Mostrando entradas con la etiqueta tipo de cambio. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta tipo de cambio. Mostrar todas las entradas

jueves, 19 de julio de 2018

El Big Mac hace al peso subvaluado

Según el "Índice Big Mac", el dólar quedó muy alto en la Argentina luego de la devaluación

El indicador que compara el precio de la clásica hamburguesa en Estados Unidos respecto al costo que tiene en otros mercados muestra que el peso argentino pasó a estar claramente subvaluado. ¿Qué lugar ocupa el país en el ranking internacional?





Tras semanas de altísima volatilidad, el dólar terminó acumulando una devaluación superior al 50% en lo que va del año y de más del 70% en doce meses.

Y la lectura que hizo el Gobierno fue optimista. Uno de los funcionarios que defendió abiertamente el salto del billete verde fue el ministro de Producción, Dante Sica, quien afirmó que este nuevo tipo de cambio "es muy bueno", dado que significó un "espaldarazo" para salir a exportar.

"La preocupación más fuerte a futuro va a ser mantener este tipo de cambio, luego de este esfuerzo", agregó Sica.

Sin embargo, en un contexto en el crece el debate entre economistas, que advierten sobre nuevas presiones en el mercado de cara al corto plazo, surge una pregunta inevitable: ¿es este un nivel de equilibrio? ¿O acaso el escenario empuja a la divisa a seguir en camino ascendente?

Por lo pronto, días atrás se conoció el informe mensual de FocusEconomics en el que un grupo de economistas internacionales y locales traza proyecciones sobre las principales variables de la economía para fin de año.

Los analistas estiman que el billete verde finalizará el 2018 a un precio de $30,28. ¿Qué implicaría esto? De llegar a ese nivel, en todo el año la devaluación acumulada sería de más del 62%. Es decir, prácticamente el doble de la inflación proyectada.

Sin embargo, dichas estimaciones van a contramano del resultado que arrojó el último "Big Mac Index". Según este índice elaborado por la revista The Economist, y que cuenta con numerosos adeptos alrededor del mundo, el dólar estaría sobrevaluado en la ARgentina cerca de un 50 por ciento.

Cabe destacar que muchas de las veces en que la moneda de una nación apareció sobrevaluada en este ranking, luego terminó sufriendo una corrección.

¿Cómo funciona? Básicamente, la publicación inglesa compara el precio de la famosa hamburguesa de McDonald's en varias naciones a nivel global, siguiendo la teoría de las paridades internacionales de precios, que establece que productos similares tienden a tener el mismo valor en todos los países.

En otras palabras, el postulado es que, con la misma cantidad de dólares convertidos, se debería poder comprar un bien idéntico en todas las naciones, sea un alimento o un servicio estandarizado.

En consecuencia, si en algún territorio la hamburguesa tiene un valor muy alejado de la de referencia -la estadounidense, por estar cotizada en dólares- se considera que hay factores domésticos que están distorsionando el verdadero nivel de tipo de cambio.

En buen romance, puede decirse que si un sándwich en un país es más barato que en los EE.UU., entonces significaría que la moneda local está subvaluada frente al dólar. De lo contrario, si el sándwich es más caro que en los EE.UU., el signo monetario doméstico entonces se encontraría sobrevalorado.

¿Qué arroja el nuevo índice?

Se acaba de publicar la última actualización de este índice y el relevamiento arroja un resultado llamativo: el peso argentino está casi 51% subvaluado frente al dólar.



¿Cómo se calcula?

  • The Economist toma en consideración un precio para el Big Mac de $75. Al tipo de cambio actual, esto representa unos u$s2,67, frente a los u$s5,51 establecido para EE.UU.
  • Si se divide el costo en pesos en la Argentina ($75) por el valor en dólares vigente para los EE.UU. (u$s5,51), esto arroja un tipo de cambio implícito de 13,61.
  • Así las cosas, los analistas destacaron que la diferencia entre esta cifra (13,61) y el tipo de cambio actual de $27,7 (en el momento en que se publicó el informe), "sugiere que el peso argentino está un 50,9% subvaluado".

Así lo grafica The Economist:



La "letra chica"

Hay que hacer una pequeña salvedad, además de que el tipo de cambio varió en los últimos días para volver a acercarse a los $28, el precio de la clásica hamburguesa subió hasta cotizar a $80 en la mayoría de los locales de esta cadena de comida rápida.
En ese caso, el peso estaría subvaluado un 48%, una diferencia de tres puntos respecto del resultado planteado por The Economist.

Dicho de otro modo: considerando el precio de $80 y el billete verde a $28, esto arroja un precio en dólares de 2,96, claramente muy inferior a los u$s5,51 de EE.UU.

Así, para equiparar los valores en ambos países, entonces teóricamente la divisa debería cotizar en el país a $14,51.

En buen romance, según este comparativo el tipo de cambio se encuentra muy devaluado, que es lo mismo que decir que el dólar es caro y el peso está muy subvaluado.


El "índice Cuarto de Libra"

Pero no es la única salvedad que habría que marcar: para quienes no están tan familiarizados con el Big Mac Index, hay una cuestión metodológica no menor. El precio de esa hamburguesa en la Argentina es tomado con cautela por los economistas.

De hecho, a partir de 2011 decidieron readaptar el índice y considerar como válido el valor de otro producto de la cadena que es muy similar: el Cuarto de Libra.

Sucede que en épocas del kirchnerismo, cuando el tipo de cambio estaba "anclado", el entonces secretario de Comercio, Guillermo Moreno, había presionado a la compañía de comida rápida para que congelara el precio del Big Mac, mientras que el resto de los valores del menú escalaba al ritmo de la inflación del momento, que llegó a ser de 40% anual.

Con esa intervención, el funcionario se "garantizaba" que la Argentina quede entre las naciones más competitivas en términos cambiarios.

Por lo tanto, los expertos comenzaron a tomar como referencia al Cuarto de Libra, ya que es una hamburguesa que vale prácticamente lo mismo que el Big Mac en otras partes del mundo.

Así, al suprimir ese efecto, este "índice mejorado" mostraría la situación del tipo de cambio de manera más fidedigna. De hecho, el precio actual del Big Mac en el mercado interno sigue desfasado: cuesta $80, un 16% menos que el Cuarto de Libra ($95).

En otras palabras, se terminó la intervención del INDEC pero permanece el "resabio" de Guillermo Moreno en las pizarras de McDonald's, ya que esta hamburguesa con dos medallones de carne quedó con un valor muy bajo.

¿Qué implica esto?

  • Si se divide el costo en pesos en la Argentina del Cuarto de Libra ($95) por el valor en dólares vigente para los EE.UU. (u$s5,51), esto arroja un tdipo de cambio implícito de 17,24.
  • Siguiendo la misma ecuación, la diferencia entre esta cifra (17,24) y el tipo de cambio actual de $28, sugiere que el peso argentino entonces estaría sobrevaluado un 38,4%.

Considerando estas variables, entonces la competitividad cambiaria no sería de tal magnitud y la Argentina escalaría unos 14 puestos respecto del nivel que ocupa según The Economist.

Siguiendo el mismo razonamiento, los $95 del Cuarto de Libra arrojan un valor en dólares de u$s3,39.

Así, para equiparar el nivel entre ambos países, entonces teóricamente la divisa debería cotizar en el país a $17,24, un valor que ya es un lejano recuerdo en la mente de los argentinos.

viernes, 14 de julio de 2017

El Big Mac dice que el dólar en Argentina no está atrasado

Según el índice Big Mac, en la Argentina no hay atraso cambiario

Para el indicador de The Economist, el peso no está sobrevaluado
La Nación



El Big Mac nació hace 49 años


Hace 31 años The Economist creó el índice Big Mac como un modo de medir cómo se ubicaban distintas divisas respecto del dólar. El índice se basa en la teoría de la paridad de poder de compra. Es la idea de que, a la larga, los tipos de cambio deben ajustarse de tal modo que el precio de una canasta idéntica de bienes comercializables en distintos países sea el mismo. Esa canasta contiene un ítem, el Big Mac.


La última versión del índice muestra, por ejemplo, que un Big Mac cuesta US$ 5,30 en Estados Unidos, pero sólo ¥ 380 (US$ 3,36) en Japón. De acuerdo a esa lógica cárnica, por tanto, el yen japonés está un 37% subvaluado respecto del dólar.

Sólo tres países de la lista tienen una moneda sobrevaluada con respecto al dólar: Suiza, Noruega y Suecia.


En la Argentina, en tanto, el Big Mac cuesta US$ 4,13, algo que determinaría que el peso no está sobrevaluado con respecto al dólar.

Una parte importante de los países, sin embargo, son más competitivos que la Argentina. Entre ellos, Gran Bretaña, China y México.

