martes, 27 de octubre de 2015

Un tendero español es el hombre más rico del Mundo

Amancio Ortega, el hombre que juró que nunca volvería a pasar hambre
Hablamos con David Martínez, autor de la biografía no autorizada, en la que ahonda en la personalidad del artífice del imperio Inditex y su ambición por liderar la moda global.
NOELIA RAMÍREZ - El País



Con 76 años, Amancio Ortega ha amasado una fortuna que supera los 40.000 millones de euros.
Foto: Gtresonline

El 15 de mayo de 1975 Amancio Ortega (León, 1936) inauguraba la primera tienda Zara en A Coruña. Lo hacía a tan sólo 200 metros de la camisería Gala, el comercio en el que trabajó como 'chico de los recados' cuando apenas tenía 14 años. ¿Casualidad o golpe de efecto? La simbología que esconde el nacimiento del imperio Inditex no es una cuestión baladí. Ortega, hijo de un ferroviario vallisoletano afincado en León, dejó los estudios con apenas 12 años y se juró, a lo Scarlett O'Hara, que su familia nunca volvería a pasar hambre. Una promesa nacida de la impotencia que le provocó saber que a su madre ya no le fiaban en el ultramarinos.

Desde que entonó esa máxima, Ortega pasó de chico de los recados, a comercial de la empresa de confección La Maja, donde conoció a su ex mujer, Rosalía Mera, y empezó el germen de Zara. El éxito de las batas acolchadas de guata que la pareja cosía mano a mano por las noches, en sus ratos libres, permitió que junto a sus hermanos, una cuñada y el empresario fundador de Caramelo (José Antonio Caramelo) hiciesen despegar en 1972 a Goa Confecciones (las iniciales de Amancio Ortega Gaona al revés). Cuarenta años después, Ortega ha conseguido amasar una fortuna de 79.600 millones de dólares, unos 71.700 millones de euros, –sin contar un divorcio de coste estratosférico–, tener a más de 100.000 empleados en nómina y haber erigido más de 5.000 tiendas de sus marcas a lo ancho del planeta.

Con antecedentes dignos de un 'biopic' made in Hollywood, diseccionar qué esconde la personalidad del hombre más rico de España –y del mundo, según Forbes– es una aventura a la que pocos tienen acceso. El secretismo hermético que acompaña al ideólogo de Inditex es una constante desde que empezó su carrera. Jamás ha concedido una entrevista y es tan celoso de su intimidad que hasta el día de la boda de su hija Marta intentó por todos los medios no aparecer en la celebérrima foto del coche nupcial.

“Es un hombre de costumbres simples: le gusta la buena mesa, tomarse el café en el bar del pueblo y, a excepción de la hípica o una pequeña pasión por los coches, no tiene ninguna extravagancia especial”, cuenta el periodista David Martínez, que ha pasado el último año y medio investigando sobre “cómo un hombre desconfiado de la fama y de origen humilde consigue levantar una empresa de éxito de la misma nada”. Un trabajo que ha supuesto visitar y acercarse a los conocidos de todos los rincones en los que Ortega vivió (desde su infancia en León a su establecimiento en Galicia), entrevistar a miembros del consejo de Inditex, visitar las instalaciones de Arteixo y hasta tener dos conversaciones “informales” con el mismísimo “Don Ortega”. Un trabajo que se ha materializado en la biografía no autorizada “Zara, visión y estrategia de Amancio Ortega”, editada por Conecta.


Zara Getty
A finales de julio, había 1.671 tiendas de Zara repartidas por el mundo.
Foto: Getty Images
Martínez, al que le habían negado por activa y por pasiva la posibilidad de entrevistar directamente a Ortega, topó con él de casualidad en la zona de diseñadores de Arteixo. A pesar de que cedió el timón de Inditex a Pablo Isla en 2011, Ortega visita con regularidad el “corazón” de Zara en el polígono de Sabón. “Apareció con varios retales en la mano. Me acerqué a él, le dije que era periodista y que estaba escribiendo un libro sobre él y Zara, e inmediatamente me invitó a acompañarle a la cantina para que tomásemos un café”. De esta conversación informal y otro encuentro más, Martínez asegura que Ortega es un hombre “ambicioso y extremadamente observador. Esto no implica que tenga una visión fría, simplemente conoce cómo es empezar desde abajo y lucha por mantener su éxito; hasta se enorgullece de que sus propias marcas compitan entre ellas”. Un observador “obsesivo”, que “llegó a fabricar en serie una chaqueta motera de los 80 que había visto en un peatón mientras iba en su coche de camino al trabajo”.

El periodista defiende que la cabeza pensante de Inditex es un “idealista vanguardista”. “Cuando empezó, era capaz de conducir hasta París para ojear las tendencias de la Alta Costura y después trasladarlas en moda al mejor precio”. Un trabajo del que después se harían cargo los polémicos “ojeadores” que la empresa tiene repartidos por todos los desfiles, festivales de música o espacios dignos de recoger los 'musts' del momento. Una actitud que se ha ganado más de una crítica por sus competidores (hasta Isabel Marant hizo un guiño irónico a Zara en su último desfile), pero más que rentable para sus cifras de negocio. “En Inditex niegan la copia. La empresa asegura que se dedica a recoger las 'tendencias globales', ya sea en las pasarelas o en encuentros sociales”, explica.

La empresa, además, cuenta con un equipo de unos 90 diseñadores que trabajan diariamente en Arteixo. Un crisol cultural con creadores venidos de casi todos los puntos del planeta –hay incluso dos diseñadores de las dos costas estadounidenses para interpretar los diseños que funcionarán en Los Angeles o Nueva York–, y que se complementa con la sobredosis de información que reciben diariamente de las tiendas de todo el planeta. Consejos de clientes, prendas que funcionan (o no) y preferencias de los usuarios. Nada escapa al engranaje de Inditex. “En el fondo, su fuente de información es la propia tienda y el escaparate es su reclamo publicitario”. Tal es la obsesión por el detalle, que en Arteixo hay una planta específica con réplicas de las 40 tiendas más importantes para que nada falle a la hora de vestir sus locales.



Tras conseguir producir más de 900 millones de prendas al año, ¿le queda algún objetivo por cumplir a Amancio Ortega? “Quiere ser el protagonista de la moda global. Su sueño es que las clientas de Dior o Chanel también compren en Zara y que no se sientan avergonzadas por ello”.
Quizá le deje esa labor a su hija menor, Marta, a quien “ha ido educando en la sombra” para que tome el timón de la empresa. Licenciada en Ciencias Empresariales, trabajó como dependienta en una de las tiendas de Londres, después se trasladó a las oficinas del grupo en París y Asia. La última fase de su formación antes de su traslado a Arteixo la desarrolló en Tordera (Barcelona). Actualmente es vicepresidenta de las patrimoniales y trabaja mano a mano con su padre, encaminada, dicen, a tomar las riendas de un imperio de moda global.

(Este artículo se actualizó el 23 de octubre de 2015 con los datos económicos a propósito de la fortuna de Ortega publicados en la revista 'Forbes')

lunes, 26 de octubre de 2015

Cambios en la educación... ¿nos hace más cultos?

¿Somos más cultos ahora?
La progresiva disminución de asignaturas de humanidades en la educación primaria y secundaria es un ataque frontal al conocimiento. No dejemos de lado el estudio de lo que es substancial para vivir de manera decente, no aburrirse y ser feliz
FRANCESC DE CARRERAS - El País

RAQUEL MARIN

¿Somos hoy más cultos que ayer? Esta pregunta me resulta inquietante. Me refiero a la concepción clásica de cultura, a la idea de cultura que engloba al mundo del pensamiento, a los conocimientos filosóficos, literarios y artísticos. Pues bien, la pregunta me inquieta porque no tengo clara la respuesta.

