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jueves, 14 de mayo de 2015

Maternidad: En Finlandia son todos beneficios para la madre

¿Por qué en Finlandia querrías ser madre?

En algunas naciones ser madre podría calificarse como profesión de alto riesgo. Sin embargo, en países como Finlandia todo son ventajes a la hora de tener hijos.

España se encuentra en un sorprendente séptimo lugar.
Foto: Everett Collection
Las mujeres y los niños primero. Esta regla básica de salvamento y supervivencia no siempre se cumple en el mundo real, en el que muchas veces ser madre entraña graves peligros. Eso es al menos lo que se deduce del informe de este año de Save the Children, sobre el Estado Mundial de las Madres. Entre las muchas estadísticas que se barajan en el documento –especialmente los mejores y peores países del mundo para tener descendencia- destacan algunos datos inquietantes y casi increíbles. Por ejemplo, las madres y los niños de los países más desfavorecidos tienen 14 veces más posibilidades de morir en una emergencia que un hombre, o el hecho de que en ciertas geografías, como la República Democrática del Congo –nación que junto con Nigeria acaparan el 20% de las muertes infantiles en todo el mundo-, es más peligroso ser niño o mujer que combatiente.

Un año más, la lista de lugares con mejores condiciones para la maternidad está encabezada por los países nórdicos. En el 2014 Finlandia, Noruega, Suecia e Islandia encabezan por este orden los cuatro primeros puestos y le siguen en el top ten Holanda, Dinamarca, España, Alemania, Australia y Bélgica.

El informe, que se elabora cada año, analiza 178 países en función de cinco factores: el riesgo de mortalidad materna, la tasa de mortalidad infantil en niños menores de cinco años, la media de años de educación a los que puede optar un niño, el PIB per cápita y la participación de las mujeres en el parlamento. El honroso séptimo puesto de España –que puede sorprender a muchos– se debe más que nada al elevado número de mujeres en el hemiciclo –un 37%–, la expectativa de años de educación –17 años– y las reducidas tasas de mortalidad materno-infantil –1 de cada 12.000 madres y 4,5 niños de cada mil–. A pesar de los recortes en los servicios sociales, en España la sanidad publica sigue estando asegurada para las embarazadas y sus hijos. En lo que suspendemos los españoles es en el PIB per cápita, que es uno de los más bajos del mundo desarrollado. Además, en nuestro país el 33% de los niños viven en riesgo de pobreza o exclusión social, un porcentaje que asciende al 45,6% en el caso de hijos de familias monoparentales. El PIB destinado a políticas de protección social en España es del 26,1%, el segundo más bajo de la Unión Europea.

En el extremo opuesto se encuentran los lugares con peores condiciones para la maternidad. Un nutrido grupo de naciones encabezadas por Somalia, la peor de todas, y seguido por República Democrática del Congo, Niger, Mali, Guinea Bisáu, República Centroafricana, Sierra Leona, Nigeria, Chad y Costa de Marfil. Todas pertenecen al continente africano y se consideran estados frágiles, lo que significa que fallan en cuestiones fundamentales y que no pueden proveer a sus ciudadanos de las necesidades y expectativas básicas. Además, casi todos estos países sufren o han sufrido conflictos bélicos, como Somalia desde el colapso de su gobierno central en 1991. El informe de Save the Children hace especial hincapié en el hecho de que las guerras, la fragilidad de las naciones y su especial vulnerabilidad ante los desastres naturales juegan un importante papel a la hora de determinar el bienestar de las madres y sus hijos.

En los países que ostentan el ranking de los peores escenarios para la reproducción, 1 de cada 27 mujeres está en riesgo de perder la vida por una causa relacionada con el embarazo o la maternidad; 1 niño de cada 7 muere antes de cumplir los 5 años; la vida educativa de los más pequeños tiene un promedio de dos a 10 años; tan solo un 15 % de los asientos del parlamento están ocupados por mujeres y 8 de cada 10 madres perderán un hijo a lo largo de su vida.

En el informe, EEUU aparece en un inesperado 31 puesto, por debajo de países como Grecia (20), Estonia (23) o Polonia (29). La razón de esta baja nota se debe a su deficiente sistema sanitario. El riesgo de muerte materna está en 1 de cada 2.400. Solo cinco países en el mundo desarrollado tienen peor cuota en esto: Albania, Latvia, Moldavia, Rusia y Ucrania. La tasa de mortalidad infantil antes de los cinco años es de 7,1 por cada 1.000. A pesar de que el 51% de la población norteamericana es del género femenino, la representación de mujeres en el parlamento es solo del 19%.

Otro aspecto insólito del citado informe es el hecho de que el riesgo de muerte por maternidad se ha incrementado en los países industrializados. En Suiza ha subido un 19%, en España un 23% o en Nueva Zelanda un 27%. La razón a esto no está todavía muy clara, aunque se cree que en EEUU puede deberse a los altos índices de obesidad, diabetes y problemas cardiovasculares. Otros, según el informe, apuntan a que cada vez las mujeres tienen hijos a una edad más avanzada, se recurren a los tratamientos de fertilidad, que dan lugar a múltiples nacimientos y hay un alto porcentaje de cesáreas.