El dólar, más fuerte

El billete verde se ha fortalecido considerablemente en los último años: de las 34 divisas que sigue The Economist, en el índice completo, 31 están actualmente subvaluadas respecto del dólar. Sólo el franco suizo, la corona noruega y la corona sueca están sobrevaluadas. Dicho eso, muchas divisas han recuperado algo de terreno respecto del dólar en los últimos seis meses.

Está, por ejemplo, la libra egipcia, que de acuerdo con la economía de la hamburguesa es la divisa más subvaluada. En noviembre, el gobierno egipcio decidió permitir que su divisa flote libremente. Para diciembre la libra había caído a su actual valor de alrededor de 18 libras por dólar. La inflación ha subido como consecuencia, promediando un 30% en los últimos seis meses. Los precios del Big Mac han aumentado correspondientemente, de 27,5 libras (US$ 1,53) a 31,4. El resultado neto, según el índice de The Economist, es que la libra egipcia ha pasado de estar subvaluada en un71% respecto del dólar en enero, al 67% hoy.

El euro también ha recuperado terreno en el mismo período. La divisa única compra hoy US$ 1,14, comparado con US$ 1,05 al comienzo del año; el euro ha pasado de estar subvaluado un 20% respecto del dólar en el índice, a 16%. Eso refleja una mezcla de política y economía. Los partidos euroescépticos fueron derrotados en las elecciones en Holanda y en Francia, apagando los temores de que los populistas tendrían éxito. La zona del euro creció sustancialmente más que la economía estadounidense en el primer trimestre y el Banco Central Europeo ha comenzado a dar señales de que su política de estímulo monetario no durará para siempre.

LA NACIONEconomíaDólar hoy

miércoles, 2 de marzo de 2016

Opinión: ¡Atraso cambiario y deuda?

Clarin.comOpinión01/03/16
¿Otra vez atraso cambiario y endeudamiento externo?
Debate

Guillermo Rozenwurcel y Ramiro Albrieu

 Guillermo Rozenwurcel es economista (UBA, CEDES, CONICET).

Ramiro Albrieu es economista (UBA, CEDES).




A mediados de los setenta, los sensatos argumentos de Ronald McKinnon en su Money and Capital in Economic Development racionalizaban la conveniencia de la apertura al financiamiento externo como forma de romper con las bajas tasas de ahorro y la represión financiera imperantes en los países emergentes.

 Una vez que los países abrieron la cuenta de capital y accedieron al financiamiento internacional, la lectura de muchos presidentes y juntas militares resultó un poco distinta a la de los académicos. El financiamiento externo representó para ellos algo más terrenal (y tentador): una vía fácil para evitar la condicionalidad de los organismos multilaterales y, en definitiva, posponer el ajuste necesario en las cuentas externas. Ajuste que llegaría, tarde y mucho más drásticamente, con la crisis de la deuda de 1982.

En 1993, luego de la primera “década perdida” de crecimiento ocasionada por esa crisis, aparecía otro texto de McKinnon, The Order of Economic Liberalization: Financial Control in the Transition to a Market Economy, e incorporaba el aprendizaje del pasado entonces reciente. Decía allí Mckinnon que el manejo de los flujos de capital en una economía emergente se asemeja a caminar sobre un campo minado, donde el próximo paso puede ser también el último.

Transcurridos dos meses de gestión, el gobierno de Mauricio Macri parece haber manejado la remoción del cepo cambiario razonablemente bien, sobre la base de una fuerte devaluación de la moneda. A partir de ese logro, se abrió la posibilidad de un escenario benévolo de corto plazo, opuesto al de la inestabilidad financiera y la corrida cambiaria. En este escenario la entrada de capitales permitiría alivianar las tensiones existentes en el mercado de cambios -e incluso financiar las importaciones necesarias para volver a crecer, por un lado, y la corrección gradual de los desequilibrios fiscales por el otro.

El éxito de Macri en Davos y más en general el impacto positivo del nuevo gobierno en la comunidad financiera internacional permite aventurar que dicho escenario es factible. Argentina podría diferenciarse positivamente del resto de los emergentes, muchos de ellos fuertemente sobreendeudados luego de varios años de tasas de interés internacionales cercanas a cero.

¿Cuáles es el principal riesgo de este escenario? La complacencia. Más específicamente, olvidar que el cepo fue una respuesta a un problema macroeconómico recurrente en Argentina: el atraso cambiario sostenido con deuda externa o términos de intercambio favorables, que se pretenden “permanentes” aunque siempre resultan temporarias. Una mala respuesta, seguro; una que profundizó antes que redujo la escasez de divisas y las tensiones en el mercado de cambios. Pero una respuesta frente a un problema real a fin de cuentas.

¿Cambió el panorama con el salto del tipo de cambio de diciembre? No demasiado. Si bien el tipo de cambio real con respecto a Estados Unidos retornó a los valores de los meses previos a la implantación del cepo, el tipo de cambio real con respecto a Brasil -una medida muy relevante para evaluar nuestra competitividad externa- apenas regresó a los valores de mediados de 2013, y se encuentra un 50% por debajo del valor previo al cepo.

Cabe señalar que en la misma línea, Rubén Lo Vuolo planteó preocupaciones similares en su artículo “¿Nos conviene esta receta económica?”, publicado en este medio el 23 de febrero pasado.

Como ya señalamos, el atraso cambiario representa una tentación difícil de manejar. Y más aún con elecciones de medio término cruciales para el nuevo gobierno en el horizonte, que plantean una economía política muy difícil de abordar. Esto por el conflicto que se plantea entre demandas sectoriales inconsistentes entre sí y los inevitables costos de la corrección de los desequilibrios macroeconómicos heredados de la gestión anterior.

 La combinación de esa tentación con la de los mercados internacionales a la búsqueda de nuevas oportunidades en un escenario global poco atractivo puede resultar nefasta para el país si, como tantas veces, prevalece el “cortoplacismo”, es decir, el intento de resolver las urgencias inmediatas sin atender a la sostenibilidad futura de la economía.

 La oferta de financiamiento puede llegar a pesar de una inflación acelerada, el déficit fiscal y el atraso cambiario. Después de todo, lo ocurrido en Davos también nos enseña que en la arena internacional el giro hacia los mercados que representa Macri en el contexto de la región puede pesar más que una desapasionada evaluación del riesgo basada en el estado de salud de la macroeconomía argentina.

 Es aquí donde nos interpelan los dos McKinnon: ¿debemos seguir al primero y pensar que la recuperación de la credibilidad en la comunidad financiera basta para enderezar el rumbo de la economía, o debemos escuchar al segundo y, en consecuencia, tratar de atacar al atraso cambiario y evitar la procrastinación? Nos gusta más el segundo McKinnon. Creemos que es éste a quien el gobierno debería escuchar.

Clarín

martes, 19 de enero de 2016

Comprendiendo la relación entre inflación y tipo de cambio

Dólar e inflación, un típico error conceptual

Punto de Equilibrio

El otro día mientras participaba de un programa de televisión, no pude dejar de sorprenderme por el consenso que existe entre la mayoría de las personas acerca de que la responsabilidad en el incremento de la inflación es la suba del dólar. Incluso personas bien formadas e informadas, cuyos conocimientos en otras áreas merecen el mayor de los respetos, como Jonathan Viale o Luis Novaresio, creen eso.

Son esos momentos de confusión colectiva donde el aparente sentido común carece de razón y es importante explicar el error de pensar que la enfermedad es el dólar y la inflación la fiebre, y no al revés. Aquí se resume un problema central de los argentinos: Creer que el problema es el dólar y no la inflación. Es por eso que se pone el acento (y la preocupación) en que el dólar suba, pero no tanto en que lo hagan los precios. Cuando se confunde la causa de un problema con su consecuencia, no es posible encontrar su solución.

Hoy se ve a la devaluación del dólar como un problema y no como una consecuencia obvia de la inflación. Sin embargo, y pese a que muchos quisieran hacerse los distraídos, es la inflación la responsable de la caída del salario real y no el dólar.

Al finalizar el programa que les mencioné, mis dos amigos intentaron explicarme, para sustentar su convicción,cómo cuando el dólar subió en enero la inflación también lo hizo, en tanto que luego, cuando el dólar se estabilizó, la inflación bajó. Por lo tanto, para ellos,  el dólar es el responsable de la inflación.

De seguir este razonamiento que no pocas personas aceptan cómo válido, para mantener una inflación baja deberíamos fijar el precio del dólar. Se trata, sin embargo, de una experiencia que ya se hizo con Martínez de Hoz y con la convertibilidad de Cavallo, que acarreó nefastas consecuencias para la economía del país.

Empecemos por algo más simple: qué es la inflación y cuál es su principal razón.

Qué es la inflación

La inflación es el aumento sistemático y generalizado de precios. Si bien esta es una definición de diccionario, en términos callejeros significa que los precios suben, que lo hacen en todos los bienes y servicios, y que cada uno tiene su propia lógica. Esto hace que algunos precios suban más que otros, que lo hagan en diferentes fechas y en diferente forma. También ocurre que una mayoría sube y el que se queda retrasado luego compensa con grandes saltos.