Hay indicios contradictorios. La universidad pasó, alrededor de los años 70, de ser un centro de aprendizaje de las clases altas y medias, a incluir entre su alumnado a hijos de las clases trabajadoras que nunca hasta entonces habían podido acceder a ella: en principio, por lo menos, la cultura se ha extendido Aunque uno tiene la sensación de que nadie dispone de tiempo para leer libros de literatura o de pensamiento, y ni siquiera tiene afición a leer, si entras en una librería de una cierta calidad compruebas enseguida que la oferta de libros es impresionante, sin comparación mejor que nunca: alguien los compra. El cine, a mi modo de ver, ha empeorado bastante, cada vez las películas se parecen más unas a otras, cortadas todas por el mismo patrón de telefilm televisivo, pero esta es una opinión muy subjetiva que no comparten la mayoría de mis amigos cinéfilos, no me atrevería a hacerla pública, menos a escribirla en El País, denla pues por no leída.

Ciertos indicios son, pues, aparentemente positivos. Pero otros no lo son tanto o, para decirlo claro, son francamente negativos. Una cierta pasión por el fútbol, aunque no la comparta, la puedo entender, así es la condición humana. Pero tantas y tan desaforadas discusiones sobre los detalles más nimios de cualquier partido, la intolerancia que el fútbol fomenta y que suele trasladarse a disputas en otros ámbitos, entre ellos el de la política; los desenfrenados gastos en fichajes y los fabulosos sueldos de los jugadores, sin que nadie se escandalice por ello cuando en otros casos se pone el grito en el cielo por remuneraciones infinitamente menores a ciertos profesionales - o cargos públicos – de mucha mayor responsabilidad y trascendencia social. ¿Cultura futbolística? ¡Por favor! Fanatismo y mercado.

Otro tanto sucede con la gastronomía. ¿Es la gastronomía una forma de cultura? Entendida la palabra cultura en sentido amplio muy probablemente lo es, hoy este término lo abarca casi todo. Pero la sobrestimación de la gastronomía entre ciertas capas intelectuales me parece una manera de sustituir su vacío en ideas y conocimientos, cuando no su coartada moral para una conciencia culpable. A veces pienso que una cierta izquierda entró en decadencia al empezar a pensar que eran compatibles sus posiciones políticas y una desmesurada afición a la gastronomía y al fútbol. Quizás entre la obsesión sartreana por el compromiso - el engagèment, ¿recuerdan? - y la frivolidad de instalarse en la “nada” creyendo que se trataba del “ser”, hubieran podido encontrar sensatas actitudes intermedias que no les indujeran a su cómodo y adormecedor engaño.

Así podría seguir divagando sin llegar a conclusión alguna, sólo apuntando dudas. Pero estas dudas decididamente me abandonan en algunos asuntos concretos sobre los que tengo certezas, quizás equivocadas, pero que me atrevería a defender con argumentos a mi parecer convincentes. Se trata de ciertas cuestiones concretas relacionadas con la enseñanza, la televisión y las llamadas redes sociales. De la televisión me preocupa no ya su calidad general, que por supuesto, sino, especialmente, sus repercusiones que en la cultura política tienen los programas de debate, cada vez más parecidos a un match de boxeo que a una argumentada deliberación. De las redes sociales, admitiendo por supuesto sus inmensas ventajas, me preocupan el anonimato y los tuits, ese mensaje asertivo sin espacio para razonamiento alguno. Pero dejaremos sólo apuntados estos problemas y nos centraremos sólo en un aspecto puntual de la enseñanza.

La sobrestimación de la gastronomía entre ciertas capas intelectuales expresa un vacío de ideas

La progresiva disminución de asignaturas de humanidades –literatura, filosofía, historia, geografía – en la educación primaria y secundaria, pérdida que hoy ya contagia a la universidad, es un ataque frontal a la cultura. En la última reforma de la ley de Educación, la historia de la filosofía pasa a ser optativa y las horas de literatura disminuyen. Sólo con este mero hecho, a los estudiantes – y a la sociedad en general – se les trasmite la idea que estas materias no son importantes porque no sirven para abrirse paso en el mercado de trabajo.

Este giro no es nuevo. Desde los años ochenta ya había desaparecido la vieja asignatura sobre literatura universal, sólo permanecieron literatura española y, en su caso, de la comunidad autónoma con lengua distinta al castellano. En definitiva, la literatura considerada como simple lenguaje, no como hecho cultural substantivo del que el lenguaje es mero trasmisor. Goethe, Voltaire, Dostoyevsky, Tolstoi, Stendhal, Baudelaire, Mann, Kafka, Proust, Faulkner, Camus y tantos otros, son por lo visto prescindibles. Hoy los menores de cincuenta años no saben ni siquiera en qué época situarlos.

Los debates televisivos se parecen más a un match de boxeo que a una argumentada deliberación

Esto sucederá ahora con la filosofía, el núcleo del pensamiento, al pasar a optativa la asignatura sobre su historia. ¿Se puede comprender lo que hoy nos pasa sin estudiar a aquellos que reflexionaron sobre lo que pasaba en su tiempo? ¿Pueden entenderse cabalmente las cuestiones de método en cualquier ciencia, es más, pueden entenderse los fundamentos de la cultura occidental, sin estudiar el decisivo paso que dieron los filósofos presocráticos?

El formidable éxito de la excelente colección de libros sobre los grandes filósofos, dirigida por el profesor Manuel Cruz, que se reparte semanalmente con El País, es reconfortante e indica la sed de conocimiento de unos ciudadanos que, además de ser competentes en su trabajo, quieren saber más, están preocupados por las eternas cuestiones que el hombre se ha ido planteando a lo largo de la historia. ¿Podrán unos estudiantes que no tienen ni idea de estos hitos del pensamiento recurrir a ellos si no sabrán ni siquiera en qué siglo han vivido?

Están bien la informática, el inglés y otras asignaturas instrumentales, pero no dejemos de lado el estudio de aquello que quizás no sirve como medio para ganarse la vida pero que es substancial para vivirla de manera decente, incluso para no aburrirse y ser feliz. Quizás el mercado soluciona mejor que nadie la producción de bienes pero, como dijo Octavio Paz, “no es una respuesta a las necesidades más profundas del hombre. En nuestros espíritus y en nuestros corazones hay un hueco, una sed que no pueden satisfacer las democracias capitalistas ni la técnica”.

Francesc de Carreras es profesor de Derecho Constitucional.

domingo, 25 de octubre de 2015

Finlandia enseñará sin materias

Expertos plantean cómo enseñar sin materias



Líder en educación, Finlandia pondrá en práctica un aprendizaje dividido en tópicos que incluyen varias asignaturas. ¿Podría aplicarse en Argentina? Polémica por la cursiva.


Por Josefina Hagelstrom - Perfil

A partir del año que viene, los alumnos de las escuelas de Finlandia dirán adiós a las materias tal como las conocemos. La iniciativa busca que el aprendizaje ya no se concentre en contenidos específicos, sino que vaya hacia “tópicos” o “fenómenos”. Así, en vez de estudiar por separado Lengua, Matemática o Historia, trabajarán con temas como el cambio climático o la Unión Europea, mediante los cuales estudiarán en conjunto varias asignaturas. Y en vez de tener evaluaciones tal como las conocemos, podrían tener que crear una página de Facebook de divulgación científica, por ejemplo.

En diálogo con PERFIL, Pasi Silander, administrador de Desarrollo de la Educación Digital de Helsinki, y uno de sus impulsores, explica que estos cambios buscan poner la atención sobre temas “más reales”, que les permitan aprender habilidades que les sirvan en su vida laboral. “Con la digitalización de las industrias, las habilidades que se necesitan ahora y en el futuro difieren de las que necesitábamos antes”, agrega.