Mientras en el tercer mundo sacar a los hijos adelante es un triunfo, en el viejo continente el problema es que ya casi nadie quiere tenerlos. El informe Déficit de natalidad en Europa. La singularidad del caso español, editado por la Obra Social La Caixa, desgrana algunas conclusiones. La edad para tener hijos se atrasa, generalmente debido a la incorporación de la mujer al mundo laboral y a su carrera profesional. Pero mientras en otros países europeos, una vez que las mujeres se deciden a tener descendencia suelen tener más de uno, España empieza a estancarse en el hijo único. Según el informe, las tasas más bajas de natalidad se centran en los países del sur, centro y este de Europa, mientras que los del norte y oeste, como Suecia, Francia, Reino Unido, Irlanda e Islandia, están ya muy cerca del nivel de remplazo, gracias a los generosos permisos de maternidad, paternidad y servicios de atención a la infancia. Se ha comprobado que las medidas destinadas a dar dinero a los padres, como el cheque bebé del anterior gobierno socialista, no animan a casi nadie a reproducirse.

El informe de La Caixa llega a la conclusión de que la igualdad de género es fundamental para aumentar las tasas de natalidad. “Si consideramos la “masculinización” de la vida de las mujeres, al menos en lo que a sus trayectorias profesionales se refiere, debería ser bastante obvio que las decisiones clave en relación con la familia dependerán de unas relaciones de género diferentes. Este razonamiento ya ha pasado a ser fundamental en la investigación sobre la fecundidad. La tesis de McDonald (2000; 2002) es que la fecundidad baja cuando las relaciones de género no consiguen ajustarse al nuevo rol económico de la mujer”, dice el documento para continuar más adelante, “la decisión de tener hijos en el mundo actual requiere una adaptación a los nuevos roles de la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado. Primero es preciso promover políticas favorables a la familia que permitan la conciliación de roles. Pero es probable que estas políticas no sean realmente efectivas a menos que no vayan acompañadas de una relación de igualdad dentro de las parejas”.

Consuelo León, directora del Observatorio de Políticas Familiares de la Universitat Internacional de Catalunya (UIC) y coautora del libro La ambición femenina. Como re-conciliar trabajo y familia (Aguilar, 2004) junto a Nuria Chinchilla, reconoce que en España la conciliación es todavía un espejismo. “No tanto por la ley sino por las empresas, por una mala cultura directiva donde reina el presentismo en vez del trabajo por objetivos. Es necesario que acabemos con esta costumbre pero para ello sería muy deseable que a nivel político se cambiaran horarios de cierres de tiendas, de colegios, informativos… Una serie de medidas que forzaran al mundo laboral a replantearse sus tiempos. Además, la crisis y la precariedad hacen que muchas empresas abusen y sugieran a las madres tomarse permisos maternales más cortos de lo que la ley dispone o a no hacer uso del derecho de jornada reducida”. En septiembre la UIC acogerá el II Congreso Internacional Familia y Sociedad.

domingo, 5 de octubre de 2014

La economía de la licencia por paternidad

El argumento económico para la licencia de paternidad 
Por Gwynn Guilford  - Quartz



Wayne Rooney con el hijo - Tan importante como el trabajo.

De pronto, el año pasado, la licencia de maternidad tuvo un cambio de imagen, cortesía de una fuente más improbable: Shinzo Abe.
El primer ministro de Japón es sinónimo de nacionalismo apuntalado por el machismo (famosamente descartando que las mujeres coreanas forzadas a la servidumbre sexual por los soldados japoneses en la Segunda Guerra Mundial fueran, precisamente, "forzadas"). Pero cuando dio a conocer su comprehensivo plan de reactivación económica, incluía ya más largas licencias de maternidad para las madres. Y este no era un bocado en tonos pastel que se acostumbra para ganar a las mujeres votantes; el camino Abe enmarcó, la licencia de maternidad ya era un tiro en el brazo de la moribunda economía de Japón.



Aunque inusual, su razonamiento tenía cierto sentido.
Hace casi dos décadas, Japón comenzó a quedarse sin trabajadores, arrastrando ello el crecimiento económico. Para empeorar las cosas es el hecho de que siete décimas partes de las mujeres japonesas abandonan la fuerza de trabajo después de tener su primer hijo. Lograr que vuelvan al trabajo podría aumentar el PIB de Japón hasta en un 15% (por pagos), dice Abe. Y la manera de hacerlo era hacer la licencia de maternidad más larga.

El secreto para mantener a las madres en la fuerza laboral no está en darles más tiempo libre, sino en llegar a que más padres se queden en casa en su lugar.

Japón no es el único país que se beneficiarían de mantener más madres en la fuerza laboral. Si las mujeres estadounidenses trabajaran en las mismas tasas que los hombres lo hacen, el PIB de Estados Unidos podría crecer 9%, dicen los economistas; Francia habría de estallar en más del 11%; y la Italia vería la friolera de 23% de mejora, de acuerdo con cálculos de la OCDE. El promedio en toda la OCDE ascendería a 12%.
Sólo hay un problema con el plan de Abe: Está dirigido a las personas equivocadas. Más permiso por maternidad puede sonar como una gran idea, pero siempre y cuando las madres sean los únicos padres que toman licencia, períodos más largos en su país en realidad empeora la discriminación laboral en contra de ellas y las hace menos propensos a seguir una carrera.
Más bien, como las experiencias de Suecia, Islandia, y un puñado de otros países muestran, el secreto para mantener a las madres en la fuerza laboral no está en darles más tiempo libre, sino en llegar a más padres se queden en casa en su lugar. Y eso, resulta que depende en gran medida de la eliminación de la brecha salarial que existe entre hombres y mujeres en casi todas partes.

¿Por qué funciona la "Womenomics"?


Comerciante Especialista Amanda Anderson trabaja en su puesto en el piso de la Bolsa de Valores de Nueva York, 9 de diciembre de 2013. mujeres REUTERS / Brendan McDermidWhen compiten por puestos de trabajo "de los hombres", la competencia aumenta productividad. Reuters / Brendan McDermid


Hay un montón de buenos argumentos para la adición de más mujeres a la fuerza laboral.



