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lunes, 29 de junio de 2015

Hacia un homo economicus multidimensional

La muerte del 'homo economicus'

Los buenos incentivos no son sustitutos de buenos ciudadanos.

Samuel Bowles
Profesor de Investigación y Director del Programa de Ciencias de la Conducta, Instituto Santa Fe, santafe.edu

Los seres humanos, señala Sam Bowles, un Profesor de Investigación en el Instituto de Santa Fe, son seres complejos, psicológicamente dados a todo tipo de motivaciones mucho más allá de su propio interés desnudo. Eso podría ser una noticia para la profesión económica, que postula una imagen unidimensional de 'homo economicus', un agente que maximiza la utilidad racional, en gran parte impulsado por la llamada "mano invisible" del mercado. La incorporación de las disciplinas de una multiplicidad de ciencias sociales, Bowles produce evidencia convincente de que los incentivos financieros con intereses propios, de hecho, pueden producir un comportamiento que es ineficiente y viola la moralidad de una sociedad.

En su obra, el profesor Bowles ha llevado a cabo una amplia investigación de campo, lo que ilustra que los humanos pueden desarrollar estrategias cooperativas, cuando participan en grupos que comparten normas similares a largo plazo y están dispuestos a sancionar a los que no siguen los acuerdos de grupo. Un ejemplo que cita regularmente proviene de experimentos de comportamiento Bowles ha llevado a cabo en el que los individuos tienen la oportunidad de dividir importantes sumas de dinero entre ellos mismos y los demás y también para pagar por la oportunidad de castigar a aquellos que actúan de manera egoísta. Su investigación muestra que las personas cooperen no sólo por razones egoístas, sino también porque son genuinamente preocupado por el bienestar de los demás, ya que tratan de defender las normas sociales, y el valor de comportarse éticamente por su propio bien. Por otra parte, las personas castigan a aquellos que sin paseo en el comportamiento cooperativo de los demás por las mismas razones.

Este cuerpo de investigación tiene enormes implicaciones para la forma en que enseñamos economía y, más ampliamente, construye la política. En nuestra sociedad, nos basamos en multas y recompensas para aprovechar el interés de la gente en el servicio del bien común, pero no tenemos el equilibrio adecuado? Sin duda, la amenaza de una multa bien puede mantener a los conductores en la línea, y la promesa de un bono probable inspira alto rendimiento. Pero esa no es toda la historia: los incentivos también pueden ser contraproducentes, disminuyendo el mismo comportamiento que están destinados a fomentar la

¿Cuáles son las implicaciones para la enseñanza de la economía? ¿Cómo construir políticas para sacar lo bueno que es fundamentalmente la naturaleza intrínseca de la humanidad, en lugar de utilizar los incentivos tradicionales que apelan únicamente a su propio interés racional? Vea la entrevista mientras discutimos estos temas tan importantes.

The Institute For New Economic Thinking

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