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martes, 23 de enero de 2018

Venezuela: Un reflejo de lo que sería el Partido Obrero en el gobierno

Hambre y desabastecimiento total: las desoladoras imágenes de los supermercados de Venezuela

Infobae

El país caribeño cerró el 2017 con un 2.616 % de inflación. Los pocos que aún tienen algo de dinero tampoco consiguen productos básicos. Fotógrafos de la agencia Reuters recorrieron centros de compras de Caracas y capturaron una galería aterradora


jueves, 25 de agosto de 2016

La imbecilidad alcanza el grado de General en Venezuela

La medida del chavismo para combatir la escasez: asignar a un general por cada rubro alimenticio
Vladimir Padrino López, ministro de Defensa y encargado de todo lo concerniente al sector productivo, explicó que la intención es regular la comercialización y distribución de cada uno de los 18 productos básicos
Infobae



Mientras Venezuela agudiza su profunda crisis por la escasez de alimentos básicos, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, anunció una nueva medida para controlar la distribución de los productos. El ministro asignó a un general chavista por cada uno de los 18 rubros alimenticios básicos.

"En el vértice de precio y rendimiento, he ordenado asignar un general por cada rubro alimenticio; es decir, que va a haber un general-jefe para el arroz, por ejemplo, que va a mostrar un mapa de la comercialización y distribución de ese rubro. (…) Con esto lo que buscamos es gobernar realmente los 18 productos primarios tanto de farmacia como de consumo", explicó Padrino López en el programa semanal del presidente En contacto con Maduro.

Cada uno de los 18 rubros de alimentos básicos tendrá un general a cargo Cada uno de los 18 rubros de alimentos básicos tendrá un general a cargo
El ministro chavista señaló que en el marco del programa social Gran Misión Abastecimiento Soberano y Seguro, ordenó resguardar el traslado de semillas hasta que sean utilizadas en los campos destinados.

En esa línea, afirmó que hay 250 brigadas que estarán a cargo de difundir todo el conocimiento técnico, y aseguró que se cumplió el cien por ciento de las visitas a empresas encargadas.


Maduro asignó a Padrino López como encargado del sector productivo del país Maduro asignó a Padrino López como encargado del sector productivo del país

"Ya prácticamente los objetivos de visita y acompañamiento los cumplimos en un 100 por ciento, porque estamos en esta fase de organización, agrupando fuerza, formando una unidad de apoyo especial de distribución de fármacos", indicó.

Por su parte, Padrino López sostuvo que el gobierno bolivariano no puede permitir "que la distribución de medicamentos siga en manos de privados", ya que, según el ministro, el Estado cuenta "con los medios para hacerlo". "Porque nos lo dejó el comandante Hugo Chávez".

El jefe de la cartera de Defensa fue asignado el mes pasado por el presidente Maduro como encargado de todo lo relacionado con el sector productivo del país.

domingo, 24 de julio de 2016

La miserable odisea de comprar comida en un regimen socialista

Mi Pesadilla Venezolana: Un Mes Buscando Comida en Una Nación Desolada

El diario de los avatares de una madre para comprar alimentos.
Por Fabiola Zerpa | Julio 18, 2016
Fotografía por Bloomberg


Imagen de apertura: Fabiola Zerpa inspecciona estantes en un supermercado y compra un paquete de tortilla.


Nota del Editor: Los saqueos, los cortes de electricidad, los linchamientos, los hospitales sin medicinas. El desplome de Venezuela hacia el caos no tiene parangón en el continente en décadas recientes. En un esfuerzo por ilustrar el día a día en el país, nuestra periodista Fabiola Zerpa documentó sus esfuerzos para abastecer de alimentos a su familia de clase media. Esta es una selección de su crónica de un mes.


Luego de haber visitado supermercados y kioskos en búsqueda de productos escasos, Zerpa pasa frente a un pequeño barrio en su camino a otra tienda.

