes, 16 de enero de 2018
El desastre de la izquierda latinoamericana representada en Venezuela
Desplome: Venezuela cae a niveles de una economía de guerra
El PBI se contrajo 35% en cuatro años y los expertos advierten que la inflación será muy superior al 2700% de 2017La Nación
En Caracas se repiten las escenas de largas filas para conseguir efectivo en los cajeros automáticos
CARACAS.- Venezuela acumula cuatro años de una recesión económica que ya tiene los elementos de una auténtica depresión. Una bancarrota comparable a la vivida hace poco por Grecia, aunque con otros componentes y varios añadidos. Las autoridades chavistas se niegan a ofrecer los datos formales de las cuentas del país, pero las firmas especializadas calculan que el año pasado el desplome alcanzó cotas de economía de guerra, con una contracción del PBI del 14%.
Cuatro años de mala gestión económica redujeron el tamaño de la economía venezolana un 35%. Algunos analistas, como Asdrúbal Oliveros, de la firma Ecoanalítica, calculan el déficit fiscal en 17% del PBI y una inflación de más de 2700% el año pasado. La crisis, inédita en la historia venezolana, es toda una rareza en un petroestado e inscribe su nombre en la historia de los grandes naufragios sociales de América Latina en los últimos 50 años.
Y el escenario para este año se vislumbra aún peor. El proceso hiperinflacionario podría conducir a tasas interanuales de más de 30.000%, advirtieron economistas. Con la aceleración en el alza de los precios, el poder adquisitivo de la población podría caer 50% de un mes al otro y luego quedar reducido en solo 25% del total inicial en solo ocho semanas, señalaron los economistas.
Pero ese es solo el comienzo, dijo Francisco Ibarra, director de Económetrica. La tasa de inflación, que en agosto pasado empezó a acelerarse a una velocidad mucho mayor de lo que muchos habían proyectado, tiene el camino libre para crecer aún más en 2018, ante el hecho de que el gobierno de Nicolás Maduro no parece contar con más dinero para financiarse que continuar con la emisión de dinero inorgánico, explicó el especialista.
Ibarra afirma que bajo las condiciones actuales, la inflación este año puede alcanzar niveles inimaginables, pero que un número conservador rondaría el 30.000%.
Otros son más prudentes, aunque son cifras igual de imponentes. La llegada del año electoral -en el que Maduro buscará un nuevo mandato- podrían llevar la inflación a 7000%, según Oliveros. Pero advierte que la cifra podría duplicarse si no se toman decisiones urgentes.
Por su parte, el economista Alexander Guerrero indicó que la tasa de inflación creció entre seis y siete veces en 2017 frente a los niveles de 2016, pero la aceleración que registran los precios apuntan a un ritmo de crecimiento mucho mayor si la actual tendencia se mantuviera. "Podrían crecer entre 35 o 40 veces", expresó.
Aunque esos cálculos lucen exorbitantes, la economía venezolana aún tendría mucho que recorrer para alcanzar los niveles de hiperinflación registrados por Hungría en 1945, Zimbabwe en 2007 y Yugoslavia en 1992, países que vieron la inflación duplicarse de un día para el otro. En la Argentina de la hiperinflación de 1989, la tasa anual fue de 3079%.
En Siria, que acaparó la atención internacional por una guerra que ya lleva casi siete años, la inflación entre principios de 2012 y de 2015 superó el 50%, según un informe publicado por la ONG Chatham House, aunque con aumentos muy superiores en alimentos básicos, como el arroz. En cuanto al PBI, en los primeros tres años del conflicto se redujo en casi 50%: de 60.000 millones de dólares a 33.000 millones.
Oliveros opina que ni siquiera una nación en guerra como Siria puede mostrar las cifras de deterioro que tiene Venezuela. "Esta es la primera vez que el sector externo no influye en los vaivenes de la economía del país. La depresión tendrá graves consecuencias sociales, que probablemente no vimos del todo", añadió. Para los expertos una economía de guerra es aquella en la que se busca dar al Estado un mayor control sobre todas las variables.
La petrolera estatal Pdvsa -que maneja la fuente de ingresos estrella del país- atraviesa un grave desorden funcional que se traslada milimétricamente a la economía. El año pasado, según Ecoanalítica, redujo su producción en 300.000 barriles diarios, cifra que puede sobrepasar los 700.000 barriles durante los cinco años de gobierno de Maduro.
Es uno de los muchos desatinos que dieron pie al torbellino venezolano, consecuencia de la profundización del sesgo ideológico en la economía. El modelo de desarrollo chavista está diseñado para colocar un hermético cepo sobre todas las variables de la producción y la formación de precios, mientras el Estado asumió la toma de los sectores productivos y destina un importante esfuerzo organizativo a crear circuitos comunales absolutamente disfuncionales.
El sector privado vive constreñido entre la total intervención del Estado en la economía y las sanciones impuestas por la comunidad internacional. Los aumentos de sueldos son compulsivos, y son frecuentes los operativos unilaterales para intentar -sin éxito- bajar los precios.
A ello se suma un panorama cambiario anárquico, dominado por los intereses creados y la corrupción. En el país existe una tasa de cambio oficial, de 10 bolívares por dólar, y un dólar negro, que el gobierno no reconoce oficialmente, pero que alimenta todo el circuito económico nacional y ronda los 136.500 bolívares.
El gobierno decidió asumir el control total de las importaciones y los puertos, y se volvieron comunes los casos de sobrefacturación en las aduanas. En varias ocasiones, cargamentos de comida y medicamentos se vencieron en los puertos, producto del retardo burocrático y el apuro ante el pago de coimas. El índice de desabastecimiento rara vez bajó del 50% durante el lustro de Maduro.
El economista Orlando Ochoa ubica el origen del maremoto en 2007, año del segundo triunfo electoral de Hugo Chávez, cuando empezó la agresiva toma de activos del sector privado, la hostilidad hacia los inversores y los gastos sociales ingentes para controlar electoralmente a las masas.
El termómetro de la crisis
El país se hunde en el descontrol económico de la gestión de Nicolás Maduro14% - Caída de PBI: Fue la contracción de la economía de Venezuela en 2017; en los últimos cuatro años, en la gestión de Maduro, el desplome suma 35%
2735% - Inflación: Fue el nivel que se registró el año pasado, según Ecoanalítica; para este año, las previsiones van desde 7000% a 30.000%
797.510 - Bolívares: Es el salario mínimo, entre dinero en efectivo y tickets canasta; la cifra equivale a 5,8 dólares en el mercado negro
6 - Bolívares: Cuesta un litro de nafta premium en las estaciones de servicio; con el valor de un cigarrillo se pueden comprar 166 litros de combustible
Diarios El País y El Nuevo Herald y agencia AFP
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Venezuela
lunes, 13 de noviembre de 2017
Los "éxitos" del comunismo se miden en millones de muertos
100 años de comunismo y 100 millones de muertos
La plaga bolchevique que comenzó en Rusia fue la mayor catástrofe en la historia de la humanidad.Por David Satter | Wall Street Journal
Los bolcheviques armados se apoderaron del Palacio de Invierno en Petrogrado-ahora San Petersburgo-hace 100 años y detuvieron a los ministros del gobierno provisional de Rusia. Pusieron en marcha una cadena de eventos que mataría a millones e infligiría una herida casi fatal en la civilización occidental.
