viernes, 9 de agosto de 2013

Inflación: Si pibe, la grasa engorda...

Argentina: Una manera de ver la relación emisión-inflación

Iván Cachanosky - Economía para Todos
En una nota publicada hace unos días, se ponía en tela de juicio la idea de que la emisión monetaria genera inflación. Es importante detenerse en esa discusión ya que varios políticos y economistas partidarios del oficialismo se empeñan en demostrar esa supuesta ausencia de relación entre ambas variables. En la nota mencionada, se reproduce el siguiente gráfico en donde pareciera no haber correlación entre emisión e inflación.


Observando el gráfico de esta manera, es cierto, no parece haber correlación alguna. La Base Monetaria fluctúa mientras que el IPC-Congreso1 parece ser una línea recta. Sin embargo, analizando los datos con mayor detenimiento, hay 3 cosas importantes a tener en cuenta:
  1. Las escalas utilizadas.
  2. El impacto anualizado.
  3. La utilización de la Base Monetaria.
Las escalas utilizadas
Al analizar correlaciones lo que debe observarse es que las variables analizadas se muevan en la misma dirección (o no), y esto puede ocurrir a distintos niveles. Si esto sucede, para poder observar bien los movimientos es preciso utilizar dos ejes en el gráfico para poder observar con mayor claridad. Si al mismo gráfico expuesto más arriba simplemente se le agrega un eje secundario para medir el IPC-Congreso, podremos observar que de ausencia de correlación se pasa a tener algunos períodos de notoria correlación y otros no tanto, como puede observarse a continuación:




Con el simple hecho de agregar un eje secundario para poder observar con mayor claridad los movimientos del IPC-Congreso mensual la historia cambia. Ya no se puede afirmar que hay ausencia de correlación o correlación leve.
Además, el impacto no es automático. Si se emite dinero, no quiere decir que automáticamente se generará inflación, se posee unos períodos de rezago hasta que se sienta el efecto. También dependerá de si la oferta monetaria crece más que proporcionalmente a la demanda de dinero.
Debido a que existe rezago de algunos períodos entre emisión e inflación, es más correcto observar las variaciones en términos anuales.
El impacto anualizado
Al tomarse períodos anualizados, es menor el impacto del rezago a si se tomaran datos mensuales. Además, al tomar datos anualizados se elimina el problema de estacionalidad, problema que sí se tiene al tomar variaciones mensuales como se mostró más arriba. La relación entre las variables es aún más clara si se toma un período más largo:




La utilización de la base monetaria
Poco a poco la correlación va siendo más clara. Este tercer punto a analizar, el de la Base Monetaria, es más bien un comentario técnico.
La utilización de la Base Monetaria no es que sea incorrecta, pero en realidad lo que realmente importa saber es cuánto exceso hubo en la expansión monetaria. Todos los países pueden estar expandiendo su base monetaria, la pregunta es si están expandiendo de más, de menos o en una medida justa.
Si por ejemplo, la actividad económica crece en un año un 10%, no sería ilógico observar una expansión en una magnitud similar. El problema de la expansión se traslada a la inflación cuando hay un excedente de la misma que supera el crecimiento de la actividad económica. En otras palabras, si la economía crece un 10% pero la expansión monetaria lo hace a un 35%, se estaría expandiendo, un 25% extra. Por supuesto, esto funciona como un proxy y no como un dato totalmente certero.
Es importante aclarar, que la definición de inflación no es tan sencilla como parece. Por lo general los manuales de economía la definen como “un aumento generalizado y sostenido de los precios”. El problema con dicha definición es que si se duplican los precios pero también se duplica el salario de las personas, éstas no estarían perdiendo el poder adquisitivo. Por eso, una definición más acertada es la que elaboró el economista Ludwig von Mises al sostener que inflación es “el aumento más que proporcional de la oferta monetaria en comparación con la demanda de dinero”. Si la oferta monetaria se expande a un mayor ritmo que la demanda de dinero, entonces, la emisión comienza a transformarse en inflación. Si crece a igual ritmo no habría inflación, pero si hay inflación es porque la brecha entre oferta y demanda de dinero se incrementó, ya sea porque aumenta la primera o porque disminuye la segunda.