Junio 9

Jueves. Mi única oportunidad para comprar productos básicos—aceite para cocinar, jabón para lavar—a precios regulados por el gobierno. Todos los venezolanos mayores de edad tenemos asignados días de la semana para adquirir estas mercancías basados en el número de nuestro documento de identidad. Domingos y jueves son los míos. Los domingos son un desperdicio. Los jueves son ligeramente más provechosos. En los últimos meses, las colas en los dos supermercados cerca de mi casa en el este de Caracas se han hecho tan largas, de casi dos cuadras, que me tomaría horas comprar algo. Y una vez dentro del local no hay garantía de que encontraré lo que busco, cualquier cosa.

De todas formas, en la mañana salgo en mi carro a ver cómo están esos supermercados. No tengo suerte. Están tan abarrotados que ni siquiera puedo estacionar el coche. Continúo. Mi pauta periodística del día me obligará a pasar por varias zonas de la ciudad, así que, obviamente, estaré a la caza de productos, cualquiera que pueda llevar a casa para mis hijos–un niño de ocho años y una niña de diez años-y mi esposo Isaac.

Entro a una farmacia. A Isaac se le está acabando su medicina diaria, unas pastillas anticolesterol. Su médico le prescribió Vytorin o Hiperlipen. No las tienen en existencia. “Espere,” me dice el farmaceuta: un laboratorio de la India acaba de firmar un acuerdo con el gobierno por un medicamento similar. La idea no me gusta para nada—¿quién sabe si está probado médicamente?—pero es mejor, concluyo, que arriesgarnos a que Isaac se quede sin medicina. Compro cuatro cajitas.

Al mediodía, me acerco a una panadería para comprar pan. Me saluda una joven mujer y ásperamente me dice: “Sólo vendemos a las 5 de la tarde, señora”. Una vez fuera me percato que en la puerta hay un letrero, que por alguna razón no vi al entrar: “NO HAY PAN”. De regreso al carro, me doy cuenta que no tengo dinero. Me dirijo a un cajero automático. No tiene billetes.

Más tarde, cuando mi jornada casi termina, encuentro un pequeño tesoro. En un kiosko vecino a casa consigo un producto lactosado, genérico. No es exactamente leche–algo casi imposible de obtener—pero quizás valga la pena. Es posible que les guste a los niños. Dejo el local con dos botellas en mano y una gran sonrisa.


Zerpa habla con otra compradora sobre dos cartones de leche que encuentran en un estante. Son los únicos y parecen estar caducados. La otra compradora se lleva uno, sólo en caso que estén equivocadas.

Junio 14

Busco pan de nuevo. Dado que es cada vez más difícil conseguir pan fresco–como tradicionalmente nos gusta a los venezolanos—decido comprar el industrial, empacado. Al mediodía, me acerco a un supermercado. No hay cola afuera. Mmm... Una vez dentro, entiendo por qué. Hay muy pocos productos en los estantes y el pan brilla por su ausencia. “El pan llegó temprano, señora”, me dice un empleado. “Ya se acabó”.

Un poco más tarde voy a un centro comercial a pagar el servicio eléctrico. (Hago los pagos vía Internet desde mi casa, pero el servicio que recibo, al igual que para todos los caraqueños, tiene fallas). Los trabajadores de la eléctrica estatal están en huelga. No hay nadie que reciba mi pago. “Sólo es por hoy, señora”, me comenta una mujer joven. “Puede regresar mañana para pagar”.

Paso por un supermercado cercano. Mi prioridad son vegetales y carne. Encuentro lo primero–plátanos, cebolla y papa—pero de la carne no hay ni las huellas. Para colmo pago casi el doble de lo que pagué sólo cinco meses atrás. De camino a la salida algo me llama la atención. Cerca de la entrada del local hay un mostrador separado de todos los demás. Contiene productos que escasean en Caracas, como atún enlatado, azúcar e insecticida. La gerencia ha tomado sus precauciones: se les pide a los clientes que paguen primero antes de siquiera tocar esta mercancía.


Repisas en esta panadería en el vecindario de Zerpa están surtidas de productos no básicos a precios estratosféricos.

