El blog reúne material de noticias de teoría y aplicaciones de conceptos básicos de economía en la vida diaria. Desde lo micro a lo macro pasando por todas las vertientes de los coyuntural a lo más abstracto de la teoría. La ciencia económica es imperial.
Todo el mundo recuerda esa famosa frase que llevó a Clinton a la presidencia de los Estados Unidos: “Es la economía, estúpido” fue el mantra que mostró que a la gente, incluso por encima de la guerra, le importaba el bolsillo.
A una semana de los anuncios de cambios en las metas de inflación, todo parece indicar que el Gobierno no entendió que bajar la velocidad de aumento de los precios depende casi exclusivamente de quebrar las expectativas de productores y consumidores, de gremialistas y empresarios.
Sé que mucha gente piensa que los responsables de los aumentos son cuatro o cinco empresarios inescrupulosos que remarcan por angurria, para ganar más; los dueños de los supermercados son los principales sospechosos. Otros creen que es por culpa de los Moyanosque buscan salarios que no se corresponden con su productividad. Pero los empresarios que buscan ganar dinero a toda costa y los gremialistas que persiguen rentas por monopolizar la representación de los trabajadores, existen en todas partes y sin embargo solo en 10 de los 153 países para los que el Banco Mundial tiene datos, hay más de 10% de inflación.
“El Gobierno tenía la chance de bajar la inflación por goteo. Hoy esa capacidad está en duda”
No existe tampoco nada particular en los países latinoamericanos, como creía el estructuralismo de la CEPAL, a mediados del siglo pasado. Solo Venezuela y Argentina tienen inflación.
No es el dólar. En los últimos 12 años fue más el tiempo que el billete verde estuvo virtualmente congelado, no obstante, los precios volaban. Tampoco es solo la emisión para financiar el déficit, que en 2015 representó 4,4% del PBI y se redujo drásticamente hasta ser solo 1,5% del producto durante el año pasado.
Estamos en un régimen inflacionario en el que todo el mundo piensa que la velocidad de los precios es entre 20 y 25% anual y en ese rango pivotean los alquileres, las paritarias y la mayoría de los contratos de la economía. En ese contexto un Banco Central con poca reputación busca coordinar las expectativas del público a la baja, con un mecanismo por el cual la cantidad de dinero responde de manera casi automática al requerimiento del mercado.
El enfoque del Banco Central no es en realidad tan monetarista como muchos creen, porque lo único que hace es subir las tasas de interés para convencer al público de que habrá menos inflación y será necesario menos dinero. Pero si la gente no cree eso y todos siguen esperando mucha inflación, incluso las tasas que parecen altas son vistas como relativamente baratas. Me explico; una tasa del 29% es altísima si usted espera 15% de inflación, pero si lo que se piensa es que los precios subirán un 25% en un año, ese 29% de las Lebacs implica una rentabilidad real de solo 3,2% que no es nada extraordinaria.
SI NO CAMBIA EL CHIP NO BAJAN LOS PRECIOS
El profesor Juan Carlos De Pablo suele comentar siempre la experiencia de la hiperinflación alemana del 22-23 del siglo pasado, que se terminó de manera casi instantánea con la introducción del Rentenmark en noviembre de 1923. Argentina tuvo también casos exitosos de freno brusco de los precios tanto en el Plan Austral, que a la postre fracasó, como con la Convertibilidad. Estos tres episodios tienen dos denominadores comunes; uno de forma y otro de fondo. El de fondo es el cambio de régimen. De movida queda claro que hay un antes y un después, que cambian las reglas de formación de precios y emisión de dinero. Además, existe un elemento marketinero que tiene que ver con el cambio del signo monetario y que apunta a generar un efecto psicológico que convenza al público que las reglas de juego han sufrido una ruptura.
“El problema del gradualismo es que por diseño fracasa en generar ese cambio de chip”
El problema del gradualismo es que por diseño fracasa en generar ese cambio de chip y hace muy difícil el trabajo, porque amplios sectores de la población, incluyendo un grupo no menor del círculo rojo que influye en la política y en la economía, no perciben los cambios. En el aula magna de la universidad, con académicos enfrente y una hora de exposición, Sturzenegger puede mostrar el éxito (mas cualitativo que cuantitativo) del modelo de metas que está implementando. Es cierto que los precios que se forman por el libre juego de la oferta y la demanda, los no regulados que los economistas llamamos “inflación núcleo”, están creciendo más despacio. Pero también es verdad que la velocidad a la cual pierden aceleración es tan lenta que resulta difícil de captar por los sentidos.
El psicólogo alemán Gustav Theorod Fechner, por ejemplo, descubrió en el siglo XIX un fenómeno que denominó “diferencial apenas perceptible” que es el que explica por qué son tan divertidos esos juegos de fotos que convierten a una persona en otra, a través de pequeños cambios que se van produciendo en una suerte de degradé de cinco imágenes. Simplemente, nuestra percepción tiene la capacidad de notar cambios de una magnitud importante y esa es la razón por la cual las empresas, durante las crisis, nos engañan sacándole una galletita al paquete o convirtiendo el envase de 500 gramos en uno de 480.
Hasta la semana pasada, el Gobierno tenía la chance de bajar la inflación por goteo. Hoy esa capacidad está en duda. Si el martes el Central persiste en sus tasas altas quedará alguna posibilidad de que siga haciéndolo, suponiendo que Sturzenegger aguante la presión política de Jefatura de Gabinete. Si, por el contrario, baja fuerte las tasas, habrá pocas probabilidades de que baje la inflación. Salvo que cambie por completo el régimen.
En 2017 la variación anual del IPC disminuyó respecto de 2016, pero no está tan lejos de los niveles que dejó el kirchnerismo
Por Roberto Cachanosky || Infobae
En los últimos cinco meses, la inflación dejó de bajar. (Reuters)
La batalla contra la inflación va a ser uno de los grandes desafíos de 2018. Si bien el Gobierno muestra que la inflación bajó del 45% anual en 2016 al 24% actual, lo cierto es que en ese punto hay un truco estadístico. Como dice Mancur Olson en su libro Auge y Decadencia de las Naciones: "Hoy en día los economistas disponemos de tal herramental matemático, estadístico y econométrico, que podemos torturar los números hasta que confiesen lo que queremos".
Si uno observa la evolución del IPC de los últimos cinco meses puede advertir que la inflación no está bajando sino que se mantiene estancada en torno al 24% anual aproximadamente. GRÁFICO 1
En 2016 el IPC se disparó por la devaluación y los ajustes de tarifas. En 2017 el tipo de cambio se contuvo quieto vía la tasa de interés y los ajustes de tarifas fueron menos intensos, con lo cual la variación anual del IPC disminuyó pero no está tan lejos de los niveles que dejó el kirchnerismo.
¿Por qué no baja la inflación si el BCRA sube la tasa de interés y toma deuda en LEBACs hasta niveles realmente peligrosos? Para explicarlo voy a utilizar el Cuadro 1.
CUADRO 1
¿Cómo se determina el poder adquisitivo de la moneda? El Cuadro 1 muestra diferentes columnas. La segunda muestra la cantidad de pesos en circulación. La tercera la cantidad de moneda que la gente quiere tener en el bolsillo por las dudas. Lo que se conoce como demanda por moneda o demanda de saldos monetarios no remunerados. Tengo dinero en el bolsillo pero no cobro interés por retenerlo. La cuarta es la diferencia entre la segunda y la tercera. Si hay 10.000 en circulación (caso 1) y 2.000 están inmovilizados, los pesos que efectivamente se utilizan para transacciones son 8.000 como muestra la cuarta columna. Si la oferta de bienes es de 800 unidades, el nivel general de precios va a ser de 10.
En el caso 2 supongo que aumenta la cantidad de pesos en circulación pero no crece la demanda por moneda. Esto significa que quedan 9.000 pesos en circulación, si la oferta de bienes no aumenta, el precio promedio de la economía estará en 11,25 en vez de 10.
Tercer caso. Aumenta la cantidad de moneda pero también baja la demanda de moneda o solo baja la demanda de moneda respecto al ejemplo 2. Si la oferta de bienes es de 800 el precio promedio sube a 12,5. Este es un punto importante, porque puede no aumentar la cantidad de moneda, pero si disminuye la demanda de dinero y la oferta de bienes es contante, el nivel de precios tiende a subir.