En ese contexto, la pregunta es si este tipo de experiencia sería aplicable en el país. Consultados por PERFIL, especialistas en educación analizan el tema. Para Gustavo Iaies, director del Centro de Estudios de Políticas Públicas (CEPP), “como idea es interesante: menos materias, más profundas; es un camino a recorrer, pero primero hay que hacer un trabajo de redistribución entre los contenidos básicos y los temas de profundización”, dice. Y agrega que “eso aquí tiene un problema primario, porque hay que transmitir conocimientos ordenados antes, y nosotros no llegamos a eso”.

Para Axel Rivas, investigador de Cippec, si bien el cambio hacia los “fenómenos” es aplicable, “requiere mucha capacidad de articulación entre los temas, capacitación docente y trabajo con las escuelas”. Sin embargo, advierte que debería ser “un camino intermedio, donde las escuelas tengan grandes temas por mes que unifiquen parte del trabajo de varias o todas las materias”.

Por su parte, Irene Kit, de Asociación Civil Educación para Todos y Fundación DAR, opina que la iniciativa responde a que “cambió el acceso al conocimiento en general”, por lo que sería recomendable “modificar el enfoque: ir de las condiciones a los resultados”. Y agrega que “en el mundo son cada vez más los países que abandonan una didáctica centrada en el orden de los contenidos atomizados, en memorizar, para poner énfasis en desarrollar el aprender haciendo”.

Para Kit, “tenemos que plantearnos cómo enriquecemos un enfoque contenidista, para que en la escuela se instalen prácticas concretas orientadas a un enfoque de desarrollo de capacidades, habilidades, que cubran todo lo intelectual, emocional y social”. Y ejemplifica con el caso de Formosa, donde trabajaron tres años con un modelo educativo más ligado al desarrollo, que apuntó a fomentar la comprensión de lectura, el pensamiento crítico y la resolución de problemas, aunque sin cambiar las asignaturas

Cursiva: ¿sí o no?

Finlandia también eliminará la enseñanza de la cursiva. Para Sara Melgar, especialista en Didáctica de la Lengua, el tema es polémico, ya que aprender a escribir tanto en imprenta como en cursiva aporta al desarrollo cognitivo de los alumnos.

Respecto de los valores de la cursiva, sostiene que “la letra manuscrita establece un circuito que fija los contenidos”. Es decir que, cuando escribimos en cursiva, estamos fijando el concepto de “palabra”. “Cuando se aprende a escribir, se aprende a separar las palabras; la cursiva, en las sociedades que la tienen, tiene esa ventaja”, agrega.

En tanto, la imprenta “permite a los chicos descubrir que las palabras están compuestas por letras, y que éstas constituyen las palabras, que pueden intercambiarlas y generar todas las palabras que se les ocurran”

sábado, 24 de octubre de 2015

Huyendo de la inestabilidad telúrica de su tierra, a los argentinos les va bien en USA

Argentinos en EE.UU.: Ganan bien, tienen muy buena educación y son el doble que en los ’90
El “sueño americano” de miles de familias.La comunidad argentina en ese país está formada por 243.000 personas, según datos de un censo local. El 58% tiene casa propia y la mayoría vive en La Florida. Valoran la seguridad y la posibilidad de planear a largo plazo.



En su casa de Long Island. Vanesa Petit, su marido y sus hijos. Ella dice que aún extraña la “calidez humana de los argentinos”.

Paula Lugones - Clarín

Washington. Corresponsal
“Tengo lo mejor de las dos culturas”, dice Vanessa Petit, 42 años, y enseguida pasa a enumerar: dos idiomas, una adolescencia argentina con amigas entrañables, la calidez criolla y la capacidad de adaptación. Pero no duda en sumar las bondades de su otro mundo: orden, seguridad, previsibilidad, la posibilidad de planear a largo plazo.

Vanessa nació en Estados Unidos, hija de padres argentinos, y pasó su adolescencia en Buenos Aires. Ahora reside en Long Island, a menos de una hora de Manhattan, con su marido y dos hijos. Como ella, hay unas 243.000 personas de origen argentino que viven en los Estados Unidos, según un reciente relevamiento del prestigioso Pew Research Center, en base a datos del censo local. Son nacidos en Argentina que vinieron a este país por distintas razones o descendientes que se identifican como de origen argentino. La cifra se duplicó desde 1990. Figuran en el puesto 14 del ranking de hispanos en este país, liderado obviamente por los mexicanos, que son 34 millones.

El 60% de los encuestados nació en la Argentina (el relevamiento incluye también a los “sin papeles”), el 40% lleva aquí más de 20 años y casi la mitad ya obtuvo la ciudadanía estadounidense. La mayoría vive en Florida (concentrados en Miami), luego le sigue en popularidad la soleada California y más lejos el Este, sobre todo en centros urbanos de New Jersey y Nueva York.

Mark López, director de investigaciones hispanas del organismo que hizo el relevamiento, señaló a Clarín una de las particularidades de este grupo: “La comunidad argentina en Estados Unidos tiene mucha educación, incluso más que el promedio estadounidense, y una edad media más alta que el resto de los hispanos”. Un 40% de los argentinos mayores de 25 que vive aquí tiene un título universitario (comparado con el 14% del resto de los hispanos y el 30% de estadounidenses).

Según López, “los argentinos aquí en general tienen éxito con sus ingresos y sus compañías” y explicó que “esto es un reflejo del nivel de educación que tiene su país, pero también de que las oportunidades son mejores en los Estados Unidos que en la Argentina para quien tiene un título universitario”.

La encuesta reveló que el promedio anual de ingreso de los argentinos en Estados Unidos de más de 16 años es parecido a la media de los estadounidenses (31.000 dólares) y bastante más que el resto de los hispanos (21.000). Pero el promedio de ingreso por hogar de los argentinos es de 63.000 dólares por año, mucho más que los 52.000 de promedio de ingreso de los hogares estadounidenses. La mayoría (58%) tiene casa propia.

Los padres de Vanessa se radicaron en Estados Unidos en la década del 60 y tuvieron dos hijos. La empresa de logística en la que el papá trabajaba le ofreció en 1986 trasladarse a Buenos Aires y la familia volvió. Vanessa estudió Ciencias Política y se divertía en Buenos Aires, donde quedaron sus mejores amigas, pero volvía cada tanto a Nueva York, donde también cursó Periodismo. “Siempre estuve entre me quedo o me voy”, cuenta. Pero la decisión definitiva la tomó durante la crisis del 2001, cuando el país estaba en llamas y Vanessa trabajaba con el corresponsal de Los Angeles Times en Buenos Aires. Se radicó en Miami y luego en Nueva York, donde fue editora de una revista.

Junto con su marido también argentino, Fernando Ucciferri, que trabaja en cartelería, se compraron hace unos meses una casa de 400.000 dólares en Long Island, que pagan en cuotas a 30 años, y que disfrutan con Isabella (8) y Santiago (4). A pesar de que sus hijos aún no conocen el país de sus ancestros, la sangre de Vanessa, como la de miles de argentinos aquí, circula entre dos mundos: “Amo a la Argentina, extraño la forma de vida, hay una calidez humana que no se encuentra acá. Pero el hecho de vivir en un mundo previsible, con seguridad física y económica, y poder planificar cosas a futuro es algo fundamental. Si esto se pudiera replicar en la Argentina yo sería feliz”.

viernes, 23 de octubre de 2015

El precio de estar soltero

EL PRECIO DE SER SOLTERO
Jessica Gross - TED Talk

Una búsqueda de los investigadores para poner fin a la discriminación contra las personas solteras.

