lunes, 7 de agosto de 2017

La crisis de las hipotecas: El inicio


Hipotecas subprime: La crisis con la que empezó todo

El 8 de agosto se cumplen 10 años del colapso de los mercados por las hipotecas basura, el preámbulo de Lehman Brothers

SANDRO POZZI | El País

Hace diez años que estalló la crisis de las hipotecas subprime o hipotecas basura conocidas así porque se concedieron a personas de escasa solvencia a altos tipos de interés. El colapso de los mercados fue tan drástico que obligó a la Reserva Federal (Fed) —y al Banco Central Europeo, (BCE)— a inyectar cientos de miles de millones y a bajar los tipos de interés. Los bancos centrales se adentraron en aguas nunca exploradas en la política monetaria y fiscal. Fueron medidas de choque que no atajaron las raíces del problema: los bancos estaban infectados con unos productos diseñados por matemáticos financieros que se basaban en créditos de escasa solvencia.

Eran hipotecas basura porque se concedieron a personas que tenían trabajos basura: malas condiciones sanitarias, carencia de seguro médico o violaciones de la legislación, como cobrar por debajo de los mínimos legales. Mientras el mercado de la vivienda crecía sin sentido, parecía un negocio rentable. Pero hace diez años estalló la crisis de liquidez y de confianza en la solvencia de las entidades y se  provocó la mayor depresión desde la II Guerra Mundial.




El común de los inversores se sumergía entonces en un curso acelerado en finanzas para familiarizarse con nuevos términos como las hipotecas subprime, CDOs sintéticos, conduits, los SIV o vehículos estructurados. El experimento de la Fed continúa porque la crisis sigue viva, aunque mitigada. Ha entrado en una nueva fase, la del desmontaje de todo el andamiaje que fue necesario para evitar el colapso de la economía.

Este décimo aniversario no lo celebra nadie en Wall Street pese a la que marcó la conciencia de los reguladores y de los inversores. El Dow Jones cerró aquel 8 de agosto de 2007 con la mayor caída en cuatro años por el temor a la crisis hipotecaria, ante la que las autoridades no actuaron con firmeza y terminó convirtiéndose en el peor monstruo imaginado. El Dow Jones cayó hasta los 13.270 puntos, aunque hoy ha superado el bache y está en 22.000 puntos, un récord histórico. Un buen ejemplo de la volatilidad de los mercados para unos y, para otros, el caso típico de que se ha llegado a un nivel irracional previo a otro derrumbe.

El derrumbe del mercado de crédito estuvo marcado por la desaparición del banco de inversión Bear Stearns, los fondos de BNP Paribas, los bancos hipotecarios de EE UU y los problemas de la mayor aseguradora del mundo, AIG, que acabó sucumbiendo más adelante.
MULTAS DE 325.000 MILLONES DE DÓLARES
La crisis financiera se produjo porque los grandes bancos tenían un sistema inadecuado de gestión de riesgos y unas políticas de compensación que incentivaron prácticas como el empaquetado de deuda insolvente que se vendía como un producto rentable. La reprimenda de los reguladores a las firmas de inversión y bancos se tradujo en más de 325.000 millones de dólares en multas. En paralelo, se han triplicado las exigencias de capital para que puedan asumir sus pérdidas.
A diferencia de Europa, donde todavía hay bancos con problemas, en EE UU han amasado ya más de un billón de dólares en beneficios desde la crisis. Solo el pasado ejercicio la ganancia neta ascendió a 171.300 millones, según el fondo de garantía de depósitos de EE UU. El tercer trimestre de 2016 fue el mejor de la historia, con 45.600 millones en beneficios. Y ahora los principales bancos son más grandes que antes de la crisis.
Pero siguen los fraudes, como las cuentas falsas de Wells Fargo. “Los grandes bancos engañan a sus clientes y a nadie se le ha exigido responsabilidades”, lamenta la senadora demócrata Elizabeth Warren.


Fue la peor calamidad financiera desde 1930. Durante los 19 meses que duró se perdieron 8,7 millones de empleos, más de la mitad de los adultos vio perder su trabajo, recortado su sueldo o forzado a trabajar a tiempo parcial. El consumo y el producto interior bruto se contrajeron por la escasez de crédito y el incremento del coste de los préstamos. El S&P 500 perdió la mitad de su valor.