El último ejemplo, caso 4, supongo que el stock de moneda en circulación se mantiene constante al igual que la demanda de moneda, pero baja la oferta de bienes. Nuevamente tenemos un nivel de precios más alto, en este caso en 14,3.
La inflación no está bajando sino que se mantiene estancada en torno al 24% anual
De todo lo anterior se desprende que no es que si aumenta un 10% la cantidad de moneda, los precios suben inmediatamente un 10%. Todo va a depender del comportamiento de la demanda de moneda y de la oferta de bienes y servicios. Es decir, son tres los factores que determinan el poder adquisitivo de la moneda: la cantidad de moneda en circulación, la demanda de moneda y la oferta de bienes y servicios.
Por eso la tasa de interés no resulta un instrumento idóneo para frenar la inflación. Si sube la tasa de interés y frena el nivel de actividad y cae la demanda de moneda, cualquier aumento en el stock de pesos en circulación impacta en el nivel de precios por más que suban la tasa de interés.
Es difícil medir todos estos conceptos con datos de la economía, pero si tomamos el aumento del circulante que está en el 31% anual, la oferta de bienes y servicios crece al 4,3% (tomando aumento del PBI e importaciones) la diferencia es de 27 puntos con lo cual se acerca bastante a la tasa de inflación que mide el IPC. Uno podría concluir que la demanda de moneda (cantidad de pesos inmovilizados que quieren tener la gente) no aumenta y, por lo tanto, todo sobrante de pesos que hay en el mercado se va a precios.
En la medida que el BCRA tenga que seguir expandiendo moneda a estas tasas producto del déficit fiscal y la demanda de moneda no aumente, el escaso crecimiento de la oferta de bienes no logra compensar el impacto en precios y vamos a seguir teniendo tasas de inflación como las actuales.
Si efectivamente la demanda de moneda está, en el mejor de los casos, constante, la tasa de interés no sirve para frenar la inflación con estos niveles de expansión del circulante y este crecimiento de la economía. Por lo tanto, para frenar la inflación se requiere algo más que subir la tasa de interés. Hace falta una política fiscal consistente con el objetivo de bajar la inflación. Coordinar política monetaria y fiscal es lo que está faltando y la tasa de interés no es sustituto de esa coordinación monetaria y fiscal.
Cualquiera que diga que puede estimar cuál es la demanda de moneda está vendiendo humo porque nadie puede saber cómo será el comportamiento de millones de personas. De manera que lo máximo que podría intentar el BCRA para frenar la inflación es emitir en base a la expansión de la oferta de bienes y servicios (crecimiento del PBI e importaciones) para que los precios o suban, hipótesis de trabajo muy fuerte si tiene que seguir financiando al Tesoro.
En síntesis, la tasa de inflación no baja porque el BCRA emite por encima del crecimiento de la oferta de bienes y servicios y de la de la demanda de moneda. Seguir probando con la tasa de interés es perder el tiempo.
Crecer en la clase trabajadora proporciona a las personas habilidades sociales que ayudan a ampliar su perspectiva durante los conflictos.
Nicolas Hoizey / Unsplash
Cuanto menor es tu clase social, más "inteligente" eres, sugiere un nuevo estudio
Por Michael Price Science Magazine
Hay una aparente paradoja en la vida moderna: la sociedad en general se está volviendo más inteligente, pero no estamos más cerca de descubrir cómo llevarse bien. "¿Cómo es posible que tengamos tantos, sino más, conflictos como antes?", Pregunta el psicólogo social Igor Grossmann de la Universidad de Waterloo en Canadá.
La respuesta es que la inteligencia cruda no reduce el conflicto, afirma. La sabiduría sí. Tal sabiduría, en efecto, la capacidad de tener en cuenta las perspectivas de los demás y buscar el compromiso, llega de forma mucho más natural a quienes crecen en la clase trabajadora o pobre, según un nuevo estudio de Grossman y sus colegas.
Para llevar a cabo el estudio, Grossmann y su estudiante graduado Justin Brienza se embarcaron en un experimento de dos partes. Primero, pidieron a 2145 personas en todo Estados Unidos que realizaran una encuesta en línea. Se les pidió a los participantes recordar un conflicto reciente que tuvieron con alguien, como una discusión con un cónyuge o una pelea con un amigo. A continuación, respondieron 20 preguntas aplicables a ese o cualquier conflicto, que incluyen: "¿Alguna vez consideró una perspectiva de terceros?" "¿Cuánto trató de comprender el punto de vista de la otra persona?" Y "¿Consideró que podría estar equivocado? ? "
Grossmann y Brienza analizaron los datos y asignaron a los participantes un puntaje de "razonamiento sabio" basado en las respuestas al conflicto y un puntaje de "clase social", luego trazaron las dos puntuaciones una contra la otra. Descubrieron que las personas con los puntajes más bajos en la clase social, aquellos con menos ingresos, menos educación y más preocupaciones sobre el dinero, obtuvieron el doble de puntaje en la escala de razonamiento sabio que los de la clase social más alta. Los niveles de ingreso y educación iban desde la clase trabajadora hasta la clase media alta; ni los muy ricos ni los muy pobres estaban bien representados en el estudio.
En la segunda parte del experimento, el dúo reclutó a 200 personas en Ann Arbor, Michigan, y sus alrededores, para que tomaran una prueba de cociente intelectual estándar y leyeron tres cartas en la columna de consejos de Dear Abby. Una carta, por ejemplo, preguntaba sobre elegir lados en una discusión entre amigos mutuos. Luego, cada participante discutió con un entrevistador cómo pensaban que se desarrollarían las situaciones descritas en las cartas. Un panel de jueces calificó sus respuestas de acuerdo con varias medidas de razonamiento sabio. En el ejemplo anterior, pensar cómo un extraño podría ver el conflicto ganaría puntos para la sabiduría, mientras que confiar solo en la propia perspectiva no lo haría.
Los hallazgos tienen sentido, dice Jayawickreme, ya que las personas que crecen en un entorno de clase trabajadora tienen que depender de recursos compartidos y comunitarios más que las personas de la clase media, y por lo tanto perfeccionar las técnicas sociales que suavizan los conflictos con sus pares. Los de la clase media, en cambio, tienden a centrarse en la educación, lo que mejora sus puntajes de cociente intelectual, pero no ponen casi tanto esfuerzo en las habilidades de resolución de conflictos, dice Grossmann.
Si desea fomentar el razonamiento inteligente en usted mismo, aconseja Grossmann, trate de usar un lenguaje en tercera persona cuando piense en conflictos. Mente mentalmente a usted mismo y a su compañero de conflicto por su nombre, por ejemplo, ya que lo obliga a ver la situación como otros lo verían. Y busque situaciones en las que sus propias experiencias y expectativas no estén en el centro de atención, como asistir a un festival de cine multicultural o ser voluntario en un refugio para personas sin hogar.
Eventualmente, Grossman quiere expandir su estudio de la sabiduría a las personas en los extremos de la clase social. "No me sorprendería que el resultado sea aún más pronunciado en los extremadamente ricos, pero aún no tenemos los datos para hablarle", dice. "Me encantaría entrevistar a Donald Trump".
La minería de datos revela la forma en que los humanos se evalúan mutuamente
Las vastas bases de datos de estadísticas de fútbol exponen la limitada forma en que los observadores humanos califican el desempeño y sugieren cómo pueden mejorar significativamente. Emergent Technologies from arXiv
La forma en que evaluamos el desempeño de otros humanos es uno de los misterios más grandes de la psicología cognitiva. Este proceso ocurre continuamente a medida que juzgamos la capacidad de las personas para realizar ciertas tareas, evaluando a todos, desde electricistas y conductores de autobuses hasta contadores y políticos.
El problema es que solo tenemos acceso a un conjunto limitado de datos sobre el rendimiento de un individuo, algunos de ellos directamente relevantes, como el registro de conducir de un taxista, pero muchos de ellos son irrelevantes, como el sexo del conductor. De hecho, la cantidad de información puede ser tan grande que nos vemos obligados a decidir usar un pequeño subconjunto de la misma. ¿Cómo se hacen esas decisiones?