La captura de las estaciones de tren, las oficinas de correos y los telégrafos de los revolucionarios tuvo lugar mientras la ciudad dormía y se parecía a un cambio de guardia. Pero cuando los residentes de la capital rusa se despertaron, descubrieron que vivían en un universo diferente.
Los combatientes bolcheviques posan con un vehículo capturado en Petrogrado, el 7 de noviembre de 1917.
Aunque los bolcheviques pidieron la abolición de la propiedad privada, su verdadero objetivo era espiritual: traducir la ideología marxista-leninista en realidad. Por primera vez, se creó un estado que se basaba explícitamente en el ateísmo y reclamaba infalibilidad. Esto era totalmente incompatible con la civilización occidental, que presume la existencia de un poder superior por encima de la sociedad y el estado.
El golpe bolchevique tuvo dos consecuencias. En los países donde el comunismo llegó a dominar, ahuecó el núcleo moral de la sociedad, degradando al individuo y convirtiéndolo en un engranaje en la maquinaria del estado. Los comunistas cometieron asesinatos en una escala tal que prácticamente eliminan el valor de la vida y destruyen la conciencia individual de los sobrevivientes.
Pero la influencia de los bolcheviques no se limitaba a estos países. En Occidente, el comunismo invirtió la comprensión de la sociedad de la fuente de sus valores, creando confusión política que persiste hasta el día de hoy.
En un discurso de 1920 al Komsomol, Lenin dijo que los comunistas subordinan la moralidad a la lucha de clases. El bien fue cualquier cosa que destruyó "a la vieja sociedad explotadora" y ayudó a construir una "nueva sociedad comunista".
Este enfoque separaba la culpa de la responsabilidad. Martyn Latsis, un oficial de la Cheka, la policía secreta de Lenin, en una instrucción de 1918 a los interrogadores, escribió: "No estamos librando una guerra contra las personas. Estamos exterminando a la burguesía como clase. . . . No busque evidencia de que el acusado actuó de palabra o de hecho contra el poder soviético. La primera pregunta debería ser a qué clase pertenece. . . . Esto es lo que debería determinar su destino ".
Tales condenas establecen el escenario para décadas de asesinatos a escala industrial. En total, no menos de 20 millones de ciudadanos soviéticos fueron ejecutados por el régimen o murieron como resultado directo de sus políticas represivas. Esto no incluye a los millones que murieron en las guerras, epidemias y hambrunas que fueron consecuencias predecibles de las políticas bolcheviques, si no fueron directamente causadas por ellas.
Las víctimas incluyen 200,000 muertos durante el Terror Rojo (1918-22); 11 millones de muertos por hambruna y dekulakization; 700,000 ejecutados durante el Gran Terror (1937-38); 400,000 más ejecutados entre 1929 y 1953; 1.6 millones de muertos durante las transferencias de población forzada; y un mínimo de 2.7 millones de muertos en el Gulag, colonias de trabajo y asentamientos especiales.
A esta lista deberían agregarse casi un millón de prisioneros de Gulag liberados durante la Segunda Guerra Mundial en los batallones penales del Ejército Rojo, donde se enfrentan a una muerte casi segura; los partidarios y civiles asesinados en las revueltas de posguerra contra el régimen soviético en Ucrania y los países bálticos; y moribundos reclusos del Gulag liberados para que sus muertes no cuenten en las estadísticas oficiales.
Si agregamos a esta lista las muertes causadas por los regímenes comunistas que la Unión Soviética creó y apoyó, incluidos los de Europa del Este, China, Cuba, Corea del Norte, Vietnam y Camboya, el número total de víctimas se acerca a los 100 millones. Eso hace que el comunismo sea la mayor catástrofe en la historia de la humanidad.
El efecto del asesinato en esta escala fue crear un "hombre nuevo" supuestamente influenciado por nada más que por el bien de la causa soviética. El significado de esto se demostró durante la batalla de Stalingrado, cuando las unidades de bloqueo del Ejército Rojo dispararon contra miles de sus compañeros soldados que intentaron huir. Las fuerzas soviéticas también dispararon contra civiles que buscaban refugio en el lado alemán, niños que llenaban botellas de agua alemanas en el Volga y civiles obligados a punta de pistola a recuperar los cuerpos de los soldados alemanes. El general Vasily Chuikov, el comandante del ejército en Stalingrado, justificó estas tácticas en sus memorias diciendo que "un ciudadano soviético no puede concebir su vida aparte de su país soviético".
Que estos sentimientos no fueron ni accidentales ni efímeros se puso de manifiesto en 2008, cuando el Parlamento ruso, la Duma, por primera vez adoptó una resolución sobre la hambruna de 1932-33 que había matado a millones. La hambruna fue causada por la requisición de granos draconianos para financiar la industrialización soviética. Aunque la Duma reconoció la tragedia, agregó que "los gigantes industriales de la Unión Soviética", la fábrica de acero Magnitogorsk y la presa Dnieper, serían "monumentos eternos" para las víctimas.
Mientras que la Unión Soviética redefinió la naturaleza humana, también se extendió el caos intelectual. El término "corrección política" tiene su origen en la suposición de que el socialismo, un sistema de propiedad colectiva, era virtuoso en sí mismo, sin necesidad de evaluar sus operaciones a la luz de criterios morales trascendentes.
Cuando los bolcheviques tomaron el poder en Rusia, los intelectuales occidentales, influenciados por la misma falta de un punto de referencia ético que los llevó al bolchevismo en primer lugar, cerraron sus ojos a las atrocidades. Cuando el asesinato se volvió demasiado obvio como para negarlo, los simpatizantes excusaron lo que estaba ocurriendo debido a las supuestas nobles intenciones de los soviéticos.
Muchos en Occidente fueron profundamente indiferentes. Usaron a Rusia para resolver sus propias disputas. Su razonamiento, como escribió el historiador Robert Conquest, era simple: el capitalismo era injusto; el socialismo pondría fin a esta injusticia; entonces el socialismo tenía que ser apoyado incondicionalmente, a pesar de cualquier cantidad de su propia injusticia.
Hoy la Unión Soviética y el sistema comunista internacional que una vez gobernó un tercio del territorio del mundo son cosas del pasado. Pero la necesidad de mantener los valores morales más altos como preeminentes es tan importante ahora como lo fue a principios del siglo XIX cuando comenzaron a ser cuestionados seriamente.
En 1909, el filósofo religioso ruso Nikolai Berdyaev escribió que "nuestra juventud educada no puede admitir el significado independiente de la erudición, la filosofía, la ilustración y las universidades. A día de hoy, los subordinan a los intereses de la política, los partidos, los movimientos y los círculos ".
Si hay una lección que el siglo comunista debería haber enseñado, es que la autoridad independiente de los principios morales universales no puede ser una idea tardía, ya que es la convicción de la que depende toda la civilización.
sábado, 21 de octubre de 2017
China: Hacia la dictadura de los grandes datos
China usa el "leninismo digital" para administrar la economía y monitorear a los ciudadanos
Xi Jinping está llevando a China a una dictadura de grandes datosUn dispositivo de reconocimiento facial escanea a los pasajeros antes de abordar un tren en Wuhan, en el centro de China. Xi Jinping tiene como objetivo utilizar big data y otras herramientas de alta tecnología para modernizar la economía de China y vigilar a sus ciudadanos. FOTO: ZUMA PRENSA
Por Andrew Browne | The Wall Street Journal
SHANGHAI: Desde Stalin hasta Mao, los planificadores centrales de viejo estilo enfrentaron el mismo problema: el sistema no funcionó.
