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viernes, 21 de septiembre de 2018

Los fondos de cobertura proveen la sangre del mercado financiero

Cómo los fondos de cobertura mantienen a los mercados en una crisis

Los datos muestran que proporcionan liquidez vital, mientras que la mayoría de las instituciones se sientan en sus manos


Gillian Tett |
Financial Times


Justo después del banco suizo, los shocks de Brexit y Trump, los volúmenes de operaciones diarias de los fondos de cobertura se han más que triplicado © Reuters


Los fondos de cobertura son bogey convenientes para los políticos cuando se produce una crisis en el mercado. Solo piense en cómo se culpó a George Soros por "romper la perrera" cuando la libra esterlina cayó en picado en 1992. O cómo los políticos en Japón y Alemania han criticado en contra de ellos. Los gobiernos de mercados emergentes, como el de Turquía, ahora también están echando la culpa.

Pero si desea obtener una nueva visión de lo que hacen los fondos de cobertura durante las crisis monetarias, piense en una sorprendente extracción de datos que el JPMorgan Chase Institute publicó este verano.

Este análisis confirma que, de hecho, los fondos de cobertura operan frenéticamente en una crisis. No es sorpresa allí. Pero también sugiere que su impacto en los movimientos de divisas no es tan simple como podría sugerir el discurso popular. Y hay otro hallazgo que importa para el debate regulatorio financiero: los fondos de cobertura pueden haberse convertido en más, no menos importantes, en la estructura general de los mercados durante la última década. Turquía - o Argentina y Sudáfrica - deberían tomar nota.

Los investigadores llegaron a esta conclusión centrándose en tres momentos en que las monedas se movieron bruscamente: la inesperada decisión de 2015 del banco central suizo de abandonar su piso por el franco suizo; el voto del Brexit en el Reino Unido en 2016; y la victoria electoral de Donald Trump en los Estados Unidos ese mismo año. Luego revisaron la base de datos del banco de inversión de 400 millones de transacciones de inversores institucionales para aislar 120.000 transacciones de divisas al contado y a plazo realizadas justo antes y después de estos eventos.

Los inversores ya saben lo que sucedió con los precios y los volúmenes generales de negociación durante estos shocks, ya que existe una excelente transparencia en tiempo real sobre los precios de las divisas. Además, los reguladores requieren que grupos como Reuters publiquen datos diarios sobre los volúmenes generales de negociación y el Bank for International Settlements ofrece datos completos sobre los flujos globales, después de un lapso de tiempo.

Pero lo intrigante de los datos de JPMorgan es que ofrecen una rara visión de lo que los inversores estaban intercambiando durante la turbulencia y cuándo. Esto es revelador En tiempos normales, JPMorgan recorta un promedio de $ 500 millones en operaciones diarias con fondos de cobertura que involucran el peso mexicano y el dólar, y unos $ 2.8bn de transacciones en libras esterlinas y $ 900 millones para el franco suizo y el euro. Las operaciones con otros bancos y las administraciones de activos son similares en tamaño.

Pero justo después del shock del banco suizo, Brexit y Trump, los volúmenes de operaciones diarias de los fondos de cobertura se han más que triplicado. Los volúmenes de negociación del banco también aumentaron drásticamente después de los eventos de Suiza y Brexit (pero no después de la victoria de Trump).

Esto podría implicar que fueron los fondos de cobertura los que empujaron las monedas. No del todo así. La mayoría de los fondos compraron francos después del anuncio del banco suizo. Pero compraron y vendieron libras esterlinas después de Brexit, comerciando en lados opuestos en una escala masiva. También después del shock de Trump, aunque hubo más ventas en dólares de hedge funds.

Esto es sorprendente. Pero lo más importante es que el volumen de operaciones cortadas por los fondos de pensiones, las compañías de seguros, los grupos de inversión pública y los departamentos de tesorería corporativos no aumentó en absoluto después de los shocks. Estos grupos solo comenzaron a cambiar el riesgo mucho más tarde, mucho después de que los precios se habían restablecido.