Este movimiento sísmico fue de tal envergadura que hizo tambalear los resortes del sistema financiero global y lo de dejó expuesto ante eventos como la ruptura del euro, la crisis de la deuda soberana de Grecia o otras consencuencias políticas como eñ Brexit y el surgimiento de los populismos. Una década después, los tipos de interés permanecen históricamente bajos y los bancos centrales siguen comprando deuda para sostener la economía.

"Los bancos prestaban en cualquier cosa"

Janet Yellen recuerda como se cocinó la crisis. “Los bancos ponían dinero en cualquier cosa”, comentó hace unas semanas. La presidenta de la Fed estaba entonces al frente del banco regional de San Francisco. “Nadie se paraba a analizar que pasaría si se dejaba de pagar la deuda”, explicó. En realidad, lo que se hacía era empaquetarla para ofrecerla a inversores que buscaban altos retornos.

Todas las crisis financieras tienen características comunes. Los bancos invierten en activos de alto riesgo por su alta rentabilidad, que funcionan hasta que alguien dice que son tóxicos y pierden su valor y liquidez. El desencadenante llega cuando la gente pide recuperar el dinero en masa ante la pérdida de confianza y el efecto contagio se acelera. La de 2007 no fue diferente. Empezó con las hipotecas subprime, se extendió a otros productos y los bancos se quedaron sin capital para absorber las pérdidas.

El primer aviso de la recesión que venía lo dio el banco más grande de Europa, el HSBC, uno de los más agresivos en el mercado inmobiliario de EE UU. En febrero de 2007 anunció que las pérdidas en las carteras de deuda hipotecaria iban a ser mayores de lo esperado. Los desahucios se estaban disparando y la entidad no pudo anticipar cuántos propietarios serían incapaces de pagar sus créditos.

Los tipos de interés estaban entonces en el 5,25%. Las hipotecas subprime se ofrecieron a clientes que no cumplían los requisitos más estrictos. HSBC mezcló esa deuda con otra entre 2005 y 2006, en pleno auge inmobiliario. Un mes después de reconocer los problemas la firma New Century Financial, especializada en ese mercado, cayó en bancarrota.

Las cosas se pusieron feas cuando los primeros fondos estructurados con hipotecas subprime reventaron en Bear Stearns, en junio de ese mismo año. Los problemas se propagaron a grandes firmas financieras como Merrill Lynch, JPMorgan Chase, Citigroup y Goldman Sachs. Al poco era el banco francés BNP Paribas el que anunciaba el cese de las actividades en tres fondos especializados en deuda hipotecaria porque eran insolventes. Alguno de ellos habían vendido participaciones en España.

Ben Bernanke, presidente en aquella época de la Reserva Federal, llegó tarde. Al principio entendió que el creciente número de impagos de hipotecas no representaba un riesgo para la economía. “Se dio por hecho de que el sistema se ajustaría solo”, admitió después. Pero luego temió que se desencadenara una segunda Gran Depresión y recurrió a todo lo que estaba en su poder para estabilizar la economía.

La respuesta a la crisis financiera se hizo de dos maneras. Se intervino primero para que socorrer a las instituciones sistémicas, incluidas firmas que no supervisadas por la Fed como AIG y Bear Stearns. Después, se establecieron mecanismos para facilitar la liquidez que necesitaban los operadores financieros para sostener sus actividades y que así el dinero llegara a la economía.

En dos días la Fed inyectó 87.500 millones de dólares y el BCE 156.000 millones más. A la semana se recortó en medio punto el tipo de interés y por primera se reconocía que el riesgo era real. Ese pesimismo repentino llevó al banco central recortar el precio del dinero medio punto porcentual más, hasta el 4,75% el 18 de septiembre.

¿Puede repetirse?

Las medidas no frenaron el colapso. El lunes 17 de septiembre de 2007, miles de clientes de Northern Rock, un banco inglés especializado en hipotecas, hacían cola para sacar su dinero. El banco finalmente no pudo afrontar las retiradas, y el Gobierno decidió nacionalizarlo en febrero de 2008. Bear Stearns acabó absorbida por JPMorgan en marzo de 2008 para evitar su quiebra, como antesala al desastre del 15 de septiembre de 2008, la caída de Lehman Brothers y la compra de Merrill Lynch por parte de Bank of America.