Junio 15

Camino al trabajo, conduzco hasta el supermercado para ver si la cola es manejable y mirar qué hay. Imposible. Contrario a la norma desde hace una semana la policía municipal no cuida el local. En su lugar unos oficiales fuertemente armados de la unidad antisecuestro de la Guardia Nacional previenen cualquier alteración del orden público. Insólito. Continúo mi camino y voy a pagar la luz. De nuevo, sin éxito. La huelga terminó, pero los empleados comienzan a trabajar al mediodía.


En la cocina de Zerpa, un kilo de Harina P.A.N., la harina de maíz usada por los venezolanos para hacer arepas.

Junio 17

Sorpresa. Isaac, con la ayuda de un amigo de un amigo de su trabajo en una compañía de producción de comerciales para TV, compró 5 kilos de harina precocida de maíz. Es vital. Con esta harina se hacen las arepas, el plato básico de la dieta venezolana. Isaac pagó 1.500 bolívares por cada kilo, es decir ocho veces más el precio regulado por el gobierno. A pesar de eso, vale la pena. Nuestra reserva de “Harina Pan” estaba mermando. Ya reabastecidos podremos cambiar con familiares y amigos algo de harina por otro tipo de productos. (Por ejemplo, le daremos dos kilos a mi cuñada Raquel para compensarla por la leche que nos solía dar).


La fila del supermercado de su vecindario está tan larga, que Zerpa ni se molesta en tomar un puesto.

Junio 25

Voy al mercado de libre de verduras cerca de casa. Antes del amanecer del cada sábado los agricultores traen sus productos desde los alrededores de Caracas. Todo se vende a precio de mercado. Esto es técnicamente ilegal, pero se negocia sin ser sancionados. Comprar aquí es un lujo que muchos venezolanos no pueden darse. Soy afortunada. Un beneficio adicional es que los productores aceptan tarjetas de débito como forma de pago. Con una inflación fuera de control–estimaciones privadas indican que para 2016 se situará entre 200% y 1,500%–pagar con efectivo implica cargar fajos de billetes. No sólo es complicado sino extremadamente peligroso para un país donde el crimen está desatado (ocupa el tercer lugar mundial en tasa de homicidio).

Luego de escoger frutas, vegetales y carne, hago la cola para pagar. Empieza a lloviznar y luego llueve a cántaros. Y trae un problema. El sistema de Internet que conecta las terminales de cobro de las tarjetas de débito se cae. Años de desinversión han menoscabado la confiabilidad del sistema. Pasa media hora. Hay al menos 30 personas en cola. Algunos se quejan: de la chica que procesa la tarjeta (es muy lenta), de los bancos (son pésimos), y del país en general (la vida aquí es una cola infinita). Varias personas mayores se dan por vencidas. Dejan sus bolsas y se van. Unos minutos después, emulo sus pasos.


En otro supermercado, Zerpa inspecciona una repisa especial con productos escasos vendidos a precios altos, como atún enlatado.

Julio 1

Son las 7 de la noche. Necesito recoger a los niños en mi carro y pasar por la panadería. Para ser honesta, estoy atemorizada. Las calles de mi urbanización son particularmente peligrosas tras el ocaso y tan sólo anoche tuve un penoso recordatorio cuando una mujer fue secuestrada a pocos metros de la panadería. Una patrulla de policía estaba cerca y de inmediato ocurrió un tiroteo. Un vecino, Franco, y su hijo de 13 años, quedaron atrapados dentro del local. Tuvieron que gatear hasta la cocina de la panadería para evadir los balas. Al final, la víctima fue liberada, uno de los secuestradores murió y sus tres cómplices se escaparon. Me enteré de ello la misma noche por el chat en Whatsapp que tenemos en el vecindario dedicado a la seguridad. (Mis amigos y yo estamos adictos a Whatsapp, nuestro principal medio para compartir recomendaciones en tiempo real sobre dónde encontrar productos escasos en la ciudad).