Hoy recibimos una especie de respuesta gracias al trabajo de Luca Pappalardo en la Universidad de Pisa en Italia y algunos amigos que han estudiado este problema en el campo del deporte, donde las cuestiones de rendimiento se ponen de relieve. Su trabajo proporciona una visión única de la forma en que evaluamos el desempeño humano y cómo esto se relaciona con medidas objetivas.
Los factores que los observadores humanos usan para calificar el desempeño son un pequeño subconjunto de medidas objetivas.
El rendimiento deportivo es un área en la que se han recopilado registros detallados del desempeño individual durante algunos años. Pappalardo y co se centran en el fútbol, el deporte más popular del mundo, y en particular en el rendimiento de los jugadores que compiten en la parte superior del deporte en la liga de fútbol de la Serie A de Italia.
Durante muchos años, los periódicos deportivos italianos han calificado el rendimiento de los jugadores en cada juego en una escala de 0 a 10, donde 0 es inolvidablemente malo y 10 inolvidablemente increíble. Este sistema se basa en el sistema italiano de calificaciones escolares, donde un 6 indica que un alumno se desempeñó adecuadamente. La forma en que los jugadores son calificados no se publica, pero es presumiblemente hecha por un experto periodista deportivo.
En los últimos años, los mismos jugadores también han sido evaluados por un sistema de medición objetivo que cuenta el número de pases, tiros, tacleadas, salvados, etc. que cada jugador realiza. Esta medida técnica tiene en cuenta 150 parámetros diferentes y proporciona una cuenta completa del rendimiento en el terreno de cada jugador.
La pregunta que hacen Pappalardo y sus colegas es cómo las clasificaciones de los periódicos se correlacionan con las calificaciones técnicas, y si es posible utilizar los datos técnicos para comprender los factores que influyen en las calificaciones de los seres humanos.
Los investigadores comienzan con el conjunto de datos técnicos de 760 juegos en la Serie A en las temporadas 2015-16 y 2016-17. Esto consiste en más de un millón de puntos de datos que describen los eventos puntuales con sello de tiempo. Usan la información para extraer un vector de rendimiento técnico para cada jugador en cada juego; esto actúa como una medida objetiva de su desempeño.
Los investigadores también tienen las calificaciones para cada jugador en cada juego de tres periódicos deportivos: Gazzetta dello Sport, Corriere dello Sport y Tuttosport.
Las clasificaciones de los periódicos tienen algunas propiedades estadísticas interesantes. Solo el 3 por ciento de las calificaciones son inferiores a 5 y solo un 2 por ciento más que 7. Cuando las clasificaciones se clasifican de acuerdo con el sistema de calificaciones de la escuela, como malas si son inferiores a 6 y buenas si tienen 7 o más, son malas. las calificaciones resultan ser tres veces más comunes que las buenas.
En general, los periódicos califican una actuación similar, aunque puede haber desacuerdos ocasionales hasta en 6 puntos. "Observamos un buen acuerdo sobre las calificaciones pareadas entre los periódicos, encontrando que las calificaciones (i) tienen distribuciones idénticas; (ii) están fuertemente correlacionados entre sí; y (iii) típicamente difieren en una unidad de calificación (0.5) ", dicen Pappalardo y compañía.
Para analizar la relación entre las clasificaciones de los periódicos y las clasificaciones técnicas, Pappalardo y co utilizan el aprendizaje automático para encontrar correlaciones en los conjuntos de datos. En particular, crean un "juez artificial" que intenta reproducir las calificaciones de los periódicos de un subconjunto de los datos técnicos.
Esto conduce a un resultado curioso. El juez artificial puede igualar las calificaciones de los periódicos con un grado razonable de precisión, pero no tan bien como los periódicos coinciden entre sí. "El desacuerdo indica que las características técnicas por sí solas no pueden explicar completamente el proceso de calificación [del periódico]", dicen Pappalardo y compañía.
En otras palabras, las calificaciones de los periódicos deben depender de factores externos que no son capturados por los datos técnicos, como la expectativa de un determinado resultado, el sesgo personal, y así sucesivamente.
Para poner a prueba esta idea, Pappalardo y co recogieron otro conjunto de datos que captura factores externos. Estos incluyen la edad, nacionalidad y club del jugador, el resultado esperado del juego según lo estimado por los corredores de apuestas, el resultado real del juego y si un juego se juega en casa o fuera de casa.
Cuando se incluyen estos datos, el juez artificial lo hace mucho mejor. "Al agregar información contextual, el acuerdo estadístico entre el juez artificial y el juez humano aumenta significativamente", dice el equipo.
De hecho, pueden ver claramente ejemplos de la forma en que los factores externos influyen en las calificaciones de los periódicos. En todo el conjunto de datos, solo dos jugadores han recibido un premio perfecto. Uno de ellos fue el delantero argentino Gonzalo Higuaín, que jugó para Napoli. En esta ocasión, marcó tres goles en un juego, y al hacerlo se convirtió en el máximo anotador de la historia en una temporada en la Serie A. Ese hito fue sin duda la razón para la calificación perfecta, pero no hay forma de derivar esto. puntuación del conjunto de datos técnicos.
Una pregunta importante es qué factores utiliza el juez artificial para que coincida con las calificaciones de los periódicos. "Observamos que la mayor parte de la atención de un juez humano está dedicada a un pequeño número de características, y la gran mayoría de las características técnicas son poco consideradas o descartadas durante el proceso de evaluación", dicen Pappalardo y compañía.
Entonces, para atacar a los jugadores avanzados, los periódicos tienden a clasificarlos usando factores fácilmente observables, como el número de goles marcados; ellos califican a los porteros sobre el número de goles encajados. Los jugadores de medio campo tienden a ser calificados por parámetros más generales, como la diferencia de goles.
Eso tiene sentido: los observadores humanos tienen un ancho de banda limitado y probablemente solo puedan observar una pequeña fracción de los indicadores de rendimiento. De hecho, el equipo dice que el juez artificial puede igualar clasificaciones humanas usando menos de 20 de los factores técnicos y externos.
Es un resultado fascinante que tiene implicaciones importantes para la forma en que pensamos sobre las calificaciones de desempeño. El objetivo, por supuesto, es encontrar formas más efectivas de evaluar el rendimiento en todo tipo de situaciones. Pappalardo y su equipo piensan que su trabajo tiene una influencia significativa en esto. "Este documento se puede utilizar para capacitar a los evaluadores humanos para obtener una comprensión sobre la lógica subyacente de sus decisiones", concluyen.
Especialistas del INTA llevan un programa agroecológico hace 2 años para ayudar a familias humildes y en una superficie de 152 metros cuadrados.
Se pueden ahorrar hasta $ 3.200 por mes en la compra de verduras con una huerta familiar
Foto: INTA
Una huerta familiar permite ahorrar hasta $ 3.200 en compra de vegetales al mes, según determinaron tras dos años de relevamiento especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) AMBA.
Presentaron un informe que analiza la producción de verduras agroecológicas y compara sus rindes con los precios de venta mientras que se estimó, además, que una huerta de 152 metros cuadrados permite obtener más de 1.150 kilos de alimento.
"En apenas 152 metros cuadrados es posible cultivar más de 1.150 kilos de verduras que, en términos económicos, equivalen a alrededor de $ 3.200 por mes", sostuvo el reporte.
Esta cifra representa cuánto puede ahorrar una familia al producir sus propios alimentos con una huerta agroecológica.
Así lo afirmó un estudio del ProHuerta, el programa del Ministerio de Desarrollo Social y del INTA, llevado a cabo durante dos años por especialistas del instituto en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
"Bien manejadas, las huertas tienen un rinde bastante estable", dijo Francisco Pescio, coordinador del ProHuerta en la región AMBA-Delta, quien precisó que, en la superficie estudiada -propia de zonas periurbanas y rurales-, se logró una productividad de 7,5 kilos de hortalizas por metro cuadrado.
Agregó: "Vimos día por día cuánto representaba esa cantidad en los costos de verdulería y nos dio un ahorro equivalente a unos $ 3.200 por mes gracias a la huerta".