Los soviéticos tenían sus líneas de pan y una cuota de candelabros colocados en toneladas que los hacía demasiado pesados para colgarlos de los techos. El objetivo delirante de Mao para la producción de acero hizo que los campesinos arrojaran sus ollas y sartenes a los hornos domésticos. El hambre siguió.
A pesar de toda su charla sobre darle a los mercados un papel "decisivo", Xi Jinping finalmente cree que el estado debería liderar. En la cúspide de su ascenso al estatus de Mao, aspira a utilizar los grandes datos y la inteligencia artificial para corregir los errores de planificación del pasado y microgestionar la economía china mientras controla a sus ciudadanos.
La tecnología de la información, lejos de socavar el modelo autoritario de China como muchos pensaban, la está reforzando.
El politólogo alemán Sebastian Heilmann acuñó el término "leninismo digital" para describir el programa que el Sr. Xi diseñó para tratar de garantizar la supervivencia del Partido Comunista.
El partido llama a la misión "diseño de alto nivel" y está destinada a guiar la próxima etapa de crecimiento liderada por tecnologías avanzadas como la robótica, la impresión en 3-D y los vehículos sin conductor.
Los técnicos están trabajando en un plan para monitorear el rendimiento de estas máquinas usando sensores y cámaras y medirlo contra objetivos industriales. Los feeds de datos corporativos le darán a los reguladores la capacidad de detectar los flujos de crédito e inversión en tiempo real, junto con el fraude. Algoritmos supuestamente usarán esta información granular para optimizar la toma de decisiones macroeconómicas, mantener a los mercados en equilibrio y evitar las burbujas especulativas.
Al menos en público, los principales ejecutivos de los oligopolios de datos de China, incluidos Alibaba y Tencent, son evangelistas del proyecto que les exige que descarguen chorros de datos de consumidores a los superhubes estatales. El fundador de Alibaba, Jack Ma, en un seminario el año pasado comparó el papel del big data en el manejo económico con una radiografía o tomografía computarizada en el diagnóstico médico. En los próximos 30 años, declaró que "la economía planificada se hará cada vez más grande".
La teoría occidental del libre mercado dice que digital o no, la planificación estatal nunca puede reemplazar lo que Adam Smith llamó la "mano invisible" del mercado. En su libro "Por qué fracasan las naciones", los economistas Daron Acemoglu y James Robinson afirman que las economías centralizadas como la de China finalmente están condenadas porque las élites que las dirigen se sienten amenazadas por la interrupción política de la innovación.
Otros argumentan lo contrario, que en una era digital los regímenes autoritarios menos vinculados por las preocupaciones sobre la privacidad y la protección de los datos pueden en realidad tener una ventaja sobre la innovación. Un número de jóvenes ingenieros de software con experiencia en Stanford y MIT y M.B.A.s se están uniendo a startups chinas en áreas como cuidado de la salud y visión artificial, donde el fácil acceso a vastos reservorios de datos puede impulsar avances científicos y reducir el tiempo de comercialización de sus invenciones.
Un cliente prueba la solución de pago de reconocimiento facial 'Smile to Pay' en un restaurante de KFC en Hangzhou, la ciudad natal de Alibaba. FOTO: REUTERS
Con el gobierno como el mejor cliente, tales empresas pueden tener un enorme impacto en la vida china. Una compañía con sede en Shanghai está intentando desarrollar una base de datos de reconocimiento facial con el Ministerio de Seguridad Pública que identificará a cualquiera de los 1.400 millones de personas de China en tres segundos. Un sistema vinculado de "crédito social" recopilará datos sobre todos los ciudadanos, incluidos sus publicaciones en los medios sociales, y lo utilizará para calificar su confiabilidad.
El gran experimento de planificación "presenta un desafío fundamental para los sistemas políticos democráticos", escribe Heilmann.
Durante años, los políticos occidentales creyeron que China seguiría moviéndose constantemente hacia una economía de libre mercado para rectificar las debilidades creadas por la planificación estatal. Según los economistas, una mayor apertura económica induciría la liberalización política. Si China se retrasa, sería castigado por la baja productividad.
El Sr. Xi está reemplazando estas suposiciones. Está quedando claro que la "reforma y apertura" económica, en la jerga de la era de Deng, ha seguido su curso.
Aun cuando las industrias estatales de China como el acero, el aluminio y la construcción naval crean un exceso monumental que agobia a la economía con la deuda, la escasez de consumidores que son la ruina de las economías planificadas es historia; el gasto de la clase media de China impulsa cada vez más el crecimiento y la mayoría de los precios los fija el mercado.
Trabajadores en un sitio de construcción de Beijing. Xi Jinping espera usar datos para corregir desajustes en la economía. FOTO: AGENCE FRANCE-PRESSE / GETTY IMAGES
La planificación "inteligente" podría ayudar a China a pasar a una economía más moderna; ¿qué puede salir mal?
Primero, sobrecarga de datos; coleccionarlo es una cosa, analizándolo inteligentemente y otra muy distinta. En segundo lugar, y más siniestro para las empresas chinas y tecnológicas comunes, la extralimitación burocrática. Una señal reveladora es la decisión de los reguladores de obligar a las más grandes compañías tecnológicas a entregar una participación de capital del 1% al gobierno junto con los poderes de toma de decisiones. El entusiasmo de los magnates de la tecnología por las ideas de planificación del Sr. Xi podría disminuir rápidamente si los apparatchiks del partido comenzaran a llamar la atención sobre sus tableros.
En última instancia, el enfoque draconiano del Sr. Xi lleva la noción de "Gran Hermano" a un nuevo nivel.
La planificación económica "no es simplemente el control de un sector de la vida humana que puede separarse del resto", escribió el economista ganador del Premio Nobel FA Hayek en "El camino a la servidumbre". "Es el control de los medios para todos nuestros termina ".
Eso fue escrito en la década de 1940. Ni Hayek ni Mao podrían haber imaginado el totalitarismo impulsado por el conocimiento que el Sr. Xi tiene en mente.
domingo, 14 de mayo de 2017
Como el populismo chavista destruyó Venezuela
Cómo Chávez y Maduro han empobrecido a Venezuela
En el último año el 74% de los venezolanos perdió un promedio de 8,7kg de peso
The Economist
Es difícil transmitir la gravedad de la crisis de Venezuela. Su alcance es asombroso: la economía se contrajo un 10% el año pasado y será un 23% menor que en 2013 a finales de este año, según las previsiones del FMI. La inflación puede superar el 1.600% este año. Los detalles humanos son más conmovedores: durante el último año alrededor de tres cuartas partes de los venezolanos han perdido peso, con un promedio de 8.7kg por persona, debido a la escasez de alimentos. Ninguna guerra, extranjera o civil, es la culpable de esta catástrofe. Venezuela lo hizo a sí mismo. Y sus aflicciones se profundizan, mientras el régimen del presidente Nicolás Maduro se adentra en la dictadura. Hace cincuenta años, Venezuela era un ejemplo para el resto de América Latina, una democracia relativamente estable y no mucho más pobre que Gran Bretaña. ¿Cómo ocurrió esta tragedia?