Esa inercia podría reflejar cautela juiciosa (como ha argumentado a menudo Andy Haldane del Banco de Inglaterra, la velocidad no siempre beneficia a los inversores). O podría provenir de restricciones burocráticas (los datos de JPMorgan sugieren que estas instituciones solo comercian durante el día hábil normal, o cuando los mercados locales están abiertos).

De cualquier manera, este patrón tiene implicaciones importantes. Tradicionalmente, los bancos eran los principales proveedores de liquidez en los mercados de divisas. Pero desde 2008, han reducido este papel debido a las reformas regulatorias posteriores a la crisis.

Los reguladores esperaban que otras tenencias de capital a largo plazo comenzarían a llenar esa brecha, suministrando la liquidez tan necesaria que podría estabilizar los mercados cuando se produzca una crisis. Pero los datos sugieren que esto no está sucediendo. La mayoría de las instituciones están en sus manos en una crisis en su lugar.

Es imposible saber si este patrón es cierto para todo el mercado, ya que ningún otro banco ha publicado dichos datos. Se espera que los reguladores los obliguen a hacer esto un día, no solo por divisas, sino también por otras clases de activos.

Pero mientras tanto, los gobiernos deberían tomar nota de los hallazgos. Las travesuras de los fondos de cobertura a veces pueden parecer indecorosas. Pero la verdad desagradable es que son ellos quienes a menudo mantienen a los mercados en crisis.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Déficit dificulta importación para las PyMEs

Déficit grande come al chico: 4 sectores "se llevan" los dólares y dejan a 5.000 Pyme con problemas para importar
Unas 100 empresas generan el mayor rojo comercial, en un contexto en el que el Gobierno se ve obligado a comprar afuera cifras millonarias, desplazando los requerimientos mínimos de miles de compañías que ven trabados sus procesos productivos. Los grandes números tapan las pequeñas necesidades