Bella DePaulo, ahora de unos sesenta años, siempre ha sido soltera. Desde hace algún tiempo, pensó el bichito del matrimonio le picaría, hasta que ella se dio cuenta de que eso no pasaría y que no quería que lo hiciera. DePaulo, quien se describe como "soltera en el corazón," disfruta el estilo de vida. Lo que ella no ama es el prejuicio de que los solteros se enfrentan, desde estigma cultural a la discriminación en el trabajo, en los medios y en otros lugares. Es por eso que el científico social formado en Harvard (ahora un científico del proyecto en la UCSB) ha pasado casi dos décadas investigando la vida solo en Estados Unidos, publicando sus resultados en revistas científicas, en los libros incluyendo, Singled Out, y en blogs. Ella explica por qué los estereotipos negativos generalizados sobre las personas solteras son en gran parte sin fundamento, mientras que el perjuicio anecdótica es real - y tan arraigado que a menudo apenas vemos.

En primer lugar, vamos a definir nuestros términos: ". Matrimania" "solterismo" y DePaulo ha acuñado dos palabras que son esenciales para esta discusión. "El solterismo es la creación de estereotipos, la estigmatización y la discriminación de las personas que no están casadas," dice ella. "La otra cara de esto es matrimania: el celebración exagerada y hyping del matrimonio y del concubinato y las bodas. Así que si usted es soltero, usted lo consigue ir y venir ".

Los hombres casados ​​ganan alrededor de 26 por ciento más que los hombres solteros a niveles equivalentes.
Los solteros se enfrentan a la discriminación en el lugar de trabajo ... DePaulo postula que la vida no laboral de las personas individuales a menudo son arrojados como menos válido y valioso que casadas de las personas. Como resultado, a menudo se espera para cubrir mientras que aquellos con cónyuges o familias abandonan la oficina temprano, tome las ranuras vacaciones sobrantes o viajar más en el supuesto de que no tienen necesidad de estar en casa. Para los solteros de Estados Unidos, también hay efectos más concretos, como el seguro o los beneficios del Seguro Social y de pago: Los hombres casados ​​ganan alrededor de un 26 por ciento más que los hombres solteros a niveles equivalentes.

... Y se llevan a cabo generalmente en la autoestima más baja que las contrapartes casadas. DePaulo y sus colegas crearon bocetos biográficos de personas que eran idénticos - a excepción de que la mitad eran solteros, mientras que la mitad estaban casados. Los participantes juzgaron los singles hipotéticas a ser menos socialmente madura, menos bien ajustado, y más auto-centrados que sus contrapartes casadas por lo demás idénticas. El efecto fue más marcado para los hipotéticos 40 años de edad - que, por las normas culturales, se encuentran en una edad de casarse, debe - pero persistió durante hipotéticos 25 años de edad, también.

Sin embargo, hay 107 millones de personas solteras mayores de 18 en los Estados Unidos. "Los solteros están cerca de la mitad de la población y - uno de mis estadísticas favoritos - Los estadounidenses gastan más años de su adulto no vive casado que casada," DePaulo dice . Eso significa que la moralización del matrimonio como institución, y la degradación de acompañamiento de la vida individual, no sólo afecta a una gran proporción de la población estadounidense, pero está fuera de contacto con la realidad cultural del país.

A menudo no reconocemos solterismo como perjuicio. Como parte de una serie de estudios de vivienda, DePaulo y sus colegas describen a los participantes un propietario con dos personas interesadas en la propiedad disponible. En cada ejemplo, una persona de un discriminados grupo se ofreció a pagar más de una persona de una mayoría reconocido, pero el propietario optó por este último: un hombre por una mujer que se ofreció a pagar más; una persona blanca sobre un negro; una sola persona mayor de una pareja casada. En cada caso, los participantes explicaron la elección del arrendador como la discriminación, excepto en el último caso. Entonces, "dijeron, 'porque la pareja se casó," como que en sí mismo es una explicación ", dice DePaulo. "Ellos no llegaron a lo que fue evidente en todos los demás casos: que es la discriminación."

"Si los beneficios del matrimonio fueran perfectamente obvios a la gente, no necesitaríamos TODO ESTE HYPE a su alrededor."
El solterismo y matrimania son el resultado de las inseguridades culturales. Quizás counterintuitively, DePaulo piensa que el prejuicio contra las personas solteras y de la histeria sobre el matrimonio son una consecuencia de nuestras inseguridades. "Si los beneficios del matrimonio eran perfectamente obvio para la gente, no necesitaríamos todo este bombo alrededor de ella", dice ella. El matrimonio beneficios utilizado para conferir ahora puede ser alcanzado por otros medios: mujeres pueden tener hijos, dormir con los socios sin que nadie siquiera pestañear, y mantenerse a sí mismos. Decir el matrimonio es una buena opción para aquellos que realmente quieren es una cosa, pero para creer que las personas casadas son unilateralmente en mejores condiciones que las personas solteras es, DePaulo sugiere, a traicionar una ambivalencia profunda sobre lo que hace del matrimonio una decisión de mérito.

El meme que las personas casadas son más felices y más saludables que las personas solteras es infundado. DePaulo excavado en la investigación supuestamente demostrando los beneficios de casarse y encontró fallas experimentales sustanciales en todos los ámbitos. (A menudo, estos estudios ya sea excluido divorciada personas total o les agrupa con las personas solteras, ocultando así el hecho de que se habían casado - y no le había gustado Otro problema:. A diferencia de los estudios de drogas, un estudio de matrimonio nunca puede realmente aislar esa variable;. no se puede asignar al azar a la gente a casarse o no) La investigación menos problemática, en la estimación de DePaulo, que sigue la misma gente en el largo plazo, se ha encontrado que en la época de sus bodas, las personas muestran una breve aumento de la felicidad, y luego ir de vuelta a donde estaban cuando eran solteros. (Si se divorcian después, ni siquiera mostrar este breve efecto de luna de miel.) El estigma contra las familias monoparentales está desacreditado fácilmente, también: ¿cuál es realmente malo para los niños es no tener un padre soltero, pero "los conflictos, la acritud o frío, negligente ambientes ".

La conclusión es que no hay mejor o peor - y no hay acceso directo a la felicidad. Los que son más felices siguen sus deseos, si eso significa casarse o permanecer soltero. Para DePaulo, como para muchos otros, permaneciendo sola apenas se siente bien. "Si me casé, yo no ser más feliz y más saludable!", Dice. "Me encanta vivir sola - a excepción de toda la solterismo y matrimania."

lunes, 19 de octubre de 2015

La hecatombe económica bolivariana

Venezuela: el bolívar no atrae ni a los ladrones
La descomunal brecha entre el dólar oficial y el paralelo provoca situaciones absurdas


Los clientes esperan hasta tres horas para entrar en el supermercado.

CARACAS.- Es una pena para el bolívar, la moneda venezolana, nombrada así en honor al héroe de la independencia nacional: ni los ladrones la quieren.

Cuando fue interceptado por ladrones que se subieron a su auto, hace unos meses, el ingeniero Pedro Venero esperaba que lo llevaran al cajero automático para vaciar su abultada cuenta en bolívares, algo a lo que los venezolanos están acostumbrados desde hace años. Pero los ladrones, armados con rifles y granadas, estaban seguros de que Venero tenía una reserva de dólares en su casa, y no quisieron saber nada con llevarse los bolívares de su cuenta bancaria.

"De entrada nomás me dijeron que me olvidara de eso, que no les importaba", cuenta Venero.

La desesperación por desprenderse de los bolívares o directamente no aceptarlos muestra claramente hasta qué punto los venezolanos han perdido la confianza en su economía y en la capacidad de su gobierno para encontrar una salida de la crisis.