Conclusión
Se pudo observar como paso a paso, ajustando algunas variables la relación entre ambas variables  aumenta. Además, es conveniente analizar que sucede en los países y distinguir entre comportamientos generalizados y excepcionales. Siempre pueden existir excepciones, pero lo importante es analizar u observar que sucede en la generalidad.
Con motivo de responder este interrogante, el gráfico a continuación analiza en el eje de las Y la “inflación al consumidor promedio” entre 1960 y 1990 y en el eje de las X la “variación promedio anual de M2” para el mismo período. Los puntos negros representan diversos países. Cuánto más cerca se encuentren los puntos negros a la recta de 45°, más relación existente entre esas dos variables.
Del gráfico puede observarse con claridad que la mayoría de los puntos se encuentran cercanos a la línea de 45° y que prácticamente no hay casos muy alejados de la recta. Esto quiere decir, que en la muestra de los 110 países, casi en su totalidad se ve una relación entre emisión e inflación.
Si realmente se quiere controlar la inflación debe controlarse la emisión. Intentar negar la relación entre emisión o inflación es negar la realidad con maquillaje estadístico. La historia ha venido mostrando dicha relación en mayor o menor medida.
Nota:
1. El IPC-Congreso, que se viene realizando desde mayo del 2011, surgió a partir de las amenazas y multas sufridas por las consultoras privadas que realizan la medición que es mes a mes anunciada por Diputados de la Nación en el Congreso (Patricia Bullrich –UPT-, Federico Pinedo, Pablo Tonelli y Paula Bertol –PRO- Ricardo Gil Lavedra y Juan Pedro Tunessi – UCR-, Gustavo Ferrari y Eduardo Amadeo -Frente Peronista-).
Fuente: www.elcato.org

Inflación: ¿Comer grasa engorda?


¿Emisión genera inflación?


Nadie a ciencia cierta puede adivinar cuándo termina esta novela. Sólo sabemos que el año 2012 le subió el rating a la discusión al probar que la inflación podía subir aún con la economía en recesión e indicando que quizás ahora la convergencia entre ambas podría estar más cerca. Según el IPC-Congreso, la inflación trepó a 25,6% en 2012 y superó en 3 puntos porcentuales el registro de 2011.
Las conclusiones que presenta el informe no tienen en cuenta que dicho índice, IPC-Congreso, no ha podido demostrar con exactitud la veracidad de su metodología para medir la variación de precios. Esto fue denunciado por la Secretaria de Comercio Interior:
Estos registros fueron creciendo año tras año hasta llegar a estimaciones para el actual que proyectan índices anuales de hasta el 35%. La Secretaría de Comercio Interior les reclamó hace un mes que presenten sus métodos de medición. Dos consultoras, Efimac, de Miguel Kiguel, www.abeceb.com, de Dante Sica, no llevan a cabo ningún tipo de encuesta o muestreo de precios. Realizan sus estimaciones utilizando una fórmula que computa la evolución de la emisión monetaria y el gasto público, un procedimiento que no tiene ninguna relación con la realización de un IPC. Fiel, que en los noventa fue presidida por Ricardo López Murphy, informó que realiza un muestreo de apenas 90 productos en 150 locales de la Ciudad de Buenos Aires; Ecolatina, la consultora fundada por Roberto Lavagna, informó que mide 80 precios, en 120 comercios, de los que 80 están radicados en la ciudad autónoma.
Así se demuestra la precariedad de la estimación, lo cual puede estar llevando a conclusiones erróneas o por lo menos poco precisas para ser utilizadas como medida de inflación. Cabe otra aclaración: no es lo mismo decir “índice de precios” que “inflación” o que “costo de vida”. En el “informe N°35, “El IPC-Congreso confirma que bajo la inflación”, del CEMOP se encuentran estas definiciones:
Índice de Precios al Consumidor: El principal objetivo es medir la variación de precios de los bienes y servicios representativos del gasto de consumo de los hogares residentes en la zona seleccionada en comparación con los precios vigentes en el año base.
Inflación: La inflación es un concepto más amplio que el Índice de Precios al Consumidor. Comprende, además de las variaciones de precios de los bienes y servicios de consumo de los hogares, la evolución de los bienes y servicios exportados, de los utilizados como consumo intermedio de las industrias y los destinados a la acumulación como inversión bruta fija o variaciones de existencias y los precios de los bienes importados, entre otros. La inflación es el aumento continuo y generalizado de los precios de los bienes y servicios de una economía. Continuo porque se sostiene a lo largo del tiempo, y generalizado porque afecta a todos los precios.
Costo de vida: El costo de vida es un concepto teórico que busca reflejar los cambios en el monto de gastos que un consumidor promedio destina para mantener constante su nivel de satisfacción, utilidad o nivel de vida, aceptando -entre otras cosas- que pueda intercambiar permanentemente su consumo entre bienes y servicios que le brindan la misma satisfacción por unidad de gasto. Su ponderación es compleja porque se basa en conceptos subjetivos (nivel de satisfacción).
Entonces, tomando el IPC-Congreso como medida de la inflación, el informe del Banco Ciudad agrega que dicha inflación es causada por la emisión monetaria. Planteado de esta forma tendría que existir una causalidad entre amabas variables. Para corroborar dicha causalidad utilizaremos, suponiendo que es cierto que el IPC-Congreso mide la inflación, los datos de Base Monetaria e IPC-Congreso.