En la última gira comercial comandada por la Presidenta, que abarcó a Emiratos Arabes UnidosIndonesia Vietnam, que tuvo lugar allá por el mes de enero, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, improvisó una reunión en el avión de Aerolíneas que llevaba al contingente de regreso a la Argentina. 
El polémico funcionario habló de manera pausada y con su característica firmeza, para transmitirles una novedad que sonó como "música para los oídos" de muchos pequeños y medianos empresarios que estaban a bordo: en este 2013, las importaciones iban a fluircon mucha mayor agilidad que en años anteriores.
"El primer semestre va a tener el mismo ritmo con el que terminó el 2012. Y para el segundo,va a ser incluso más fluido, porque es un año electoral", les anticipó Moreno desde su butaca, para alivio de muchos directivos de compañías chicas, que dependen de las importaciones para hacerse de insumos clave para completar procesos de elaboración.
El tiempo pasó y, a juzgar por los números oficiales, el funcionario habría cumplido con esa promesa que había lanzado a empresarios a más de 10.000 pies de altura: entre enero y octubre, las compras al mundo acumulan un alza del 11%, nivel que casi triplica al de las exportaciones.
Sin embargo, hay otra cara de la moneda: para Miguel Ponce, gerente de la Cámara de Importadores de la Argentina (CIRA), el Gobierno no sólo no avanzó con un relajamiento de los controles aduaneros, sino que un nutrido número de firmas está viviendo lo que llama "elpeor período en todos estos años desde que está vigente el comercio administrado".
"Hubo una promesa de que se iban a flexibilizar las importaciones pero esto no se cumplió. Esto es gravísimo considerando que no hay ninguna industria en la Argentina que no dependa de algún insumo que llega del exterior. De modo que con estas restricciones se está afectando de manera directa al empleo", disparó Ponce.
¿Cómo es posible entonces que haya empresas importadoras que estén viviendo el momento más duro en toda la era kirchnerista, cuando las compras al mundo acumuladas hasta septiembre ya están unos u$s5.500 millones por encima del mismo período del año pasado?
La respuesta está en los enormes déficit estructurales, alimentados por un puñado de empresas, que son responsables en gran medida de que el Banco Central -imposibilitado de hacerse de dólares por otras vías-, haya perdido cerca de u$s10.000 millones en concepto de reservas en lo que va de 2013.
"Un grupo de compañías de un reducido número de rubros están generando grandes rojosen la cuenta de intercambio comercial", recalcó Ponce.
Esto implica que existen firmas que están importando por mucho más de que lo que exportan, de modo que esos dólares para pagar las compras al exterior, lejos de ser compensados, tienen que salir de las reservas del BCRA para que este puñado de empresas pueda realizar los correspondientes giros al exterior para sus proveedores.
El directivo destacó  a este medio que "los responsables de los grandes déficits comercialesson automotriceslaboratoriosminerasenergéticas y las principales multinacionales".
"Todas estas firmas no tienen ningún problema para importar y son las que causan el achicamiento del superávit comercial. El Gobierno, al permitir estas operaciones y al no quedarle margen por dónde recortar, termina frenando el ingreso de insumos bienes de capital de un enorme abanico de pequeñas y medianas empresas", se quejó el directivo, quien brindó algunos datos reveladores:
• Las primeras 20 compañías, entre las que figuran automotrices -como Volkswagen, General Motors, Renault o Peugeot-, compañías del sector energético -Cammesa, YPF- o del rubro siderúrgico, son responsables del 30% de todo lo que importa la Argentina.
• En tanto, si se consideran las 100 principales empresas, la proporción alcanza al 70% de todo el universo de importaciones que realiza el país, operaciones que, como se mencionó anteriormente, no revisten mayores demoras.
• En tanto, más de 5.000 pequeñas y medianas empresas deben conformarse con recibir el 30% restante de las compras al mundo y son las que, además, encuentran las mayores dificultades. 
En este sentido, Ponce ratificó en diálogo con este medio que "hay unas 5.000 firmas que están teniendo problemas para operar en la Argentina, dado que los permisos de importación no están saliendo con la celeridad necesaria".
Un "déficit" que se "come" a otro
El superávit comercial, la última gran fuente de dólares con la que cuenta el Gobierno,atraviesa su peor momento: se estima que este año apenas aportará a la economía u$s8.500 millones, unos u$s1.500 millones menos que lo que se propuso Moreno como meta y el nivel más flojo de toda la era K.
Los responsables de este achicamiento del saldo, según la CIRA, son tres grandes rubros:
• Automotriz: este año, esta rama de actividad va a lograr un récord de patentamientos de950.000 vehículos, un dato estadístico al que le está sacando provecho el Gobiern y con el que busca demostrar que el consumo continúa "sobre rieles".
El problema es que, como viene dando cuenta iProfesional, apenas 30% de las piezas de los 0Km son "nacionales". El 70% restante debe importarse ya que no se fabrican en el país. Esto derivará en un "rojo" sectorial de u$s8.000 millones para todo 2013. 
Así las cosas, fijar trabas aduaneras implicaría convalidar un menor crecimiento de la industria -este sector es responsable del 50% del repunte del Made in Argentina- y derivaría en suspensiones o despidos que generarían un gran impacto mediático.