Así que cuando entro a la misma panadería, mis palpitaciones aumentan. Dentro, todo parece normal. La vida continúa. Hay una larga cola de gente esperando por el pan y otra para pagar. Algunos clientes disfrutan un café o una pizza. Y para mi sorpresa las colas avanzan rápido. Agarro mis dos “baguettes” o “canillas” (lo máximo permitido), un poco de jamón, queso, algunos dulces para mis hijos y salgo con prisa a casa. Pequeña victoria.


Zerpa sale del supermercado con sus compras.

Julio 7

Jueves. Es mi día para comprar productos regulados. Voy al supermercado a las 10 a.m. Unas 60 personas aguardan afuera en fila. Vienen de todas partes de la ciudad, principalmente de las zonas más humildes donde la comida es aún más escasa, para esperar en la cola. Nadie sabe nada, ni a qué hora comenzarán a vender los productos, ni cuáles serán ofrecidos si hay suerte. Nada. Sólo esperan, estoicamente, bajo el candente sol caribeño.

“Esta es la cola de la esperanza”, me dice una mujer. “Ojalá tengan algo para vendernos.” Un poco de humor negro. Me río. Luego de un par de horas sin que la fila avance, me rindo. Abandono mi puesto y me voy.


Zerpa revisa la alacena de su casa donde guarda los productos para su familia, como atún, meriendas y leche en polvo.

Editor: David Papadopoulos
Editor de Imágenes: Eugene Reznik

sábado, 1 de agosto de 2015

Fascismo bolivariano toma medidas desesperadas

Venezuela incauta los almacenes de Nestlé yPolar para construir viviendas
por Anatoly Kurmanaev - Andrew Rosati - Bloomberg


Miembro de las patrullas de la guardia nacional de un supermercado en Caracas.

Soldados venezolanos se incautaron de un centro de distribución de alimentos alquilados por empresas como Nestlé SA, PepsiCo. Inc. y Empresas Polar SA en Caracas ya que el gobierno se ve impulsado a obtener apoyo antes de las elecciones.
Las empresas se les dio dos meses para retirar los equipos y acciones en el parque industrial de La Yaguara, que se convertirán en viviendas sociales, dijeron los trabajadores. Varias decenas de trabajadores de la empresa Polar, la mayor empresa de alimentos de Venezuela, permanecen en el recinto en protesta contra la expropiación.
"Tengo miedo, no sólo por mi trabajo, sino para todo el país", Beatriz Pellicer, un trabajador de las relaciones corporativas Polar de 24 años de edad, dijo fuera de la bodega sellada por policías armados y guardias nacionales. "A todos nos acabamos de enterar esta mañana que tenemos 60 días para salir."
El presidente Nicolás Maduro en los últimos meses ha intensificado los ataques contra el sector privado, a la que acusa de la especulación y el sabotaje, ya que su popularidad se desvanece antes de las elecciones del 06 de diciembre en el Congreso. Se ha culpado a Polar y otras empresas de alimentos privada para las escasez crónica de productos básicos y la inflación en espiral, mientras que el mantenimiento de controles de divisas y de precios que han hecho la mayor parte de la producción nacional no rentable.