Del gráfico y los datos se infiere que existe una correlación leve, pero que no explicaría la causalidad directa entre emisión monetaria y variación de precios(ICP-Congreso). Entre junio y julio de 2011 la variación de precios paso de 1,50% a 1,70%; mientras que en el mismo periodo la base monetaria varió de 3,18% al 5,14%; la primera varió en un 0,20 puntos porcentuales, en tanto que la segunda varió en 2,04 puntos porcentuales. La magnitud mayor de la base monetaria no influye en la magnitud de la variación de los precios.
Durante 2012, en los primeros meses de enero y febrero, la emisión monetaria paso de 5,01% a -5,79%, una fuerte contracción monetaria que se expreso en una variación de los precios del mismo periodo, 1,90% a 1,65%, una contracción levemente de 0,25 puntos porcentuales, lo que estaría confirmando la poca relación causal entre estas dos variable. En el mismo año entre los meses de mayo y junio la variación de la base monetaria pasa de 1,44% al 5,86%, un crecimiento de 4,42 puntos porcentuales, mientras que la variación de los precios pasó de 1,71% al 1,63%, un decrecimiento de menos de 1 punto porcentual, en el mismo período. La misma contradicción ocurre para los meses posteriores al cobro de aguinaldo, de julio y agosto, la variación mensual de la base monetaria pasa de 6,44% a 2,38%, un contracción de 4,06 puntos porcentuales; en tanto que la variación de los precios experimentó un incremento de 1,76% a 1,91%, un crecimiento de menos de 1 punto porcentual. La magnitud de la contracción de la base monetaria estaría haciendo crecer levemente la variación de los precios.
Si tomamos todo el periodo de mayo de 2011 a mayo de 2013 se demuestra que la estabilidad de la variación de los precios no tiene relación con las variaciones porcentuales de la base monetaria. Se puede inferir que puede existir una leve correlación entre ambas pero nunca que existe causalidad entre emisión e inflación. No hay que olvidar la dudosa procedencia de los datos del IPC-Congreso que antes comprendía a 14 consultoras y que actualmente son 20.
En consecuencia, si 2012 fue un año de elevada inflación con respecto al 2011, como dice el informe del Banco Ciudad, las variaciones porcentuales de los precios no tuvieron grandes oscilaciones; no es el caso de la base monetaria, que tuvo fuertes oscilaciones durante el 2011 y 2012 y a su vez con un pico negativo que refleja la contracción de la base monetaria que no se expresó en los precios (siempre suponiendo que seguimos la lógica de que la inflación es una cuestión de emisión monetaria). En muchos puntos entonces no se cumple la causalidad propuesta por el Banco Ciudad y ciertos sectores políticos de oposición. Otro detalle del informe del Banco Ciudad es que toma sólo tres meses (ver gráfico) en el año para demostrar esa causalidad, y no las variaciones mensuales de ambos durante 2011, 2012 y los primeros meses de 2013 para analizarla.