Una economía crece cuando se agrega más gente para hacer cosas, o cuando los trabajadores que ya están hacen las cosas más rápido. Debido a que elevar la productividad-como se denomina a la última opción-es notoriamente difícil, cuando una economía está estancada por lo general es una buena idea agregar a algunos de los nuevos trabajadores. La importación de los inmigrantes es una opción (que es lo que favorece los EE.UU.). El otro es simplemente conseguir más de su población en edad de trabajar en puestos de trabajo. Y en los países más desarrollados, la mayor base de trabajadores desempleados son mujeres.
Los beneficios de subir la cuota de mujeres que trabajan llegan a trancas y barrancas. Al principio, tiende a bajar la productividad, en parte porque algunos de esta mano de obra femenina adicional es por lo general a tiempo parcial, y en parte porque la gente nueva necesidad de formación.
Con el tiempo, sin embargo, la afluencia de las mujeres constituyen una fuerza de trabajo no sólo más grande sino también más productiva. Las empresas en el cuartil superior de las mujeres los altos directivos ganan 56% más de empresas con ninguno, de acuerdo con McKinsey & Company. Esto puede deberse a que los equipos de gestión con un balance igual entre los géneros tienden a innovar más, tomar decisiones más informadas, y toman menos riesgos grandes. Los precios de las acciones de empresas con una o más mujeres en el consejo superan a los que tienen ninguno, según una investigación de Credit Suisse (pdf, p.12). Aunque eso no es una relación causal, Credit Suisse cita una investigación que sugiere que la mayor diversidad de género en el liderazgo mejora la comunicación y reduce la competencia corrosiva entre los altos directivos.

Las mujeres son "los agentes últimos de la demanda agregada."

Hay otros beneficios para la economía también. Contabilizando siete décimas partes de los gastos de consumo global, las mujeres son "los agentes últimas de la demanda agregada", dice Christine Lagarde, director gerente del Fondo Monetario Internacional. Las empresas que diseñan y comercializan sus bienes y servicios en formas que atraigan a las mujeres vender con más eficacia que los que no lo hacen. Las empresas dirigidas por mujeres con talento tienen más probabilidades de lograr eso.
Las mujeres también tienden a gastar más en salud y educación. Estos servicios son que la mayoría de los sectores más intensivos en mano de obra, por lo que generan más puestos de trabajo. Y cuando estos "agentes de la demanda agregada" ganan más, van a gastar más también.
Por último, las mujeres tienden a invertir una parte mayor de sus ingresos que los hombres en la de sus hijos el bienestar-o como los economistas llaman "capital humano." En el largo plazo, esta tendencia debería ayudar a crear una reserva de talento más saludable y más inteligente.



Por supuesto, conseguir que más mujeres vayan al trabajo no es la única manera de mantener la economía en crecimiento de un país; también se puede comprar a los trabajadores de otros países. Los EE.UU. prefieren este enfoque, basándose en gran medida en un programa de trabajadores temporales para complementar su fuerza de trabajo. Los inmigrantes suelen ser jóvenes y sanos, y por lo tanto tienden a contribuir más impuestos de lo que reciben en los servicios del estado (incluso muchos trabajadores ilegales pagan impuestos). Pero la falta de protección del empleo o la seguridad financiera significa que ni producen ni consumen tanto como podrían. Y el riesgo de una escasez de mano de obra siempre acecha.
Hay una última razón para emplear a más mujeres. Todos los principales países desarrollados se encuentra en medio de una crisis de envejecimiento. Las mujeres están teniendo bebés con demasiada lentitud para reemplazar a la gente haciendo una reverencia de su fuerza de trabajo, causando un número cada vez mayor de jubilados que se apoya en los impuestos de un número cada vez menor de trabajadores.



Paradójicamente, aumentando los niveles de empleo femenino parece evitar este peligro. Las mujeres en los países con mayores tasas de empleo femenino dan a luz a más niños, en promedio, de acuerdo con Goldman Sachs (pdf, p.9).

El problema con la licencia de maternidad



Un trabajador es visto dentro de una tienda dañada durante los últimos enfrentamientos en el centro de Beirut 18 de mayo de 2008. Los líderes libaneses rivales hicieron progresos para poner fin a su crisis política el domingo, pero los desacuerdos sobre las armas de Hezbollah sigue siendo un gran obstáculo para un acuerdo mediado por Qatar. REUTERS / Damir SagoljWhat mantiene a las mujeres de romper el "techo de cristal"? Reuters / Damir Sagolj

Así que el caso para lograr que más mujeres que trabajan es clara. ¿Cómo hacer que suceda?



La respuesta estándar es la licencia de maternidad. En todo el mundo, las políticas de licencia de maternidad pagada han resultado de importancia vital en el impulso de la probabilidad de que una nueva madre regresará al trabajo, y pondrá en más horas después de que ella regrese. Junto con la reforma fiscal, estas políticas alimentan el aumento de la participación laboral femenina de Europa en la década de 1980 y 90. Los EE.UU., sin embargo, se estancó. Mientras que en 1990 los EE.UU. tenían el sexto mayor tasa de participación laboral femenina en la OCDE en 1990, dentro de dos décadas se había hundido a 17º lugar. La falta de licencia de paternidad remunerada y políticas de trabajo flexibles del estadounidense fueron responsables de casi tres décimas de esa caída, de acuerdo con un estudio muy citado (pdf) por Francine Blau y Kahn Lawrence de la Universidad de Cornell.
Pero por sí sola, la licencia de maternidad con sueldo sólo funciona hasta cierto punto. Incluso en los países de la zona euro y otros que han impulsado la participación de las mujeres en la fuerza laboral, ofreciendo la licencia de maternidad y la atención infantil lujosa barato, la brecha entre la participación masculina y la mano de obra femenina sigue bosteza.
Para la gran mayoría de las mujeres que no regresan al trabajo después de dar a luz, esto es debido a que los gastos de devolución-económico y psicológico-son mayores que los beneficios.