• Electrónica: esta industria está en el centro del debate. Desde la CIRA estiman que el polo ubicado en el sur del país -que ensambla celulares, notebooks, tablets y equipos de aire acondicionado-, este año "succionará" de la economía unos u$s9.000 millones, si bien desde la cámara que nuclea a las empresas del sector argumentan que las importaciones serán de menos de u$s4.000 millones.
Más allá de este número, el Gobierno tiene dificultades para frenar este déficit dado que cerrar las fronteras a los insumos y partes para el armado de equipos repercutiría negativamente en el consumo, a lo que se suma el riesgo sobre los 12.000 puestos de trabajo que ocupa esta actividad en la isla.
• Energía: en 2009, la Argentina tenía superávit, es decir, exportaba más petróleo y gas que lo que debía importar. Sin embargo, desinversión mediante, la ecuación se revirtió completamente. Así las cosas, este año el resultado por ventas y compras al exterior arrojará un rojo de hasta u$s7.000 millones.
Dado que la energía que llega importada es vital para completar en un 25% el suministro de empresas y hogares en la Argentina, cualquier interrupción de estas compras derivaría en una caída en el nivel de actividad y en un ascendente malestar social.
A todo esto se debe sumar el "rojo" en la cuenta de servicios, generado por el turismo internacional, tal como se puede observar en el siguiente cuadro: 
"Estos sectores están realizando importaciones sin mayores dificultades. Y el Gobierno, como no tiene chances de achicar en el corto plazo estos déficits, entonces trata de restringir la salida de dólares limitando a otras ramas de actividad, lo que termina perjudicando a las pequeñas y medianas empresas", recalcó Ponce.
El directivo fue más allá al advertir que, en lo que va del año, muchas de las operaciones deimportación que realizaron las firmas de rubros que tienen vía libre, fueron del tipo especulativo: "Hubo quienes, previendo una mayor tasa de devaluación, buscaron hacerse de stock pagando sus compras en el exterior a cinco pesos y pico y se hicieron una fiesta. Esto afectó a las firmas que tienen dificultades, ya que cuanto más se permite ingresar por un lado, más se termina apretando por el otro".
Riesgo en el empleo
Desde la CIRA destacaron que, mientras las compañías de grandes rubros de actividad están viviendo un "boom" importador, "hay Pymes que en lo que va del año no obtuvieron una sola Declaración Jurada", el documento que tiene que aprobar Moreno para que una compañía pueda traer cualquier producto de afuera.
En tanto, alertaron que "otras que sí venían logrando nacionalizar embarques, se encontraron con un endurecimiento de las restricciones en los últimos dos a tres meses".
El directivo, además, se quejó por el alto nivel de arbitrariedad y la falta de parámetros que brinde, al menos, algo de previsibilidad: "Por más que algunas firmas cumplan con todos los pedidos oficiales, como compensar importaciones con exportaciones, o por más que algunas hayan hecho gestiones ante la Secretaría porque se trata de insumos que no se fabrican en el país, hay operaciones que siguen trabadas. No hay una lógica, es todo muy aleatorio".
Todo esto, aseguró, está llevando a que se produzca un impacto negativo a nivel empleo: "El propio Ministerio de Trabajo reconoció que se frenó la creación de puestos. Nosotros agregamos que hay firmas asociadas a nuestra cámara que ya están enviando telegramas de suspensión a sus empleados en los que mencionan como causal a las demoras en la aprobación de permisos de importación", disparó Ponce. 
Claro que este reclamo no proviene sólo del ámbito importador. De hecho, el propio titular de laUnión Industrial Argentina (UIA), Héctor Méndez, le planteó un par de meses atrás a laPresidenta su inquietud por las trabas aduaneras.
"Es necesario que se modifiquen las trabas al ingreso de insumos porque, si no salen, se paran las empresas locales", había disparado sin rodeos el líder de los industriales.
De acuerdo a la CIRA, entre los numerosos sectores que tienen dificultades a la hora de importar figuran:
• Industrias alimenticias: como lácteas, que no están pudiendo ingresar desde envases hasta aditivos clave para la elaboración de quesos, yogures y cremas.
• Bebidas: en el sector vitivinícola, hay bodegas que están registrando problemas para ingresar desde barricas hasta levaduras para elaboración de vinos.
• Insumos para la construcción: faltan artefactos de iluminación, decks de madera sintética, resinas para el sellado de vidrios y artículos de grifería, sin los cuales, según la Cámara, "no se están pudiendo terminar algunas obras".
• Insumos eléctricos: escasean todo tipo transformadores, generadores de señales, kit de cables e interruptores, sólo por mencionar algunos elementos. 
• Ascensores: en el sector se rumorea que hay más de 1.000 empresas en riesgo por falta de insumos, con firmas que hace más de cuatro meses que no pueden ingresar componentes que no se fabrican en el país. Así, muchas estarían a un paso de incumplir con las entregas o con las reparaciones. 
En este contexto, desde la cámara destacan que estas ramas de actividad, a pesar de que no mueven el amperímetro de las estadísticas, deben poner "al servicio" de la Secretaría de Comercio Interior cualquier rojo que generen, por más pequeño que éste sea, para así compensar, aunque sea un poco, esos grandes déficit estructurales imposibles hoy de achicar.