Hace un año, un dólar valía alrededor de 100 bolívares en el mercado negro. En la actualidad, se pueden conseguir hasta 700 bolívares por dólar. El FMI pronostica que la inflación venezolana alcanzará este año el 159% (aunque el presidente Nicolás Maduro afirma que será la mitad de esa cifra) y que la economía se contraerá un 10%, la peor proyección para cualquier país del mundo (aunque no hay estimaciones para Siria).


De confirmarse, sería un desastroso derrape para una nación sentada sobre las mayores reservas de petróleo del mundo, y que desde hace tiempo se considera más rica que muchos de sus vecinos.

Pero la historia real va mucho más allá de los números y revela los aspectos absurdos de la vida en un país donde el gobierno se niega desde hace meses a revelar ciertos datos básicos sobre la economía, como el índice de inflación o el PBI.

Y aunque los ingresos internacionales del país se han contraído por el derrumbe del precio del petróleo, única exportación significativa de Venezuela, y el mercado negro del dólar se ha disparado, el gobierno insiste en mantener congelada la cotización en 6,3 bolívares por dólar.

Una entrada de cine cuesta unos 380 bolívares, o sea unos 60 dólares a valores del cambio oficial, pero sólo cuesta 0,54 dólares según la cotización en el mercado negro. El salario mínimo es de 7421 bolívares, o sea unos dignos 1178 dólares mensuales, o unos miserables 10,60 dólares.

Se calcule como se calcule, ese salario no alcanza para nada. Según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación de Maestros de Venezuela, la canasta básica de alimentos asciende a 50.625 bolívares en agosto de este año, más de seis veces que el salario mínimo actual y más de tres veces lo que costaba exactamente un año antes.

Una cena para dos en uno de los mejores restaurantes puede costar 30.000 bolívares, o sea unos 42,85 dólares a valores del mercado negro, o 4762 dólares a precio oficial.

La inflación es tan alta que las aseguradoras de autos han amenazado con emitir pólizas con vencimiento a seis meses, para minimizar los riesgos del imparable precio de las autopartes.

Las cruciales elecciones legislativas están previstas para diciembre, y el gobierno ha comenzado a poner a disposición de empleados públicos y seguidores suyos heladeras, aparatos de aire acondicionado y electrodomésticos a precios irrisorios. Un empleado público dijo haber comprado un LED de 48 pulgadas de fabricación china por 11.000 bolívares, apenas 15,71 dólares a precios del mercado negro.

Maduro culpa de los problemas del país a la "guerra económica" impulsada por sus enemigos internos y externos, pero la mayoría de los economistas dicen que son consecuencia de la caída del precio del petróleo y de las políticas del gobierno.

Quien necesite una batería para su auto mejor que traiga su almohada, porque tendrá que dormir frente a la puerta del autopartista: hace un par de noches, podía verse en el lugar una hilera de más de 80 vehículos.

¿Y si quiero cambiar de carrera? Bueno, ya son muchos los venezolanos que han renunciado a su trabajo para dedicarse a vender productos básicos en el mercado negro, como pañales descartables o harina, triplicando o cuadruplicando de ese modo el salario que percibían.

¿Necesitás efectivo? Está bien, pero que no sea mucho. Algunos cajeros limitan las extracciones al equivalente a 50 centavos de dólar a precios del mercado negro.

Debido a la escasez crónica de productos de primera necesidad, los supermercados y las farmacias completan sus estantes con largas filas de un mismo producto, y no es raro encontrarse con ambos lados de una góndola ocupados por paquetes de sal, de vinagre o de hisopos de algodón.

Pero de todas las cosas que faltan la más notoria es la falta de papel moneda, especialmente del billete marrón de 100 bolívares, el de mayor denominación de todo el circulante, que lleva el rostro de Simón Bolívar y que en el mercado negro vale alrededor de 0,14 dólares.

"¿Cómo entender por qué hay tanto dinero y al mismo tiempo falta dinero?", dice con una sonrisa triste la ex presidenta del Banco Central Ruth de Krivoy, y agrega que el principal problema es que el gobierno no ha logrado responder rápidamente al auge de precios emitiendo billetes de mayor denominación, como ser de 1000 o de 10.000 bolívares. Así que la gente necesita cada vez más billetes para comprar los mismos productos que hace un año.

A eso se suma que la gente debe recurrir al mercado negro para comprar los productos que antes encontraba en los negocios y, por lo tanto, las transacciones que se realizaban con tarjeta de débito o de crédito ahora se hacen en efectivo. Esa situación genera problemas de logística, ya que los bancos deben trasladar ingentes sumas de papel moneda y los cajeros automáticos se vacían a toda velocidad.

Hace unos días, el mecánico de aviones Jaime Bello fue a su banco, el estatal Banco del Tesoro, y se encontró con los tres cajeros automáticos sin dinero. Recordó una ocasión previa en la que fue a retirar 2000 bolívares y se quedó mirando cómo la máquina escupía una enorme pila de billetes de 5 bolívares, cada uno de los cuales vale menos de un centavo de dólar. Tuvo que esperar un buen rato más mientras la máquina contaba los 200 billetes restantes para completar los 2000 bolívares.

"Es una locura -dice Bello-. Vivimos una pesadilla. No hay nada que comprar y el dinero no vale nada."

La crisis también representa una oportunidad para quienes están dispuestos a hacer fila durante horas para comprar productos a precio reducido por el gobierno y luego venderlos para sacar ganancia.

"Entendí que de ese modo podía ganar más que en mi trabajo en la peluquería y renuncié", dice Geraldine Cassiani, que en febrero pasado abandonó su puesto de manicurista para hacer carrera en el mercado negro. En una reciente visita al supermercado, Cassiani compró cuatro paquetes de pañales descartables, aunque supuestamente los comerciantes no pueden vender más de dos por persona. Cassiani ya tenía un cliente "en lista de espera", dispuesto a pagar tres veces lo que ella pagó.

Maduro aparece regularmente en televisión para denunciar el mercado negro y culparlo de la escasez y de los altos precios.

"Yo sé que en parte lo que estoy haciendo está mal", dice Cassiani. Madre soltera, Cassiani argumenta que tiene que mantener a su hijo. "La necesidad tiene cara de hereje", señaló.

Traducción de Jaime Arrambide

La Nación

lunes, 12 de octubre de 2015

Los deprimidos puertos bolivarianos

Por qué hay tanta desolación en los puertos de Venezuela
Daniel Pardo
BBC Mundo, Caracas (@pardodaniel)



El puerto de la Guaira. Foto tomada el viernes 10 de julio a las 10 de la mañana.

Como quien analiza en una tienda si una prenda le queda bien, los funcionarios toman unas camisetas que llegaron del exterior en un contenedor al Puerto de la Guaira, a 30 kilómetros de Caracas, en el centro de la costa de Venezuela.
Ventea el aire fresco del mar Caribe. Se siente una calma quizá amarga para el segundo puerto de carga más grande del país.
Vestidos de rojo, son una decena de trabajadores del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria de Venezuela (Seniat), que junto a la Guardia Nacional Bolivariana inspeccionan todos los contenedores que entran al país.
Los funcionarios comentan las camisetas, palpan su material, se reparten unas cuantas, las guardan en sus mochilas, cierran el contenedor, firman unos papeles y aprueban su salida del puerto; todo mientras una visita informal de este corresponsal.
Los puertos de Venezuela, por donde pasa la mayoría de los bienes que consumen los venezolanos, han sido sindicados durante años como uno de los focos de corrupción más grandes del país.
Y en el último año los puertos también se han vuelto una especie de metáfora de la crisis económica que vive este país petrolero: la desolación de sus muelles contrasta con las filas de buques que años atrás esperaban para descargar.