Por su parte, la licencia de maternidad con sueldo sólo funciona hasta cierto punto.

Estos son los factores que probablemente está pesando. Dado que se asume que la madre tendrá una baja maternal mucho tiempo después de dar a luz, las empresas paguen de menos sistemáticamente a las mujeres y ellas saltan para las promociones en favor de sus colegas masculinos. Sus maridos, por lo tanto, es probable que tengan un salario mucho más alto y no son elegibles para tomar mucho más que un par de semanas, a lo sumo, de licencia para el cuidado prestado.
Así que las mujeres tienen más remedio que tomar muchos meses de baja laboral para cuidar de su recién nacido. Incluso en países con protecciones laborales maternas robustas, las mujeres poco cualificadas, en particular, todavía se enfrentan a presiones para renunciar a sus trabajos. Muchos de los que considere la posibilidad de volver a trabajar una vez que su hijo tiene la edad suficiente para la lucha de la guardería para encontrar un trabajo que pague lo suficiente como para cubrir el cuidado de niños-o, con sus habilidades ahora obsoletos, para encontrar un trabajo en absoluto. Las mujeres con educación superior, por su parte, a menudo encuentran que tomar un largo permiso les sacude fuera de la carrera para asumir puestos más altos en gestión. Y puesto que este grupo tiende a tener maridos ricos, sin la motivación profesional, no tiene sentido en la devolución.



El tratamiento de trabajo de las mujeres como menos valiosa que la del hombre es sexista. Pero también lo es el pago de las madres más dinero que los padres, y por mucho más tiempo, educar a los hijos. De hecho, las dos se refuerzan entre sí, algo tenue historia de Japón de la promoción profesional femenina ilustra muy bien.

Increíble disminución de la fuerza laboral de Japón


Un padre japonés con permiso de paternidad de crianza de los padres, Sota Miki, 6, sentado en su padre hombros de Yoshihiko ve jugadores después de un partido de exhibición de béisbol entre los Atléticos de Oakland y Gigantes de Yomiuri en Tokio 25 de marzo de 2012. La falta de licencia de paternidad hace de esta escena algo no habitual. REUTERS / Toru de HanaiJapan

Japón tiene la mayor crisis envejecimiento de cualquier país del mundo. Esto no es un problema nuevo; su población en edad de trabajar alcanzó su punto máximo en 1995, en poco menos de 87 millones. Pero aunque Japón reformó sus políticas de licencia por maternidad en varias ocasiones a lo largo de la década de 2000, unos 7 millones de mujeres quedan fuera de la fuerza de trabajo para el bien. Y en lugar de alentar a más bebés, la política ha llevado las tasas de natalidad en caída; Japón es uno de los pocos países del mundo donde los perros y gatos domésticos superan en número a los niños (pdf, p.4).



Lo curioso es, las mujeres en Japón no empieces a trabajar menos que en la mayoría que otros países ricos. El siguiente gráfico rastrea la participación laboral femenina, una medida que incluye tanto los que tienen empleo y los que buscan trabajo. Aproximadamente el mismo porcentaje de mujeres japonesas entrar en la fuerza de trabajo en sus 20 años como Suecia y el Reino Unido. Pero una vez que lleguen a los 30 años, las cosas cambian de formación de una depresión en la composición de la fuerza laboral que los demógrafos llaman el "curva m":



No es que carezcan de las habilidades para volver. Las mujeres de Japón están mejor educadas que los de casi cualquier otro país en el planeta-de hecho, más mujeres japonesas entran en la universidad ahora que los hombres.
Pero después de la graduación, la mayor parte de ese aprendizaje obtenido se tira a un lado. Las mujeres son contratadas en lo que el economista Noé Smith llama una "subclase económica," con la mayoría en puestos de trabajo con "bajos salarios estancados, pocos beneficios, pocas garantías y poca o ninguna posibilidad de promoción." Y como las mujeres en las compañías son atascadas en callejón sin salida de trabajos de oficina, empiezan a arreglarse sus pares masculinos para la promoción a lo largo de la vía de administración.



Aunque este sistema de dos vías huele a sexismo, desde una perspectiva de recursos humanos, tiene un tipo de crudo de sentido. Esto se debe a la política del gobierno y la cultura japonesa hacen que sea difícil para los padres para despedirse, y excepcionalmente fácil para las madres.

En 2012, sólo el 1,9% de los hombres japoneses que eran elegibles para la licencia de cuidado de niños tomó, desde el 2,6% del año anterior.

Las parejas japonesas actualmente se les permite un máximo de 12 meses (pdf) de "excedencia por cuidado" para dividir entre ellos más o menos como mejor les parezca (y 14 meses si el padre toma al menos dos de ellos). El gobierno paga los primeros seis meses a dos tercios del salario de los padres, y los meses que quedan en el 50%.
Eso puede parecer todo muy equitativo. Pero en la práctica, la recuperación de la madre y la lactancia materna significan la madre es probable que los meses con salarios anteriores a las dos terceras partes de sus salarios. Si el padre toma los meses posteriores, él conseguirá sólo la mitad de sus salarios. Desde que en promedio gana 27% más de su esposa, la licencia más toma, más los ingresos de la familia pierde. Y esto tiene la consecuencia predecible: A partir de 2012, el último año del que hay datos, sólo el 1,9% de los hombres (Paywall) que fueron elegibles para la licencia de cuidado de niños en realidad tomó, desde el 2,6% (pdf, p.5) la año anterior.
Con ese tipo de política, no es de extrañar que las empresas no invierten en carreras de las mujeres. Incluso si una empleada regresa al trabajo después de tener un bebé, las normas culturales significan que ella va a elevar el niño-y que la hace menos probable que sea capaz de poner en largas horas en el trabajo.

