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sábado, 27 de junio de 2015

Canadá aplica baja impuestos y recauda más

Canadá se monta en la Curva de Laffer: baja impuestos a las empresas y recauda más
Entre 2002 y 2012, la tasa del Impuesto de Sociedades ha pasado del 40% al 25%.
Libre Mercado

DIEGO SÁNCHEZ DE LA CRUZ 

Entre 2002 y 2012, el tipo aplicado en el Impuesto de Sociedades de Canadá pasó de niveles cercanos al 40% a tasas ubicadas en el entorno del 25%. Esta rebaja fiscal no se tradujo en una merma de ingresos, sino que mantuvo la recaudación por encima del 2,5% del PIB, con varios años superando la barrera del 3%.

Así lo refleja la siguiente gráfica, en la que la línea continua muestra el gravamen aplicado en el Impuesto de Sociedades y la línea discontinua apunta la evolución de la recaudación.



Los niveles actuales de recaudación son muy superiores a los observados entre 1982 y 2002, dos décadas a lo largo de las cuales la fiscalidad aplicada a los beneficios empresariales se situaba en tasas superiores al 40%.

Estamos ante un ejemplo más de la llamada "curva de Laffer", la teoría del economista estadounidense Arthur B. Laffer que apunta que subir los tipos fiscales por encima de determinados niveles de resistencia no solamente no tiene por qué traducirse en más ingresos tributarios, sino que puede, de hecho, llevar a su disminución.

martes, 5 de noviembre de 2013

Política económica sociopática

¡Qué mal gasta Cristina los impuestos altísimos que cobra!

La presión tributaria se duplicó pasando de 20% (2002) a 40% (2013)... y no le alcanza al kirchnerismo, que gasta más y más y más. Pero un dato significativo es que, a pesar del aumento en la presión tributaria y el incremento del gasto público (vía emisión monetaria), la Argentina es uno de los países de la región que menos gasta en inversión pública: 2.8% del PBI en 2012, 6ta. en el ranking de Sudamérica. El gasto en inversión pública a nivel nacional 33% del gasto en subsidios, explicó el Instituto para el Desarrollo Económico y Social Argentino, con datos gubernamentales.


Es necesario un nivel de inversión pública superior al 3% del PBI sólo para mantener el inventario de capital invariable. A modo de ejemplo se podría mencionar que para reproducir el proceso de desarrollo de economías asiáticas como ocurrió en Corea del Sur, hace falta mantener ratios de inversión pública producto en torno al 5% del PBI durante varias décadas: Economía & Regiones.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Idesa). El aumento del peso del gasto del Estado es una de las características salientes de la economía argentina durante los últimos años. La participación del Estado en la economía se puede apreciar tanto por el lado de los ingresos como por el lado del gasto.
 
Por el lado de los ingresos, la presión tributaria total se duplicó en el período 2002 / 2013, pasando de 20% (2002) a 40% (2013). El Gobierno Nacional la aumentó casi 17 puntos porcentuales en el período, pasando de 16.5% (2002) a 33.3% (2013), mientras que la presión tributaria provincial subió 3.2 puntos porcentuales, de 3.4% (2002) a 6.6% (2013)
 
El aumento de la presión tributaria le permitió al Gobierno Nacional recaudar en forma extra1 mas de US$300.000 millones entre 2003 y 2012. El incremento de la presión tributaria no se convirtió en ahorro, ya que el resultado fiscal se fue deteriorando año tras año desde 2004 a la fecha.
 
Por el lado del Gobierno Nacional, en los últimos años el gasto creció por encima de lo que aumentaba la presión tributaria y los ingresos fiscales. El Gobierno Nacional “consumió” 5 puntos porcentuales del producto, ya que se pasó de un superávit fiscal de 2.6% (2004) a un déficit de 2.5% (2013) del PBI.
 
El escenario provincial es similar al nacional, aunque más atenuado. El deterioro fiscal provincial no llega a 2 puntos porcentuales en términos del producto. Las provincias pasaron de un superávit financiero de 1% (2004) a un déficit de 0.5% (2013) del PBI. Es más, en los últimos 2 años se verificó una tenue mejora del resultado fiscal, con un déficit que se redujo de 0.8% (2011) a 0.7% (2012) y 0.5% (2013).
 


En definitiva, el resultado fiscal se deterioró tanto a nivel nacional como provincial, ya que el aumento del peso relativo del gasto en términos del producto superó al incremento de la presión tributaria. En la esfera nacional el peso relativo del gasto primario en relación al producto se incrementó 15.1 puntos porcentuales, pasando de 16.9% (2002) a 32% (2013). A nivel provincial, el gasto primario subió 5.4 puntos porcentuales, incrementándose de 10.4% (2002) a 15.8% (2013).
 
A pesar del aumento en la presión tributaria y el incremento del gasto público en los 2 niveles de gobierno, Argentina es uno de los países de la región que menos recursos destina a la inversión pública. 
 
Dentro de un ranking de 17 países evaluados de América Latina, Argentina ocupó el puesto 11 en materia de inversión pública en relación al PBI en 2012.
 
De acuerdo con las estadísticas de Cepal, la inversión pública en Argentina ascendió a 2.8% del PBI en 2012, ubicándose 6ta. en el ranking de Sudamérica, superada por: Ecuador (10.5%), Bolivia (9.9%), Perú (6.3%), Uruguay (4.4%) y Colombia (4.3%).
 
Es necesario un nivel de inversión pública superior al 3% del PBI sólo para mantener el inventario de capital invariable. A modo de ejemplo se podría mencionar que para reproducir el proceso de desarrollo de economías asiáticas como ocurrió en Corea del Sur, hace falta mantener ratios de inversión pública producto en torno al 5% del PBI durante varias décadas.
 
La inversión pública mantiene bajo peso relativo dentro de la estructura del gasto, tanto a nivel nacional como provincial. En el período 2003/2013 la inversión pública promedió 3.6% del gasto primario nacional y 10.9% de las erogaciones primarias provinciales.
 
Este insuficiente gasto en inversión pública (sobre todo) a nivel nacional queda más expuesto cuando se lo compara con el gasto en subsidios. En 2005 el sector público nacional gastaba lo mismo en inversión pública que en subsidios. Por el contrario, en los últimos 3 años, el gasto en subsidios triplica el gasto en inversión. Puntualmente, en 2013 el gasto en subsidios ascendería a $ 125.000 millones, triplicando la inversión pública nacional de $42.327 millones.
 
En pocas palabras, el actual nivel de inversión pública en Argentina es insuficiente, no sólo para iniciar un proceso de desarrollo económico sustentable de largo plazo, sino también para mantener el stock de capital constante; por ende no debería sorprendernos el deterioro evidente de los servicios públicos.