'Términos de Gobierno

"Esta es una táctica de miedo para lograr que las empresas privadas para que cooperen con el Gobierno antes de las elecciones: ayudando a mantener las tiendas correctas suministrados y trabajan en sus propios términos," Risa Grais-Targow, analista político de América Latina de la consultora Eurasia Group, dijo por telefónica desde Washington. "Creo que el gobierno entiende que hacerse cargo de una empresa como Polar va a crear dinámicas sociales peligrosas."
Carmen Arreaza, una maestra de escuela primaria de 51 años de edad, y una docena de otros partidarios del gobierno se reunieron frente a la bodega para demostrar su apoyo a la expropiación.
"Esta medida es justa y que tiene que ocurrir tan pronto como sea posible", dijo Arreaza. "Hay una guerra económica aquí y esta empresa, Polar, está en el corazón de la misma. Se esconden los productos procedentes de la población, y se inflan sus precios! "
El gobierno había notificado previamente al propietario de los planes para expropiar el parque industrial en 2013, el portavoz de Nestlé Andrés Alegrett, dijo por teléfono desde Caracas el jueves. Nestlé utiliza la facilidad de enviar cerca de 10 por ciento de sus productos en el país, el suministro de dulces y bebidas para el lado occidental de la Gran Caracas, dijo.
"Estamos trabajando para redirigir los productos a otras instalaciones en todo el país", dijo Alegrett.
No está claro si las empresas mantendrán la mercancía en los almacenes afectados, gerente de planificación de Polar Douglas Vielma dijo el jueves por la tarde.
El parque industrial de La Yaguara también está siendo utilizado por los Estados Unidos comercializadora de granos Cargill Inc., la embotelladora mexicana Coca-Cola Femsa SAB y proveedor de gases industriales Praxair Inc.
Los portavoces de PepsiCo., Praxair y Cargill, así como el Ministerio de Información, no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios. El portavoz de Coca-Cola Femsa declinó hacer comentarios.

miércoles, 11 de marzo de 2015

La ineficiencia se hace tecnológica en la Venezuela cubana

Venezuela pone en marcha nuevas medidas para combatir Guerra Económica
Este sistema está diseñado para garantizar servicios de primera necesidad, y a su vez, evitar la reventa y acaparamiento de productos


Unas 20 mil máquinas captahuellas serán instaladas en la red de distribución pública de alimentos del país Foto: AVN

Diario Granma (Cuba)

El Gobierno de Venezuela implementa desde este lunes un nuevo sistema de fiscalización en los procesos de distribución de alimentos en todo el país, como herramienta para combatir la Guerra Económica, informa Telesur.

Unas 20 mil máquinas captahuellas -sistema biométrico- serán instaladas en la red de distribución pública de alimentos del país, además de siete cadenas privadas que se unieron de forma voluntaria al proceso.

De acuerdo con lo señalado por el presidente Nicolás Maduro la medida responde a la necesidad de garantizar alimentos, productos y servicios de primera necesidad para el pueblo.

"Vamos a vencer a los contrabandistas, no podrán más los capitalistas, los ladrones, los individualistas, los mezquinos. No podrán más que la mayoría del pueblo que quiere trabajar, vivir, que quiere la estabilidad de su familia, la felicidad", señaló el mandatario.

Por su parte el ministro de Alimentación, Yván Bello, señaló que este sistema está diseñado para evitar la reventa y acaparamiento de productos, especialmente de primera necesidad y aportará a la lucha contra el contrabando de extracción hacia Colombia.

EN CONTEXTO

El presidente venezolano denunció el pasado 13 de enero que sectores de la derecha están intentando llevar a cabo un golpe económico gestado desde febrero de 2014 para desestabilizar al país.

En ese sentido, el Ejecutivo bolivariano articuló un plan contra la guerra económica y el contrabando, que incluye la instalación de patrullas antitráfico de alimentos de la cesta básica en zonas fronterizas con Colombia, país donde son trasladados ilegalmente como parte de la estrategia de la derecha para sembrar el caos en el país suramericano.

 

miércoles, 2 de julio de 2014

Hay gente que se dice comunista todavía hoy...

El calvario cotidiano de vivir en Venezuela
Desde nacer hasta morir, todo se hace difícil hoy por la dramática escasez
Por Daniel Lozano  | Para LA NACION
 


Foto: EFE
CARACAS.- La crisis que golpea a Venezuela se instaló entre sus habitantes y los hace sufrir todos los días y a toda hora. La vida queda, así, marcada por unadebacle de origen económico en uno de los países con las mayores reservas de petróleo del mundo.

Una crisis que azota en casi todos los momentos de la vida. No hay ni ácido fólico para embarazadas, ni pañales para bebes, ni productos alimenticios básicos, ni pasajes de avión para irse, ni ataúdes para morirse.