Una política supuestamente destinado a ayudar a las mujeres termina penalizando a ellos ...


Dos mujeres se unen a sus hijos durante una manifestación para exigir más tiempo de licencia de maternidad en San José 18 de enero de 2013. grupos de derechos de las mujeres marcharon para exigir la aprobación de una ampliación del permiso de maternidad de 4 a 7 meses, dijo el organizador del evento Cristivel Leandro. Trabajo REUTERS / Juan Carlos de UlateWomen? Reuters / Juan Carlos Ulate

La tendencia es el auto-refuerzo. Una vez tenida en cuenta para un puesto para la carrera de gestión, una mujer tiene menos motivación para trabajar duro para avanzar en su carrera. Ya que ella no va a haber estado expuesto a la misma gama o la profundidad de la experiencia como sus colegas masculinos, ella será la próxima vez menos competitivo cuando trata de encontrar trabajo. Incluso si es un candidato para un empleo de carrera avanzada, su manager-que es más probable que sea un hombre-no dispone de un incentivo para darle un horario de trabajo flexible para encajar alrededor de crianza de los hijos, ya que tendrá un montón de otra empleados varones dispuestos a poner en las largas horas.
Las mujeres en Japón ya se pagan sólo el 73% de lo que los hombres hacen para los puestos de trabajo equivalentes; el hecho de que esta brecha crece durante los años fértiles sugiere lo que algunos llaman una "maternidad paga penalidades." Las mujeres pueden encontrar trabajo después de tener un niño es a menudo a tiempo parcial, y por lo general menos bien pagado, por lo que tienen menos incentivos para volver a trabajo. Se dice que la mejor educación es una mujer, más probabilidades tiene de quedarse fuera de la fuerza de trabajo.



Por extraño que parezca, los hombres tampoco la tienen tan buena tampoco. A cambio de la seguridad en el empleo, las empresas esperan que sus empleados varones que trabajen largas horas que terminan bañadas en sesiones de licor fuera del horario de unión, semana tras semana durante toda su carrera. Hasta hace muy poco, para poner a prueba sus empresas de compromiso, en forma deliberada transferir trabajadores varones lejos de sus familias. Esta presión de grupo también es parte de por qué los hombres japoneses rara vez toman días de vacaciones.



Esto no es especialmente bueno para la economía. El exceso de trabajo crónico no significa más trabajo que realmente produce; de hecho, se cree que es uno de los factores que impulsan hacia abajo la productividad de Japón. (Otro factor son los trabajadores a tiempo parcial probables, que tienden a ser menos productivos.) Pero debido a que funciona como una forma de novatadas profesional-nadie quiere arriesgarse a mirar perezoso o no comprometidos-que persiste.



Los hombres comprensiblemente se ponen resentido por estas horas extras, lo cual es parte de por qué los pocos hombres opten por tomar represalias por miedo para pedir el permiso de padres de la administración y los compañeros. "Si un trabajador anuncia que va a tomar el permiso de paternidad, la gente a su alrededor comienzan a dudar de su idoneidad para el puesto", dijo Tetsuya Ando, que fundó un grupo de apoyo para padres llamados Fathering Japan en 2005.

Ese estigma puede ser manifiesta, dice Matthew Apple, un profesor universitario que ha vivido y trabajado en Japón desde 1999, y tiene un blog llamado Take Leave de sus experiencias criando una familia allí. Apple optó por tomar un permiso parental después de que él y su esposa japonesa tuvieron una hija. Cuando regresó a trabajar, algunos de sus colegas más conservadores dejaron de hablar con él y presionó con éxito para su carga de trabajo para aumentar para compensar su ausencia. Para las mujeres, a pesar es peor; una de sus compañeras de trabajo fue presionada para dejar de fumar después de tomar la licencia de maternidad (que en última instancia, triunfó en mantener su puesto de trabajo, a pesar de que hizo un montón de enemigos en el proceso, dice Apple).
... Y la política de fomento de la licencia de paternidad es demasiado débil

Esa cultura está empezando a cambiar gradualmente, dice Apple, sobre todo entre los más jóvenes. Para el crédito del gobierno, en 2011 se puso en marcha el Proyecto Ikumen (la palabra es un juego slangy en ikemen, lo que significa un "hombre guapo", y Iku (育), que significa "levantar"), una comunidad en línea que 2011 alienta a los padres a tomar un papel más activo en la crianza de los hijos.