Para hacer el cálculo, los técnicos del INTA tuvieron en cuenta la variación estacional en el valor de las hortalizas y tomaron como base los precios mayoristas del Mercado Central de Buenos Aires ajustados a precio minorista, para asimilar los valores a las verdulerías.
No obstante, las huertas que promueve el programa otorgan un valor diferencial a los productos debido a sus características agroecológicas.
De acuerdo con Pescio, el ahorro alcanzado es significativo, en particular, para el público objetivo del ProHuerta: "El programa está pensado especialmente para familias en situación de vulnerabilidad, que a veces no pueden comprar verduras, y en este sentido, es importante que puedan producir alimentos saludables y nutritivos para su autoconsumo".
Además, señaló el extensionista, "los huerteros suelen compartir su cosecha con otros familiares y vecinos y, eventualmente, es posible que comercialicen los excedentes".
Los libros para entender la economía que viene (Adrián Escandar)
En tiempos en que la economía se rebusca para inmiscuirse hasta en los más pequeños espacios de nuestra cotidianidad, el panorama local hace su mejor esfuerzo para que la perdamos de vista. Con la simple intención de arrojar luz sobre un contexto que todos los días nos habla de deuda, gasto público y "una macro" con los vaivenes de un viejo marino, estos son nuestros cinco libros recomendados para entender la economía que nos espera en el 2018:
“La economía del bien común”, del premio Nobel Jean Tirole
Jean Tirole, Director de la Escuela de Economía de Toulouse, nos habla desde la experiencia y más alta consagración académica, de temas fundamentales de la economía reciente como pueden ser la crisis del 2008 con sus latentes consecuencias, automatización vs desempleo, el cambio climático, el rol del estado o la disrupción en el paradigma económico que produjo la digitalización de los bienes y servicios.
Joseph Stiglitz, ganador del Nobel de Economía (Reuters)
Sería casi injusto para con el lector comenzar a hablar desde este libro sin hablar de sus autores. Mantendremos la justicia entonces: dos de los máximos referentes en la materia, mundial el primero y local el segundo.
Quizás pecando de "técnico" para el lector no avezado en términos formales, estamos frente a un tomo que amalgama sin desperdicios medidas justas de teoría macroeconómica, historia y política. Es, sin duda, la cristalización de un trabajo crítico en manos de dos expertos que no ahorran en detalles a la hora de presentar un manual de claras medidas preventivas para evitar los trastornos del endeudamiento fuera de tiempo y forma.
José Luis Espert, autor de “La Argentina devorada” (Adrián Escandar)
Una radiografía precisa y visceral de la economía de nuestro país en manos de uno de los referente de la economía actual argentina. Amado por algunos, odiado por otros, pero, sobre todas las cosas, inevitable a la hora de pensar la dinámica del gasto público nacional. La tesis de Espert es tan sencilla como concreta: el estado actual de la economía argentina se debe a la combinación de tres entidades (palpables y todavía muy activas) que causaron un enorme desajuste: los empresarios beneficiados por el Estado, los políticos prebendarios y los sindicatos desmedidos. Acompañado por un gran compendio de información estadística presenta un escenario por demás complejo pero accesible para el más ocasional de los lectores.
Si bien la economía desde sus inicios tuvo como premisa que el hombre actúa guiado por la razón, Thaler no está tan de acuerdo y con ese tema se compromete. El ganador del último Nobel de Economía, cuenta en un lenguaje coloquial -y casi familiar- como es que varias de las teorías económicas clásicas se pueden poner a prueba cuando son analizadas desde un enfoque psicológico o conductual. Intenta y logra con asombrosa eficacia orientar al lector en cómo tomar decisiones más conscientes e inteligentes respecto a temas triviales pero centrales en la economía personal como pueden ser el ahorro, la vivienda y la jubilación sin alejarse de otros temas colectivos como ser la elección de jugadores de fútbol o el surgimiento de la economía colaborativa.
“El euro y la batalla de las ideas”, un libro polémico
Un economista británico, uno alemán y el ex-vicegobernador del Banco de Francia, nos cuentan cómo la crisis europea ocurrió sin dar lugar una solución colectiva dentro del seno de la Unión Europea. Todo parte de una premisa fundamental e incendiaria: los dos modelos, el francés y el alemán, que dieron lugar al euro, lejos de haber unificado a la región, generaron un escenario distópico donde las asperezas están lejos de poder limarse. Los autores repasan los sucesos principales del conflicto dando un panorama claro de una situación que (tal como se recuerda en el libro en palabras de Jean Monnet) cuenta como "Europa se hará en las crisis y será la suma de las soluciones que a esas crisis se den".
Quienes son los emprendedores, científicos y artistas que están cambiando el país
Un repaso por los casos de éxito nacionales en términos de innovación y tecnología que pudieron ganarle a un contexto altamente desfavorable. La muestra de que Argentina con las correctas políticas públicas puede ser el verdadero corazón en innovación tecnológica de la región.
La actual expansión económica ha sido larga pero débil, y puede haber una recesión.
El PIB actualmente está por encima de su potencial estimado en función de la productividad y el tamaño de la fuerza de trabajo.
En el pasado, las recesiones generalmente han llegado dentro de unos pocos años de un PIB por encima del potencial.
No hace mucho, expliqué por qué los recortes de impuestos no estimularán la economía tanto como piensan los republicanos.
En resumen, la mayoría de los CEO dice que usará cualquier ahorro de impuestos para recompra de acciones o dividendos, no nuevas contrataciones o expansión.
Pero, ¿y si, en lugar de un crecimiento escaso o nulo, este impuesto genera una contracción absoluta?
La recesión ya está vencida
La expansión económica actual es ahora la tercera más larga desde la Segunda Guerra Mundial. También es el más débil. Aquí hay una tabla que mostré el verano pasado.
La línea amarilla es la recuperación actual que comenzó en 2009. Solamente los períodos de crecimiento de los años 60 y 90 continuaron por más tiempo, y ambos tuvieron un crecimiento mucho más alto.
Entonces, solo por el tiempo, ya estamos atrasados o vencidos por la recesión. Sí, la economía podría mejorar aún más desde aquí ... pero probablemente no por mucho tiempo.
Nuestra economía ha alcanzado el máximo rendimiento potencial
Además del PIB, los economistas rastrean lo que se llama "PIB potencial". Así de rápido puede crecer la economía, teniendo en cuenta la cantidad de trabajadores disponibles, la productividad y otros factores.
Si los datos posteriores confirman el crecimiento del 3,3% del PIB ajustado a la inflación del último trimestre, será la primera vez que la economía de los EE. UU. Alcance el "máximo rendimiento sostenible" desde 2007.
En el siguiente gráfico, la brecha entre la línea gris (PIB potencial) y la línea roja (PIB real) representa la capacidad no utilizada.
Puedes ver que tuvimos mucho en la profundidad de la recesión de 2009. La brecha se redujo lentamente desde entonces. Ahora está cerrado.
Buenas noticias, ¿verdad? Sí, lo es, pero no lo hagas todavía.
El final está cerca
El PIB real no puede mantenerse por encima del PIB potencial durante mucho tiempo antes de que comiencen las cosas malas. Esta tabla lo demuestra:
Vemos aquí cómo el PIB se movió por encima y por debajo de su potencial desde la década de 1970. Tenga en cuenta que cada vez que la línea verde pasa de cero, una recesión (las barras grises) comenzó poco después.
"Pronto" puede variar, por supuesto. El PBI estuvo por encima del potencial por períodos prolongados a fines de la década de 1990 y de 2006 a 2007, pero en ambos casos, siguieron intensas recesiones. Además, la Fed no se estaba ajustando como lo está ahora, lo que sugiere que la expansión actual se está acercando a su punto final.
4% de crecimiento es una tontería
La administración de Trump y los republicanos del Congreso no están de acuerdo, diciendo que sus cambios impositivos estimularán años de crecimiento económico y más que pagar por sí mismos.
El propio presidente Trump dijo el mes pasado que pensaba que el crecimiento podría alcanzar el 4% e incluso "un poco más alto".
Estoy de acuerdo en que podemos obtener un cuarto o dos de crecimiento real anualizado del 4%. Pero continuará por años? Probablemente no, a menos que el PIB potencial dé un gran salto.