El problema de la inflación es que genera distorsiones en los precios relativos. Esas distorsiones cambian rápida y abruptamente cuanto más alta sea la inflación. Siempre existen variaciones de precios, pero con una inflación del 3% anual no son importantes, ahora bien, con una del 40% anual son en extremo peligrosas.

Los movimientos abruptos de precios son los que traen más incertidumbre a la economía y terminan matando a la inversión, cuyo principal requisito es la previsibilidad y la posibilidad de pensar el largo plazo.


Las causas de la inflación

En economía, existen dos grandes teorías para explicar el fenómeno de la inflación: la monetarista y la estructuralista, que más allá de lo que algunos fundamentalistas griten, no se contraponen, sino que se complementan. Es que a esta altura del desarrollo económico del mundo, y luego de haber atravesado períodos de alta inflación como en los años 70 y 80, los teóricos mantienen consensos básicos que ya ni siquiera están en discusión.

La inflación es un fenómeno esencialmente monetario. Qué quiere decir esto: que es necesaria la existencia del dinero para que haya inflación. Si la economía fuera de truque no habría inflación posible.

La inflación es la suba de precios, pero puede ser visto como la contracara, es decir que dado un monto de dinero cada vez se pueda comprar menos con él. El reverso de la inflación es la pérdida de valor del dinero.

El dinero es un bien más de la economía. Cuando hay mucha existencia de cualquier bien, este vale menos, en tanto que cuando hay poco de un bien, vale más. Esa es la relación entre la cantidad de dinero y la cantidad de bienes y servicios que tiene una economía. Cada compra que hacemos, la pagamos. Por lo tanto, la cantidad de dinero existente debe alcanzar para poder pagar todas las compras de bienes o servicios que hagamos.

Si la cantidad de bienes y servicios crece todo el tiempo, es necesario que la cantidad de dinero crezca en una proporción similar para poder pagar esos nuevos bienes o servicios. Ahora bien, si la cantidad de dinero crece mucho más que la cantidad de bienes y servicios existentes, entonces sobra dinero. Ese dinero circulante al no poder comprar más bienes o servicios por estar agotados, se destina a los precios que suben hasta que la cantidad de dinero excedente finalmente queda absorbida.

Es debido a lo anterior que la emisión monetaria no genera inflación por sí sola, depende de las necesidades de la economía en un contexto determinado. Si el PBI crece 4%, por lo menos hay que agregar un 4% de dinero a la economía para financiar esas operaciones nuevas. Y eso no genera inflación.

Por supuesto que la causa monetaria no es la única en la generación de inflación. Se deben tener en cuenta también la tensión distributiva en un país altamente agremiado (tanto trabajadores como empresarios) cuyas disputas por salario o rentabilidad se resuelven no solamente en el mercado, sino una parte en mesas de negociación en una oficina.

Esto hace que ante aumentos de precios para aprovechar una situación de mercado que agranda la rentabilidad de las empresas, los sindicatos de los trabajadores pidan mayores incrementos salariales.

Se otorgan incrementos en el sector que, luego, para compensar parte de las perdidas van al precio y así se trata de ganar la rentabilidad cedida, convirtiéndose esto en un juego ascendente a menos que el Estado le ponga un límite.

Se trata de inflación estructural, presiona los precios al alza y tiene como consecuencia que fuerza al gobierno a emitir los pesos necesarios para poder cumplir con los acuerdos alcanzados. Si así no lo hiciera, la economía entraría en recesión.

Lo cierto es que ambos factores existen. Nuestra ignorada inflación tiene esas dos causas. Se sigue emitiendo muy por encima de la cantidad de transacciones que tiene la economía, alimentado por el creciente déficit fiscal y también operando en una lógicade indexación constante de precios. Por ejemplo, los incrementos salariales de cada año tienen como piso el año anterior, lo cual haceque los valores nominales sean cada vez más elevados (aunque en muchos casos el poder de compra sea menor).

Por lo tanto la inflación ya es inercial. Para que no se escale más, el  gobierno trata de fijar algunos precios por un tiempo en un intento de atemperarla, aunque no de resolverla. En el presente son dos los precios que fija el gobierno.

Primero el dólar (fijo en 8,55) y segundo las tarifas, principalmente las eléctricas, de gas y ahora de naftas. Esto de fijar un precio mientras los demás aumentan en términos técnicos se lo conoce como ancla (tarifaria y cambiaria). Hay en este caso dos precios que se dejan fijosy así creernos que la inflación cederá.


El ancla frena, no acelera

Por supuesto que mientras más se atrasan esos precios, cuando finalmente recuperan su atraso empujarán al resto de los precios al alza. Pero no son los causantes de la suba, son los responsables del freno. Cuando no alcanzan a frenar más todo se acelera, pero ellos no son responsables de la suba.

Esto es como tener un auto acelerándolo pero con el freno de mano puesto. En cuanto se saca el freno el auto acelera. Sin embargo, no es culpa del freno que acelere. El freno lo soportaba quieto en tanto podía, cuando se soltó, el auto se movió, pero la culpa es del acelerador no del freno.

El problema de creer que el responsable de que se acelere el auto es el freno, es que de nuevo lo volverá frenar pisando el acelerador. Entonces  la pregunta siguiente es ¿cuánto tiempo másaguanta el freno de mano?Hasta que se rompa y entonces el auto salga disparado sin control.

Es por eso que muchas veces fijar algunos precios básicos de la economía tienden a frenar la inflación retrasándolos durante todo el  tiempo posible, hasta que finalmente el atraso es tan grande y forzoso que no hay ancla capaz de sostenerlo.Y aquí es donde mis amigos ven que la inflación sube y le echan la culpa al dólar.

Los datos

De hecho voy a tomar la variación del dólar desde el año 2010 y la inflación, lo cual muestra que el dólar quedó tan atrás que es muy injusto echarle la culpa de la inflación.

Como se ve, el año donde estuvieron parejos fue el 2013, pero ni aún en 2014 el dólar pudo subir tanto como la inflación. Entonces ¿cómo podría ser la suba del dólar el culpable de la inflación?.


Inflación de costos o de demanda


De hecho, en estos días se comenta que la inflación ha cedido un poco debido a la recesión y eso no es totalmente cierto. Por supuesto que tener una demanda floja  frena el aumento de precios, pero si hay aumento de costos, los precios hay que subirlos igual.

La inflación no fue más alta porque se fijó el precio del dólar y las tarifas. Con las consecuencias de un mayor déficit fiscal y más recesión. No es por falta de demanda, es que algunos costos ya no subieron. Pero ya han comenzado, tanto impuestos (ABL, patentes) como peajes. Luego vendrán los aumentos salariales, y el resto.

Por lo tanto, la inflación no sube más en estos meses porque se decidió fijar cada vez más precios, pero se sigue pisando el acelerador. Cuando el freno se rompa, finalmente el dólar subirá para compensar el atraso que tuvo y será, nuevamente para mis amigos, el responsable de la inflación.

Y así comenzará nuevamente el círculo argentino de usar el dólar como ancla, como lo hizo Martínez de Hoz, como lo hizo la convertibilidad de Cavallo y como lo está haciendo hoy Kicillof. Seguimos sin aprender de nuestra propia historia, pero ya buscaremos a quien echarle la culpa cuando otra vez terminemos mal.

El problema de la economía argentina es la inflación y no el dólar. Cuando entendamos eso, cuando tengamos una economía más estable, más previsible, cuando con 100 pesos podamos comprar más o menos lo mismo de un año a otro, es que no le daremos tanta importancia al dólar.

Mientras tanto, no deberíamos olvidar que el dólar es la fiebre, en tanto que la inflación, la enfermedad.

martes, 10 de noviembre de 2015

Devaluación y precios en Argentina post-electoral

El traspaso de una devaluación a los precios divide a los economistas
Por Patricia Valli |Entre los candidatos a presidente se piensa que una parte de los precios ya se ajustan por el dólar paralelo. Sin embargo, empresas y especialistas advierten que tal situación sería marginal.




La idea del gobierno saliente de mantener la inflación a raya con la variación del tipo de cambio oficial por debajo de las subas de precios puede rebotar en la nueva administración, donde –gane quien gane– los actores económicos descuentan un salto del tipo de cambio.Si bien entre los presidenciables circula la idea de que una parte de los precios ya se ajustan por el dólar paralelo, entre empresas y especialistas advierten que tal situación sería sólo marginal, por lo que una devaluación impactaría, como en 2014, en el costo de vida.
El traslado a precios o “pass-through” –en el léxico económico– podría ir del 20% al 40% de la tasa de devaluación, según el ex presidente del Banco Central Aldo Pignanelli, que integra el equipo de asesores del ex candidato a presidente Sergio Massa. También las pymes industriales calcularon cuánto podría impactar una devaluación del 20% en precios y estimaron que, en promedio, el traslado podría ser del 1,9% a los precios mayoristas, con subas más altas en electrónicos, textiles o autopartes por el encarecimiento de las importaciones.