Se gradúan pocos en ciencias porque creían que eran buenos en ciencias... y terminaron no siéndolos

The Economics of Higher Education, Part 1: Science Is Hard




(Photo: Martin Lopatka)
If you are the sort of person who worries that the U.S. is not producing enough college graduates with science degrees, it’s worth wondering exactly why that is. In a new working paper (abstractPDF), Ralph Stinebrickner and Todd R. Stinebrickner offer a compelling answer: science is hard. Here’s the abstract:
Taking advantage of unique longitudinal data, we provide the first characterization of what college students believe at the time of entrance about their final major, relate these beliefs to actual major outcomes, and, provide an understanding of why students hold the initial beliefs about majors that they do. The data collection and analysis are based directly on a conceptual model in which a student’s final major is best viewed as the end result of a learning process.  We find that students enter school quite optimistic/interested about obtaining a science degree, but that relatively few students end up graduating with a science degree.  The substantial overoptimism about completing a degree in science can be attributed largely to students beginning school with misperceptions about their ability to perform well academically in science.
Do we file this item under “overconfidence” or “good gatekeeping”?
Freakonomics

jueves, 8 de agosto de 2013

Inflación: Los alimentos por las nubes

Para gremios, los precios de alimentos aumentaron más de 3,5% en julio



ELIZABETH PEGER Buenos Aires

Los precios de los alimentos registraron en julio un aumento de 3,68%, con picos que alcanzaron un 10,5% y un 6,5% en rubros como cereales y frutas y verduras, respectivamente, según la canasta familiar que relevan mensualmente los gremios de la industria de la alimentación. El informe difundido ayer ubicó en 3,05% el incremento de la canasta familiar total, que además de alimentos incorpora los rubros de vivienda, combustibles, indumentaria, esparcimiento, educación y salud, la que alcanzó el mes pasado un valor $ 8.839,67, acumulando una suba del 10,95% desde el inicio de 2013.
De acuerdo con el relevamiento que mensualmente realiza la Confederación de Asociaciones Sindicales de Industrias Alimenticias (CASIA), en julio se produjo una marcada aceleración en el precio de alimentos y bebidas que se explica particularmente por los incrementos de los subrubros Cereales y derivados (10,58%); Frutas-Verduras -Legumbres (6,50%); Productos Lácteos y Huevos (3,36%) y Café-Té-Yerba Mate (3,11%). Además, el informe subrayó que no se registraron bajas en los precios de los restantes subrubros relevados.
En el caso de los cereales, el aumento acumulado en los primeros siete meses alcanza el 20,7%, mientras que en el rubro de lácteos y derivados la suba redondeó el 16,2% y en el de azúcares y dulces se ubicó en el 13,1%.
Respecto del análisis regional, el trabajo de la CASIA consignó que la aceleración de los aumentos en el rubro de alimentos fue más significativa en la ciudad de Buenos Aires que en los casos de Córdoba y Rosario, donde los incrementos se ubicaron en el 3,53% y 3,33% respectivamente. Similar escenario se verificó en el relevamiento integral de la canasta, que registró en las dos ciudades aumentos inferiores a los del territorio porteño (Córdoba +2,73% y Rosario +2,58%).
La canasta familiar que mide desde el año pasado la entidad que agrupa a los gremios de la industria de la alimentación representa un indicador estimado del consumo deseado (precio del producto o servicio cuantificado por cantidad del mismo a ser utilizado según estimaciones propias) de una familia tipo compuesta por cuatro personas (dos adultos y dos menores).
El aumento difundido es superior al relevado por la CGT de Hugo Moyano, que la semana pasada informó que la inflación se julio se ubicó en el 2,23%. Sin embargo ambos informes son coincidentes en atribuir al aumento de los precios de los alimentos la aceleración de la inflación durante el mes pasado.

¿Cuanto costaría un Big Mac si McDonald's duplicara sus salarios?