¿Puede repetirse esta crisis? Yellen admite que no se puede descartar pero asegura que no será como la de 2008 porque el sistema es mucho más seguro, gracias a los colchones de capitalización que se exigen a los bancos. Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional matiza: “Por dónde vendrá, en qué forma y su alcance es algo que está por ver porque llegan por donde menos te lo esperas”. La normalización de la política monetaria en EE UU está en marcha: en diciembre de 2015 los tipos de interés empezaron a subir y están entre el 1% y el 1,25%. Pero la Fed tiene que desprenderse de 4,5 billones de dólares que adquirió en bonos del Tesoro y títulos hipotecarios. La economía de EE UU, pese a estar en pleno empleo, crece por debajo del potencial previo a la crisis, los salarios no aumentan como antes de la recesión y la desigualdad ha crecido. Son las heridas abiertas de la crisis con la que empezó todo.

martes, 25 de julio de 2017

Las burbujas especulativas por cargos públicos en la historia española

Las burbujas especulativas, un invento español

Un economista investiga la fiebre por la venta de oficios en la Castilla del siglo XVII, el primer ‘boom’ de la historia, previo al de los tulipanes en Holanda


LUIS DONCEL | El País



Encuentro de Luis XIV y Felipe IV en la Isla de los Faisanes (1660). MUSEO NACIONAL DEL PALACIO DE VERSALLES


¿Qué tienen en común la mole urbanística de Seseña y los precios prohibitivos para lograr un puesto en la Corte de Felipe IV? Que ambos fenómenos solo se explican por la existencia de una burbuja.


Igual que en la crisis actual, el alza de precios favoreció entonces la corrupción

Los planes megalómanos del constructor Paco el Pocero se convirtieron hace una década en el icono del boom inmobiliario que empujó a España a una profunda recesión. La Castilla de principios del siglo XVII también vivió su particular espiral de precios, y la consiguiente ola especulativa, con la compraventa de oficios públicos: en 1617, un hombre llegó a pagar 382.352 reales por un puesto de regidor —equivalente a un concejal actual—, cuyo sueldo anual rondaría los 450 reales. Es decir, para rentabilizar esa inversión habría necesitado 850 años de salario.

El investigador español Víctor Gómez, en la sede de EL PAÍS

Si se confirma la tesis que el joven investigador Víctor Gómez tiene ya muy avanzada, la espiral de los oficios sería la primera burbuja constatable de la historia, desbancando así a la de los tulipanes en la Holanda de 1640, considerada hasta ahora como pionera.

Esta nueva fiebre por enriquecerse se extendió hace 400 años en ciudades como Valladolid y Zamora. Los reyes de la Casa de los Austria, necesitados de liquidez para sufragar su costoso proyecto de hegemonía mundial, encontraron un lucrativo negocio. Aprovechándose de los bajos tipos de interés, cada vez más personas se endeudaban para comprar títulos con los que acceder a un prestigioso puesto en la Administración, ya fuera escribano (equivalente a los actuales notarios), regidor o procurador en un juzgado, oficios vetados a las mujeres y a los menores de 25 años. Un solo hombre llegó a acumular hasta 27 títulos con un único motivo: la especulación.

¿Por qué un economista de 27 años se decide a dedicar dos años de su vida a escudriñar legajos del siglo XVII? “En principio, yo solo quería estudiar cómo se forman las burbujas especulativas. Pero di con un fenómeno que me pareció interesante. Y pensé: ‘Aquí tengo que meterme”, responde Gómez en la sede de EL PAÍS en Madrid horas antes de volar a El Salvador, donde colaborará durante el verano con una ONG.

Para confirmar su tesis, Gómez necesita aún dos requisitos. Primero, demostrar que lo que ocurrió con los oficios públicos durante el reinado de Felipe III y IV puede calificarse de burbuja, es decir, un proceso en el que el precio de un activo se desvía de forma desproporcionada de su valor fundamental. “Pese a lo complicado de definir ese valor fundamental, este punto lo tengo ya confirmado al 100%”, asegura Gómez, que ha logrado una beca de La Caixa para investigar en diversos archivos los dos próximos años.

Se llegó a pagar 382.352 reales por un puesto con un sueldo anual de 450

Una vez dado ese paso, ya solo le queda asegurarse de que el alza de precios en Valladolid, Zamora y Sevilla comenzó a principios del siglo XVII, varias décadas antes de la crisis de los tulipanes. En ciudades como Granada o Málaga la burbuja tardaría algo más en llegar, después de la holandesa.

