La Deuda Pública del Tesoro es de U$S 190.000 millones
A mediados de 2001 la deuda pública representaba el 48% del PIB. Si le hubiéramos preguntado en aquel momento a algún Premio Nobel de Economía, de esos que son contratados para venir cada tanto a nuestro país, nos hubiera dicho que esa era "una cifra muy manejable, por debajo de los límites establecidos para ser miembro de la Unión Europea, que es de 60% del PIB".
Pero al devaluarse nuestra moneda desde enero de 2002 de 1 a 3 pesos por dólar, el PIB cayó, expresado en dólares de unos u$s 300 mil millones a U$S 100 mil millones y el peso de la deuda sobre el PIB alcanzó así a algo más de 140% del PIB. En pocos meses, Argentina pasó de tener una deuda manejable a tener una situación incontrolable, al "sincerarse" el valor del dólar.
El FMI no quiso refinanciar las deudas hacia fines de 2001 y la situación se descontroló debido a que el país no pudo cumplir con los compromisos externos, en tanto que la deuda interna ya estaba refinanciada
Como se recordará, el FMI no quiso refinanciar las deudas hacia fines de 2001 y la situación se descontroló debido a que el país no pudo cumplir con los compromisos externos, en tanto que la deuda interna ya estaba refinanciada. La soja valía 160 U$S/ton en los últimos meses de 2001 pero ya en abril de 2002 había comenzado a trepar a los 200 U$S/ton y desde allí no paró de subir y ahora se ubica arriba de los 600 U$S/ton, por lo que solo este grano brinda unos U$S 24 mil millones de dólares por año, cuando en 2001 solo aportaba U$S 4 mil millones. El viento de cola llegó ¡4 meses tarde!
¿Cómo evolucionó la deuda pública, la interna más la externa desde entonces? Lo podemos ver en el gráfico:
Por la devaluación del peso, la deuda pública, debido a que una parte de ella estaba en moneda local, cayó a U$S 113 mil millones en marzo de 2002. A partir del segundo trimestre de 2002 se emitió mucha deuda pública para compensar a los bancos por la pesificación diferencial a 1,20 $/U$S para los deudores y 1,40 $/U$S para los depositantes, y esta diferencia fueron millones de dólares por la magnitud extraordinaria de los depósitos y deudas afectados. También el Gobierno transformó muchos depósitos en deuda pública a 10 años, para impedir que se retiraran dichos depósitos en forma inmediata. Hacia fines de 2002 ya la deuda había alcanzado nuevamente el pico de 2001. Adicionalmente, el Tesoro colocó deuda en Venezuela, (Boden 2012, principalmente) hasta que este país nos quiso cobrar 15% anual en dólares.
La deuda pública post-convertibilidad y post-default llegó a los U$S 190 mil millones en el primer trimestre de 2005, cifra incluso muy superior a los U$S 145 millones de los últimos meses de 2001, o a los U$S 113 mil millones de marzo de 2002, según datos oficiales del Boletín Fiscal. Con la quita que hicieron Roberto Lavagna y Néstor Kirchner, la deuda pública se redujo a septiembre de 2005 a U$S 149 millones, es decir, bajó en U$S 41 mil millones, lo que afectó una gran parte de los fondos para los jubilados argentinos, en aquel momento AFJP hoy Anses, poseedores de muchos de los U$S 100 mil millones de bonos del default más grande de la historia.
No hay milagros en economía y si una entidad se gasta el dinero de otra, esta última no va a poder cumplir adecuadamente sus fines en algún momento futuro
El Tesoro Nacional ha tomado deuda en los últimos años tanto con el Banco Mundial como con el BID y otros organismos internacionales, pero principalmente con el Banco Central y la Anses. A fines de 2011 la deuda pública del Tesoro llegó a U$S 187 mil millones, casi el máximo anterior de U$S 190 mil millones y posiblemente ya estemos a fines de julio de 2012 en cifras superiores a todos los máximos alcanzados previamente.
Casi nadie cree que dichas deudas con el BCRA o Anses se vayan a pagar, pero eso significa que esas entidades se van a debilitar, como ya se nota con el caso del BCRA, que no puede hacer frente a la demanda de dólares y el Gobierno tiene que imponer un cepo cambiari o a la población, que no hubiera sido necesario si no le hubieran obligado al Banco Central a entregar en varios años alrededor de U$S 30 mil millones al Tesoro. Con estos recursos en su poder hoy tendríamos un Banco Central mucho más fuerte. No hay milagros en economía y si una entidad se gasta el dinero de otra, esta última no va a poder cumplir adecuadamente sus fines en algún momento futuro. La Anses no puede pagar los juicios perdidos, pues también ha destinado fondos importantes para el Tesoro y otros gastos.
Los dirigentes de nuestro querido país no quieren tomar medidas impopulares aunque la situación lo exija y prefieren correr el riesgo de tropezar varias veces con la misma piedra antes que adoptar medidas preventivas a tiempo
¿Es suficientemente seguro este 38% de deuda pública respecto a un PIB, aún menor que el 48% de 2001? El problema es que en ambos casos tenemos un PIB inflado por la política revaluadora de los gobiernos respectivos. Cuando el tipo de cambio vuelva a un valor más normal, el PIB en dólares va a bajar y por lo tanto el porcentaje de la deuda pública sobre el mismo puede subir, aunque no sabemos hasta qué nivel. Para tener seguridad sobre un nivel sustentable de la deuda pública, deberíamos calcular el PIB en dólares con la cotización de la Paridad Teórica de Equilibrio del dólar, que es un nivel bastante más elevado que el tipo oficial de cambio. Con esta fórmula nos encontraríamos con una situación nada holgada y deberíamos ir corrigiéndola para que no nos pase lo mismo que otras veces. Pero los dirigentes de nuestro querido país no quieren tomar medidas impopulares aunque la situación lo exija y prefieren correr el riesgo de tropezar varias veces con la misma piedra antes que adoptar medidas preventivas a tiempo. El principio básico de buena administración señala que el gasto público debe ser moderado y no se debe seguir pagando gastos que corresponden al Tesoro colocando deuda para retirar fondos ahorrados por otros organismos, pues éstos los van a requerir para sus propios fines en el futuro y no van a disponer de los mismos..
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