Here's How Much More A Big Mac Would Cost If McDonald's Doubled Wages



Fast food workers from McDonald's and other major companies are striking for higher pay. 
The strikers are seeking wages of $15 per hour—about twice the minimum wage. 
If McDonald's doubled wages for all employees, including CEO Don Thompson, Big Macs would cost 68 cents more, increasing from $3.99 to $4.67, reports Caroline Fairchild at The Huffington Post
Dollar Menu items would cost 17 cents more, according to HuffPo. 
Fairchild cites a University of Kansas researcher, who crunched numbers to see what would happen if McDonald's doubled the salary of every employee then passed that cost on entirely to consumers. 
Only 17% of McDonald's revenue goes toward salary and benefits, according to the report. 
That means that the company could increase wages without passing that cost to consumers, and simply make a smaller profit. 
McDonald's CEO Don Thompson told Bloomberg TV last week that the company is an “above minimum-wage employer.” 
McDonald's pays an average hourly wage of $7.81, according to Glassdoor. This puts it just above the national average of about $7.50. 


Business Insider 




¿Qué provocó la bancarrota de Detroit: China o los robots?

What Bankrupted Detroit: China? Or Robots?

The Motor City's population collapsed as manufacturing jobs disappeared.


We know that, unlike most defeats, Detroit's bankruptcy has a thousand fathers -- everything from mismanaged pension funds to interest rate swaps gone the wrong way to years of racial animus that hollowed out the core of an already too-sprawling metropolis.
But the fundamental problem of late has been the city's depleted population: More than a quarter of its residents leaving town between 2000 and 2010. That's a function of bad city services and urban blight, but it's also because it's hard to make a living there. You can see that reflected in the chart above. Jobs in the Detroit metropolitan area, which held fairly steady through the nineties, plunged after 2000, as the unemployment rate rose. Between 2001 and the end of 2012, Detroit's Wayne County lost more than 60,000 manufacturing jobs alone.

What changed in 2000? After all, Detroit had weathered other economic challenges. The auto factories that once defined Detroit have been moving out since the fifties, when big auto-makers sent them to the American sunbelt in the hopes of avoiding pesky unions, and as pressure from Japan's auto industry began building in the 1980s.
Besides the popping of the tech bubble, it's easy to point to trade normalization with China. GM (which sells more cars in China than in the US) and other automakers invested in factories in China, and many parts suppliers did the same.
And as you might expect, if you look at Detroit's manufacturing GDP in the same time period, it decreases:
And in the last decade, the US's global imports of both cars and auto parts have increased. But though their rise has been slower than that of imports, US exports of cars and auto parts have climbed as well. In fact, the US continues to make more stuff than ever -- even Detroit. Its metropolitan area exported $55 billion in goods last year, according to the US Department of Commerce. That's more than it produced seven years ago, and good enough to make it the fourth-largest exporting city in the country.
So why did exports rise even as the city shed manufacturing jobs and output fell?
Detroit factories rely more than ever on parts from other places -- and that's where some of those jobs went. Some did indeed go to China, leading to a US complaint at the World Trade Organization that the country subsidizes its parts industry. However, some of those jobs went to factories within the US: Detroit's share of total US production fell from 3.1% in 2001 to just 1.7% in 2011.
That still doesn't explain why, between 2005 and 2011, Detroit's manufacturing jobs fell by 30%, while its manufacturing production fell by only 16%. Where did those job go?
In the end, you can blame robots--or increased productivity in these factories. As manufacturing requires fewer and fewer people to make more goods, there is less work to go around. Detroit, heavily dependent on manufacturing, suffers the most today. But the problem of adapting social and economic institutions to a world where mechanization enhances productivity but costs jobs is one that all wealthy countries face, regardless of trade competition.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Que puestos se demandan en el mercado y son difíciles de encontrar en Argentina

Escasez de talentos: cuáles son los 10 perfiles que a las empresas les cuesta más encontrar en el mercado
Pese a la menor demanda laboral, al momento de cubrir un puesto, 41% de las empresas tiene dificultades para dar con el postulante indicado. Empleadores remarcan la falta de competencias técnicas de los candidatos y apuntan a una desconexión entre carreras elegidas y qué requiere el sector privado
POR CECILIA NOVOA