La economía venezolana se basa en el petróleo, cuyos líderes cuentan con las mayores reservas probadas del mundo, y es tentador culpar a los viciosos precios del crudo por sus problemas. El petróleo representa más del 90% de las exportaciones venezolanas. Ayuda a financiar el presupuesto del gobierno y proporciona la divisa extranjera que el país necesita para importar bienes de consumo. Casi todo lo importante en la economía, desde el papel higiénico hasta los pantalones, es importado del extranjero.
A medida que los precios del petróleo subieron en los años 2000, Venezuela se encontró inundada de efectivo. En 2014 terminó el auge. El volumen de dólares que fluye al país se desplomó, presentando al nuevo gobierno de Nicolás Maduro, que había tomado posesión después de la muerte de Hugo Chávez, con un menú de opciones poco apetecible. Podría haber permitido que la moneda, el bolívar, cayera en valor. Sin embargo, los precios de los productos importados se dispararon como resultado, la forma en que el mercado restringía la demanda venezolana de productos que ya no tenía dinero para pagar. El aumento de los precios habría violado el espíritu igualitario del gobierno bolivariano de Venezuela.
Más importante aún, habría hecho que el nuevo presidente fuera impopular. En cambio, el Sr. Maduro mantuvo el excesivamente sobrevalorado tipo de cambio oficial y racionó las importaciones al endurecer el control del gobierno sobre el acceso a divisas. Desde principios de la era Chávez, el gobierno controlaba el flujo de dólares ganados por la industria petrolera; Los importadores tuvieron que probar que estaban tratando de traer algo de valor antes de poder intercambiar bolívares por billetes verdes. El señor Maduro apretó los tornillos.
El efecto no fue como se pretendía. A medida que el flujo de importaciones se agotó, los precios subieron. Maduro intentó controlar los precios; La oferta se evaporó o se trasladó al mercado negro en respuesta. Los problemas fiscales del gobierno se sumaron al desorden. Con los ingresos del petróleo reducidos a la mitad y el déficit público en alza, Maduro podría haber optado por recortar el gasto y ampliar la base impositiva. Pero esas medidas deben haber parecido veneno político a un presidente recién ungido. En cambio, Venezuela se dirigió a la imprenta para cubrir sus cuentas. La devastadora inflación alta socava aún más el funcionamiento de la economía.
El petróleo es tan sólo un chivo expiatorio en la tragedia de Venezuela. La dependencia económica del petróleo es siempre pesada. La subida de los precios del petróleo ejerce presión al alza sobre el tipo de cambio, dejando a otras industrias no petroleras en desventaja competitiva. Esto profundiza la dependencia de la economía exportadora de crudo de crudo, empeorando el dolor cuando los precios finalmente caen. Los gobiernos de los países exportadores de petróleo lo saben y, a menudo, intentan mitigar el riesgo. Cuando los tiempos son buenos, algunos usan las entradas de divisas para aumentar las reservas de divisas, que luego se pueden retirar para cubrir las obligaciones en moneda extranjera y las facturas de importación; Arabia Saudita tiene reservas por valor de más de 500.000 millones de dólares, por ejemplo. Otros utilizan los beneficios del petróleo para llenar los fondos soberanos, que invierten en una cartera diversificada para reducir la exposición a largo plazo de la economía al petróleo. El fondo noruego, que pretende ayudar a pagar las pensiones del Estado, vale casi 900.000 millones de dólares.
Chávez tuvo la buena fortuna de asumir el cargo al final de un desplome de dos décadas en los precios del petróleo y presidir una subida de precios. El dinero que le pasó a Chávez. De 2000 a 2013, el gasto como proporción del PIB aumentó de 28% a 40%: un aumento mucho mayor que en otras grandes economías de América Latina. El gasto generó un crecimiento de las reservas de divisas. En 2000, Venezuela tenía suficientes reservas para cubrir más de siete meses de importaciones; Que se redujo a menos de tres meses en 2013 (en el mismo período las reservas de Rusia aumentó de cinco meses de cobertura de importación a diez, y Arabia Saudita de cuatro meses a 37).
En el último año el 74% de los venezolanos perdió un promedio de 8,7kg de peso
The Economist
Es difícil transmitir la gravedad de la crisis de Venezuela. Su alcance es asombroso: la economía se contrajo un 10% el año pasado y será un 23% menor que en 2013 a finales de este año, según las previsiones del FMI. La inflación puede superar el 1.600% este año. Los detalles humanos son más conmovedores: durante el último año alrededor de tres cuartas partes de los venezolanos han perdido peso, con un promedio de 8.7kg por persona, debido a la escasez de alimentos. Ninguna guerra, extranjera o civil, es la culpable de esta catástrofe. Venezuela lo hizo a sí mismo. Y sus aflicciones se profundizan, mientras el régimen del presidente Nicolás Maduro se adentra en la dictadura. Hace cincuenta años, Venezuela era un ejemplo para el resto de América Latina, una democracia relativamente estable y no mucho más pobre que Gran Bretaña. ¿Cómo ocurrió esta tragedia?
La economía venezolana se basa en el petróleo, cuyos líderes cuentan con las mayores reservas probadas del mundo, y es tentador culpar a los viciosos precios del crudo por sus problemas. El petróleo representa más del 90% de las exportaciones venezolanas. Ayuda a financiar el presupuesto del gobierno y proporciona la divisa extranjera que el país necesita para importar bienes de consumo. Casi todo lo importante en la economía, desde el papel higiénico hasta los pantalones, es importado del extranjero.
A medida que los precios del petróleo subieron en los años 2000, Venezuela se encontró inundada de efectivo. En 2014 terminó el auge. El volumen de dólares que fluye al país se desplomó, presentando al nuevo gobierno de Nicolás Maduro, que había tomado posesión después de la muerte de Hugo Chávez, con un menú de opciones poco apetecible. Podría haber permitido que la moneda, el bolívar, cayera en valor. Sin embargo, los precios de los productos importados se dispararon como resultado, la forma en que el mercado restringía la demanda venezolana de productos que ya no tenía dinero para pagar. El aumento de los precios habría violado el espíritu igualitario del gobierno bolivariano de Venezuela.
Más importante aún, habría hecho que el nuevo presidente fuera impopular. En cambio, el Sr. Maduro mantuvo el excesivamente sobrevalorado tipo de cambio oficial y racionó las importaciones al endurecer el control del gobierno sobre el acceso a divisas. Desde principios de la era Chávez, el gobierno controlaba el flujo de dólares ganados por la industria petrolera; Los importadores tuvieron que probar que estaban tratando de traer algo de valor antes de poder intercambiar bolívares por billetes verdes. El señor Maduro apretó los tornillos.