La campaña del gobierno japonés para papis. Screenshot de la estancia en el hogar de ikumen-project.jp

Otro hito cultural, ocurrió en agosto de 2014, cuando Masako Mori, el entonces ministro a cargo de la tasa de natalidad y el género en declive igualdad, declaró que promovería los hombres que toman "permiso de paternidad", por lo que probablemente significaba el permiso parental. Abe ahora dice que quiere que el número de hombres que toman licencia suba del 1,9% al 13% en 2020.
Sin embargo, no está claro que esto es mucho más que retórica. La brecha salarial entre hombres y mujeres significa que todavía generalmente tiene más sentido económico para los padres a seguir trabajando, sobre todo teniendo en cuenta que es probable que obtener sólo la mitad de su salario durante el permiso parental.
Así que lo que el gobierno japonés debe hacer es solucionar esta disparidad en cómo se valora el tiempo de los hombres y de las mujeres. En cambio, es considerar lo que es peor, al extender la licencia de maternidad a tres años. Eso sería afianzar aún más la brecha tradicional entre los hombres y el trabajo de las mujeres, el empeoramiento de los problemas de la oferta de trabajo de Japón y mantener el crecimiento del PIB anémico en el mejor de los casos.
De hecho, esto hace que parezca como si la agenda de Shinzo Abe es menos sobre el arranque de la economía que en tratar de aumentar las tasas de natalidad-a pesar de la amplia evidencia de que la licencia de maternidad ya las haré descender lugar.

Los papás ​​de Japón no son los únicos atrapados en la oficina


Un corredor de acciones durante la negociación en la Bolsa de Valores de Tokio en Tokio el 2 de marzo de 2009 el índice Nikkei de Japón cayó un 3,2 por ciento el lunes, con Mitsubishi UFJ Financial Group y otros bancos se hunde por temores acerca de sus pares de Estados Unidos , mientras que los exportadores se deslizaron en la preocupación sobre la economía estadounidense. REUTERS / Issei Kato

Los gobiernos difícilmente pueden esperar las empresas para valorar el tiempo de las mujeres igual que los hombres de cuando sus políticas de licencia no pagan los padres por igual para proporcionar cuidado de los niños. Sólo cuando los gobiernos y las empresas valoran de la mujer y el trabajo de los hombres de la misma-, tanto en el lugar de trabajo y el cuarto de niños-lo hará esta desventaja contra las mujeres levantan.



Japón no es el único en no comprender esto, sin embargo. Más de 100 países ofrecen ahora beneficios en efectivo financiados por el gobierno para la licencia de maternidad; sólo el 70 por oferta pagado la licencia de paternidad. Incluso entre los países de la OCDE, sólo dos terceras partes ofrecen el permiso de paternidad, e incluso los que a menudo no más de unas pocas semanas. Sólo tres países-Chile, Portugal, e Italia-hacen que unos días de permiso de paternidad sea obligatorio.

Para aquellos que no ofrecen ya dejar, la compensación es importante. Cuanto menor sea el porcentaje del salario que el gobierno ofrece a un padre que se queda en casa, más grande es la pena a la familia si es la mayor fuente de ingresos-por lo general, el padre-que se queda en casa.
Otra preocupación común acerca de las políticas europeas "para toda la familia" es que alientan a las mujeres a conformarse con el trabajo a tiempo parcial y para las carreras mami pistas. Un estudio (pdf) por Francine Blau y Kahn Lawrence de la Universidad de Cornell encontró que las mujeres estadounidenses eran más propensos que los del resto de la OCDE para trabajar a tiempo completo y para ocupar puestos de dirección. Dos razones principales, señalan, son que las políticas "favorables a la familia" hacen que sea más fácil para los menos mujeres con orientación profesional para permanecer en la fuerza laboral y para las mujeres más ambiciosas para cambiar de puesto en el trabajo a tiempo parcial, sin sacrificar demasiado. En los EE.UU., en comparación, los dos tipos de mujeres, ya sea abandonando, o abandonar los bebés de la oficina de la esquina.

Cómo Suecia finalmente revolucionó la crianza


En este Miércoles, 29 de junio 2011 de la foto, Henrik Holgersson, derecha, observa a su hijo, Arvid, centro con el sombrero, jugar con Walter Johansson acompañado por su padre Henrik Johansson en un parque en Estocolmo. Holgersson ha dividido generoso permiso parental de Suecia con su novia Jenny Karlsson y se pasar ocho meses en casa con su hijo. Holgersson, que normalmente funciona como un aparejador en una empresa de eventos, dice que su tiempo con su hijo como un padre que se queda en casa es uno de los mejores de su vida.

Aunque el estereotipo de Suecia podría ser un festival de machismo libre de neutralidad de género, a mediados de la década de 1970 no era muy diferente de Japón de hoy. Casi ningún papás tuvieron tiempo libre después del nacimiento de un niño.
Eso no cambió incluso después de Suecia eliminó el permiso de maternidad en 1974 y-como Japón-lo ha sustituido hoy en día con una asignación global de licencia de paternidad remunerada que se puede compartir sin embargo, la madre y el padre eligen. Los padres que tomaron tiempo libre fueron apodados despectivamente velourman o velourpappa ("hombres de terciopelo" o "papás de terciopelo") - una referencia a la tela popular en ropa unisex en el momento-y despreciaban por ser poco masculino. A mediados de la década de 1970, sólo 562 papás reclamaron licencia por paternidad-alrededor de 0,5%.



Suecia necesita realmente que estas políticas funcionen. Al igual que muchos países hoy en día, que había tenido éxito en el impulso de la participación laboral femenina, pero a costa de una disminución de los nacimientos. El gobierno adoptó un enfoque claramente similar a Shinzo Abe, aumentando la duración de la licencia de los padres cuatro veces en dos décadas; para 1994, la licencia durado 15 meses.
Eso reavivó la fertilidad un tanto. Sin embargo, para la década de 1990, comenzó a deslizarse de nuevo. Entonces las cosas se pusieron aún más sombrío: Suecia fue golpeado con una crisis financiera masiva, la conducción de desempleo hasta el 12,9% en enero de 1995 (pdf), y extendiéndose a las finanzas de la familia en todo el país. La participación laboral femenina comenzó a caer, al igual que la tasa de natalidad. Mientras tanto, la tasa de los padres se acogen al permiso sólo había aumentado a alrededor del 6%.