Aquí está el gráfico del PIB potencial anterior, extrapolando el futuro como se vería con un crecimiento del 3-4% durante la próxima década.
Lamento que este gráfico sea tan alto, pero ese triángulo rojo es necesario para proyectar todo el crecimiento que anticipa el presidente y que el Congreso dice que pagará por los recortes de impuestos. El ventilador amarillo más pequeño debajo de él es la estimación menos emocionante de los economistas no partidistas.
En cualquier caso, para hacer lo que los republicanos predicen, el PIB debe crecer por encima de su potencial durante años, a menos que el PIB potencial se eleve de manera espectacular.
Eso no es imposible: un gran adelanto tecnológico podría hacerlo. Pero lo más probable es que una recesión, un desastre natural, una guerra o cualquier otro tipo de choque reduzcan drásticamente el PIB. Las proyecciones anteriores no tienen en cuenta esa posibilidad.
El PIB real puede superar el PIB potencial al final de un ciclo, pero por definición, dicho crecimiento es insostenible. Las aportaciones a los trabajadores con mayor producción disponible, la productividad, no pueden crecer lo suficientemente rápido, por lo que esos auges terminan en "boom".
Desencadenantes de la recesión
Aquí es donde estamos:
La expansión actual es larga en dientes, lo que sugiere que una recesión podría comenzar en cualquier momento.
El crecimiento del PIB está por encima del potencial, lo que también apunta a la recesión en el futuro cercano.
La Fed se está ajustando, pronto se unirán otros bancos centrales.
Los préstamos del Tesoro probablemente aumentarán en los próximos años a medida que aumenten los déficits.
Bitcoin y otras criptomonedas se ven cada vez más como burbujas.
Todo eso está sucediendo incluso si no tenemos sorpresas. Guerra con Corea del Norte, una ruptura del TLCAN, una crisis bancaria china, un duro Brexit, cualquiera de ellos podría extinguir el crecimiento global.
Mi principal temor cuando entramos en 2017 fue que la Fed se apretaría demasiado y demasiado rápido, empujando a la economía a una recesión deflacionaria. Sigo pensando que ese es el escenario más probable.
Con esta factura de impuestos aprobada en su forma actual, la recesión puede ocurrir antes y profundizar. El ajuste combinado fiscal y monetario podría ser el desencadenante.
Sin embargo, primero podríamos obtener un repunte inflacionario azucarero, que podría durar un tiempo. El PIB estuvo por encima del potencial durante cuatro años a fines de la década de 1990 y durante más de un año en la locura por la vivienda.
Esos fueron momentos divertidos mientras duraron. Entonces la diversión se detuvo.
La crisis de la mantequilla es una crisis existencial. ¿Qué es la vida francesa sin mantequilla? (Reuters / Stephane Mahe)
Una visita al Sena Fromager en el Marché des Carmes trajo más malas noticias. Daniel, el conocedor y agradable dependiente que tolera con destreza a mi pobre francés, miró sombríamente la vitrina cuando pregunté por la mantequilla.
Se había ido el bloque gigante de mantequilla fresca brillante de la que corta una tableta cada día para los clientes más exigentes. Señaló una pequeña pila de mantequilla y dijo que este era el último suministro de esta marca que podía conseguir. Lo que lo hizo aún más triste fue que los precios habían aumentado en un 20% para la mantequilla que se podía encontrar.
"Una vez que los precios suben, por lo general no vuelven a bajar", se lamentó. "Incluso cuando esto termine, el precio de la mantequilla seguirá siendo alto".
La gran crisis de la mantequilla francesa de 2017, el "crise de beurre", está aquí en el suroeste. La escasez masiva de mantequilla se sintió por primera vez este año en las regiones del norte de Bretaña y Normandía donde la producción láctea local es más alta, seguida naturalmente por París y ahora aquí. Tal vez tardó un poco más en llegar porque supuestamente el sur usa más petróleo en alimentos que el norte. Pero en cualquier caso, ahora somos uno con el país que se ha enfrentado a esta crisis con una mezcla de indignación, miedo tembloroso sobre su impacto en los hábitos alimenticios diarios, un poco de acaparamiento, y también un extraordinario sentido del humor sobre todo . Si crees que una crisis por la escasez de mantequilla parece ser la más francesa de las catástrofes, los franceses están allí contigo, atrapados entre sentimientos de diversión y agonía por su difícil situación.
Tal momento desencadena un pasatiempo favorito de Francia: la oportunidad de participar en el profundo cuestionamiento de todo. La crisis de la mantequilla es una crisis existencial. ¿Qué es la vida sin mantequilla? Es una crisis cultural e identidad. ¿Qué significa ser francés sin mantequilla? Es una crisis culinaria. Mantequilla sin sal? ¿Margarina? ¿Estas loco?
Sobre todo, sin embargo, es una crisis económica. La escasez es la última de una larga lista de crímenes que se atribuyen a la globalización y la comercialización demasiado lejos. ¿Cómo podría un país que produce mantequilla en abundancia, un país que sangra mantequilla, sufrir la falta de ella? El dedo acusador es señalado por muchos en un sistema injusto de comercio global y la invasión de las inevitabilidades capitalistas como las grandes cadenas de supermercados que se han vuelto comunes y demasiado poderosas.
Es una crisis cultural e identidad. ¿Qué significa ser francés sin mantequilla? Es una crisis culinaria. Mantequilla sin sal? ¿Margarina? ¿Estas loco?
La globalización como concepto ha tenido un par de años difíciles, ya que la política parecía haber tomado una decisión decisiva contra ella en los EE. UU. Y el Reino Unido. Podría parecer que la globalización tuvo un respiro en Francia cuando el progolésista Emmanuel Macron fue elegido presidente en la primavera. Pero es fácil olvidar que dos candidatos anti-globalistas, Marine Le Pen (a la derecha) y Jean-Luc Melénchon (a la izquierda) juntos recibieron alrededor del 40% de los votos en la primera ronda. La globalización llevó el día en Francia, pero los votantes apenas le dieron un resonante respaldo. Ahora está acusado de robarles su querida mantequilla, que no es la forma de ganar corazones y mentes aquí.
La crisis de la mantequilla ha vuelto a poner en primer plano la cuestión del lugar de Francia en la economía mundial, ya que los fundamentos del capitalismo se debaten acaloradamente aquí de la forma en que uno nunca escucha más en los Estados Unidos. "¿La escasez de mantequilla, la crisis suprema del capitalismo?", Preguntó una revista antiglobal. Mezclando referencias a la escasez bajo la ocupación nazi, la importancia de la grasa en la dieta y la superioridad de la mantequilla en el aceite, el escritor ve en la crisis de la mantequilla los últimos días de una moribunda ideología de libre mercado. "Para un sistema que se jactaba de producir abundancia (mientras que las democracias de las personas feas solo tenían margarina porque era culpa de Lenin) ... a falta de mantequilla, se ve mal. Todavía es muy simbólico, mantequilla. A falta de mantequilla, en la imaginación de un país como Francia, recuerda la escasez más aterradora ".
Cuando se trata de alimentos, puede que no haya nada que los estadounidenses asocian más fundamentalmente con los franceses que la mantequilla. Claro, hay cosas más esotéricas como caracoles o ancas de rana. La mantequilla, sin embargo, parece ser el núcleo de cómo vemos la dieta francesa. Tal vez sea porque para los estadounidenses de cierta edad, la cocina francesa fue ensalzada y enseñada por Julia Childs. "Con suficiente mantequilla, todo está bien", exclamó ella. A pesar de décadas de libros de cocina y programas de televisión que contenían infinitas ideas sobre las maravillas y los matices de la cocina francesa, lo que tendemos a recordar es la mantequilla. Los franceses tenían razón, afirmaba Julia Childs, que la mantequilla hace que todo sepa mejor. Esto hizo que los franceses parecieran aún más místicos, otros mundanos. Mientras el mundo descubría las cintas de correr y las modas del entrenamiento y los sustitutos de la mantequilla bajos en grasa fabricados químicamente, los franceses estaban repartiendo cubos de mantequilla sobre todo y aún lograban adelgazar y estar más sanos que la mayoría de los demás países occidentales.