El efecto no fue como se pretendía. A medida que el flujo de importaciones se agotó, los precios subieron. Maduro intentó controlar los precios; La oferta se evaporó o se trasladó al mercado negro en respuesta. Los problemas fiscales del gobierno se sumaron al desorden. Con los ingresos del petróleo reducidos a la mitad y el déficit público en alza, Maduro podría haber optado por recortar el gasto y ampliar la base impositiva. Pero esas medidas deben haber parecido veneno político a un presidente recién ungido. En cambio, Venezuela se dirigió a la imprenta para cubrir sus cuentas. La devastadora inflación alta socava aún más el funcionamiento de la economía.
El petróleo es tan sólo un chivo expiatorio en la tragedia de Venezuela. La dependencia económica del petróleo es siempre pesada. La subida de los precios del petróleo ejerce presión al alza sobre el tipo de cambio, dejando a otras industrias no petroleras en desventaja competitiva. Esto profundiza la dependencia de la economía exportadora de crudo de crudo, empeorando el dolor cuando los precios finalmente caen. Los gobiernos de los países exportadores de petróleo lo saben y, a menudo, intentan mitigar el riesgo. Cuando los tiempos son buenos, algunos usan las entradas de divisas para aumentar las reservas de divisas, que luego se pueden retirar para cubrir las obligaciones en moneda extranjera y las facturas de importación; Arabia Saudita tiene reservas por valor de más de 500.000 millones de dólares, por ejemplo. Otros utilizan los beneficios del petróleo para llenar los fondos soberanos, que invierten en una cartera diversificada para reducir la exposición a largo plazo de la economía al petróleo. El fondo noruego, que pretende ayudar a pagar las pensiones del Estado, vale casi 900.000 millones de dólares.
Chávez tuvo la buena fortuna de asumir el cargo al final de un desplome de dos décadas en los precios del petróleo y presidir una subida de precios. El dinero que le pasó a Chávez. De 2000 a 2013, el gasto como proporción del PIB aumentó de 28% a 40%: un aumento mucho mayor que en otras grandes economías de América Latina. El gasto generó un crecimiento de las reservas de divisas. En 2000, Venezuela tenía suficientes reservas para cubrir más de siete meses de importaciones; Que se redujo a menos de tres meses en 2013 (en el mismo período las reservas de Rusia aumentó de cinco meses de cobertura de importación a diez, y Arabia Saudita de cuatro meses a 37).
Chávez tuvo la buena fortuna de asumir el cargo al final de un desplome de dos décadas en los precios del petróleo y presidir una subida de precios. El dinero que le pasó a Chávez. De 2000 a 2013, el gasto como proporción del PIB aumentó de 28% a 40%: un aumento mucho mayor que en otras grandes economías de América Latina. El gasto generó un crecimiento de las reservas de divisas. En 2000, Venezuela tenía suficientes reservas para cubrir más de siete meses de importaciones; Que se redujo a menos de tres meses en 2013 (en el mismo período las reservas de Rusia aumentó de cinco meses de cobertura de importación a diez, y Arabia Saudita de cuatro meses a 37).
¿Por qué Chávez no salió de Venezuela mejor preparado para el accidente inevitable? En su versión de los acontecimientos, los venezolanos se salieron mal durante el largo busto petrolero desde 1979 hasta su ascenso en 1999 no porque el crudo fuera barato sino porque los capitalistas robaron a la gente de su debido. Durante su gobierno, Chávez aumentó el gasto público en programas sociales y amplió los subsidios para alimentos y energía. Los venezolanos sintieron los resultados, en mayores ingresos y mejores niveles de vida. Chávez entregó, por un tiempo.
Sin embargo, esta narración era siempre falsa. Los que están en el poder siempre tienen un mayor incentivo para comprar las amenazas políticas que invertir en proyectos que sólo fructificarán con el tiempo, posiblemente después de que hayan desaparecido. En las economías ricas en petróleo, también tienen los medios. Chávez expropió y redistribuyó la riqueza para debilitar a los enemigos y conquistar aliados. En su descuidada gestión económica, socavó la riqueza petrolera que financió el socialismo venezolano. Sus agresiones contra las empresas privadas dejaron al país sin la experiencia y el capital necesario para desarrollar sus recursos. En los últimos años ha producido menos petróleo que China y un cuarto de la producción de Arabia Saudita. Venezuela se comió sus semillas de maíz a pesar de las cosechas récord.
La oscuridad vuelve a caer
Venezuela fue una vez la envidia de América Latina, hasta que un largo estancamiento en los niveles de vida llevó a un poderoso populista al poder. Pero la popularidad es difícil de mantener. Cuanto mayor es la desesperación del populista, mayor es la disposición a aceptar riesgos a largo plazo a cambio de beneficios a corto plazo. Sea o no el populista sobrevive para verlo, llega el día de la cuenta. Y es siempre la gente que más sufre.
domingo, 1 de enero de 2017
Venezuela: Ineficiencia sociopática en 10 medidas
Las 10 medidas de Hugo Chávez y Nicolás Maduro que hundieron a Venezuela
El primero sentó las bases de un modelo económico insostenible en el largo plazo, y su sucesor terminó de llevarlo al colapso total. Inflación, escasez y la imposibilidad de generar riqueza fueron un combo letal
Por Darío Mizrahi - Infobae
La Revolución Bolivariana mostró desde el comienzo sus dificultades para administrar la economía. Hugo Chávez cerró su primer año de gobierno en 1999 con una caída de 6% en el PIB. Tras un leve repunte en 2000 y 2001, el país entró en una profunda recesión en 2002 y 2003, con derrumbes de 8,9 y 7,8 por ciento.
Sin embargo, en 2004 la economía dio un salto extraordinario al expandirse 18,3 puntos. ¿Qué pasó? El precio del barril de petróleo, principal producto de exportación de Venezuela, se había más que duplicado respecto de los 20 dólares que valía en 1999, y seguiría su senda alcista hasta junio de 2008, cuando el Brent alcanzó un récord de 139 dólares. Eso le permitió al chavismo crecer a un promedio de 10% anual hasta ese año, manteniendo sin dificultades enormes niveles de gasto. Sin ese dato sería imposible entender el impacto que tuvo el gobierno de Chávez sobre la sociedad venezolana.
El PIB bolivariano seguiría los vaivenes del crudo en los años siguientes, con crecimiento negativo en 2009 y 2010, y positivo en 2011 y 2012. No obstante, desde mucho tiempo atrás ya se habían sentado las bases para la debacle económica, que se empezaría a notar con fuerza desde 2013. Esto ocurrió en consonancia con la crisis política que significó la muerte de Chávez y su reemplazo por Nicolás Maduro, en marzo de ese año.
En sus cuatro años como presidente, "el hijo de Chávez" puede jactarse de ser probablemente el mandatario con peores resultados económicos del planeta. Según estimaciones del FMI —hace rato que el Gobierno dejó de brindar datos confiables—, Venezuela culminará 2016 en una situación propia de un país en guerra: una caída de 10% en el PIB, una inflación del 475% —y una proyección de 1.600% para 2017—, una pobreza que según una encuesta de distintas universidades afecta al 75% de los hogares, y niveles de desabastecimiento en alimentos y medicamentos que hablan de una crisis humanitaria.
