Las reservas bajan y seguirán bajando
Existe una opinión generalizada de que las reservas del BCRA aumentarán durante 2013 y, en especial, en este segundo trimestre del año. Sostienen que lo peor ya pasó, que no hay vencimientos de la deuda importantes hasta septiembre. Que ingresará la venta de la cosecha gruesa, el amplio saldo comercial de 10.000 millones de dólares, los fondos del blanqueo.
Desde fin del año 2012 y hasta el 7/5/2013, las reservas internacionales del BCRA se contrajeron de 43.290 millones de dólares a 39.361 millones, una reducción de casi 3.930 millones de dólares. Que las reservas internacionales continúen descendiendo en los meses de mayor liquidación de exportaciones y sin pagos de deuda importantes, desorienta a los muchos que proyectan el futuro en base a datos independientes, verosímiles, pero desvinculados de un conjunto financiero específico.
En realidad es inescapable estudiar el balance del BCRA. La verdad contable es una restricción más fuerte que cualquier teoría y, por eso, debe ser siempre reconocida. Los datos y las proyecciones deben ser compatibilizados con las restricciones contables. No importa las suposiciones, la realidad es que las reservas internacionales están en el activo de la entidad. Su magnitud y variación debe resultar -ser compatible- del movimiento de las otras cuentas del balance.
Para hacerlo sencillo y tomando los rubros principales, el activo del BCRA se compone de reservas internacionales, préstamos al Gobierno (en dos entradas, títulos públicos y adelantos), y otros rubros menores. El total del activo, al 7/5/2013, ascendía a 591.870 millones de pesos.
En el pasivo están la base monetaria, 296.000 millones; cuentas corrientes en otras monedas; títulos emitidos por el BCRA, 121.970 millones de pesos; y otros rubros. De la diferencia entre activo y pasivo resulta el patrimonio de la entidad.
En el cuadro adjunto se ilustran los principales movimientos en las cuentas del BCRA. La segunda columna, desde fin de 2012 hasta el 7/5/2013, la tercera, en los últimos 12 meses. Las cifras están en millones de pesos. Al final, se detallan las reservas en millones de dólares y la ganancia del BCRA por la devaluación del peso (revalúa las reservas internacionales netas).
Las variaciones de las reservas internacionales, valuadas en pesos, compiten por un espacio en el activo con la asistencia al gobierno. Cuanto mayor asistencia al gobierno menos lugar queda para las reservas internacionales. La suma del activo debe necesariamente coincidir con los pasivos y patrimonio. Esto es, base monetaria más títulos emitidos, más la variación del patrimonio. Cuanto mayores los recursos asignados al gobierno, menos reservas podrá sostener un mismo pasivo más patrimonio. Durante 2013 y los últimos 12 meses, los pasivos (base monetaria + títulos emitidos) crecieron en 10.849 millones y 82.464 millones, respectivamente. Mientras el patrimonio se expandió en 17.014 millones y 35.427 millones respectivamente. Como el gobierno recibió fondeo por 23.166 millones y 125.772 millones, respectivamente, y otros rubros restaron 12.515 millones y añadieron 2.041 millones, respectivamente, las reservas debían decrecer en pesos, 7.818 millones y 5.840 millones, respectivamente, como ocurrió. La devaluación, de 4,43 pesos por dólar, vigente al 7/5/2012, a 4,91, a fin de diciembre 2012, y a 5,21 al 7/5/2013, se materializó en la baja de reservas de 3.929 millones de dólares y 8.226 millones, respectivamente.
Conclusión: las reservas surgen de movimientos en las cuentas del balance del BCRA y deben de ser compatibles con ellas. Mientras los recursos del ente se vuelquen a fondear al gobierno, las reservas se verán deprimidas. La devaluación eleva el patrimonio del BCRA y la demanda de base, pero también impacta en las cuentas públicas y las expectativas.
Si se desea ganar reservas, el gobierno debería financiarse por fuera del BCRA. Por otro lado, las reservas están para usarse en tiempos conflictivos. No hay que tener miedo a la disminución en tanto se vaya elaborando un programa para recuperarlas o contener el descenso. No obstante, la contracción de las mismas alimenta incertidumbres en el cuerpo social. Finalmente el dólar es ancla -unidad de cuenta- de los argentinos. Las bruscas devaluaciones engendran crisis. Y las mayores alumbraron violentas inflaciones, caídas de ingresos y descontentos sociales que tumbaron gobiernos.
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