Una caricatura, tal vez, pero solo por grados. Los franceses son de hecho los mayores consumidores de mantequilla en el planeta. Por mucho. En 2016, según el Canadian Dairy Information Centre, la persona promedio de Francia consumió 8,2 kg de mantequilla. Eso comparado con 2.6 kg para un estadounidense. Y .1 kg para alguien en China. En los Estados Unidos, no puedes tener tu pastel y comértelo también. Pero en Francia, no se puede tener "le beurre et l'argent du beurre" (la mantequilla y el dinero de vender la mantequilla). Este consumo masivo de mantequilla no es sorprendente si alguna vez has visto a alguien como Julia Childs hacer croissants. Estos alimentos básicos de la dieta francesa son esencialmente un gran trozo de mantequilla hecho comestible mediante la cocción de algunas cantidades simbólicas de harina a su alrededor.
Cuando la noticia de los aumentos de precios comenzó a extenderse, se produjo un leve grado de pánico en esta tierra de almas mantequeras. Cuando la mantequilla comenzó a desaparecer con mayor frecuencia en los últimos dos meses, el impacto fue profundo. La Escuela Nacional de Industrias Lecheras y Carnes de La Roche-sur-Foron dice que ha sido asediada por llamados a aumentar la producción de mantequilla, pero dice que no puede porque pondría en peligro la calidad de la enseñanza. Boulangeries ha estado subiendo los precios de los croissants, de € 1.05 a (¡jadeo!) € 1.15. A la gente le preocupa si habrá mantequilla para su entrada de Navidad. TV News ha estado ofreciendo tutoriales sobre cómo hacer su propia mantequilla. Francia tiene la sensación de ser un país en pie de guerra.
Aún así, los franceses están decididos a no cruzar ciertas líneas. Hubo un rechazo casi unánime a tomar tal vez la medida más desesperada de todas: comprar margarina. La noción de usar este temido sustituto en cosas como croissants fue ampliamente rechazada. A través de Twitter, las personas compartieron con una mezcla de fotos de entretenimiento y orgullo de estantes super mercado llenos de margarina. Los tiempos eran desesperados, pero los franceses habían mantenido la cabeza y estaban decididos a aferrarse a algo esencial acerca de ser francés. A pesar de que el país se acerca cada vez más a las costumbres y hábitos estadounidenses, hay algunas líneas que se niega a cruzar.
Mezclado en la ira hay una dosis de humor bastante saludable. Sí, todavía hay muchos ataques franceses en el mundo. Pero al final del día, nadie se divierte más con los franceses que con los franceses, incluso en tiempos de necesidad.
Cuando la noticia de la inminente crisis de la mantequilla se extendió por la tierra, un colectivo de artistas conocido como "La Mauvaise Graine" (La mala semilla) se conmovió para hacer una película satírica sobre la próxima beurre-pocalypse llamada "Pénurie", la palabra francesa para " escasez."
En el nivel más básico, la crisis de la mantequilla parece un caso de Economía 101: un desequilibrio entre la oferta y la demanda.
Retrocediendo casi un año, el sector agrícola comenzó a advertir sobre posibles problemas relacionados con la producción de mantequilla. Esto se debe a que debido al mal clima y su impacto en la alimentación y las cosechas de los animales, el año 2016 no fue un buen año para criar y alimentar al ganado. El mal estado de la comida de vaca estaba conduciendo a menores tasas de producción de leche. En 2016, se obtuvieron 24.667 toneladas de leche en Francia, según el Instituto Nacional Francés de Productos Agrícolas y Marinos (France AgriMer). Eso fue un descenso del 2.8% desde 2015.
Sobre una base de ganancias, el queso genera mayores ganancias que la mantequilla, por lo que cuando los suministros se agotan, tiene prioridad sobre la mantequilla. Eso es porque toma 22 litros de leche para hacer un kilo de mantequilla. Puedes hacer la misma cantidad de Emmental con solo 12 litros. Entonces los productores están haciendo una elección económica profundamente racional.
Al mismo tiempo, la producción disminuye, la demanda mundial de mantequilla está en auge. Esto es impulsado principalmente por dos países. Los chinos, que actualmente se toman todas las cosas francesas, han adoptado croissants y otras pastas francesas. Igual de impactante, para consternación de los franceses, sus primos estadounidenses finalmente se aligeran sobre la cuestión de la mantequilla entera a medida que la rueda de las dietas de la dieta en los Estados Unidos se ha vuelto a favor de las grasas y la mantequilla. "La demanda mundial ha aumentado en un 5% en los últimos doce a dieciocho meses, mientras que el suministro ha disminuido simultáneamente en un 5%. Es gigantesco ", dijo Jean-Marie Le Bris, directora de productos de consumo de la cooperativa lechera Laïta y la marca Paysan Breton, en marzo pasado en una entrevista con Les Echos.
Este simple desequilibrio entre la oferta y la demanda se refleja en el precio de la mantequilla. En los últimos 20 meses, el costo industrial de la mantequilla cruda en Francia aumentó de € 2.500 por tonelada a € 8,000 por tonelada a partir de septiembre, según Le Figaro. Pero si bien esto explica el costo exorbitante, no nos dice por completo por qué las estanterías de mantequilla de las tiendas en todo el país están vacías.
Una de las alegrías de nuestro vecindario en Toulouse es su proximidad al Marché des Carmes. El mercado al aire libre es una noción romántica de la vida de los estadounidenses en Francia. Despertarse por la mañana y pasear hasta el marché para obtener un pan ridículamente fresco en la panadería, tal vez una chocolatería. Deambulando por el boucherie en busca de consejos sobre los cortes de carne de res, mirando con los ojos vendados las exhibiciones de los peces en las poissonneries. Y, sin embargo, mientras nos complacemos en nuestras fantasías francesas, la realidad de las compras en Francia para la persona promedio de Francia es bastante diferente.
En todo el país, las grandes cadenas de compras dominan las ventas. Si Francia alguna vez se resistió a esta tendencia al estilo estadounidense, se detuvo hace décadas. Hoy, las cadenas francesas como Carrefour, Casino, Intermarché y E. Leclerc dominan la vida diaria de los compradores franceses. Las primeras siete cadenas representan el 85% de todas las ventas de comestibles en el país, según Kantar Retail. Es el tipo de dominio que las cadenas estadounidenses como Costco o Safeway solo podían soñar. Las cadenas de supermercados francesas fueron tan exitosas que durante un tiempo fueron aclamadas como motores económicos y fuentes de innovación minorista francesa a medida que se expandieron por todo el mundo.
En los últimos años, sin embargo, estos colosos han estado luchando con la desaceleración de las ventas, las ganancias reducidas y los hábitos cambiantes de compra. Pasaron años construyendo en las afueras de las ciudades el tipo de grandes supermercados donde cualquier estadounidense suburbano se sentiría como en casa. Después de la crisis financiera de 2008, varias cosas en Francia cambiaron.
En parte, es demográfico. Según un estudio de Kantar Retail, el aumento de la población en Francia ha disminuido de un promedio anual de 500,000 entre 2001-2006, a un estimado de 283,000 entre 2016-2021. Como resultado, la población está envejeciendo, y se espera que las personas mayores de 65 años crezcan del 19% al 21% de la población para el año 2021. Estas personas viven cada vez más en hogares familiares grandes y son menos móviles. Además, gran parte de la población actual aumentada incluye inmigrantes pobres que viven en hogares compartidos con otras familias y que carecen de automóviles. Todo esto, mezclado con quizás un deseo cultural de recuperar una forma de vida más antigua, ha llevado a los franceses a regresar lentamente a las tiendas de su vecindario. Es lo que llama Kantar en las oportunidades de venta minorista de "canasta pequeña". Estos gigantes corporativos vieron la escritura en la pared, y se han adaptado luchando para construir versiones "minúsculas" y "mini" y "express" de sus mercados que ahora empacan aparentemente en cada rincón de nuestra ciudad.