"La economía venezolana ha venido en un curso de desastre desde que Chávez tomó el poder en 1999. Su proyecto se hizo viable inicialmente por un inmenso apoyo popular y el crecimiento del ingreso petrolero, como jamás había ocurrido en la historia de los hidrocarburos en Venezuela. Con eso compró apoyo interno y solidaridades internacionales. Ambos ahora languidecen, sin liderazgo y sin recursos fiscales", dijo el economista Carlos Blanco, profesor de estudios internacionales de la Universidad de Boston, consultado por Infobae.
Es lógico que un país que tiene un recurso tan importante como Venezuela con el petróleo se vuelva dependiente de él, y sea vulnerable a los vaivenes de su cotización en el mercado internacional. Pero el gobierno de Chávez pudo disfrutarlo a valores tan exorbitantes que tenía todo para crear un fondo de reserva para cuando se terminara la bonanza e incluso usarlo para aportar al desarrollo del sistema productivo. Sin embargo, sus recursos se dilapidaron regalando el combustible en el mercado interno y financiando a los aliados, como Cuba. Por eso, cuando el crudo bajó de los niveles récord, el modelo empezó a crujir.
"La muerte de Chávez fue seguida de un descenso paulatino de los precios del petróleo y de un acelerado deterioro de la obra del gobierno. Le tocó a Maduro correr con estas consecuencias, pero una suerte semejante le pudo haber tocado al propio Chávez. La debilidad del liderazgo de Maduro no es solo porque sea menos inteligente —algo que es verdad—, o porque no tenga el carisma arrollador de Chávez —que también es cierto—, sino porque le tocó gobernar con sus torpezas a un país malacostumbrado a vivir del reparto de la renta y no de su esfuerzo productivo", explicó a Infobae el economista Víctor Álvarez R., investigador del Centro Internacional Miranda y Premio Nacional de Ciencias.
El uso irresponsable de los ingresos provenientes del petróleo no fue el único problema. La administración chavista de PDVSA fue tan desastrosa que cayó la producción. "El desastre de la industria petrolera nacional la ha llevado de producir más de 3.6 millones de barriles diarios, a una cifra que oscila entre 2.1 y 1.9 millones, siendo el país con las mayores reservas de petróleo del mundo", precisó Blanco.
"El Estado se hizo cada vez más interventor en la actividad económica: propietario de los recursos naturales y del subsuelo, pasó a ser dueño de empresas en diversos sectores. Además aumentó la regulación de la actividad privada, estableció elevados impuestos, controles de precios y del tipo de cambio, barreras al libre comercio. Así se fue desarrollando un entorno menos propicio y estimulante de la actividad económica, privada en particular", dijo Rafael J. Avila, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Monteávila, en diálogo con Infobae.
Ese Estado se constituyó a partir de la expropiación de todo tipo de empresas, la mayoría quebradas. Y lo que se buscó a través de ellas fue satisfacer necesidades políticas antes que prestar mejores servicios.
"El proyecto chavista despreció al sector productivo porque lo asumió como la representación del enemigo que intentaría impedir su proyecto socialista —dijo Blanco—. Convirtió en parias a los empresarios y al movimiento sindical organizado, utilizó los inmensos recursos fiscales para comprar solidaridades que aún perduran, aunque débiles, y convirtió a una masa inmensa de ciudadanos en dependientes de los favores del Estado".
"Con el argumento de combatir la especulación, se impusieron controles de precios. Primero a productos básicos, pero luego se engrosó la lista. Se crearon organismos para fiscalizar. La consecuencia lógica fue mayor escasez y burocracia. También se hicieron más frecuentes los controles de cambio, esperando que éstos pudieran frenar la fuga de capitales, cosa que lógicamente funciona por muy breve tiempo, pero no resuelve el problema de fondo", destacó Ávila.
Los controles y la pretensión de fijar todos los precios por debajo de los costos acabaron por hacer casi inviable la obtención de ganancias. Eso incentivó el auge del mercado negro y de las mafias en casi todos los ámbitos productivos.
"Con el argumento de detener la fuga de divisas y la depreciación de la moneda, y controlar la inflación, se impuso un control del tipo de cambio y se limitó la adquisición de dólares a las empresas y a las personas. Además se crearon tipos de cambio preferenciales, que con el tiempo se hicieron mucho más bajos en relación al mercado. Como resultado, ni se ha detenido la fuga de capitales ni la depreciación del bolívar, ni mucho menos la inflación", contó Ávila.
La escasez de divisas ha llegado al punto de que Venezuela no puede pagar todas las importaciones que necesita. Muchas aerolíneas internacionales dejaron de operar en el país a causa de este problema.
El proteccionismo fue otra manera de limitar la competencia y estimular el desabastecimiento y la inflación. La combinación de altos aranceles con el sistema de cuotas de importación terminó perjudicando incluso a los empresarios locales que se pretendía favorecer, ya que la producción de muchos bienes necesita insumos que no se encuentran en el país.
La escasez de comida se siente en el país hace largos meses (AFP)
"Se estableció una mayor y más compleja tributación. Las recientes modificaciones de las leyes impositivas tienen el objetivo de cargar más la actividad empresarial", dijo Avila.
Los impuestos a la producción son la otra cara de los controles excesivos sobre la economía. Corregir esas distorsiones es condición sine qua non para una reactivación. De acuerdo con Álvarez, habría que "eliminar los rígidos controles de precios que obligan a vender por debajo del costo y desestimulan la producción, sincerar las tarifas de servicios de gas, agua y luz, reactivar el cobro de los peajes, realizar ajustes en la tributación, y sustituir los ineficientes subsidios indirectos a los productos que los contrabandistas sacan del país por subsidios directos a los hogares pobres".
Una de las modificaciones más importantes que impulsó el chavismo fue poner fin a la independencia del Banco Central de Venezuela (BCV), permitiéndole financiar al Tesoro y a las empresas públicas. Luego intervino sobre su sistema estadístico, que informaba con rigurosidad las cifras de inflación y escasez, entre otras variables económicas que empezaron a ser ocultadas y manipuladas.
"Vale recordar que hasta 2009 el financiamiento del BCV al Gobierno con emisiones de dinero sin respaldo fue prácticamente nulo. No hubo. A raíz de la reforma de la Ley del BCV se autorizó al instituto emisor a financiar a las empresas del Estado, lo cual repercute en una mayor demanda pública y privada. En una economía signada por una creciente escasez, la mezcla de una mayor demanda con una menor oferta es justamente lo que atiza la inflación y aumenta la presión sobre el tipo de cambio paralelo", señaló Álvarez.
Al poder controlar el BCV, el Gobierno tuvo vía libre para acelerar la emisión monetaria para financiar un gasto público que está muy por encima de la riqueza que efectivamente genera el país. Según Blanco, sólo durante 2016 la "base monetaria se incrementó 147 por ciento".
"Lamentablemente el Gobierno ha pospuesto el saneamiento fiscal y se aferra al financiamiento monetario e inflacionario —dijo Álvarez—. Si el BCV continúa financiando el déficit fiscal del gobierno con la expansión de los agregados monetarios, la inflación seguirá desbocada".
Una de las trifulcas desatadas por la crisis de los billetes (Reuters)
"Debido a su procedencia, Chávez puso en práctica el nombramiento de efectivos militares, activos o retirados, en roles de gobierno: ministros, altos funcionarios, embajadores, presidentes de institutos", dijo Avila.