Actividad portuaria en Venezuela
-34.5%
de 2013 a 2014
Tráfico de contenedores
1.441.673 en 2013
943.440 en 2014
Bolipuertos, CEPAL
BBC Mundo

La crisis en cifras

Entre 2013 y 2014 el tráfico de contenedores total en los cinco puertos principales de Venezuela cayó en un 34%, según cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que hace un índice anual.
De 2015 no se tienen cifras, pero, según la Cámara de Comercio de la ciudad de Puerto Cabello, por ejemplo, donde está el puerto más grande, en el primer trimestre del año hubo una caída de la actividad portuaria del 50% respecto a 2014.
Y, según la Cámara de Comercio del Estado Vargas, donde está La Guaira, el puerto está inactivo en un 90%.
La economía venezolana ha visto cómo sus reservas e ingresos han caído por la crisis económica general que vive el país hace dos años y por el bajón en el último año del 60% del precio del petróleo, que es la fuente de 95% de los ingresos del país.
Venezuela importa más de la mitad de lo que consume, así que la falta de divisas ha significado un aumento importante de la escasez de bienes y, por consiguiente, un golpe a la antes pujante actividad portuaria.


Puerto Cabello en 2012, según imagen satelital de Statfor.

Puerto Cabello en 2015

La centro de estudios financieros Stratfor, con base en Texas, EE.UU., publicó recientemente imágenes satelitales de Puerto Cabello, donde se ve una diferencia en actividad entre 2012 y 2015.
La soledad del puerto
Los patios de contenedores vacíos, las grúas apagadas, el escaso tránsito dentro del complejo: el ambiente, a pesar de la magnitud de las instalaciones, es desolador en el Puerto de La Guaira.
"Acá hace rato que no está pasando nada", dice entre risas un vigilante que con pereza se levanta de su silla a alzar la barrera para dar entrada a uno de los patios.

José Manuel Rodríguez, dueño de una empresa de remolcadores
en Puerto Cabello, dice que han reducido sus operaciones a
menos de la mitad.

Mientras tanto en Puerto Cabello apenas un tercio de los puestos de atraque están descargando, en su mayoría granos, carne, pollo y leche: los bienes prioritarios por los que los venezolanos hacen horas de fila.
Lea también: Las empresas de Brasil que redoblan su apuesta de negocios en Venezuela
La terminal turística está en ruinas, pese a varios intentos del gobierno de remodelarla.
"Nuestras operaciones han decrecido en el mismo número porcentual del puerto", le dice a BBC Mundo José Manuel Rodríguez, de Venecia Ship Service, una empresa de remolcadores en Puerto Cabello.
"Pasamos de tener 350 a 150 empleados y de 24 a 8 remolcadores", señala.


Los ojos de Chávez sobre Puerto Cabello.

Centralización y escándalos

Como parte de un proceso de nacionalizaciones en 2009, el entonces presidente Hugo Chávez ordenó la centralización de los puertos venezolanos bajo la figura de Bolivariana de Puertos, mejor conocida como Bolipuertos.
"Vamos a crear una corporación de puertos nacionales y una corporación de aeropuertos nacionales e internacionales, bajo control, como siempre ha debido ser, del Estado", dijo Chávez en marzo de 2009.
Para este reportaje BBC Mundo solicitó en varias ocasiones entrevistas con los ministros de Transporte, Giuseppe Yoffreda, y de Comercio, Isabel Delgado, pero no obtuvo respuesta en los tres meses transcurridos desde la primera comunicación hasta la publicación de esta nota.
Quizá ninguna otra dependencia del gobierno venezolano en los últimos años ha sido objeto de tantos escándalos de corrupción como Bolipuertos.
En Puerto Cabello, por ejemplo, el empresario Walid Makled montó una compleja operación de tráfico de drogas con la supuesta colaboración de altos funcionarios del gobierno, según les dijo a las autoridades de Colombia, donde lo arrestaron y extraditaron, en 2011, a Venezuela.
En febrero de 2015, Makled fue condenado por un tribunal de Caracas a 14 años de cárcel por delitos de narcotráfico y blanqueo de capitales.


Según la Cámara de Comercio de Vargas, el Puerto de la Guaira está en un 90% de inactividad.

Otro episodio, en 2010, que muchos venezolanos recuerdan con facilidad es el escándalo de "Pudreval", cuando al menos 130.000 toneladas de alimentos podridos fueron encontradas en Puerto Cabello después de que habían sido importadas por Pdval, una empresa de supermercados de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).

Los alimentos, en su mayoría carne, habían sido abandonados por sus responsables, que al día de hoy no están plenamente identificados, pese al breve arresto de tres directivos de Pdval en ese momento.
La comisión de la Asamblea Nacional que esperaba investigar el caso fue disuelta en 2011 y hoy no se sabe cuánto dinero se perdió en las importaciones o los alquileres del escándalo.
Y también está el más reciente caso de los ferrys: en marzo, el exministro de Transporte, el mayor general Hebert García Plaza, y el exvicepresidente de Bolipuertos, Antonio González, fueron imputados por la Fiscalía por peculado doloso y concierto con contratista en un caso que investiga la millonaria adquisición de tres buques que supuestamente fueron comprados con 12 años de uso pero declarados como nuevos.
García Plaza negó la acusación y dijo –desde el exterior– que lo pretendían usar como chivo expiatorio de la lucha contra la corrupción.
Lea también: La crisis de una de las principales empresas nacionalizadas por Chávez


La terminal turística de Puerto Cabello, abandonada.

"Trabas burocráticas"

"Los puertos siempre han sido focos de corrupción, solo que antes lo hacían los empresarios privados bajo la vanagloria de las gobernaciones de cada Estado, y ahora es con gobierno central directamente y a mayor escala", le dijo a BBC Mundo un alto exfuncionario de Bolipuertos que pidió no revelar su nombre.
Expertos del sector y agentes aduaneros consultados por BBC Mundo coinciden en que la corrupción en los puertos tiene, sobre todo, dos facetas, que han sido detalladas por investigaciones periodísticas en diversos medios venezolanos.
Una, señalan, es el fraude cambiario realizado por las llamadas "empresas fantasma", que consiste en usar las divisas baratas que el gobierno tiene destinadas para bienes prioritarios, e importar productos caducados o contendedores vacíos.
Luego cambian las divisas en el mercado negro a una tasa mucho más alta que la preferencial (y oficial) y obtienen una ganancia millonaria.
En una carta abierta de marzo del año pasado, el exministro de Planeación y asesor de Chávez Jorge Giordani certificó esas versiones, según las cuales a través del control de cambio se robaron US$20.000 millones.


El Puerto de la Guaira, como cualquier otra empresa del gobierno venezolano, está llena de murales de Chávez.

Por otro lado, los expertos se refieren a las también conocidas "trabas burocráticas", que han sido criticadas una y otra vez por organizaciones como Consecomercio, la principal asociación de comerciantes, que las han descrito como un incentivo de "corrupción y la escasez".
Los agentes aduaneros consultados por BBC Mundo explican que esos trámites retrasan la salida de las mercancías del puerto y, eventualmente, llevan a algunas empresas a sobornar a funcionarios para agilizar los despachos.
La semana pasada el exvicepresidente e influyente dirigente chavista José Vicente Rangel denunció que 7.000 toneladas de leche y 1 millón de toneladas de trigo, aceite y soya estaban retenidas en puertos y no han sido desembarcados debido a "múltiples problemas y trabas burocráticas".
Un sonriente empleado de una empresa privada en Puerto Cabello al que muchos de los funcionarios conocen y saludan, dice "haberlo visto todo" en términos de corrupción.
De repente, mientras damos un recorrido por el puerto, vemos a unos funcionarios tomándose fotos en un contenedor y dice, indiferente: "Ahí están tramando algo".
"Yo llevo 35 años trabajando acá, y casos de corrupción que no salieron a la luz pública hay suficientes para hacer un museo".