¿Por qué no funciona? Resultó ser que permiten a los padres a elegir la forma de repartir el tiempo de cuidado de niños no cambió mucho los incentivos existentes. Como Bengt Westerberg, que fue primer ministro en 1995, le dijo al New York Times, las mujeres suecas se enfrentaron a un círculo vicioso. Desde el salario de las mujeres era en ese momento por lo general mucho más bajos que sus maridos, las parejas normalmente han optado por la madre para quedarse en casa con el niño. Pero que perpetúa la brecha salarial, ya que las mujeres siguen siendo "tomadas como mami", penalizado por la posibilidad de que se habían de dar a luz. Las empresas atrincheradas esta división mirando hacia abajo sobre los padres que hicieron tomar la licencia parental. Una vez más, esto es exactamente lo que está pasando en el Japón de hoy.

"La sociedad es un espejo de la familia," Westerberg dijo al Times. "La única manera de lograr la igualdad en la sociedad es lograr la igualdad en el hogar. Llegar a los padres a compartir el permiso parental es una parte esencial de esa ".
Así en 1995, el gobierno puso en marcha una "licencia de papá." No tenía permiso de paternidad obligatorio, pero las parejas perdió un mes de licencia con sueldo si el padre tomó menos de un mes de descanso. Eso significaba que ya no podía transferir la totalidad de sus vacaciones con su esposa. La nueva política también compensa los padres y madres en el 90% de sus salarios, haciendo más difícil para los padres como para rechazarla.

"La sociedad es un espejo de la familia. La única manera de lograr la igualdad en la sociedad es lograr la igualdad en el hogar ".

Y funcionó. En pocos años, más de cuatro de cada cinco padres se quedó en casa. Y cuando el gobierno añadió otro mes para "permiso de papá" en el año 2002, la cantidad de tiempo que se fue más del doble. El gobierno también aumentó el límite de reembolso para hacer el paquete más atractivo para los hombres de altos ingresos.
Tal como está ahora, cada padre recibe un "papá" de 60 días y de contingentes de "mamis" (pdf, p.2) pagado al 78% de los ingresos, todo lo cual debe ser tomado. Después de eso, la pareja tiene 270 días pagados al 78% de los ingresos de dividir lo que quieran, seguido por otro 90 pagados a tanto alzado. Los padres también reciben permiso a tiempo parcial adicional y el derecho a un horario flexible de hasta hasta que el niño tiene ocho años.



Ahora nueve de cada 10 padres suecos disfrutan de un permiso, durante un promedio de tres a cuatro meses cada uno, lo que representa una cuarta parte del total del tiempo de baja laboral, y suavizar la transición de la madre vuelva a trabajar.
Una razón por la que esto funciona es que Suecia paga beneficios generosos para un relativamente corto período de licencia. En lugar de alentar a las mujeres a pasar mucho tiempo fuera de la fuerza de trabajo, que institucionaliza un tiempo determinado cuando tienen que volver al trabajo o perder sus cheques de pago. La adición de la licencia papá añade tiempo extra que un niño puede estar con sus padres.

Bueno para los niños, bueno para los padres, bueno para la economía


23 de septiembre de 2014. Un hombre monta su bicicleta mientras se lleva a los niños durante el Día Mundial sin coches en Sao Paulo 22 de septiembre de 2014 REUTERS / Nacho DoceWay más productivos en el largo plazo. Reuters / Nacho Doce

¿Qué sucedió como resultado? La cuestión sigue siendo controvertida, pero parece que cuanto más tiempo el permiso para los padres, menos tiempo que las mujeres sacan del mercado de trabajo. Un estudio realizado por el Instituto Sueco de Evaluación de Políticas de Mercado de Trabajo en el año 2010 encontró que las ganancias futuras de una madre subieron un 7% (pdf, p.35), en promedio, por cada mes de los padres dejar a su marido tomó. Suecia ya tiene algunas de las tasas más altas de las madres que trabajan en el mundo, con alrededor de nueve décimas partes de las madres (pdf) que regresan al trabajo después del parto. Mientras que algunos economistas se han preocupado de que generosos beneficios de licencia de Suecia (además de la licencia de papá) serían penalizar a las mujeres, que no ha sucedido (pdf). Las investigaciones muestran que más jóvenes trabajadoras no enfrentan prácticamente ninguna discriminación.
Esto no significa que Suecia no tiene más que ir. Gracias en parte a la cantidad desproporcionada de los médicos de sexo masculino y su robusto sector financiero, brecha salarial de Suecia sigue siendo relativamente alta. Y como con cualquier otra parte del mundo desarrollado, las mujeres también trabajan a tiempo parcial en mayor proporción que los hombres.



Sin embargo, a tiempo parcial brecha de género la obra de Suecia es mucho menor que la de otros países. Y a diferencia de casi cualquier otro país, las mujeres suecas que trabajan a tiempo parcial se les paga al mismo ritmo que los que trabajan a tiempo completo, según un estudio de 2008 (pdf, p.58); algunos incluso disfrutar de una pequeña prima salarial.

Alrededor de las nueve décimas partes de las madres suecas volver al trabajo después del parto.