Piense en la forma en que ciertos barrios urbanos de América se saturaron con McDonald's o Starbucks en los años 90. Eso es lo que está sucediendo en toda Francia, multiplicado por 100. Justo el otro día, volviendo de unas vacaciones, notamos que una antigua zapatería se había convertido en un Carrefour Express, la segunda tienda local que la empresa había abierto a dos cuadras de nuestra casa en los últimos cuatro meses. Tenemos un casino a una corta distancia a pie, sin importar en qué dirección salga por nuestra puerta, todos los cuales han sido ampliamente renovados durante el año pasado. Y estos están apretujados entre una tienda Monoprix y nuestra tienda de comestibles local Biocoop. Es como un ejército invasor que ha rodeado el Marché des Carmes por todos lados en un intento concertado de asfixiarlo lentamente. Esta es una tendencia que vale la pena destacar porque, como dije, los franceses son considerados líderes innovadores en el sector minorista, y apuesto a que puede esperar escuchar términos como "minorista de proximidad" en los próximos años a medida que los minoristas estadounidenses busquen el última moda de compras para salvar la economía de ladrillo y mortero que se desmorona.
Enfrentados a enormes gastos de capital, ganancias reducidas, competencia difícil, la crisis de la mantequilla ha llegado en el peor momento posible para los gigantes de los supermercados.
De vuelta en Francia, este pivote masivo está dando lugar a enormes gastos de capital que han hecho que las ganancias sean aún más estrechas. Estos gigantes están peleando por los clientes con una canasta de mano a la vez. La competencia es brutal. Y sin embargo, la intensidad ha llevado a una serie de alianzas bastante perversas. Decididos a reducir los precios al mínimo, estos gigantes han formado varias asociaciones de compra entre sí para obtener un mayor apalancamiento sobre los productores. Entonces, por ejemplo, Intermarché y Casino negocian los precios de compra, Carrefour tiene su propio socio, y así sucesivamente. Estos aliados firman contratos una vez al año con muchos productores, y esto nos lleva a la razón por la cual no hay mantequilla en muchas de sus estanterías.
Con el costo de la mantequilla industrial en alza, los productores han pedido a los supermercados renegociar los ingredientes de compra. Los supermercados se han negado, dado que lo último que quieren hacer es pasar los aumentos de precios de cualquier tipo a los clientes. Enfrentados a enormes gastos de capital, ganancias reducidas, competencia difícil, la crisis de la mantequilla ha llegado en el peor momento posible para los gigantes de los supermercados.
Los productores no lo están teniendo, sin embargo. Después de haber visto las cadenas de supermercados convertirse en todo poderoso, los fabricantes de mantequilla no sienten mucha pena en sus corazones. Dominque Charge, presidente de la Federación Nacional de Cooperativas Lecheras, se quejó a Le Figaro de que la crisis de la mantequilla "ilustra la gran disfunción de este" desequilibrio de poder. "Los distribuidores están acostumbrados a una abundancia para presionar los precios".
Con los supermercados negándose a negociar, los productores están enviando su mantequilla a otra parte, a países como Alemania, donde los vendedores están dispuestos a pagar los precios más altos. Las exportaciones de mantequilla francesa aumentaron año tras año en un 6% en junio, un 17% en julio y un 16% en agosto. Y tenga en cuenta que Francia también debe importar mantequilla para satisfacer todas sus necesidades en un año típico. Como resultado de que la propia mantequilla de Francia se enviara a otro lugar, un estudio señaló que en la tercera semana de octubre, aproximadamente el 30% de todos los estantes de mantequilla estaban vacíos, y se proyecta que podría subir al 46% en algunas tiendas este mes.
Naturalmente, todo esto empeoró por los informes de personas que acumulaban mantequilla. Tiempo de confesión: Mientras escribo esto, tenemos cinco tabletas de mantequilla en nuestro refrigerador, sin precedentes en nuestra casa a excepción de momentos de cocción masiva de vacaciones. El ministro de Agricultura de Francia prometió que esta falta de mantequilla "no durará" y reunió a las distintas partes para conversar a principios de noviembre.
Hay algunos signos de esperanza, o al menos una disminución de las armas entre los dos lados en conflicto. Las negociaciones para los precios de bienes como la mantequilla en 2018 han comenzado, y como parte de las conversaciones, los supermercados y productores firmaron un amplio acuerdo para ser amables y respetar cosas como los precios impulsados por el mercado. Esto aún no ha puesto fin a la crisis, pero parece que ha abierto la puerta a conversaciones que podrían poner fin al enfrentamiento. Por supuesto, en este caso, poner fin al estancamiento significa acordar elevar el precio de la mantequilla para los consumidores. Los líderes de la cadena de supermercados Leclerc dijeron que considerarían aumentos de precios de hasta 27.48%.
Si hay ironía en todo esto, es que después de años de proteccionismo, lo que los agricultores y productores lecheros quieren es que el gobierno obligue a los supermercados a abrazar el mercado libre. Parece básicamente que el gobierno de Macron, los supermercados, los agricultores y los productores, han decidido que la solución a la crisis de la mantequilla es más competencia y capitalismo. Eso beneficiaría a los productores de productos lácteos y los convertidos de los últimos días a los precios basados en el mercado. Pero uno siempre debe tener cuidado con lo que desea cuando se trata del mercado libre. Este abrazo entusiasta podría ser miope si las condiciones económicas cambian y decir que un año pródigo conduce a un exceso de oferta de mantequilla que hace que el precio de la mantequilla industrial se caiga. Como mi apuntador local señaló, el precio que los consumidores pagan por la mantequilla probablemente se mantendrá alto, y las ganancias cambiarán nuevamente de los productores a los súper mercados.
En cualquier caso, la guerra de la mantequilla puede estar terminando, pero es probable que no le guste a nadie la victoria. Toda la mantequilla del mundo puede no ser suficiente para convencer a los consumidores franceses de saborear el impacto financiero de la economía de libre mercado que pronto tendrán que tragar.
La plaga bolchevique que comenzó en Rusia fue la mayor catástrofe en la historia de la humanidad.
Por David Satter | Wall Street Journal
Los bolcheviques armados se apoderaron del Palacio de Invierno en Petrogrado-ahora San Petersburgo-hace 100 años y detuvieron a los ministros del gobierno provisional de Rusia. Pusieron en marcha una cadena de eventos que mataría a millones e infligiría una herida casi fatal en la civilización occidental.
La captura de las estaciones de tren, las oficinas de correos y los telégrafos de los revolucionarios tuvo lugar mientras la ciudad dormía y se parecía a un cambio de guardia. Pero cuando los residentes de la capital rusa se despertaron, descubrieron que vivían en un universo diferente.
Los combatientes bolcheviques posan con un vehículo capturado en Petrogrado, el 7 de noviembre de 1917.
Aunque los bolcheviques pidieron la abolición de la propiedad privada, su verdadero objetivo era espiritual: traducir la ideología marxista-leninista en realidad. Por primera vez, se creó un estado que se basaba explícitamente en el ateísmo y reclamaba infalibilidad. Esto era totalmente incompatible con la civilización occidental, que presume la existencia de un poder superior por encima de la sociedad y el estado.
El golpe bolchevique tuvo dos consecuencias. En los países donde el comunismo llegó a dominar, ahuecó el núcleo moral de la sociedad, degradando al individuo y convirtiéndolo en un engranaje en la maquinaria del estado. Los comunistas cometieron asesinatos en una escala tal que prácticamente eliminan el valor de la vida y destruyen la conciencia individual de los sobrevivientes.
Pero la influencia de los bolcheviques no se limitaba a estos países. En Occidente, el comunismo invirtió la comprensión de la sociedad de la fuente de sus valores, creando confusión política que persiste hasta el día de hoy.
En un discurso de 1920 al Komsomol, Lenin dijo que los comunistas subordinan la moralidad a la lucha de clases. El bien fue cualquier cosa que destruyó "a la vieja sociedad explotadora" y ayudó a construir una "nueva sociedad comunista".
Este enfoque separaba la culpa de la responsabilidad. Martyn Latsis, un oficial de la Cheka, la policía secreta de Lenin, en una instrucción de 1918 a los interrogadores, escribió: "No estamos librando una guerra contra las personas. Estamos exterminando a la burguesía como clase. . . . No busque evidencia de que el acusado actuó de palabra o de hecho contra el poder soviético. La primera pregunta debería ser a qué clase pertenece. . . . Esto es lo que debería determinar su destino ".