El Puerto de la Guaira fue modernizado en 2014 con seis grúas STS tipo pórtico, que en este momento están parcialmente inactivas.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Amor y crédito, dos a quererse

Un predictor potencial de una relación duradera es algo que nunca preguntarías en una primera cita

Libby Kane - Business Insider



Según el psicólogo Arthur Aron, la calidad de las relaciones de una persona es el mayor predictor de la felicidad humana.

Tal vez esa es una de las razones por las que los investigadores dedican tanta energía para la localización de los factores que pueden indicar la alegría y la longevidad, como lo mucho que reír juntos, a la cantidad de sexo que tienen todo el mes, a la forma en que se sienten alrededor de la otra.

Aquí hay otro factor potencial de agregar a la lista: las puntuaciones de crédito.

No realmente. Un documento de trabajo de la Junta de la Reserva Federal, que en un principio nos encontramos a través del Washington Post, encuentra un vínculo entre tener un alto puntaje de crédito y la probabilidad de tanto entrar en una relación comprometida, y alojarse en uno.

Además, se sugiere una correlación positiva entre las parejas que entran en una relación con las puntuaciones de crédito similares y parejas que mantienen esa relación para el largo plazo.

"En términos generales, nuestros resultados apuntan a un papel cuantitativamente grande y significativa para las puntuaciones de crédito en la formación y disolución de las relaciones comprometidas," los investigadores de escritura Jane Dokko, Geng Li, y Jessica Hayes, que utilizaron un algoritmo para analizar 15 años de la pena de datos de crédito de 12 millones de estadounidenses seleccionados al azar.

A partir de su artículo, "Credit Scores and Committed Relationships"
Tres conjuntos de resultados empíricos apoyan esta conclusión: En primer lugar, las puntuaciones de crédito se correlacionan positivamente con la probabilidad de formar una relación de compromiso y su posterior estabilidad.
En segundo lugar, los socios ordenar positivamente en las relaciones cometidos a lo largo de la dimensión de la puntuación de crédito, incluso después de controlar por otras similitudes entre los socios.
En tercer lugar, existe una correlación positiva pesar de ello, dentro de desacoplar las diferencias en las puntuaciones de crédito son evidentes en el inicio de las relaciones.

En el siguiente cuadro del trabajo, los investigadores muestran que las probabilidades de que una persona que forma una relación en los próximos año aumenta junto con la puntuación de crédito. En pocas palabras, los datos analizados encuentra personas con calificaciones de crédito más altas (puntuaciones por encima de 800 se han omitido en esta tabla) tienen mayores probabilidades de iniciar una relación en el próximo año.


Dokko, Jane, Geng Li, y Jessica Hayes (2015). "Puntuaciones de crédito y las relaciones comprometidas," Finanzas y Economía Discusión Serie 2015-081. Washington: Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal, http://dx.doi.org/10.17016/FEDS.2015.081

Otro gráfico muestra las probabilidades de que las parejas que hacen formar relaciones de separación en los primeros seis años de su relación. Un puntaje de crédito más alto está asociado con un riesgo menor que una pareja se separa.


Dokko, Jane, Geng Li, y Jessica Hayes (2015). "Puntuaciones de crédito y las relaciones comprometidas," Finanzas y Economía Discusión Serie 2015-081. Washington: Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal, http://dx.doi.org/10.17016/FEDS.2015.081.

Los investigadores también encuentran que las calificaciones de crédito de las parejas tienden a converger en los últimos años - que tiene sentido, si se considera que un hogar probablemente comienza a utilizar las cuentas conjuntas y tarjetas de crédito, y tiene la misma responsabilidad para préstamos mayores.

"La calidad de partido inicial en las puntuaciones de crédito es altamente predictivo de separaciones posteriores aún controlando por otros factores, como el uso de las parejas del crédito y la aparición de dificultades financieras", escriben.

Traducción: Las parejas que acuden a una relación con muy diferentes puntuaciones de crédito pueden ser más propensos a separarse.

Además, los investigadores también establecer un paralelismo entre altas puntuaciones de crédito y confianza, escribiendo que "nos encontramos con que las medidas basadas en encuestas de confianza también se asocian con los resultados de relación, lo que implica que las diferencias en las puntuaciones de crédito también pueden reflejar falta de coincidencia en la honradez de parejas. "

Las puntuaciones de crédito - una representación de su historial de crédito a través de un número de tres dígitos entre 301 y 850 - han sido utilizados como un indicador de confianza de los prestamistas, que utilizan el número como una manera de ayudar a predecir cómo va a tratar a su línea de crédito basado en su historial financiero. Cuanto mayor sea el número, más probable prestamistas son para confiar en ti con un préstamo importante, como una hipoteca.

Si bien nadie con cualquier contacto que espera compartir su puntuación con una primera cita, o anuncie en su perfil de citas en línea, usted puede conseguir el tuyo gratis, tantas veces como desee, desde las tres agencias de crédito que los emiten desde sitios como Credit.com, CreditKarma y CreditSesame.

La puntuación gratis Puede que no sea exactamente lo que un prestamista ve cuando se tire de él, pero debe ser lo suficientemente cerca para saber si usted está en una posición fuerte para solicitar préstamos en el futuro.

O para medir la compatibilidad con su cita.

martes, 6 de octubre de 2015

Japón insta a cerrar sus departamentos de "ciencias blandas"

Universidades japonesas están cerrando sus departamentos de Ciencias Sociales y Humanidades 
¿Qué tan valioso es ese grado en la literatura?



Salón de Actos vacío. (Daniel Mirer / Daniel Mirer / Corbis)


Por Erin Blakemore - The Smithsonian

La mayoría de las instituciones de educación superior ofrecen una amplia gama de temas, desde la ingeniería y la ciencia a la literatura, la historia y la sociología han sido durante mucho tiempo una espina dorsal. Pero, como informa Alex Dean para The Guardian, que está cambiando en Japón como más de 50 universidades reducen o eliminan sus departamentos de Humanidades y de Ciencias Sociales en su totalidad.

El cambio se produce después de Hakuban Shimomura, ministro de Educación de Japón, instó a las universidades e institutos de educación superior nacionales "a tomar medidas activas para abolir [departamentos de ciencias sociales y humanidades] o convertirlos a servir en áreas que satisfagan mejor las necesidades de la sociedad", escribe ICEF monitor .

Es un movimiento que está enviando "escalofríos a académicos" en todo el mundo, dice Dean. La crítica de Shimomura de la educación de humanidades se alinea con las prioridades "utilitaristas" de primer ministro japonés, Shinzo Abe, escribe Nash Jenkins del TIME: En un intento de reconstruir la talla de Japón, Abe ha instado a su gobierno a centrarse en la formación profesional.

Dentro de Japón, el anuncio de que docenas de universidades tienen la intención de dejar atrás las humanidades ha horrorizado algunos académicos - incluso los de las ciencias. "La universidad es tanto una educación y una institución de investigación", escribió el Comité Ejecutivo del Consejo de Ciencias de Japón en un comunicado. "Cualquier devaluación de las [humanidades y las ciencias sociales] en la educación superior podría resultar en la reducción de la oportunidad para que los académicos para ejercer plenamente su experiencia académica. Esto a su vez, desalentar a los que aspiran a ser académicos y por la presente obstaculizar el progreso equilibrado de conocimientos académicos ".