La diferencia entre Suecia y otros países, dijeron los investigadores, fue que muchas de las mujeres suecas que trabajan a tiempo parcial todavía estaban haciendo el mismo trabajo que tenían en el pasado-y la misma a la que iban a regresar a tiempo completo de sus hijos ingresó escuela. Para decirlo de otro modo, las políticas de Suecia hizo más fácil para los padres para equilibrar las responsabilidades laborales y familiares.
Otros países y estados han ganado un éxito similar a la de Suecia. En la década de 2000, Islandia amplió el permiso parental a los nueve meses, con una cuota del papá de tres meses. El año pasado, Islandia otorga al padre ya cinco meses de licencia, A dos meses divididos sin embargo que eligen. Aunque tendremos que esperar a ver cómo se desarrolla, a partir de 2010, 95 padres allí se despidió (pdf) por cada 100 madres que hicieron. Los padres utilizan aproximadamente un tercio de la licencia parental total empleado, en comparación con sólo el 3% en 2000 (pdf). En Quebec, también, una política que dividió el permiso parental de manera más justa aumentó la probabilidad de que las mujeres regresaron al trabajo después de la licencia.
También digno de mención es que Suecia e Islandia, han puesto en marcha políticas flexibles-hora que se aplican desde hace años después de la licencia de los padres ha terminado. Además de subir la tasa y la duración en el que las nuevas madres a amamantar, éstos parecen haber ayudado a promover una cultura de trabajo más general de flexibilidad que beneficia a todos los trabajadores.

Campo de juego desigual, pago desigual

En resumen, dar a los hombres un incentivo para tomar la licencia de paternidad parece hacer dos cosas para las carreras de las mujeres: Se les vuelve en la fuerza de trabajo más rápido y aumenta su potencial de ingresos a largo plazo.



Este último es un factor importante en el cierre de la brecha salarial. Esto no es sólo bueno para las mujeres, pero bueno para la economía también. Como vimos en el ejemplo de Japón, una brecha salarial desalienta a las mujeres con educación superior-en particular, de regresar a la fuerza de trabajo a tiempo completo después de tener hijos. También ha perdido ingresos para el gobierno en cuanto a los impuestos que recaudaría con un salario de tiempo completo si las diferencias salariales desapareció.
Por supuesto, algo tiene que pagar la factura de la roza esa brecha salarial. Y ese algo es empresas. Pero si bien es posible suponer que secretamente habían oponen a pagar los empleados más, resulta que la pérdida de los trabajadores a la maternidad no es tan grande para la línea de fondo.

En California y Nueva Jersey, las empresas informaron de que las políticas de licencia por maternidad pagadas causaron ningún cambio a su cuenta de resultados o en algunos casos a reducir los costos de capacitación y rotación.

En primer lugar, limita el retorno de la inversión en formación aquellos perdidos de los trabajadores. También significa un golpe a la productividad, ya que las empresas deben invertir en la sustitución de los empleados perdidos y luego capacitar a los nuevos trabajadores. En un estudio realizado en California (pdf) y otro en Nueva Jersey (pdf, p.2) -que, junto con Rhode Island, son los únicos estados de Estados Unidos para proporcionar pagados parentales despedidas empresas informaron de que las políticas ayudaron a retener trabajadores y causaron ningún cambio a su cuenta de resultados, o en algunos casos reducir los costos de capacitación y rotación. Las nuevas madres en California y Nueva Jersey eran mucho más propensos a volver a trabajar.

Si quiere que las mujeres trabajen, usted tiene que pagar por el cuidado de niños


Steve Caniglia mantiene sus seis meses de edad, hijo, Boden, en San Francisco, California 19 de febrero de 2014 Después de caer más de un 8 por ciento en el camino a mínimos históricos tras la crisis financiera de 2008, se espera que la tasa de natalidad de Estados Unidos a aumentar con el los próximos dos años por la primera vez desde 2007 ya que los jóvenes adquieren más confianza para comenzar a las familias debido a la economía más fuerte, dicen los demógrafos. Imagen tomada el 19 de febrero de 2014 REUTERS / Robert GalbraithThe economía global necesita más de este guy.Reuters / Robert Galbraith

Sin duda, una de las razones Escandinavia fue capaz de ser pioneros de todo esto es que sus tasas de impuestos ya están entre el mundo de mayor pendiente. Aunque las políticas de estilo sueco entrarán en vigor en el Reino Unido en 2015, pasando dicha legislación barrido será más difícil en los países europeos bajo el yugo de la austeridad. En cuanto a los EE.UU., a pesar de varios senadores están presionando para que la nueva legislación sobre el permiso parental, el financiamiento será controversial; esperar que la indignación de aquellos cuyas rodillas tirón en la oposición crónica a la nórdica "redistribución de la riqueza."

Alentando a las mujeres sólo para especializarse en el negocio de cuidado de niños condenará planes para una fuerza de trabajo más grande.

Pero si lo miramos de otra manera, el aumento de los impuestos a pagar por la licencia de papá no es redistribución de la riqueza, sino la simple economía de mercado. Si el Estado quiere que los hombres tomen tiempo fuera de la fuerza de trabajo, tiene que competir con los salarios que podrían ganar por permanecer en la fuerza laboral. En otras palabras, tiene que pagar la tasa de mercado de trabajo-el trabajo de cuidado de los hijos-que ha conseguido mucho mucho más barato de las mujeres.
Esto nos lleva de nuevo al punto inicial. Sea que un país necesita una fuerza de trabajo más grande ahora o en el futuro, sólo las mujeres alentando a especializarse en el negocio de cuidado de niños condenará esos planes a fracasar. Es difícil para las mujeres a permanecer en la fuerza de trabajo cuando las empresas infravaloran sus tareas oficiales y los gobiernos subestiman su cuidado de los niños en el largo plazo, los países que hacen que los padres, independientemente de su sexo, puede sacar el mayor valor posible de su tiempo y sus habilidades serán aquellos cuyas economías y familias prosperar.