Pero quizás lo más interesante de la investigación de este doctorando sea analizar los parecidos y las diferencias de la burbuja formada en torno a la Corte de los Habsburgo hace 400 años y la de la España del ladrillazo de la primera década de este siglo. Entonces, como ahora, la subida desproporcionada de los precios no se entendería sin prácticas corruptas en el entorno del poder político. “Al aumentar las posibilidades de obtener grandes plusvalías a través de la especulación, las burbujas incentivan la corrupción, siempre que haya un trabajador púbico con poder sobre el activo que se revalorice. Desde este punto de vista, ambos fenómenos impulsaron la corrupción en la Castilla de hace siglos y en la España actual”, concluye.

El floreciente negocio de la venta de oficios escenificó también una lucha de poder a tres bandas: el monarca, la Corte y los aristócratas. Y sirvió como puerta de entrada para una pujante clase social que accedía a puestos de prestigio sin necesidad de títulos nobiliarios. Tan solo hacía falta dinero. El Antiguo Régimen comenzaba a dar paso a la modernidad.

A Gómez le interesa en especial analizar cómo pudo formarse una burbuja en la Castilla del siglo XVII, una sociedad que aún no había entrado de lleno en la modernidad. Porque su tesis, si logra confirmarla, abrirá nuevas puertas a la historia económica. O bien desmonta la idea de que para la formación de burbujas es necesaria la existencia de un sistema financiero complejo; o bien en la Castilla del siglo XVII existía ya ese sistema, algo desconocido hasta ahora. “Yo me inclino por la primera opción, pero aún tengo que investigarlo”, asegura Gómez con cautela, siempre temeroso de adelantar conclusiones aún no confirmadas.

viernes, 14 de julio de 2017

El Big Mac dice que el dólar en Argentina no está atrasado

Según el índice Big Mac, en la Argentina no hay atraso cambiario

Para el indicador de The Economist, el peso no está sobrevaluado
La Nación



El Big Mac nació hace 49 años


Hace 31 años The Economist creó el índice Big Mac como un modo de medir cómo se ubicaban distintas divisas respecto del dólar. El índice se basa en la teoría de la paridad de poder de compra. Es la idea de que, a la larga, los tipos de cambio deben ajustarse de tal modo que el precio de una canasta idéntica de bienes comercializables en distintos países sea el mismo. Esa canasta contiene un ítem, el Big Mac.


La última versión del índice muestra, por ejemplo, que un Big Mac cuesta US$ 5,30 en Estados Unidos, pero sólo ¥ 380 (US$ 3,36) en Japón. De acuerdo a esa lógica cárnica, por tanto, el yen japonés está un 37% subvaluado respecto del dólar.

Sólo tres países de la lista tienen una moneda sobrevaluada con respecto al dólar: Suiza, Noruega y Suecia.


En la Argentina, en tanto, el Big Mac cuesta US$ 4,13, algo que determinaría que el peso no está sobrevaluado con respecto al dólar.

Una parte importante de los países, sin embargo, son más competitivos que la Argentina. Entre ellos, Gran Bretaña, China y México.

El dólar, más fuerte

El billete verde se ha fortalecido considerablemente en los último años: de las 34 divisas que sigue The Economist, en el índice completo, 31 están actualmente subvaluadas respecto del dólar. Sólo el franco suizo, la corona noruega y la corona sueca están sobrevaluadas. Dicho eso, muchas divisas han recuperado algo de terreno respecto del dólar en los últimos seis meses.

Está, por ejemplo, la libra egipcia, que de acuerdo con la economía de la hamburguesa es la divisa más subvaluada. En noviembre, el gobierno egipcio decidió permitir que su divisa flote libremente. Para diciembre la libra había caído a su actual valor de alrededor de 18 libras por dólar. La inflación ha subido como consecuencia, promediando un 30% en los últimos seis meses. Los precios del Big Mac han aumentado correspondientemente, de 27,5 libras (US$ 1,53) a 31,4. El resultado neto, según el índice de The Economist, es que la libra egipcia ha pasado de estar subvaluada en un71% respecto del dólar en enero, al 67% hoy.

El euro también ha recuperado terreno en el mismo período. La divisa única compra hoy US$ 1,14, comparado con US$ 1,05 al comienzo del año; el euro ha pasado de estar subvaluado un 20% respecto del dólar en el índice, a 16%. Eso refleja una mezcla de política y economía. Los partidos euroescépticos fueron derrotados en las elecciones en Holanda y en Francia, apagando los temores de que los populistas tendrían éxito. La zona del euro creció sustancialmente más que la economía estadounidense en el primer trimestre y el Banco Central Europeo ha comenzado a dar señales de que su política de estímulo monetario no durará para siempre.