jueves, 27 de junio de 2013

Cuenta corriente argentina a la moda: Color rojo

El rojo en cuenta corriente fue el más alto desde la convertibilidad

El déficit en el primer trimestre fue de 2380 millones de dólares y se explica en gran parte por las mayores importaciones de energía y el desequilibrio en el turismo


"La Argentina es uno de los pocos países que tienen equilibrio o ligero superávit en cuenta corriente, y ésa es la fortaleza de este modelo y eso es lo que garantiza que no falten dólares y que no van a faltar dólares", dijo Mercedes Marcó del Pont semanas atrás, cuando el equipo económico defendía ante el Senado el proyecto de blanqueo de capitales. Según los resultados del balance de pagos que presentó ayer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), a la presidenta del Banco Central (BCRA) le va a resultar difícil mantener ese argumento.
Según el Indec, en el primer trimestre del año la Argentina registró un déficit de 2380 millones de dólares en la cuenta corriente, un rojo casi dos veces mayor que en el mismo período del año pasado (US$ 1213 millones). El aumento del déficit se explica no sólo por el deterioro de la balanza comercial (o de mercancías) -provocado, en buena parte, por las crecientes importaciones de combustibles-, sino también por el resultado negativo en la cuenta de servicios, donde el sector turístico tiene un peso importante.
"El déficit en la cuenta corriente en el primer trimestre del año fue el mayor desde la salida de la convertibilidad", dijo el economista jefe de la consultora Ecolatina, Lorenzo Sigaut Gravina. Y añadió que también en la cuenta de servicios (uno de los principales componentes de la cuenta corriente, junto con la cuenta de mercancías y la de rentas de la inversión) el déficit alcanzó niveles récord.
De hecho, el deterioro de la cuenta corriente responde a diversos motivos. Uno de ellos es la fuerte caída en el superávit de mercancías, que pasó de US$ 3143 millones en el primer trimestre de 2012 a 2006 millones en igual período de este año. Esta baja es resultado, principalmente, del aumento en las importaciones de combustibles (57% interanual en el acumulado hasta marzo), pero también, como explicó Sigaut Gravina, de la baja en algunas exportaciones, como las de trigo.
En el segundo trimestre se liquida la mayor parte de las exportaciones de la cosecha gruesa del agro y eso permitiría que la cuenta corriente muestre mejores resultados en el próximo informe (de hecho, en mayo la baja en el superávit comercial fue mucho menor que en los meses previos). Sin embargo, para Soledad Pérez Duhalde, coordinadora de Análisis Económico de abeceb.com, se trataría de una recuperación "estacional".
La analista también destacó el deterioro en la cuenta de servicios, cuyo déficit pasó de US$ 1084 millones a US$ 1575 millones. En esa cuenta, según Pérez Duhalde, tiene un fuerte impacto el desempeño del sector turístico. Es decir, esa cuenta refleja la mayor salida de dólares por los viajes de los argentinos al exterior (donde gastan dinero o extraen dólares en cajeros automáticos) y la menor entrada de divisas por la caída en el turismo receptivo, según muestra el propio Indec.
El cepo cambiario y la consecuente brecha entre la cotización del dólar en el mercado oficial y en el paralelo también juegan en contra de las cuentas externas de la Argentina, ya que, como mencionó Sigaut Gravina, las divisas que los turistas extranjeros cambian en el mercado informal no ingresan en el sistema financiero y, por tanto, no se contabilizan en el balance de pagos.
Los analistas también resaltaron un dato de la cuenta de capital y financiera (cuyo superávit pasó de US$ 1075 millones a 1263 millones): en el primer trimestre del año el endeudamiento externo neto de los gobiernos locales (es decir, la diferencia entre nuevos desembolsos y amortizaciones) fue de apenas US$ 28 millones, 94% menos que en el mismo período del año anterior.
"Eso muestra que los gobiernos locales tienen dificultades para endeudarse en el exterior", dijo Sigaut Gravina. Pérez Duhalde, en tanto, señaló que el cepo cambiario consiguió detener la fuga de capitales y limitar el giro de utilidades al exterior, pero, a la vez, paró la entrada de divisas por otras vías, como endeudamiento externo o turismo.
Los malos resultados de los distintos componentes del balance de pagos se reflejaron en la evolución de las reservas del BCRA, que en el primer trimestre del año cayeron en 2844 millones de dólares.