Muchos de ellos pasaron a manejar áreas clave de la política económica. Esto revela el sesgo con el que la administración chavista entiende la economía. El Gobierno cree que puede bajar la inflación por la fuerza, obligando a los comerciantes a vender por debajo de sus costos, con la amenaza de hacerlos arrestar.
El 7 de diciembre el presidente del BCV, Nelson Merentes, anunció que a partir del 15 de diciembre comenzarían a circular billetes de 500, 1.000, 2.000, 5.000, 10.000 y 20.000 bolívares, ya que el máximo de 100 obligaba a la gente a salir a la calle con bolsas llenas de dinero para hacer compras cotidianas. Sin embargo, en una decisión incomprensible, Maduro ordenó sacar de circulación el billete de 100 bolívares en un plazo de 72 horas, cuando todavía no habían llegado los nuevos.
"Millares de ciudadanos de a pie se amontonaron durante largas horas a las puertas de los bancos públicos para depositar los billetes —contó Álvarez—, antes de que se venciera el plazo de 72 horas y ya no valieran nada. El rechazo al billete de 100 bolívares para las operaciones de compraventa desbordó el nerviosismo de los venezolanos. Muchos comercios debieron cerrar ante las amenazas de bandas motorizadas de saquearlos si no recibían el dinero en efectivo. Se desató una ola de disturbios que dejaron un trágico saldo de muertos, heridos, bancos quemados, cientos de locales saqueados y ciudades militarizadas".
La administración central se vio obligada a retroceder con la medida y prorrogar la vigencia del billete de 100 bolívares. Como si fuera poco, los nuevos de alta denominación aún no entran en circulación.
Para la economista María de la Fe López Domínguez, profesora de la Universidad Simón Bolívar, lo ocurrido es muy difícil de entender. "En época navideña, de máximo uso del dinero en efectivo, en medio de un enorme crecimiento de la liquidez luego de aumentos salariales muy significativos, es incomprensible desde el punto de vista técnico —dijo a Infobae—. Lo inoportuno de la medida la hizo contraproducente, como de inmediato se vio con el desorden social y económico que se produjo. Entonces, no puede haber justificación técnica para que se tomara como se hizo, quedando así la sospecha de motivaciones puramente políticas".
El primero sentó las bases de un modelo económico insostenible en el largo plazo, y su sucesor terminó de llevarlo al colapso total. Inflación, escasez y la imposibilidad de generar riqueza fueron un combo letal
Por Darío Mizrahi - Infobae
La Revolución Bolivariana mostró desde el comienzo sus dificultades para administrar la economía. Hugo Chávez cerró su primer año de gobierno en 1999 con una caída de 6% en el PIB. Tras un leve repunte en 2000 y 2001, el país entró en una profunda recesión en 2002 y 2003, con derrumbes de 8,9 y 7,8 por ciento.
Sin embargo, en 2004 la economía dio un salto extraordinario al expandirse 18,3 puntos. ¿Qué pasó? El precio del barril de petróleo, principal producto de exportación de Venezuela, se había más que duplicado respecto de los 20 dólares que valía en 1999, y seguiría su senda alcista hasta junio de 2008, cuando el Brent alcanzó un récord de 139 dólares. Eso le permitió al chavismo crecer a un promedio de 10% anual hasta ese año, manteniendo sin dificultades enormes niveles de gasto. Sin ese dato sería imposible entender el impacto que tuvo el gobierno de Chávez sobre la sociedad venezolana.
El PIB bolivariano seguiría los vaivenes del crudo en los años siguientes, con crecimiento negativo en 2009 y 2010, y positivo en 2011 y 2012. No obstante, desde mucho tiempo atrás ya se habían sentado las bases para la debacle económica, que se empezaría a notar con fuerza desde 2013. Esto ocurrió en consonancia con la crisis política que significó la muerte de Chávez y su reemplazo por Nicolás Maduro, en marzo de ese año.
En sus cuatro años como presidente, "el hijo de Chávez" puede jactarse de ser probablemente el mandatario con peores resultados económicos del planeta. Según estimaciones del FMI —hace rato que el Gobierno dejó de brindar datos confiables—, Venezuela culminará 2016 en una situación propia de un país en guerra: una caída de 10% en el PIB, una inflación del 475% —y una proyección de 1.600% para 2017—, una pobreza que según una encuesta de distintas universidades afecta al 75% de los hogares, y niveles de desabastecimiento en alimentos y medicamentos que hablan de una crisis humanitaria.
1. Depredación de los recursos petroleros
"La economía venezolana ha venido en un curso de desastre desde que Chávez tomó el poder en 1999. Su proyecto se hizo viable inicialmente por un inmenso apoyo popular y el crecimiento del ingreso petrolero, como jamás había ocurrido en la historia de los hidrocarburos en Venezuela. Con eso compró apoyo interno y solidaridades internacionales. Ambos ahora languidecen, sin liderazgo y sin recursos fiscales", dijo el economista Carlos Blanco, profesor de estudios internacionales de la Universidad de Boston, consultado por Infobae.
Es lógico que un país que tiene un recurso tan importante como Venezuela con el petróleo se vuelva dependiente de él, y sea vulnerable a los vaivenes de su cotización en el mercado internacional. Pero el gobierno de Chávez pudo disfrutarlo a valores tan exorbitantes que tenía todo para crear un fondo de reserva para cuando se terminara la bonanza e incluso usarlo para aportar al desarrollo del sistema productivo. Sin embargo, sus recursos se dilapidaron regalando el combustible en el mercado interno y financiando a los aliados, como Cuba. Por eso, cuando el crudo bajó de los niveles récord, el modelo empezó a crujir.
"La muerte de Chávez fue seguida de un descenso paulatino de los precios del petróleo y de un acelerado deterioro de la obra del gobierno. Le tocó a Maduro correr con estas consecuencias, pero una suerte semejante le pudo haber tocado al propio Chávez. La debilidad del liderazgo de Maduro no es solo porque sea menos inteligente —algo que es verdad—, o porque no tenga el carisma arrollador de Chávez —que también es cierto—, sino porque le tocó gobernar con sus torpezas a un país malacostumbrado a vivir del reparto de la renta y no de su esfuerzo productivo", explicó a Infobae el economista Víctor Álvarez R., investigador del Centro Internacional Miranda y Premio Nacional de Ciencias.
El uso irresponsable de los ingresos provenientes del petróleo no fue el único problema. La administración chavista de PDVSA fue tan desastrosa que cayó la producción. "El desastre de la industria petrolera nacional la ha llevado de producir más de 3.6 millones de barriles diarios, a una cifra que oscila entre 2.1 y 1.9 millones, siendo el país con las mayores reservas de petróleo del mundo", precisó Blanco.
2. Creación de un megaestado empresario
"El Estado se hizo cada vez más interventor en la actividad económica: propietario de los recursos naturales y del subsuelo, pasó a ser dueño de empresas en diversos sectores. Además aumentó la regulación de la actividad privada, estableció elevados impuestos, controles de precios y del tipo de cambio, barreras al libre comercio. Así se fue desarrollando un entorno menos propicio y estimulante de la actividad económica, privada en particular", dijo Rafael J. Avila, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Monteávila, en diálogo con Infobae.