“Una devaluación fuerte en medio de estos desequilibrios fiscales y monetarios es muy peligrosa porque se puede ir a precios”, advirtió Pignanelli. La referencia obligada es la devaluación del 22% de enero de 2014. El traslado llevó, según las mediciones privadas, a la inflación por arriba del 35% ese año.

De acuerdo con el Observatorio Pyme, “el impacto de una devaluación será mayor entre las pymes exportadoras, ya que requieren insumos importados en su función de producción, de mayor sofisticación tecnológica y, por lo tanto, menos sustituibles por producción local”.

Por el peso de los componentes importados, representantes del sector automotor estimaron que si se produce un ajuste del tipo de cambio del 30%, el impacto en precios podría llegar al 20%, aunque reconocieron que parte de la devaluación ya está incluida en los precios actuales como forma de cobertura. En 2014, con la devaluación de enero, los autos aumentaron 15% sus precios. “La reacción inicial fue que se dejó de vender porque no había precio”, recordaron desde un concesionario.

¿Por el blue? En esa línea, Andrés Neumeyer, director del Departamento de Economía de la Universidad Di Tella y editor del blog Foco Económico, consideró que “no corresponde hablar de devaluación” porque “los precios ya se rigen por el dólar blue”. “Cuando se comparan los precios de productos internacionales en la Argentina y en los Estados Unidos, se ve que la tasa de inflación, por ejemplo, entre 2011 y 2015, es más parecida a la del blue”, indicó. Tal tesis es compartida por parte de los equipos económicos de Cambiemos. “El cuadro del ‘pass-through’ es el que más miramos”, dijo hace unas semanas Carlos Melconian, durante la conferencia de la fundación FIEL.

Sin embargo, hay quienes tienen una mirada diferente y llaman la atención sobre los pronósticos demasiados optimistas en la materia. En una cámara que agrupa varias multinacionales, se lo manifestaron al propio equipo económico de Macri: “Nosotros no tenemos nada que siga el dólar paralelo ni el contado con liqui, por una razón: si ya estuviéramos tomándolo en cuenta, nuestro resultado en dólares se desplomaría”, explicaron en una reciente reunión en el Microcentro porteño. No es lo mismo dividir las ganancias en el país por 9,56 que por 14, precio estimado del contado con liquidación.

Desde la consultora ACM,  en tanto, mostraron su preocupación por “la minimización del impacto de una devaluación abrupta del tipo de cambio oficial sobre el nivel de precios, bajo el argumento de que la mayor parte de los bienes ya están ‘valuados’ según el paralelo. Sin desconocer que este fenómeno existe, no está claro cuán difundido está en la fijación de los precios locales”, indicó un análisis a cargo de Maximiliano Castillo Carrillo y Javier Alvaredo que advierte que “cuanto más consistente sea el conjunto de medidas que se adopten, el pasaje de una devaluación a precios se moderará”.

Fortuna Web

lunes, 19 de octubre de 2015

La hecatombe económica bolivariana

Venezuela: el bolívar no atrae ni a los ladrones
La descomunal brecha entre el dólar oficial y el paralelo provoca situaciones absurdas


Los clientes esperan hasta tres horas para entrar en el supermercado.

CARACAS.- Es una pena para el bolívar, la moneda venezolana, nombrada así en honor al héroe de la independencia nacional: ni los ladrones la quieren.

Cuando fue interceptado por ladrones que se subieron a su auto, hace unos meses, el ingeniero Pedro Venero esperaba que lo llevaran al cajero automático para vaciar su abultada cuenta en bolívares, algo a lo que los venezolanos están acostumbrados desde hace años. Pero los ladrones, armados con rifles y granadas, estaban seguros de que Venero tenía una reserva de dólares en su casa, y no quisieron saber nada con llevarse los bolívares de su cuenta bancaria.

"De entrada nomás me dijeron que me olvidara de eso, que no les importaba", cuenta Venero.

La desesperación por desprenderse de los bolívares o directamente no aceptarlos muestra claramente hasta qué punto los venezolanos han perdido la confianza en su economía y en la capacidad de su gobierno para encontrar una salida de la crisis.

Hace un año, un dólar valía alrededor de 100 bolívares en el mercado negro. En la actualidad, se pueden conseguir hasta 700 bolívares por dólar. El FMI pronostica que la inflación venezolana alcanzará este año el 159% (aunque el presidente Nicolás Maduro afirma que será la mitad de esa cifra) y que la economía se contraerá un 10%, la peor proyección para cualquier país del mundo (aunque no hay estimaciones para Siria).


De confirmarse, sería un desastroso derrape para una nación sentada sobre las mayores reservas de petróleo del mundo, y que desde hace tiempo se considera más rica que muchos de sus vecinos.

Pero la historia real va mucho más allá de los números y revela los aspectos absurdos de la vida en un país donde el gobierno se niega desde hace meses a revelar ciertos datos básicos sobre la economía, como el índice de inflación o el PBI.

Y aunque los ingresos internacionales del país se han contraído por el derrumbe del precio del petróleo, única exportación significativa de Venezuela, y el mercado negro del dólar se ha disparado, el gobierno insiste en mantener congelada la cotización en 6,3 bolívares por dólar.

Una entrada de cine cuesta unos 380 bolívares, o sea unos 60 dólares a valores del cambio oficial, pero sólo cuesta 0,54 dólares según la cotización en el mercado negro. El salario mínimo es de 7421 bolívares, o sea unos dignos 1178 dólares mensuales, o unos miserables 10,60 dólares.

Se calcule como se calcule, ese salario no alcanza para nada. Según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación de Maestros de Venezuela, la canasta básica de alimentos asciende a 50.625 bolívares en agosto de este año, más de seis veces que el salario mínimo actual y más de tres veces lo que costaba exactamente un año antes.

Una cena para dos en uno de los mejores restaurantes puede costar 30.000 bolívares, o sea unos 42,85 dólares a valores del mercado negro, o 4762 dólares a precio oficial.

La inflación es tan alta que las aseguradoras de autos han amenazado con emitir pólizas con vencimiento a seis meses, para minimizar los riesgos del imparable precio de las autopartes.

Las cruciales elecciones legislativas están previstas para diciembre, y el gobierno ha comenzado a poner a disposición de empleados públicos y seguidores suyos heladeras, aparatos de aire acondicionado y electrodomésticos a precios irrisorios. Un empleado público dijo haber comprado un LED de 48 pulgadas de fabricación china por 11.000 bolívares, apenas 15,71 dólares a precios del mercado negro.

Maduro culpa de los problemas del país a la "guerra económica" impulsada por sus enemigos internos y externos, pero la mayoría de los economistas dicen que son consecuencia de la caída del precio del petróleo y de las políticas del gobierno.

Quien necesite una batería para su auto mejor que traiga su almohada, porque tendrá que dormir frente a la puerta del autopartista: hace un par de noches, podía verse en el lugar una hilera de más de 80 vehículos.

¿Y si quiero cambiar de carrera? Bueno, ya son muchos los venezolanos que han renunciado a su trabajo para dedicarse a vender productos básicos en el mercado negro, como pañales descartables o harina, triplicando o cuadruplicando de ese modo el salario que percibían.

¿Necesitás efectivo? Está bien, pero que no sea mucho. Algunos cajeros limitan las extracciones al equivalente a 50 centavos de dólar a precios del mercado negro.

Debido a la escasez crónica de productos de primera necesidad, los supermercados y las farmacias completan sus estantes con largas filas de un mismo producto, y no es raro encontrarse con ambos lados de una góndola ocupados por paquetes de sal, de vinagre o de hisopos de algodón.

Pero de todas las cosas que faltan la más notoria es la falta de papel moneda, especialmente del billete marrón de 100 bolívares, el de mayor denominación de todo el circulante, que lleva el rostro de Simón Bolívar y que en el mercado negro vale alrededor de 0,14 dólares.

"¿Cómo entender por qué hay tanto dinero y al mismo tiempo falta dinero?", dice con una sonrisa triste la ex presidenta del Banco Central Ruth de Krivoy, y agrega que el principal problema es que el gobierno no ha logrado responder rápidamente al auge de precios emitiendo billetes de mayor denominación, como ser de 1000 o de 10.000 bolívares. Así que la gente necesita cada vez más billetes para comprar los mismos productos que hace un año.

A eso se suma que la gente debe recurrir al mercado negro para comprar los productos que antes encontraba en los negocios y, por lo tanto, las transacciones que se realizaban con tarjeta de débito o de crédito ahora se hacen en efectivo. Esa situación genera problemas de logística, ya que los bancos deben trasladar ingentes sumas de papel moneda y los cajeros automáticos se vacían a toda velocidad.