Tales condenas establecen el escenario para décadas de asesinatos a escala industrial. En total, no menos de 20 millones de ciudadanos soviéticos fueron ejecutados por el régimen o murieron como resultado directo de sus políticas represivas. Esto no incluye a los millones que murieron en las guerras, epidemias y hambrunas que fueron consecuencias predecibles de las políticas bolcheviques, si no fueron directamente causadas por ellas.
Las víctimas incluyen 200,000 muertos durante el Terror Rojo (1918-22); 11 millones de muertos por hambruna y dekulakization; 700,000 ejecutados durante el Gran Terror (1937-38); 400,000 más ejecutados entre 1929 y 1953; 1.6 millones de muertos durante las transferencias de población forzada; y un mínimo de 2.7 millones de muertos en el Gulag, colonias de trabajo y asentamientos especiales.
A esta lista deberían agregarse casi un millón de prisioneros de Gulag liberados durante la Segunda Guerra Mundial en los batallones penales del Ejército Rojo, donde se enfrentan a una muerte casi segura; los partidarios y civiles asesinados en las revueltas de posguerra contra el régimen soviético en Ucrania y los países bálticos; y moribundos reclusos del Gulag liberados para que sus muertes no cuenten en las estadísticas oficiales.
Si agregamos a esta lista las muertes causadas por los regímenes comunistas que la Unión Soviética creó y apoyó, incluidos los de Europa del Este, China, Cuba, Corea del Norte, Vietnam y Camboya, el número total de víctimas se acerca a los 100 millones. Eso hace que el comunismo sea la mayor catástrofe en la historia de la humanidad.
El efecto del asesinato en esta escala fue crear un "hombre nuevo" supuestamente influenciado por nada más que por el bien de la causa soviética. El significado de esto se demostró durante la batalla de Stalingrado, cuando las unidades de bloqueo del Ejército Rojo dispararon contra miles de sus compañeros soldados que intentaron huir. Las fuerzas soviéticas también dispararon contra civiles que buscaban refugio en el lado alemán, niños que llenaban botellas de agua alemanas en el Volga y civiles obligados a punta de pistola a recuperar los cuerpos de los soldados alemanes. El general Vasily Chuikov, el comandante del ejército en Stalingrado, justificó estas tácticas en sus memorias diciendo que "un ciudadano soviético no puede concebir su vida aparte de su país soviético".
Que estos sentimientos no fueron ni accidentales ni efímeros se puso de manifiesto en 2008, cuando el Parlamento ruso, la Duma, por primera vez adoptó una resolución sobre la hambruna de 1932-33 que había matado a millones. La hambruna fue causada por la requisición de granos draconianos para financiar la industrialización soviética. Aunque la Duma reconoció la tragedia, agregó que "los gigantes industriales de la Unión Soviética", la fábrica de acero Magnitogorsk y la presa Dnieper, serían "monumentos eternos" para las víctimas.
Mientras que la Unión Soviética redefinió la naturaleza humana, también se extendió el caos intelectual. El término "corrección política" tiene su origen en la suposición de que el socialismo, un sistema de propiedad colectiva, era virtuoso en sí mismo, sin necesidad de evaluar sus operaciones a la luz de criterios morales trascendentes.
Cuando los bolcheviques tomaron el poder en Rusia, los intelectuales occidentales, influenciados por la misma falta de un punto de referencia ético que los llevó al bolchevismo en primer lugar, cerraron sus ojos a las atrocidades. Cuando el asesinato se volvió demasiado obvio como para negarlo, los simpatizantes excusaron lo que estaba ocurriendo debido a las supuestas nobles intenciones de los soviéticos.
Muchos en Occidente fueron profundamente indiferentes. Usaron a Rusia para resolver sus propias disputas. Su razonamiento, como escribió el historiador Robert Conquest, era simple: el capitalismo era injusto; el socialismo pondría fin a esta injusticia; entonces el socialismo tenía que ser apoyado incondicionalmente, a pesar de cualquier cantidad de su propia injusticia.
Hoy la Unión Soviética y el sistema comunista internacional que una vez gobernó un tercio del territorio del mundo son cosas del pasado. Pero la necesidad de mantener los valores morales más altos como preeminentes es tan importante ahora como lo fue a principios del siglo XIX cuando comenzaron a ser cuestionados seriamente.
En 1909, el filósofo religioso ruso Nikolai Berdyaev escribió que "nuestra juventud educada no puede admitir el significado independiente de la erudición, la filosofía, la ilustración y las universidades. A día de hoy, los subordinan a los intereses de la política, los partidos, los movimientos y los círculos ".
Si hay una lección que el siglo comunista debería haber enseñado, es que la autoridad independiente de los principios morales universales no puede ser una idea tardía, ya que es la convicción de la que depende toda la civilización.
Los TRABAJADORES de todo el mundo rico han sufrido salarios estancados durante buena parte de la última década, en tiempos buenos y malos. Los gobiernos están respondiendo proponiendo aumentos en las tasas de salario mínimo en Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania. Un piso salarial más alto parece una manera simple y sensata de mejorar las fortunas de los trabajadores. Sin embargo, muchos economistas se oponen: los principales institutos económicos de Alemania, por ejemplo, han empujado a Angela Merkel a resistir los llamados a un piso salarial. ¿Por qué los economistas a menudo se oponen a los salarios mínimos?
Históricamente, el escepticismo de los economistas estaba enraizado en la preocupación de que los pisos salariales redujeran el empleo. Las firmas contratarán a todos los trabajadores, tiene sentido contratar a salarios prevalecientes, según se piensa, de modo que cualquier salario mínimo que obligue a las empresas a pagar más a los trabajadores existentes hará que esos trabajos no sean económicos y provoquen despidos. Sin embargo, los economistas se vieron obligados a replantearse sus puntos de vista a principios de la década de 1990, cuando David Card y Alan Krueger de la Oficina Nacional de Investigación Económica de EE. UU. Presentaron pruebas de que los aumentos del salario mínimo en el pasado no habían tenido el efecto esperado sobre el empleo. Un aumento en el salario mínimo de Nueva Jersey no pareció frenar la contratación en restaurantes de comida rápida en Nueva Jersey en comparación con los de la vecina Pennsylvania, encontraron. Una explicación, especulaban algunos economistas, era que las empresas anteriormente se habían salido con la suya pagando a los trabajadores menos de lo que podían, porque a los trabajadores se les impedía buscar un trabajo mejor remunerado por los costos involucrados en el cambio de trabajo. Eso significaría que cuando los salarios se forzaron, las empresas pudieron absorber los costos sin despedir a nadie.
Los académicos continúan intercambiando estudios sobre si los salarios mínimos cuestan empleos. Una encuesta de 2013 de economistas realizada por la Universidad de Chicago mostró que una estrecha mayoría de los encuestados cree que un aumento en el salario mínimo de los EE. UU. A $ 9 por hora lo haría "notablemente más difícil" para que los trabajadores pobres encuentren trabajo. Sin embargo, una estrecha mayoría también pensó que un aumento sería, sin embargo, valioso, dados los beneficios para quienes podrían encontrar trabajo. La oposición de los economistas a alzas específicas en el salario mínimo a veces se debe a la preocupación de que los políticos impongan niveles salariales imprudentemente altos, que las empresas pueden encontrar difíciles de absorber sin despedir a la gente. Algunos economistas argumentan que existe una mejor alternativa en forma de subsidios salariales, que le cuestan dinero a los gobiernos, pero no desalientan la contratación.
Los recientes debates sobre salarios mínimos se han complicado por las inusuales circunstancias macroeconómicas del momento. Cuando las economías están plagadas de una demanda débil, como gran parte del mundo rico ha sido desde la crisis financiera de 2007-08, las empresas pueden ser más sensibles a los pisos mínimos. (Otros argumentan que las ganancias corporativas saludables muestran que las empresas tienen suficiente espacio para acomodar aumentos de sueldo). Las nuevas tecnologías también podrían amplificar el efecto de empleo de un aumento salarial. Dadas las crecientes oportunidades para la automatización, las empresas pueden aprovechar los pisos con salarios más altos como una excusa para reorganizar la producción y perder puestos de trabajo. Pero la opinión entre los economistas sigue dividida (y los estudios son contradictorios), porque los aumentos más recientes en el salario mínimo han sido comparativamente modestos. El argumento sobre los salarios mínimos parece estar listo para ejecutarse.