La gente se ayuda como puede. "Tomé la iniciativa de crear @mamiencontro porque me tocó la difícil tarea de ser mamá en este tiempo de escasez. Siempre me topaba con amigas que me decían que les avisara si encontraba determinado producto", describe Dayimar Ayala, una periodista que decidió crear esa cuenta de Twitter para ayudar a padres en apuros en medio de la tormenta económica.

La situación guarda parecidos con el Período Especial cubano.

"Los productos más difíciles en Caracas son los que corresponden al aseo personal de los niños, como jabones de glicerina, champú, toallitas húmedas y pañales. Entre los alimentos, las compotas son las más demandadas y las fórmulas especiales para niños prematuros o con alergias. En el interior del país necesitan de todo y al no haber inventario, los padres y madres entran en pánico", revela la periodista, que gracias a su iniciativa dio un respiro a casi 1000 seguidores de su cuenta, que a su vez con sus alertas constantes ayudan a satisfacer las necesidades básicas para sus bebes.

El vía crucis de las embarazadas comienza durante la gestación: suplementos tan esenciales como calcio, hierro y ácido fólico faltan en las farmacias. Encontrar antibióticos para luchar contra las infecciones urinarias también se ha convertido en una tarea detectivesca empujada por una paciencia infinita.

La crisis venezolana es tan aguda que en el hospital caraqueño José Manuel de los Ríos, uno de los más importantes a nivel pediátrico del país, hasta 5000 chicos están en lista de espera para ser intervenidos. El principal problema es que no hay anestesistas, a lo que hay que sumar carencias de insumos y una situación crítica en infraestructuras y quirófanos. "Nadie puede ser indiferente cuando una mamá denuncia carencia de plaquetas y concentrado globular para su hijo", enfatiza Carlos Trapani, asesor de Cecodap, ONG que defiende los derechos de los chicos.

La situación rozó anteayer el esperpento, cuando pacientes del hospital de Coche irrumpieron, a bordo de sus camas, en plena avenida. Alrededor de 150 enfermos esperan operaciones traumatológicas. Un día no hay sutura, otra falla el agua y ni siquiera tienen calmantes.

Hasta la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha certificado que Venezuela ocupa el primer lugar en desabastecimiento de medicinas contra el VIH: hasta 11 antirretrovirales básicos faltan en las farmacias. Incluso los reactivos para la prueba del sida faltan en los laboratorios, como confirma un cartel pegado a la entrada de un centro de análisis de la capital. Ni para las transaminasas ni para la bilirrubina o la urea. También la prueba del dengue, tan temido, escasea. Y para los muertos faltan ataúdes, por las trabas a la importación y las altas tasas de homicidios.

Este breve recorrido de historias mínimas por la Venezuela de hoy mide la dimensión de una crisis que desde hace año y medio no deja de crecer. Una crisis que asemeja a esas fichas del dominó que se van derrumbando una sobre otra, sin parar y sin que se vea dónde está el final.

Y no es una metáfora: un apagón de tres horas afectó anteayer al 70% de los consumidores. Varios grandes apagones al año, que se alternan con cientos de cortes locales cada mes.

El país sufre la mayor inflación del planeta, por encima del 60%. La mejor medida del gobierno para combatirla ha sido prohibir que el Banco Central de Venezuela (BCV) haga públicas las cifras mensuales.

La última conocida sobre la escasez es del 28% en enero: de cada 100 productos básicos que se buscan, sólo se encuentran 28. Durante semanas las panaderías se quedaron sin pan en Caracas. Carne, aceite, café, harina, azúcar, pescado y leche sólo se encuentran de vez en cuando y cuando se hallan, los precios se han multiplicado.

"Acabo de comprar cinco filetes de corvina y tres pescados. Mira el ticket: 1200 bolívares", muestra la emigrante portuguesa Alexandrina Rodríguez al salir de la pescadería cerca de Santa Mónica. Esos 1200 bolívares, al cambio oficial, equivalen a casi 190 dólares. Por lo menos en esta ocasión no tuvo que hacer cola. Según la investigación realizada por un diario local, la compra de la canasta básica necesita de tres días distintos y de siete horas de espera.