Hace unos días, el mecánico de aviones Jaime Bello fue a su banco, el estatal Banco del Tesoro, y se encontró con los tres cajeros automáticos sin dinero. Recordó una ocasión previa en la que fue a retirar 2000 bolívares y se quedó mirando cómo la máquina escupía una enorme pila de billetes de 5 bolívares, cada uno de los cuales vale menos de un centavo de dólar. Tuvo que esperar un buen rato más mientras la máquina contaba los 200 billetes restantes para completar los 2000 bolívares.

"Es una locura -dice Bello-. Vivimos una pesadilla. No hay nada que comprar y el dinero no vale nada."

La crisis también representa una oportunidad para quienes están dispuestos a hacer fila durante horas para comprar productos a precio reducido por el gobierno y luego venderlos para sacar ganancia.

"Entendí que de ese modo podía ganar más que en mi trabajo en la peluquería y renuncié", dice Geraldine Cassiani, que en febrero pasado abandonó su puesto de manicurista para hacer carrera en el mercado negro. En una reciente visita al supermercado, Cassiani compró cuatro paquetes de pañales descartables, aunque supuestamente los comerciantes no pueden vender más de dos por persona. Cassiani ya tenía un cliente "en lista de espera", dispuesto a pagar tres veces lo que ella pagó.

Maduro aparece regularmente en televisión para denunciar el mercado negro y culparlo de la escasez y de los altos precios.

"Yo sé que en parte lo que estoy haciendo está mal", dice Cassiani. Madre soltera, Cassiani argumenta que tiene que mantener a su hijo. "La necesidad tiene cara de hereje", señaló.

Traducción de Jaime Arrambide

La Nación

domingo, 4 de octubre de 2015

Desastre salarial de la dictadura chavista

Salarios en Venezuela: cómo el régimen chavista empobreció a la población
Un profesor universitario cobra 16 dólares, un maestro 12, un médico no llega a los 10 y un policía araña los 14 (si suma bonos y horas extras)... Advertencia: cuando usted termine de leer esta nota, puede que los valores ya estén desactualizados


 Mural de Hugo Chávez en Venezuela

La brecha cambiaria en Venezuela es tan amplia que dependiendo el sistema que se utilice para cotizar el bolívar, el salario puede parecer un logro o una broma. Es que el régimen chavista ofrece un menú tan insólito como ficticio: cuatro tasas cambiarias.

El dólar oficial, clavado en Bs. 6,30, es la ilusión que el Gobierno utiliza para maquillar sus presupuestos. Sin embargo, nadie accede a esa cotización. Los venezolanos sólo pueden recurrir al tipo de cambio paralelo ("lechuga"), un mercado negro que esta semana trepó a los 822 bolívares por dólar, cifra que supera 129 veces la tasa oficial.

Además, existen otras dos tasas: el dólar Sistema Cambiario Alternativo de Divisas 1, al que sólo acceden empresas y el SICAD 2, que sí permite privados.

En este escenario, la mayoría de los venezolanos tiene que dividir su salario por 822 para saber cuánto gana en dólares.

Con estos datos, se puede empezar a calcular. Por ejemplo, el salario mínimo venezolano alcanzó el 1 de julio los 7.421 bolívares. La cifra es el resultado de la última cuota de aumento -un 10%- del 30% anunciado por Nicolás Maduro el 1 de mayo pasado. Si lo vemos con la lupa del Gobierno (cotización oficial) el salario mínimo de un venezolano sería de 1.178 dólares. Pero un trabajador nunca podrá comprar la divisa a Bs. 6,3, por lo que su ingreso cae automáticamente a 9 dólares.

El baño de realidad se convierte en un tsunami si tenemos en cuenta que los acuerdos paritarios están retrasados, por lo que hay sectores que aún ganan por debajo del mínimo que publicita el gobierno chavista.

Infobae recopiló información sobre los sueldos promedio de los venezolanos según sus ocupaciones: mestros, profesores universitaros, empleados públicos, polícías, militares, arquitectos, médicos e, incluso, diputados.


Tabla de salarios promedio en Venezuela



Profesores universitarios


El 5 de septiembre pasado, la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela aprobó las nuevas tablas salariales para sus trabajadores. Un profesor de tiempo completo cobra Bs.19.000 (USD 3.000 en el mercado oficial, USD 23 en el paralelo). Un docente de medio tiempo, Bs. 13.285 (USD 2.100 en el dólar oficial, USD 16 en el paralelo).

Docentes


Los maestros no ganan mejor. Según confirmó la Federación Venezolana de Maestros, el 23 de septiembre pasado lograron cerrar paritarias por primera vez en 12 años en el municipio de Chacao (área de Caracas y gobernado por el opositor Primero Justicia). Ahora, un maestro Nivel 1 cobra Bs. 10.300 (USD 1.635 a tasa oficial, USD 12,5 a cotización paralela). Un Nivel 6 percibe Bs. 17.831 (USD 2.830 a cotización del Gobierno, USD 21,7 a cambio real).

Petroleros


En el país del petróleo, la Federación Unitaria de Trabajadores del Petróleo, del Gas, Similares y sus derivados de Venezuela (Futpv) viene luchando hace años para dignificar su ingreso. En la actualidad exigen un aumento salarial del 118 por ciento. Hoy, el básico es de Bs. 274 al día, unos Bs. 8.227 por mes (USD 1.305 en el oficial, USD 10 en el paralelo).

Médicos


Además de sufrir la falta de insumos y medicinas, cobran pésimo. En el sistema público de Caracas, por ejemplo, un ganan unos Bs. 8.000 (USD 1.270 en el oficial, USD 9,7 en el paralelo). Pero si se sale de la capital, el salario es aún más bajo. Según el Colegio de Médicos, en el estado de Zulia ganan Bs. 7.421 (USD 1.178 oficiales, USD 9 en el paralelo).

Es que el título universitario no garantiza un mejor pasar. Por ejemplo, los arquitectos ganan en promedio unos Bs. 14.000 (USD 2.222 en el mercado oficial, USD 17 en el paralelo).

Administración pública


Trabajar para la Administración Pública de la República Bolivariana de Venezuela tampoco es una garantía de éxito salarial. Los obreros estatales cobran Bs. 7.421 (USD 1.178 oficiales, USD 9 en el paralelo). Y los funcionarios se dividen en tres grandes categorías con sub salarios: la retribución mínima de un bachiller es como la del obrero; el personal administrativo técnico superior universitario percibe un mínimo de Bs. 8.205 (USD 1.302 en el mercado oficial, casi USD 10 en el paralelo); y el personal administrativo profesional universitario cobra un mínimo de Bs 8.730 (USD 1.385 en la cotización oficial, USD 10,6 en el paralelo). Así, el salario promedio de una secretaria en la administración pública asciende a los Bs. 12.000 (USD 1.900 en el oficial, USD 14,5 en el pararlelo).

Policía


Arriesgar la vida por el Estado venezolano tampoco parece valer la pena. Como en la mayoría de los países de América Latina, ser policía no es negocio. Es cierto que cuentan con bonificaciones –Riesgo (Bs. 742,16), Transporte (Bs. 3.422), Hogar (Bs. 2.200), Antigüedad (Bs.1.335), Hijo (Bs. 240)–, pero aun sumándolas todas, un oficial de la Policía Nacional Bolivariana sólo llega a cobrar Bs. 12.000 mensuales (USD 1.900 en el oficial, USD 14,5 en el pararlelo).

Fuerzas Armadas


La Fuerza Armada Nacional Bolivariana es el sector que más aumentos ha logrado en en los 16 años de revolución chavista. Sin embargo, hace más de dos años que no se publican datos oficiales. En promedio, un general de Brigada (el de menor rango en la FNBA) gana unos Bs. 35.000 (USD 5.555 a cotización oficial, USD 42 en la paralela).

Congreso


Los diputados nacionales tienen un salario básico de Bs. 29.687 (USD 4.712 en la cotización oficial, USD 36 en la paralela) pero si le suman dietas de representación, transporte y alimentación, pueden llegar a cobrar unos Bs. 42.100 (USD 6.682 oficial, USD 51 en el paralelo). Así que Diosdado Cabello, el número 2 del chavismo, se las tiene que arreglar con 51 dólares por mes para vivir...

El salario de los venezolanos se ha convertido en una basura. Las cifras son elocuentes. Pero si aún persisten las dudas, sólo basta analizar el poder adquisitivo real de los ingresos. La canasta alimentaria está valuada en Bs. 28.363, así que el ejercicio es sencillo: se necesitan 3,8 salarios básicos para comprarla.

Para acceder a los productos básicos, un venezolano necesita un salario y medio de un profesor universitario; o 3 sueldos y medio de un empelado petrolero o de un médico; o casi 4 salarios de un policía... En Venezuela, sólo los diputados o los generales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana puede darse el lujo de costear una canasta básica.