Pese a que el menor crecimiento económico, el alza de los costos laborales y la incertidumbre típica de todo período preelectoral, entre otros factores, frenaron la creación de nuevos empleos, al momento de salir al mercado para cubrir un puesto de trabajo el 41% de las compañías no encuentra el perfil buscado.
El dato surge de la Encuesta de Escasez de Talentos 2013 de ManpowerGroup, la cual también marca una baja de la dificultad de cuatro puntos porcentuales respecto al 2012 (45%). La caída, según explican, está relacionada con una menor demanda laboral.
Para el relevamiento de este año, la firma consultó a cerca de 40.000 empleadores en 42 países y territorios. Dentro del ranking general, la Argentina ocupa el puesto 13 y, en la medición regional, se ubica segunda por detrás de Brasil (68 por ciento).
Desde las compañías locales manifestaron que las razones más comunes detrás de la dificultad para encontrar estos recursos humanos son:
  • La falta de competencias técnicas (42%)
  • La ausencia de habilidades de "empleabilidad" (32%)
  • La coherencia de calificaciones específicas a la industria (19%)
En este sentido, por tercer año consecutivo, los técnicos ocupan el primer lugar dentro de los puestos más difíciles de cubrir seguidos, por segundo año, por los ingenieros y los oficios manuales calificados.

Si se lo compara con los resultados de 2012, el personal contable y de finanzas y las secretarias, asistentes personales/administrativos y personal de oficina intercambiaron roles, quedando en el cuarto y quinto lugar respectivamente. (Ver infografía a continuación). 
Esta falta de correspondencia entre lo que necesitan y piden las empresas y la oferta disponible "es un problema estructural que va a continuar hasta que no cambien los hábitos de elección de carreras", coinciden los reclutadores.
Desde hace varios años se observa una desconexión entre las profesiones elegidas y la demanda del mercado laboral. Sumado a esto, se registra falta de experiencia en posiciones clave y carencia de competencias técnicas para determinadas industrias que han despegado en el último tiempo como consecuencia del cepo a las importaciones. 
Si bien en todos los mercados hay menos ingenieros de los que se necesitan, los empleadores argentinos hacen mayor hincapié en la escasez de perfiles técnicos calificados.
De hecho, cuando en el relevamiento se indaga cuáles son las causas por las que no pueden hallar perfiles técnicos, la falta de competencias técnicas o habilidades "duras" es lo que más resaltan los empresarios locales.
Por el contrario, en el caso de posiciones contables o financieras, la referida escasez está más vinculada al déficit de habilidades "blandas".
En estos casos, el problema no pasa por los conocimientos técnicos ni de formación sino por lafalta de experiencia o de habilidades como, por ejemplo, trabajo en equipo, liderazgo o adaptabilidad de los postulantes.
El impacto en los negocios
Hoy, el 35% de los directivos encuestados globalmente está teniendo problemas para encontrar lo que necesitan, mientras que el número de empresarios a nivel mundial que creen que las limitaciones para reclutar talentos afectarán negativamente a su negocio ha aumentado casi de un tercio a 54 por ciento.
"En este mundo complejo y dinámico, la única certeza es la incertidumbre. La demografía cambiante, la evolución tecnológica y un mundo propenso a crisis económicas, políticas y sociales han creado un ambiente global en el que la escasez de estos recursos humanos es la regla en lugar de la excepción", comentó Alfredo Fagalde, Director de ManpowerGroup Argentina.
A nivel local, en tanto, el 41% de los 800 empresarios encuestados manifestó enfrentar problemas para cubrir puestos, mientras que el 49% dice que la falta de talentos tiene un impacto medio o alto en su capacidad de satisfacer las necesidades de los clientes.
"Si bien los empleadores reconocen cada vez más que esta situación amenaza su capacidad de competir, todavía están frustrados por la falta de una solución sencilla. Se dan cuenta de que ampliar su fuerza laboral, aumentar la compensación o cazarlos de los competidores son soluciones insostenibles", dijo Fagalde.
La situación a nivel mundial
El déficit de perfiles más grande se ubica en Japón (85%) y en  Brasil (68%), mientras que desde el año pasado se agudizó en mercados como Hong Kong (+22 puntos porcentuales), Turquía (+17 puntos porcentuales), Israel (+14 puntos porcentuales), Grecia (+14 puntos porcentuales), India (+13 puntos porcentuales) y China (+12 puntos porcentuales). Por el contrario, los valores más bajos se dan en Irlanda y España (3 por ciento).
Al igual que sucedió en 2012, las vacantes de trabajadores de oficio calificados son las más difíciles de cubrir a nivel mundial.
Esta categoría lideró los rankings en cinco de los últimos seis años, siendo la excepción 2011 cuando estuvo situada en el tercer lugar. Las categorías laborales en segundo, tercer y cuarto puestos - ingenieros, representantes de ventas y técnicos, respectivamente - permanecen iguales año tras año. Personal contable y de finanzas se situaron quintos, y gerentes y ejecutivos sextos.
En tanto, personal de IT figura en el séptimo lugar y los choferes profesionales en el octavo. La categoría de secretarias/asistentes y personal de oficina se encuentra en noveno, mientras que los operarios son los que esté año cierran el "top ten" de los puestos más difíciles de cubrir.

