Líder en educación, Finlandia pondrá en práctica un aprendizaje dividido en tópicos que incluyen varias asignaturas. ¿Podría aplicarse en Argentina? Polémica por la cursiva.
Por Josefina Hagelstrom - Perfil
A partir del año que viene, los alumnos de las escuelas de Finlandia dirán adiós a las materias tal como las conocemos. La iniciativa busca que el aprendizaje ya no se concentre en contenidos específicos, sino que vaya hacia “tópicos” o “fenómenos”. Así, en vez de estudiar por separado Lengua, Matemática o Historia, trabajarán con temas como el cambio climático o la Unión Europea, mediante los cuales estudiarán en conjunto varias asignaturas. Y en vez de tener evaluaciones tal como las conocemos, podrían tener que crear una página de Facebook de divulgación científica, por ejemplo.
En diálogo con PERFIL, Pasi Silander, administrador de Desarrollo de la Educación Digital de Helsinki, y uno de sus impulsores, explica que estos cambios buscan poner la atención sobre temas “más reales”, que les permitan aprender habilidades que les sirvan en su vida laboral. “Con la digitalización de las industrias, las habilidades que se necesitan ahora y en el futuro difieren de las que necesitábamos antes”, agrega.
En ese contexto, la pregunta es si este tipo de experiencia sería aplicable en el país. Consultados por PERFIL, especialistas en educación analizan el tema. Para Gustavo Iaies, director del Centro de Estudios de Políticas Públicas (CEPP), “como idea es interesante: menos materias, más profundas; es un camino a recorrer, pero primero hay que hacer un trabajo de redistribución entre los contenidos básicos y los temas de profundización”, dice. Y agrega que “eso aquí tiene un problema primario, porque hay que transmitir conocimientos ordenados antes, y nosotros no llegamos a eso”.
Para Axel Rivas, investigador de Cippec, si bien el cambio hacia los “fenómenos” es aplicable, “requiere mucha capacidad de articulación entre los temas, capacitación docente y trabajo con las escuelas”. Sin embargo, advierte que debería ser “un camino intermedio, donde las escuelas tengan grandes temas por mes que unifiquen parte del trabajo de varias o todas las materias”.
Por su parte, Irene Kit, de Asociación Civil Educación para Todos y Fundación DAR, opina que la iniciativa responde a que “cambió el acceso al conocimiento en general”, por lo que sería recomendable “modificar el enfoque: ir de las condiciones a los resultados”. Y agrega que “en el mundo son cada vez más los países que abandonan una didáctica centrada en el orden de los contenidos atomizados, en memorizar, para poner énfasis en desarrollar el aprender haciendo”.
Para Kit, “tenemos que plantearnos cómo enriquecemos un enfoque contenidista, para que en la escuela se instalen prácticas concretas orientadas a un enfoque de desarrollo de capacidades, habilidades, que cubran todo lo intelectual, emocional y social”. Y ejemplifica con el caso de Formosa, donde trabajaron tres años con un modelo educativo más ligado al desarrollo, que apuntó a fomentar la comprensión de lectura, el pensamiento crítico y la resolución de problemas, aunque sin cambiar las asignaturas
Cursiva: ¿sí o no?
Finlandia también eliminará la enseñanza de la cursiva. Para Sara Melgar, especialista en Didáctica de la Lengua, el tema es polémico, ya que aprender a escribir tanto en imprenta como en cursiva aporta al desarrollo cognitivo de los alumnos.Respecto de los valores de la cursiva, sostiene que “la letra manuscrita establece un circuito que fija los contenidos”. Es decir que, cuando escribimos en cursiva, estamos fijando el concepto de “palabra”. “Cuando se aprende a escribir, se aprende a separar las palabras; la cursiva, en las sociedades que la tienen, tiene esa ventaja”, agrega.
En tanto, la imprenta “permite a los chicos descubrir que las palabras están compuestas por letras, y que éstas constituyen las palabras, que pueden intercambiarlas y generar todas las palabras que se les ocurran”
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