Este descalabro salarial sólo se entiende en un contexto inflacionario. Aunque el último dato oficial sea de diciembre del año pasado (con un índice del 68,5%), las mediciones privadas afiman que el porcentaje superó ya los tres dígitos. Según el diario local El Nacional, entre diciembre y septiembre ya acumula un alza de 141,5 por ciento. Y los precios aumentaron un 179,5% en los últimos 12 meses.

La distorsión del mercado cambiario y la inflación descontrolada son la pesadilla de los venezolanos.

Infobae

lunes, 8 de junio de 2015

Prostitutas y tipo de cambio en Venezuela

Las prostitutas venezolanas ganan más con la venta de dólares que con el sexo 
Por Anatoly Kurmanaev - Bloomberg




11 de junio (Bloomberg) - La prostitución es legal en Venezuela, pero el comercio de divisas por individuos no lo es. Nada de esto importaría si la economía en Venezuela no estaba en un desastre, como los informes de Bloomberg Katia Porzecanski. (Fuente: Bloomberg)

La llegada de un carguero con bandera liberiana marineros ucranianos, árabes y filipinos explica una cosa por Elena - dólares. Y billetes verdes son rey en Venezuela, dice el 32-años de edad, prostituta.

Pocas horas después de enterarse de la inminente llegada de la nave, ella ha empacó sus maletas y se dirige a la ciudad en ruinas de Puerto Cabello. Es un 450 kilómetros (280 millas) de viaje desde su casa en el estado occidental de Zulia que Elena encuentra a sí misma haciendo más a menudo ahora como contratos de la economía venezolana, las depresiones de Bolívar y los precios se disparan.

Las prostitutas más del doble de sus ingresos por el pluriempleo como los operadores de divisas en Puerto Cabello. Ellos son el servicio de cambio de divisas para los marineros en un país donde la compra y venta de dólares en las calles es un crimen - y la prostitución no lo es. Greenbacks en el mercado negro valen 11 veces más que la tasa oficial de dólares se vuelven más escasos en una economía que importa el 70 por ciento de los bienes que consume.

"El dólar es el rey en estos días, pero tenerlos tiene un precio", Elena, que utiliza un alias para proteger su identidad, dijo el mes pasado en una habitación que alquila en un burdel Puerto Cabello. "Sí, nos dieron de dólares para pagar las cosas a nuestras familias necesitan, pero tenemos que vender nuestro cuerpo para ello."


Fotógrafo: Vladimir Marcano / Bloomberg
Una prostituta en su habitación en un burdel en Puerto Cabello, Venezuela, el 28 de mayo de 2014.
Los beneficios del comercio se apilan alrededor de la habitación de Elena en el burdel Blue House - bolsas de arroz, harina, azúcar y aceite de cocina - los productos que otros venezolanos tienen que hacer cola durante horas para comprar a precios regulados en las tiendas, si pueden encontrarlos a todos.

Mercado negro 

El bolívar ha caído a 71 por dólar desde el 23 en el mercado negro desde que el presidente Nicolás Maduro logró su mentor Hugo Chávez en abril de 2013 El gobierno endureció folletos de divisas para frenar la salida de reservas de divisas, que son cerca de una década bajo. El tipo de cambio oficial, reservado a las importaciones de alimentos y medicinas, es de 6,3 bolívares por dólar.

La escasez de dólares se está convirtiendo a Venezuela en una sociedad de dos niveles similares a la Unión Soviética y Cuba, dijo Steve Hanke, profesor de economía aplicada en la Universidad Johns Hopkins en Baltimore. Los que tienen acceso a dólares como prostitutas, agentes turísticos, taxistas del aeropuerto y los expatriados son capaces de protegerse de la inflación por el comercio de sus billetes verdes a tasas cada vez más altas. Los que no pueden están viendo su nivel de vida declinan.

En un país donde la prostitución es legal, es el mercado negro de dólares que Maduro ha llamado "perverso", diciendo que fue diseñado por la burguesía a destruir su gobierno socialista.


Fotógrafo: Vladimir Marcano / Bloomberg
Proveedor Bebidas Luis Alberto Paredes vive con su hermana y su 85 años de edad y madre de ... Leer más

Boom de la industria 

Las autoridades han tratado de encarcelar a los comerciantes, el cierre de casas de bolsa y la creación de cuatro sistemas de cambio paralelos para detener el aumento de la tasa no oficial en los 11 años desde que Chávez comenzó a controlar el precio del bolívar.

La prostitución se ha convertido en la única industria en auge en el puerto más grande de Venezuela. El burdel Blue House está limpio y bien cuidado, con un patio y una cocina donde las mujeres reciben tres comidas al día. En el exterior, las plazas y las calles adoquinadas del centro colonial están en ruinas, con el olor de las aguas residuales que impregna los montones de basura.

"Antes de que yo estaba trabajando para mantener a mi niño y mi madre; ahora yo apoyo a toda mi familia ", dijo Paola, una prostituta que al igual que Elena viene de Zulia y se niega a dar su nombre real. "Los dólares son la única manera de salir adelante. Los salarios en bolívares de mis tíos y primos apenas significan nada ahora ".

Las prostitutas en Puerto Cabello cobran marineros una tasa fija de $ 60 por hora. También ayudan a los extranjeros organizan habitaciones, tarjetas telefónicas y taxis, acusándolos en dólares y luego pagar los propietarios y conductores en bolívares.

La escasez del dólar 

Una restricción típica con un extranjero en dólares pagando ganaría una prostituta unos 6.800 bolívares en honorarios y el intercambio arbitraje de divisas en el mercado negro. El mismo servicio de pago en bolívares, que Elena y sus amigos serían de mala gana acepta como último recurso, ganaría ellos 3.000 bolívares.



Una prostituta se sienta en su habitación en un burdel Blue House en Puerto Cabello. Las prostitutas 

"Podemos hacer más de dos horas aquí que trabajar en una tienda en un mes", dijo una prostituta que se hace llamar Giselle, mientras bebía un whisky de 12 años de edad en el Club 440 de striptease.

La escasez de dólares ha conducido a una escasez en las tiendas de todo, desde agua embotellada a papel higiénico y empujado los precios al alza del 59 por ciento en el año hasta marzo, el último mes del que hay datos disponibles.

El salto en los precios, la escasez de montaje y una ola de crímenes han alimentado de tres meses de protestas contra el gobierno que han costado la vida de al menos 42 personas.

Costo de Protección 

El precio pagado por los inversores para protegerse contra el impago de la deuda venezolana subió 3 puntos básicos en el último mes a 987, la más alta del mundo, después de Argentina, según datos compilados por Bloomberg. El precio de los swaps de incumplimiento crediticio implica una probabilidad del 49 por ciento que Venezuela dejará de pagar los tenedores de bonos en los próximos cinco años.

La economía se contrajo un 0,5 por ciento en el primer trimestre de hace un año, de acuerdo a una estimación promedio de siete economistas encuestados por Bloomberg. Los economistas de Goldman Sachs Group Inc. pronostica que el mes pasado que la economía venezolana se contraería un 1,3 por ciento este año. El producto interno bruto se expandió un 1 por ciento el año pasado, dijo el banco central.

"Vamos a derrotar el dólar paralelo", dijo el vicepresidente de Economía, Rafael Ramírez, 20 de marzo al anunciar un nuevo mercado de divisas. El sistema, conocido como Sicad II, permite a las empresas y los individuos para comprar dólares en cantidades restringidas por cerca de 50 bolívares cada una, una devaluación del 88 por ciento de la tasa de cambio oficial.

La foto de Chávez 

El bolívar se ha desplomado un 17 por ciento en el mercado negro desde que comenzó Sicad II, de acuerdo con la tasa de seguimiento de sitio web dolartoday.com.

Un portavoz del Ministerio de Finanzas, que no puede ser nombrado debido a la política interna, no respondió a las llamadas de teléfono y un correo electrónico en busca de comentarios sobre la tasa del mercado negro. Un portavoz de la oficina de Maduro, quien también pidió no ser identificado debido a la política interna, se negó a comentar sobre el plan del Presidente para detener el aumento de la tasa del mercado negro, la inflación y la escasez.



El proveedor de bebidas Luis Alberto Paredes vive con su hermana y su 85 años de edad y madre en la cáscara de una casa colonial cubierto por chapa ondulada en el antiguo distrito financiero de Puerto Cabello. Sus paredes y techos están adornados con banderas y carteles de Maduro, Chávez y el Partido Comunista de Venezuela y su kiosco móvil está cubierta con fotos de alcalde oficialista Rafael Lacava.

Sin embargo, el 52-años de edad, está perdiendo confianza en el sucesor de Chávez. "Maduro ha sido un fracaso total", dijo mientras se toma café en casa. "La gente está harta de las. Creo que va a explotar más pronto que tarde ".