Todos sufren. Manuel esperó un mes para encontrar la batería de su taxi; Álex busca desesperado su desodorante de siempre; Teresa no halla su jabón íntimo; Vanessa está a la caza de acetona para las uñas.

Y, para más sufrimiento, hasta evadirse de tan cruda realidad se ha convertido en un milagro. No se encuentran tickets aéreos tras la subida del 500% de los precios decretada por el gobierno, que sigue sin pagar a las aerolíneas. Éstas se defienden reduciendo sus vuelos. "Ayer no había agua en el aeropuerto de Maiquetía. Hoy no hay aire acondicionado. Y si tampoco les pagan a las aerolíneas, en breve no habrá aviones", se quejó de forma lapidaria Luis Vicente León, presidente de Datanálisis y economista que viene advirtiendo de la debacle hace más de un año.

Y, mientras tanto, la periodista Ayala aportaba ayer su último servicio a la causa: "Desodorante Rexona, Axe y Dove, en Locatel de ProPatria".

UNA ESCASEZ QUE ACOMPAÑA SIEMPRE

La vida de los venezolanos se deteriora cada vez más

Embarazo

Suplementos esenciales como calcio, hierro y ácido fólico faltan en las farmacias. Encontrar antibióticos para luchar contra las infecciones urinarias también es una odisea

Infancia

En los hospitales pediátricos hay pocos anestesiólogos y faltan insumos; en las farmacias es difícil encontrar productos de aseo personal para chicos, como pañales y toallitas húmedas

Adultez

Es el país con la mayor inflación del mundo, la inseguridad aumenta, hay varios apagones eléctricos al año y faltan desde productos básicos hasta pasajes de avión
Muerte

En Venezuela ya ni se puede morir en paz: faltan ataúdes por las trabas a la importación de los materiales y la industria no da abasto por la alta tasa de homicidios

miércoles, 1 de mayo de 2013

Desabastecimiento en los chinos


Los supermercados chinos denuncian "faltante de productos" por el congelamiento de precios

Aseguraron que los mayoristas sólo entregan "la mitad de los pedidos" de productos básicos incluidos en el convenio. Y que se produjeron "subas considerables" en los precios, principalmente en el interior del país. iECO




A tres meses del inicio del llamado "congelamiento de precios" que anunció el Gobierno nacional para frenar la inflación, los supermercadistas chinos advirtieron sobre la escasez de productos y apuntar a la ineficiencia del plan instrumentado por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno.

"Los distribuidores y los mayoristas están entregando a los comercios la mitad de los pedidos que se hacen sobre los productos básicos que están bajo el acuerdo de precios, algo que no ocurre con los productos premium", aseguró hoy Miguel Calvete, titular de la Federación de Supermercados y Asociaciones Chinas, quien advirtió, además, sobre la "retracción en la industrias".

Calvete habló sobre el faltante de productos, tras conocer los resultados de un trabajo elaborado por el Instituto de Estudios de Consumo Masivo (INDECO) sobre 853 bocas de expendio en Capital Federal, Gran Buenos Aires, Posadas, Resistencia, Rosario, Bahía Blanca, Córdoba, Mar del Plata, Neuquén y otras ciudades del interior del país sobre supermercados chinos, almacenes, kioscos y despensas, en las que se advirtió un faltante importante en las góndolas de las mercaderías incluidas en el acuerdo de precios entre el Ejecutivo nacional y los supermercados.

El estudio reveló la falta de productos primarios y de limpieza como la lavandina, el papel higiénico y los rollos de cocina. Pero además de la escasez de productos, Calvete llamó la atención sobre el incumplimiento del congelamiento al advertir que "el estudio arrojó que en estos tres meses hubo algunas subas considerables de precios, sobre todo en el interior del país" y argumentó que en las provincias "la distribución tiene una gran incidencia para la formación de los precios y dentro de los gastos de dicha logística de entrega son fundamentales el personal, que aún no cerró sus paritarias, y el costo de los combustibles, que está muy lejos de respetar el congelamiento".