Las cifras de 2015 no son los esperadas por el gobierno; los pronósticos, sombríos
Por Federico Grünewald | Para LA NACION
Un efecto de la desaceleración: ebullición sindical en Codelco, donde los trabajadores reclaman mejores sueldos. Foto: El Mercurio / GDA
SANTIAGO, Chile.- Hace unos días, los líderes de la alianza oficialista de Michelle Bachelet advirtieron a los chilenos que el mal momento de la economía podía afectar algunas promesas electorales de la presidenta.
Pocas horas después, la mandataria confirmaba lo que muchos habían intuido con ese curioso mensaje: Chile no tiene recursos para financiar todas las reformas. Bachelet fue incluso más allá y encargó a su ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, que aplicara medidas de austeridad.
Unos días después, Valdés tuvo que sincerarse: la realidad es bastante más dura de lo que el gobierno esperaba y los "brotes verdes" del primer trimestre ya están marchitos. El déficit fiscal subió a 3%, un número muy diferente del 1,9% que esperaba La Moneda. El precio del cobre, combustible de un avance económico envidiado por otros países, se desploma. Y la tasa de crecimiento estará lejos de la prevista para este año.
Es difícil encontrar un optimista en estos días en chile.
La inédita salida de un jefe de Hacienda en la mitad de su período y el traslado del economista Nicolás Eyzaguirre desde el ministerio de Educación al gabinete chico de Bachelet fueron señales de que, inquieta, La Moneda se estaba reordenando con el foco puesto en la desaceleración.
Luego, la mandataria encabezó una reunión con 19 grandes empresarios chilenos durante una gira a Perú, para recomponer confianzas y puentes obstruidos.
Aunque la estrategia del gobierno de dar señales dio resultados, hay elementos que preocupan al sector productivo y se concentran en las cifras.
La última se conoció el miércoles pasado: el prestigioso Pew Research Center ubicó a Chile como el segundo entre los países donde más creció la visión negativa de su economía, después de Malasia.
Del 30% de visión negativa que tenía en 2014 subió a 55%, mientras que la Argentina, por ejemplo, es la segunda nación en la que más descendió (de 72 a 60%).
A eso se suma que, en el primer trimestre de 2015, ante la caída del crecimiento, los chilenos reforzaron su ahorro en 0,8%, lo que se tradujo en menos consumo y afectó directamente al comercio. En Santiago, por ejemplo, las ventas cerraron su peor desempeño en seis años: crecieron sólo 1% en el primer semestre.
Rodrigo Cerda, economista del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales, advierte: "Hace poco supimos de un reporte del ministro de Hacienda que subió a 3% del PBI el déficit fiscal. Ésta es la segunda cifra más grande que hemos tenido después de la crisis de 2009, que fue de 4,4% [déficit efectivo]. El gobierno estaba esperando una cifra negativa de 1,9%, no de 3%. Eso te da una señal de que tenés que empezar a priorizar los gastos".
¿Cómo llega la economía chilena a resentirse así? Cerda lo atribuye a la expansión demasiado rápida del gasto público.
"Se buscaba una cifra de dos dígitos, que está cercana a 9%, y también cayeron los ingresos fiscales. Por un lado, nos está pegando fuerte la caída del precio del cobre [ayer se desplomó a su peor nivel desde 2009, a 2,36 dólares por libra]. Los ingresos por minería del fisco están cayendo 50% este año. La segunda razón es que el crecimiento económico que se esperaba que estuviera cerca del 3,6% para este año está en realidad más cercano al 2,5%. Eso tiene que ver con la incertidumbre y con las reformas", dice.
Se creía también que la reforma tributaria iba a causar ruido, pero en un país monodependiente del cobre, con el metal por el suelo y ocho trimestres de caída consecutiva en la inversión, comenzó a afectar a la economía.
Por su parte, la producción industrial cayó en mayo 4,3%, comparada con el mismo mes de 2014. Es la mayor reducción desde el devastador terremoto de febrero de 2010.
Las medidas para revertir la incertidumbre no han sido suficientes. Esta semana, se divulgó otra circular que explica cómo coexistirán dos sistemas tributarios (renta atribuida y sistema semiintegrado), pero prevalece la confusión.
"La reforma tiene dificultades en su aplicación y genera dudas", advierte el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Alberto Salas.
Cerda coincide con la complejidad en la aplicación y dice que la incertidumbre en las tasas inquieta a los empresarios más pequeños. Por lo mismo, el ministro Valdés anunció que analizará con los gremios "mejoras" a la reforma.
Debe despejar desconfianzas y detener la caída en el crecimiento, para no afectar el empleo, otro temor de las autoridades.
Si bien ayer se conoció que en el Gran Santiago la cifra de desempleo se redujo a 6,5% y el jefe de Hacienda habló de una economía sana, Rodrigo Cerda advierte: "Es muy factible que empecemos a ver tasas de desempleo más altas".
"Hubo mucha creación de empleo en el sector público, que ahora está más apretado", dice.
EFECTO EN LA VIDA DIARIA
Aunque el economista de la Universidad de Santiago, Víctor Salas, cree que aún no hay efectos claros de la desaceleración en la vida cotidiana de las personas, sí puede observarse que sube el costo de vida, a pesar de que la inflación está bajo control y que los malos resultados de 2014 hicieron que los chilenos tomaran resguardos.Por eso mismo consumen menos; el comercio, por ejemplo, ni siquiera levantó durante la Copa América.
En otro sector donde también se siente el frenazo es en el aparato estatal, especialmente con los recortes de gastos en reparticiones y ministerios, donde hay instrucciones de ahorro hasta en viáticos. Sin embargo, aún no se han visto despidos masivos a ningún nivel.
Nicole Fariña, abogada y especialista en temas inmobiliarios, también nota en su rubro el efecto del frenazo. "La tasa de desocupación de departamentos subió considerablemente. Eso quiere decir que los departamentos adquiridos principalmente por inversionistas se encuentran disponibles más tiempo en el mercado. La gente no está arrendando, están temerosos. Por ejemplo, los profesionales jóvenes que recién están entrando al mercado laboral no se arriesgan a independizarse porque no tienen seguridad de si van a mantener su empleo", explica.
Aunque está atascada, la economía chilena resiste gracias a su solidez fiscal, a la inflación controlada y a medidas como haber creado una Comisión Asesora Presidencial de Productividad, pero sin inversión y consumo seguirá en zona de riesgo.
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