Estantes vacíos 

Paredes, que vive con un salario mínimo de alrededor de 4.200 bolívares al mes (unos 60 dólares al tipo de mercado negro), dice que tiene que comprar granos de café para su stand a los vendedores ambulantes de nueve veces el precio regulado, ya que los supermercados están siempre fuera de las existencias.

Uno de cada cuatro productos básicos no estaban disponibles en las tiendas en enero, la última vez que el banco central publicó las cifras de escasez.

El porcentaje de hogares que viven por debajo del umbral de pobreza aumentó seis puntos porcentuales, hasta el 27,3 por ciento en el segundo semestre del año pasado, el primer aumento desde 2010, según el Instituto Nacional de Estadística. Maduro dijo que 03 de junio las cifras de la agencia del gobierno no son oficiales.

Para las mujeres, como Giselle, Elena y Paola, la prostitución de dólares se ha convertido en una línea de vida que les impide la pobreza.

"No hemos estudiado, no tenemos educación. ¿Qué haríamos ahora si paramos? ", Dijo Giselle. "Trabajar por un salario mínimo que ni siquiera pagar por la comida? Si no estaríamos aquí trabajando la escena, estaríamos viviendo en las calles ".

domingo, 1 de junio de 2014

El Big Mac subvalúa el dólar en Argentina

Por el índice Big Mac, el combo de la hamburguesa cuesta 56% menos que otros menús
Jorgelina do Rosario
Por: Jorgelina do Rosario infobae.com
El precio es de $32 en nuestro país y el combo más caro de la cadena sale casi el doble. Un relevamiento de Infobae muestra los valores en Caracas, Barcelona, Santiago de Chile, Tokio, Nueva York y Miami

La lista de precios de Venezuela muestra los valores en bolívares fuertes con y sin impuesto al valor agregado. Crédito: Laura Solorzano

 La lista de precios de Venezuela muestra los valores en bolívares fuertes con y sin impuesto al valor agregado.
El combo Big Mac se exhibe en las marquesinas del mostrador en un local del municipio de Chacao, en Caracas. Crédito: Laura Solorzano1 de 6El combo Big Mac se exhibe en las marquesinas del mostrador en un local del municipio de Chacao, en Caracas.
En la ciudad japonesa de Tokio, el menú emblemático de McDonalds está más destacado que el resto. Crédito: Rosario Valenzuela2 de 6En la ciudad japonesa de Tokio, el menú emblemático de McDonald's está más destacado que el resto.
El Big Mac con papas y gaseosa es el Mc Menú 1 en un local de La Rambla en Barcelona, donde se vende a 6,8 euros. Crédito: Matias Lasgoity3 de 6El Big Mac con papas y gaseosa es el "Mc Menú 1" en un local de La Rambla en Barcelona, donde se vende a 6,8 euros.
La marquesina de un local de Nueva York exhibe todas las ofertas de la marca en la línea de cajas. Crédito: Teodelina Basavilbaso4 de 6La marquesina de un local de Nueva York exhibe todas las ofertas de la marca en la línea de cajas.



El 1995, el CBO y el McWrap son los combos más caros en el local de comida rápida de Barcelona.  Crédito: Matias Lasgoity5 de 6El "1995", el CBO y el McWrap son los combos más caros en el local de comida rápida de Barcelona.
La lista de precios de Venezuela muestra los valores en bolívares fuertes con y sin impuesto al valor agregado. Crédito: Laura Solorzano6 de 6La lista de precios de Venezuela muestra los valores en bolívares fuertes con y sin impuesto al valor agregado.
El combo Big Mac se exhibe en las marquesinas del mostrador en un local del municipio de Chacao, en Caracas. Crédito: Laura Solorzano1 de 6El combo Big Mac se exhibe en las marquesinas del mostrador en un local del municipio de Chacao, en Caracas.
La hamburguesa más emblemática de McDonald's se convirtió en referencia para medir la inflación y el poder de compra de una moneda desde que la revista The Economist publica cuánto cuesta en dólares este sandwich en distintos países. Y es sabido que, en la Argentina, el precio de la Big Mac se ubica entre los más económicos del mundo.



En los más de 200 locales de la marca en el país cuesta $21 –u$s 3,67 al tipo de cambio oficial y u$s2,26 al paralelo-, y evidencia una moneda subvaluada respecto al dólar. Pero más allá de las comparaciones internacionales que refleja la publicación británica dos veces al año, para comprar una hamburguesa Cuarto de Libra con queso hay que llegar al mostrador con 15 pesos más. Un Angus Premium Deluxe, Tasty o Bacon, los sándwiches más caros, se consiguen por 47 pesos.

En el sector se reconoce que la hamburguesa sería mucho más económica que otras en el menú por decisión del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, para que las distorsiones no se vean reflejadas en el famoso índice. Si bien no está "freezado", el precio de la hamburguesa doble con pepinos y queso estaría controlado.

Con todo, el menor precio del sandwich incide en el costo final del combo. Mientras que el Big Mac con papas y gaseosas medianas se ofrece a $32 –u$s5,60 dólares-, el combo Cuarto de Libra con queso se paga un 56,2% más: se vende a $50 pesos, unos 8,75 dólares al tipo de cambio oficial. El combo Angus Bacon -el más caro de la cadena en los locales argentinos- sale $60, casi el doble que el menú del Big Mac.



Los precios hablan

Un relevamiento realizado por Infobae muestra que en otras ciudades de América Latina y el mundo no existe tanta diferencia de precio entre el combo Big Mac y el Cuarto de Libra con Queso, que se tomó como referencia por su valor promedio dentro de las opciones del menú. Por el contrario, el importe es similar o idéntico.

En Santiago de Chile, el McDonald's de la Alameda ubicado cerca de la estación de subte Baquedano ofrece el combo Big Mac a u$s5,97, mientras que el Cuarto de Libra con Queso con papas y gaseosa medianas cuesta 6,06 dólares, un 1,5 por ciento más. Como en Buenos Aires, el Angus Bacon es el combo más caro, y se vende a 7,63 dólares.



La ciudad de Caracas también posee precios análogos entre el combo Big Mac (u$ 19,84) y el Cuarto de Libra (u$s20,63) en el municipio de Chacao, una diferencia de casi 4% entre ambos menús. En este caso, el último índice de The Economist –que se publica hace más de una década- había reflejado que el bolívar venezolano está sobrevalorada en un 57 por ciento.  Con un dólar paralelo en Venezuela en torno a los 39,06 bolívares, el  combo Big Mac se calcula en 3,20 dólares.

Los precios de estos menús son idénticos en el centro de Barcelona, en España. Los vendedores de un local de comida rápida en La Rambla los ofrecen a 6,8 euros, unos 8,97 dólares al tipo de cambio oficial. El menú más caro es el "1995", y su costo es un 8,5% mayor al combo Big Mac mediano.

Los paralelos llegan hasta Tokio. El McDonald's de la salida Norte de la estación de subte Kita-Senju tiene el combo Big Mac a u$s6,54 y el Cuarto de Libra cuesta un 4,58% ó 30 centavos más. Al menú del emblemático sandwich hay que sumarle 1,41 dólares para el Doble Cuarto de Libra, el combo más costoso en el local japonés.

En Estados Unidos, el Big Mac y el Cuarto de Libra salen lo mismo en Miami –7,05 dólares con impuestos incluidos-, mientras que al 700 de la calle Grand, en Brooklyn, el primero sale u$s 7,49 y el segundo 7,38 dólares. A diferencia de otras ciudades, el combo Big Mac sale 11 centavos más que el menú utilizado en el relevamiento para comprar.

Las comparaciones suelen ser odiosas, aunque necesarias. Y existe otra diferencia que diferencia a los locales de McDonald's de la: el menú de la famosa hamburguesa no está exhibido en las marquesinas del mostrador.  En cambio, el menú Triple Big Mac –que no está en las otras ciudades- sí se muestra en el menú board situado arriba de las cajas. Sale $52, un precio similar al combo Cuarto de Libra con queso.

La empresa aseguró que "existen políticas comerciales que llevan a promocionar en forma estacional algunos productos con más visibilidad que otros". Ante la consulta de Infobae, Arcos Dorados Argentina destacó que "todos los productos que comercializa se encuentran claramente visibles al público en las listas de precios publicadas en los locales, cumpliendo con la normativa vigentes en la materia".

A contramano, el Big Mac sí está exhibido en todas las marquesinas de las otras ciudades del relevamiento, e incluso se ofrece como el combo número uno en Nueva York y Tokio. Y cómo no hacerlo si es una de las hamburguesas más vendidas de la marca.

martes, 6 de agosto de 2013

Argentina: Los 2000s peor que los 90s

El rey está desnudo

Economista Serial Crónico

Estoy shockeado. Acabo de darme cuenta que, con un simple cambio metodológico, el INDEC acaba de destruir uno de los pilares del relato de la década ganada.