La peor pérdida de puestos de trabajo de la posguerra en USA

THE SCARIEST JOBS CHART EVER


The U.S. economy added just 162,000 jobs in July, missing expectations for 185,000 new jobs.  To make things worse, the June jobs number was revised down to +188,000 from last month's estimate of +195,000 jobs.
And as the labor force participation rate fell, the unemployment rate ticked down to 7.4%.
All of this reminds us that despite the upticks in jobs, the overall jobs market remains anemic four years into the economic recovery.
Calculated Risk runs a chart every month that puts the current jobs recovery into perspective.
"This shows the depth of the recent employment recession — worse than any other post-war recession — and the relatively slow recovery due to the lingering effects of the housing bust and financial crisis," writes Bill McBride of Calculated Risk.


Business Insider 

¿Los suburbios dejan de ser el sueño americano?

Are the Suburbs Where the American Dream Goes to Die?

New research shows upward mobility is higher in denser cities
The Atlantic



Wikimedia Commons

Rumors of the American Dream's demise have been greatly exaggerated -- at least in parts of America. 
That's the message of a new study that looks at the connection between geography and social mobility in the United States. It turns out modern-day Horatio Algers have just as much a chance in much of the country as they do anywhere else in the world today. But if you want to move up, don't move to the South. As you can see in the chart below from David Leonhardt's write-up in theNew York Times, the American Dream is on life support below the Mason Dixon line.
So why does a kid from the bottom fifth in the South or the Rust Belt have such a hard time making it to the top fifth? It's not how progressive local taxes are. Or the cost of college. Or how unequal a place is. At least not much. The research team of Raj Chetty and Nathanial Hendren of Harvard and Patrick Kline and Emmanuel Saez of the University of California-Berkeley found that these factors only correlated slightly with a region's social mobility. What seems to matter more is the amount of sprawl, the number of two-parent households, the quality of elementary and high schools, and how involved people are in things like religious and community groups.
The suburbs didn't quite kill the American Dream, but a particular type did. That's the low-density and racially-polarized suburbs that have defined places like Atlanta. Indeed, as you can see in the chart below from Paul Krugman, there's a noticeable relationship between a metro area's density and its social mobility.
As usual, the elephant in the room here is race. So let's address it: the researchers found that the larger the black population, the lower upward mobility. But on closer inspection, this has something to do with population density too. I went back to the Census data, and looked at the same ten cities Krugman did, but this time I compared their population-density ratios and the percent of their population that's black. There isn't nearly a perfect relationship -- look at Boston or Dallas or Houston -- but there is a relationship.