Ese Estado se constituyó a partir de la expropiación de todo tipo de empresas, la mayoría quebradas. Y lo que se buscó a través de ellas fue satisfacer necesidades políticas antes que prestar mejores servicios.
"El proyecto chavista despreció al sector productivo porque lo asumió como la representación del enemigo que intentaría impedir su proyecto socialista —dijo Blanco—. Convirtió en parias a los empresarios y al movimiento sindical organizado, utilizó los inmensos recursos fiscales para comprar solidaridades que aún perduran, aunque débiles, y convirtió a una masa inmensa de ciudadanos en dependientes de los favores del Estado".
3. Fijación de controles en todas las áreas de la economía
"Con el argumento de combatir la especulación, se impusieron controles de precios. Primero a productos básicos, pero luego se engrosó la lista. Se crearon organismos para fiscalizar. La consecuencia lógica fue mayor escasez y burocracia. También se hicieron más frecuentes los controles de cambio, esperando que éstos pudieran frenar la fuga de capitales, cosa que lógicamente funciona por muy breve tiempo, pero no resuelve el problema de fondo", destacó Ávila.
Los controles y la pretensión de fijar todos los precios por debajo de los costos acabaron por hacer casi inviable la obtención de ganancias. Eso incentivó el auge del mercado negro y de las mafias en casi todos los ámbitos productivos.
4. Pulverización del tipo de cambio
"Con el argumento de detener la fuga de divisas y la depreciación de la moneda, y controlar la inflación, se impuso un control del tipo de cambio y se limitó la adquisición de dólares a las empresas y a las personas. Además se crearon tipos de cambio preferenciales, que con el tiempo se hicieron mucho más bajos en relación al mercado. Como resultado, ni se ha detenido la fuga de capitales ni la depreciación del bolívar, ni mucho menos la inflación", contó Ávila.
La escasez de divisas ha llegado al punto de que Venezuela no puede pagar todas las importaciones que necesita. Muchas aerolíneas internacionales dejaron de operar en el país a causa de este problema.
5. Proteccionismo y aislamiento del mundo
El proteccionismo fue otra manera de limitar la competencia y estimular el desabastecimiento y la inflación. La combinación de altos aranceles con el sistema de cuotas de importación terminó perjudicando incluso a los empresarios locales que se pretendía favorecer, ya que la producción de muchos bienes necesita insumos que no se encuentran en el país.
La escasez de comida se siente en el país hace largos meses (AFP)
6. Creación de impuestos distorsivos
"Se estableció una mayor y más compleja tributación. Las recientes modificaciones de las leyes impositivas tienen el objetivo de cargar más la actividad empresarial", dijo Avila.
Los impuestos a la producción son la otra cara de los controles excesivos sobre la economía. Corregir esas distorsiones es condición sine qua non para una reactivación. De acuerdo con Álvarez, habría que "eliminar los rígidos controles de precios que obligan a vender por debajo del costo y desestimulan la producción, sincerar las tarifas de servicios de gas, agua y luz, reactivar el cobro de los peajes, realizar ajustes en la tributación, y sustituir los ineficientes subsidios indirectos a los productos que los contrabandistas sacan del país por subsidios directos a los hogares pobres".
7. Pérdida de autonomía del Banco Central
Una de las modificaciones más importantes que impulsó el chavismo fue poner fin a la independencia del Banco Central de Venezuela (BCV), permitiéndole financiar al Tesoro y a las empresas públicas. Luego intervino sobre su sistema estadístico, que informaba con rigurosidad las cifras de inflación y escasez, entre otras variables económicas que empezaron a ser ocultadas y manipuladas.
"Vale recordar que hasta 2009 el financiamiento del BCV al Gobierno con emisiones de dinero sin respaldo fue prácticamente nulo. No hubo. A raíz de la reforma de la Ley del BCV se autorizó al instituto emisor a financiar a las empresas del Estado, lo cual repercute en una mayor demanda pública y privada. En una economía signada por una creciente escasez, la mezcla de una mayor demanda con una menor oferta es justamente lo que atiza la inflación y aumenta la presión sobre el tipo de cambio paralelo", señaló Álvarez.
8. Gasto público y emisión monetaria en niveles insostenibles
Al poder controlar el BCV, el Gobierno tuvo vía libre para acelerar la emisión monetaria para financiar un gasto público que está muy por encima de la riqueza que efectivamente genera el país. Según Blanco, sólo durante 2016 la "base monetaria se incrementó 147 por ciento".
"Lamentablemente el Gobierno ha pospuesto el saneamiento fiscal y se aferra al financiamiento monetario e inflacionario —dijo Álvarez—. Si el BCV continúa financiando el déficit fiscal del gobierno con la expansión de los agregados monetarios, la inflación seguirá desbocada".
Una de las trifulcas desatadas por la crisis de los billetes (Reuters)
9. Militarización de la economía
"Debido a su procedencia, Chávez puso en práctica el nombramiento de efectivos militares, activos o retirados, en roles de gobierno: ministros, altos funcionarios, embajadores, presidentes de institutos", dijo Avila.
Muchos de ellos pasaron a manejar áreas clave de la política económica. Esto revela el sesgo con el que la administración chavista entiende la economía. El Gobierno cree que puede bajar la inflación por la fuerza, obligando a los comerciantes a vender por debajo de sus costos, con la amenaza de hacerlos arrestar.
10. Retiro de circulación de los billetes de 100 bolívares
El 7 de diciembre el presidente del BCV, Nelson Merentes, anunció que a partir del 15 de diciembre comenzarían a circular billetes de 500, 1.000, 2.000, 5.000, 10.000 y 20.000 bolívares, ya que el máximo de 100 obligaba a la gente a salir a la calle con bolsas llenas de dinero para hacer compras cotidianas. Sin embargo, en una decisión incomprensible, Maduro ordenó sacar de circulación el billete de 100 bolívares en un plazo de 72 horas, cuando todavía no habían llegado los nuevos.
"Millares de ciudadanos de a pie se amontonaron durante largas horas a las puertas de los bancos públicos para depositar los billetes —contó Álvarez—, antes de que se venciera el plazo de 72 horas y ya no valieran nada. El rechazo al billete de 100 bolívares para las operaciones de compraventa desbordó el nerviosismo de los venezolanos. Muchos comercios debieron cerrar ante las amenazas de bandas motorizadas de saquearlos si no recibían el dinero en efectivo. Se desató una ola de disturbios que dejaron un trágico saldo de muertos, heridos, bancos quemados, cientos de locales saqueados y ciudades militarizadas".
La administración central se vio obligada a retroceder con la medida y prorrogar la vigencia del billete de 100 bolívares. Como si fuera poco, los nuevos de alta denominación aún no entran en circulación.
Para la economista María de la Fe López Domínguez, profesora de la Universidad Simón Bolívar, lo ocurrido es muy difícil de entender. "En época navideña, de máximo uso del dinero en efectivo, en medio de un enorme crecimiento de la liquidez luego de aumentos salariales muy significativos, es incomprensible desde el punto de vista técnico —dijo a Infobae—. Lo inoportuno de la medida la hizo contraproducente, como de inmediato se vio con el desorden social y económico que se produjo. Entonces, no puede haber justificación técnica para que se tomara como se hizo, quedando así la sospecha de motivaciones puramente políticas".
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