La historia es así. Hace algún tiempo, el INDEC realizó un cambio del año base con el cual mide los términos de intercambio del comercio exterior, es decir, los precios de las exportaciones y las importaciones. Como pueden ver aquí, el INDEC actualizó las ponderaciones del cálculo, pasando de usar las de 1993 a las de 2004*.

El pasaje de una base a la otra implico un fuerte cambio en la medición del efecto precio en las exportaciones, como pueden ver en el siguiente gráfico. Si con la base anterior el INDEC media un incremento del 100% en los precios entre 2001 y 2012, con la nueva base la suba paso a ser de 150%.


La contrapartida de una mayor suba del efecto precios es que una menor porción del crecimiento de las exportaciones (que crecieron un 200% durante el periodo) se explica por el efecto de mayores cantidades. Antes el INDEC registraba una suba del 55% en las cantidades durante la década, para pasar a 24% con la nueva base (0 3.7% y 1.8% anual equivalente).

Lo interesante es lo que pasa cuando uno analiza el cambio en las ponderaciones a nivel grandes rubros. El grueso del ajuste en el índice de precios corresponde a cambios en la medición del rubro de Manufacturas de Origen Industrial,mientras Productos Primarios, Manufacturas de Origen Industrial y Combustibles registran cambios menores.

La cuestión es que, nuevamente, la contrapartida de un mayor efecto precios en las exportaciones MOI son menores efectos cantidades, como se refleja en el siguiente gráfico.

Con el cambio de base, el INDEC pasó de registrar un crecimiento de las MOI de 132% entre 2001 y 2012 (o 7.2% anual) al también bueno pero menos impresionante 80% (o 5.0% anual). Lo interesante es que con esta corrección, el crecimiento de las exportaciones industriales durante el periodo de Tipo de Cambio Real Alto y Estable pasó de ser similar al de la década previa de Tipo de Cambio Real Bajo y Estable (con subas de 132% y 175% respectivamente) a ser casi la mitad (80% vs. 153% con la nueva base).

Repito.

Con el cambio de base, el crecimiento de las exportaciones industriales durante el periodo de TCRAE pasó de ser similar al de la convertibilidad a ser casi la mitad con la nueva base.

Espero que me alcance el fin de semana para reponerme del shock

Atte

Luciano

*Por las dudas, vale aclarar que, a diferencia de otros índices, y como explicaba hace tres años en este post , los datos de comercio exterior del INDEC son más creíbles y menos susceptibles a dibujos.

miércoles, 26 de junio de 2013

Coherencia argentina: Se viene la crisis argentina de cada 10 años...

Argentina’s war on US dollars is backfiring on its central bank—to the tune of $9 billion


A few weeks ago, the president of Argentina’s central bank, Mercedes Marcó del Pont, lauded the country’s balanced current account. Defending a war on dollars policy launched by Argentine president Cristina Kirchner, Marcó del Pont said Argentina “doesn’t need more US dollars and won’t need more US dollars.” But that’s rapidly changing.
In an attempt to tamp down capital flight and prevent Argentines from hoarding dollars—both of which deprive the central bank of foreign reserves—Kirchner has, since late 2011, progressively introduced a series of forcible measures known as the “dollar clamp” that restrict Argentines’ ability to buy them. But a problem has surfaced. By limiting access to dollars, the government has made them more desirable, and led to even fewer of them reaching the central bank than before.
Argentina’s international reserves, which its central bank uses to trade with other countries’ central banks and back its liabilities—like, say, its volatile local currency and bank reserves—have fallen by roughly 19% since the onset of the dollar clamp in late 2011, according to the latest data report released by Argentina’s central bank (PDF, Spanish link). And this year has been particularly tough. The central bank lost $2.84 billion in international reserves in the first quarter of 2013, almost as much as in the whole of last year ($3.08 billion).


And while the dollar clamp is supposed to keep dollars in the country, it appears that Argentines are spending way more abroad than foreigners are spending in Argentina. The country’s first quarter trade surplus shrank by $688 million (Spanish link) compared to the same period last year, led by a 57% increase in fuel imports and decline in wheat exports. And its services deficit, which is largely affected by the health of its tourism industry, ballooned to $1.6 billion, $212 million more than the same period last year.
What’s going on? Basically, a total lack confidence in Argentina’s financial system and, consequently, its local currency, the peso. Argentines are probably holding on to any dollars they earn (from foreign tourists, for instance) instead of letting them get to the central bank; and are using any pesos they can spare to buy dollars and save them up or spend them abroad—despite a black—or “blue”—market exchange rate for dollars that is as much as twice the official exchange rate. Exporters, too, are likely diverting part of their revenues to cashing in on the black market for dollars by feeding them to Argentines at inflated, underground rates.
There are two potential solutions for this, Latin American economist Manuel Hinds told Quartz. “One is to introduce fiscal and monetary discipline—that is, to stop creating pesos and balance the accounts of the government. The other is to devalue the currency, which would encourage people to buy less dollars since buying dollars with pesos would become more expensive.”
But Kirchner isn’t about to reduce government expenditures, which would be painful, Hinds explained. And nor does she want to devalue the peso, “because it would increase the already high inflation.” Hence her attempt to stop Argentine’s buying dollars—which is failing spectacularly.
QZ

martes, 4 de junio de 2013

Dientes dolarizados

A falta de dólares, los argentinos invierten en su dentadura

La rehabilitación bucal, que está entre lo más pedido, puede costar $ 90.000




Gran parte del dinero de muchos argentinos termina en la boca. No es que haya un boom de consumo de alimentos, sino que, ante la imposibilidad de comprar dólares y la ausencia de alternativas viables para proteger sus ahorros de la inflación, algunos decidieron invertir en mejorar su dentadura con distintos tipos de tratamientos odontológicos.
Ezequiel Icasati, director del Centro Odontológico Icasati, comenta que desde hace un tiempo se observa la tendencia y la conciencia en muchos de los pacientes sobre la importancia de invertir en salud estética y función.
Desde el punto de vista de las finanzas conductuales, esta tendencia se explica por la aversión a la pérdida que tiene la gente en tiempos en los que ve que su moneda pierde valor en el bolsillo. El economista Miguel Ángel Boggiano, fundador de cartafinanciera.com, explica que lo que se busca con estos gastos es no tener que registrar mentalmente una pérdida. "Entonces, uno se ve envuelto en gastos, que incluso puede pagar en cuotas", comenta.
Para Boggiano, esta aversión a la pérdida se ve más clara en el caso del gasto en tratamientos odontológicos que en el de la compra de un auto. "Porque este último hoy puede verse como inversión, mientras que lo primero no", analiza el economista.
El tratamiento en el que más se invierte es el de rehabilitación de la boca, tanto en lo que respecta a su estética como a su función. "En estos casos se utilizan implantes, se eliminan prótesis removibles o puentes y se busca acercarse a la conformación original de una boca saludable", explica Icasati.
El segundo lugar entre los servicios más contratados es la estética, con la que se busca restablecer los parámetros de forma, color y naturalidad de las sonrisas juveniles. "En este caso, se aplican técnicas de restauración dentaria y tratamientos sobre los tejidos blandos, como labios, encías y surcos en la piel alrededor de la boca", detalla Icasati.
¿Cuánto se invierte en estos tratamientos? En algunos casos, el equivalente a un auto. O aún más. Una rehabilitación grande puede costar entre $ 80.000 y $ 90.000. Esta intervención implica rehacer una boca desde cero, por eso su duración aproximada es de unos cinco meses, según precisan los especialistas.
Algo que es muy solicitado actualmente y que a su vez tiene el atractivo de lo novedoso son las carillas de porcelana, que tienen un costo básico de $ 35.000. Un poco más modesto resulta un implante o una corona, que demandan entre $ 5000 y $ 8000. En tanto, para hacerse un blanqueamiento no invasivo de uso ambulatorio, otra de las estrellas del momento, hay que desembolsar un mínimo de $ 2000.
La mayoría de estos tratamientos pueden hacerse con financiamiento, con lo cual, tal como indica Boggiano, el impulso a gastar es aún más fuerte, puesto que la gente no sólo se desprende de pesos que se desvalorizan y que ya no quiere tener encima, sino que pasa a deber pesos a largo plazo. "Normalmente en un tratamiento mayor a tres meses, se diseña un plan de pagos hasta su finalización o incluso por un tiempo mayor", relata Icasati.
Muchos pacientes optan por financiar el pago inicial con tarjeta. La odontóloga Melina Wischñevsky afirma que los tratamientos de blanqueamiento, los implantes y las carillas se pueden pagar con la tarjeta de crédito, hasta en seis cuotas sin interés. "Son para todos los que quieran ser verdaderos protagonistas, aunque no aparezcan en el horario central de TV", opina la especialista.
En otros casos se solicita al paciente un adelanto y el resto se financia hasta en doce cuotas con tarjeta (con intereses), o con cheques.
En tiempos de inflación, el miedo al odontólogo y al torno pasó a ser cosa del pasado..