Now, it's not that suburbs outside the South and Rust Belt are some kind of integrated utopia -- far, far from it -- but rather that density changes things. Well-off whites who work in the city and live close by have an interest in paying for the kind of public goods, like mass transit, that benefit everybody. Well-off whites who live far away don't. Atlanta, of course, is the prototypical case here:going back to the 1970s, it's under-invested in public transit, because car-driving suburbanites haven't wanted to pay for something they think only poor blacks would use (to come, they fear, to their lily-white cul-de-sacs). Even last year, a compromise bill that would have increased the sales tax by 1 percentage points for 10 years to pay for expanded roads and railways in the always-congested citygot voted down. This malign neglect of infrastructure keeps low-income people from living near or commuting to better jobs -- and that's not a a race issue. Indeed, the researchers also found that whites and blacks in Atlanta both have a hard time moving up. In other words, racial polarization might spur sprawl, which makes cities less likely to invest in their infrastructure -- and underfunded infrastructure hurts low-income people of all races.
Of course, the story of mass transit isn't just a story about race. There's plenty else going on. Sprawl happens in the Sun Belt, because it can. There's more land. And coastal cities are denser, because they have to be -- though even then, they don't always build better infrastructure. Just look at Los Angeles. But for whatever the reason, upward mobility has a local flavor. And that means part of the solution will too. As Reihan Salam argues, loosening zoning restrictions and building out public transit would let cities become denser and more livable. Both, of course, die a thousand NIMBY deaths in a thousand different cities.
There's an old vision of the American Dream that is obsolete, and has been for quite awhile. That's Thomas Jefferson's idea of a nation of self-sufficient farmers -- an agrarian republic. Over time, as people left the countryside for the cities during the Industrial Revolutions, this vision morphed: it became a nostalgia for (and even snobbery of) small towns. It's a vision that Republicans still cling to. Remember when Sarah Palin talked about "real America"? Or when Republicans warned that high-speed rail and bike lanes were some kind of socialist plot? It's a vision of America at odds with the American Dream today.
It turns out the best place to pursue happiness -- and a career -- is in the city.

martes, 6 de agosto de 2013

Argentina: Los 2000s peor que los 90s

El rey está desnudo

Economista Serial Crónico

Estoy shockeado. Acabo de darme cuenta que, con un simple cambio metodológico, el INDEC acaba de destruir uno de los pilares del relato de la década ganada.

La historia es así. Hace algún tiempo, el INDEC realizó un cambio del año base con el cual mide los términos de intercambio del comercio exterior, es decir, los precios de las exportaciones y las importaciones. Como pueden ver aquí, el INDEC actualizó las ponderaciones del cálculo, pasando de usar las de 1993 a las de 2004*.

El pasaje de una base a la otra implico un fuerte cambio en la medición del efecto precio en las exportaciones, como pueden ver en el siguiente gráfico. Si con la base anterior el INDEC media un incremento del 100% en los precios entre 2001 y 2012, con la nueva base la suba paso a ser de 150%.


La contrapartida de una mayor suba del efecto precios es que una menor porción del crecimiento de las exportaciones (que crecieron un 200% durante el periodo) se explica por el efecto de mayores cantidades. Antes el INDEC registraba una suba del 55% en las cantidades durante la década, para pasar a 24% con la nueva base (0 3.7% y 1.8% anual equivalente).

Lo interesante es lo que pasa cuando uno analiza el cambio en las ponderaciones a nivel grandes rubros. El grueso del ajuste en el índice de precios corresponde a cambios en la medición del rubro de Manufacturas de Origen Industrial,mientras Productos Primarios, Manufacturas de Origen Industrial y Combustibles registran cambios menores.

La cuestión es que, nuevamente, la contrapartida de un mayor efecto precios en las exportaciones MOI son menores efectos cantidades, como se refleja en el siguiente gráfico.

Con el cambio de base, el INDEC pasó de registrar un crecimiento de las MOI de 132% entre 2001 y 2012 (o 7.2% anual) al también bueno pero menos impresionante 80% (o 5.0% anual). Lo interesante es que con esta corrección, el crecimiento de las exportaciones industriales durante el periodo de Tipo de Cambio Real Alto y Estable pasó de ser similar al de la década previa de Tipo de Cambio Real Bajo y Estable (con subas de 132% y 175% respectivamente) a ser casi la mitad (80% vs. 153% con la nueva base).

Repito.

Con el cambio de base, el crecimiento de las exportaciones industriales durante el periodo de TCRAE pasó de ser similar al de la convertibilidad a ser casi la mitad con la nueva base.

Espero que me alcance el fin de semana para reponerme del shock

Atte

Luciano

*Por las dudas, vale aclarar que, a diferencia de otros índices, y como explicaba hace tres años en este post , los datos de comercio exterior del INDEC son más creíbles y menos susceptibles a dibujos.