Las "ciencias blandas" y las artes siempre han sido estigmatizados como inútil, frívolo y poco práctico. Pero este punto de vista podría estar cambiando, al menos fuera del gobierno de Japón: La investigación reciente muestra que las grandes artes liberales pueden cerrar gran parte de la brecha salarial con los que se especializan en STEM con el tiempo y humanidades grados ahora están en alta demanda entre los arranques de alto perfil .

domingo, 4 de octubre de 2015

Desastre salarial de la dictadura chavista

Salarios en Venezuela: cómo el régimen chavista empobreció a la población
Un profesor universitario cobra 16 dólares, un maestro 12, un médico no llega a los 10 y un policía araña los 14 (si suma bonos y horas extras)... Advertencia: cuando usted termine de leer esta nota, puede que los valores ya estén desactualizados


 Mural de Hugo Chávez en Venezuela

La brecha cambiaria en Venezuela es tan amplia que dependiendo el sistema que se utilice para cotizar el bolívar, el salario puede parecer un logro o una broma. Es que el régimen chavista ofrece un menú tan insólito como ficticio: cuatro tasas cambiarias.

El dólar oficial, clavado en Bs. 6,30, es la ilusión que el Gobierno utiliza para maquillar sus presupuestos. Sin embargo, nadie accede a esa cotización. Los venezolanos sólo pueden recurrir al tipo de cambio paralelo ("lechuga"), un mercado negro que esta semana trepó a los 822 bolívares por dólar, cifra que supera 129 veces la tasa oficial.

Además, existen otras dos tasas: el dólar Sistema Cambiario Alternativo de Divisas 1, al que sólo acceden empresas y el SICAD 2, que sí permite privados.

En este escenario, la mayoría de los venezolanos tiene que dividir su salario por 822 para saber cuánto gana en dólares.

Con estos datos, se puede empezar a calcular. Por ejemplo, el salario mínimo venezolano alcanzó el 1 de julio los 7.421 bolívares. La cifra es el resultado de la última cuota de aumento -un 10%- del 30% anunciado por Nicolás Maduro el 1 de mayo pasado. Si lo vemos con la lupa del Gobierno (cotización oficial) el salario mínimo de un venezolano sería de 1.178 dólares. Pero un trabajador nunca podrá comprar la divisa a Bs. 6,3, por lo que su ingreso cae automáticamente a 9 dólares.

El baño de realidad se convierte en un tsunami si tenemos en cuenta que los acuerdos paritarios están retrasados, por lo que hay sectores que aún ganan por debajo del mínimo que publicita el gobierno chavista.

Infobae recopiló información sobre los sueldos promedio de los venezolanos según sus ocupaciones: mestros, profesores universitaros, empleados públicos, polícías, militares, arquitectos, médicos e, incluso, diputados.


Tabla de salarios promedio en Venezuela



Profesores universitarios


El 5 de septiembre pasado, la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela aprobó las nuevas tablas salariales para sus trabajadores. Un profesor de tiempo completo cobra Bs.19.000 (USD 3.000 en el mercado oficial, USD 23 en el paralelo). Un docente de medio tiempo, Bs. 13.285 (USD 2.100 en el dólar oficial, USD 16 en el paralelo).

Docentes


Los maestros no ganan mejor. Según confirmó la Federación Venezolana de Maestros, el 23 de septiembre pasado lograron cerrar paritarias por primera vez en 12 años en el municipio de Chacao (área de Caracas y gobernado por el opositor Primero Justicia). Ahora, un maestro Nivel 1 cobra Bs. 10.300 (USD 1.635 a tasa oficial, USD 12,5 a cotización paralela). Un Nivel 6 percibe Bs. 17.831 (USD 2.830 a cotización del Gobierno, USD 21,7 a cambio real).

Petroleros


En el país del petróleo, la Federación Unitaria de Trabajadores del Petróleo, del Gas, Similares y sus derivados de Venezuela (Futpv) viene luchando hace años para dignificar su ingreso. En la actualidad exigen un aumento salarial del 118 por ciento. Hoy, el básico es de Bs. 274 al día, unos Bs. 8.227 por mes (USD 1.305 en el oficial, USD 10 en el paralelo).

Médicos


Además de sufrir la falta de insumos y medicinas, cobran pésimo. En el sistema público de Caracas, por ejemplo, un ganan unos Bs. 8.000 (USD 1.270 en el oficial, USD 9,7 en el paralelo). Pero si se sale de la capital, el salario es aún más bajo. Según el Colegio de Médicos, en el estado de Zulia ganan Bs. 7.421 (USD 1.178 oficiales, USD 9 en el paralelo).

Es que el título universitario no garantiza un mejor pasar. Por ejemplo, los arquitectos ganan en promedio unos Bs. 14.000 (USD 2.222 en el mercado oficial, USD 17 en el paralelo).

Administración pública


Trabajar para la Administración Pública de la República Bolivariana de Venezuela tampoco es una garantía de éxito salarial. Los obreros estatales cobran Bs. 7.421 (USD 1.178 oficiales, USD 9 en el paralelo). Y los funcionarios se dividen en tres grandes categorías con sub salarios: la retribución mínima de un bachiller es como la del obrero; el personal administrativo técnico superior universitario percibe un mínimo de Bs. 8.205 (USD 1.302 en el mercado oficial, casi USD 10 en el paralelo); y el personal administrativo profesional universitario cobra un mínimo de Bs 8.730 (USD 1.385 en la cotización oficial, USD 10,6 en el paralelo). Así, el salario promedio de una secretaria en la administración pública asciende a los Bs. 12.000 (USD 1.900 en el oficial, USD 14,5 en el pararlelo).

Policía


Arriesgar la vida por el Estado venezolano tampoco parece valer la pena. Como en la mayoría de los países de América Latina, ser policía no es negocio. Es cierto que cuentan con bonificaciones –Riesgo (Bs. 742,16), Transporte (Bs. 3.422), Hogar (Bs. 2.200), Antigüedad (Bs.1.335), Hijo (Bs. 240)–, pero aun sumándolas todas, un oficial de la Policía Nacional Bolivariana sólo llega a cobrar Bs. 12.000 mensuales (USD 1.900 en el oficial, USD 14,5 en el pararlelo).

Fuerzas Armadas


La Fuerza Armada Nacional Bolivariana es el sector que más aumentos ha logrado en en los 16 años de revolución chavista. Sin embargo, hace más de dos años que no se publican datos oficiales. En promedio, un general de Brigada (el de menor rango en la FNBA) gana unos Bs. 35.000 (USD 5.555 a cotización oficial, USD 42 en la paralela).

Congreso


Los diputados nacionales tienen un salario básico de Bs. 29.687 (USD 4.712 en la cotización oficial, USD 36 en la paralela) pero si le suman dietas de representación, transporte y alimentación, pueden llegar a cobrar unos Bs. 42.100 (USD 6.682 oficial, USD 51 en el paralelo). Así que Diosdado Cabello, el número 2 del chavismo, se las tiene que arreglar con 51 dólares por mes para vivir...

El salario de los venezolanos se ha convertido en una basura. Las cifras son elocuentes. Pero si aún persisten las dudas, sólo basta analizar el poder adquisitivo real de los ingresos. La canasta alimentaria está valuada en Bs. 28.363, así que el ejercicio es sencillo: se necesitan 3,8 salarios básicos para comprarla.

Para acceder a los productos básicos, un venezolano necesita un salario y medio de un profesor universitario; o 3 sueldos y medio de un empelado petrolero o de un médico; o casi 4 salarios de un policía... En Venezuela, sólo los diputados o los generales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana puede darse el lujo de costear una canasta básica.

Este descalabro salarial sólo se entiende en un contexto inflacionario. Aunque el último dato oficial sea de diciembre del año pasado (con un índice del 68,5%), las mediciones privadas afiman que el porcentaje superó ya los tres dígitos. Según el diario local El Nacional, entre diciembre y septiembre ya acumula un alza de 141,5 por ciento. Y los precios aumentaron un 179,5% en los últimos 12 meses.

La distorsión del mercado cambiario y la inflación descontrolada son la pesadilla de los venezolanos.

Infobae