LA NACIONEconomíaDólar hoy

domingo, 9 de julio de 2017

Discriminación de precios por género: ¿Es justo?

Batalla de los precios: ¿Es justo recargar a un género más?

Sobre la práctica común de cobrar más a las mujeres por los cortes de cabello y los hombres más por la admisión a ciertos clubes nocturnos




BOURREE LAM | The Atlantic


Recuerdo claramente un sábado por la tarde el año pasado cuando fui a cortarme el pelo con Kino Naoya, mi chico normal en el salón del centro en el lugar de San Marcos, que visito dos o tres veces al año. Un pequeño letrero colgó en el espejo de Kino: "A partir del próximo mes, a todos los clientes se les cobrará $ 70 por corte de pelo. Gracias."

Suspiré; Kino se había dado un bien merecido aumento del 25 por ciento. Pero entonces el economista en mí tomó nota: la discriminación de género en los precios no estaba más en la estación de Kino. Le pregunté por qué decidió abolir la práctica común de precios en los salones de belleza de la carga de las damas más que los chicos. Su respuesta fue que para él, todo tomó la misma cantidad de tiempo, unos 45 minutos. Y el tiempo de Kino era cada vez más caro, independientemente de si eras hombre o mujer.

Esto era inusual; Los salones parecen cargar siempre más para los cortes de pelo de las mujeres que para los hombres. Los economistas llaman a esta discriminación de precios: vender la misma cosa a dos personas diferentes a precios diferentes, porque uno de ellos está dispuesto a pagar más. Peluqueros, junto con manicuristas, tintorerías, vendedores de coches y seguros, y clubes nocturnos a menudo hacen esto. ¿Y por qué no? Si un grupo está dispuesto a pagar más que otro, cobrarles más tiene sentido comercial.


En algunos casos, puede haber una buena razón también, en que el servicio es realmente más caro para proporcionar a un grupo que a otro. Los peluqueros pueden tener la demanda legítima de cobrar a las mujeres más, pero sólo si sus recortes requieren más tiempo, habilidad o esfuerzo para un grupo más exigente de clientes. En Europa, las compañías de seguros acusaron a las mujeres de afirmar que debido a que las mujeres viven más tiempo no es el mismo producto -el Tribunal de Justicia Europeo falló contra esta práctica de precios, exigiendo que las compañías de seguros cobren a ambos sexos la misma cantidad. En los Estados Unidos, Obamacare requiere que los aseguradores de salud cobren a ambos sexos por igual. Hay mujeres en ambos lados de este argumento, debatiendo lo que significa un precio justo y equitativo.

¿Las mujeres siempre pagan más? No siempre.
La discriminación por género en los precios es ilegal en muchos estados, pero puede ser bastante difícil determinar cuándo dos productos son realmente iguales y cuándo son diferentes. Por ejemplo, el condado de Miami-Dade tiene ordenanzas que prohíben los precios de género para la limpieza en seco. El área gris es la siguiente: "Se permite a una empresa cobrar un precio diferente si los bienes o servicios implican más tiempo, dificultad o costo, es decir, se debe considerar la calidad y complejidad de los bienes o servicios para determinar si O no te han discriminado ".

El Departamento de Asuntos del Consumidor de la Ciudad de Nueva York (DCA) tiene ordenanzas más estrictas. Los términos de género inherentemente sesgados, como camisas y blusas, no son suficientes; los precios pueden diferenciarse para camisas con y sin volantes, pero no entre camisas y blusas. En los últimos años, la DCA de Nueva York ha reprimido las violaciones a los precios de género en la ciudad. Los inspectores patrullan las empresas con regularidad, y en 2012 entregaron 361 avisos. El año pasado hubo 195 violaciones, y el recuento de violaciones de este año ya supera los 200.


El economista y el profesor de la Facultad de Derecho de Yale, Ian Ayres, publicaron un estudio histórico en 1991 mostrando que las mujeres caucásicas reciben un recargo del 40 por ciento en comparación con los hombres caucásicos en los concesionarios de autos nuevos. Ayres dice que a partir de 2000, hay 43 estados que prohíben la discriminación de precios por género en los alojamientos públicos.

"No existe una ley federal general que prohíba la discriminación de precios por motivos de género", dice Ayres. "Existe la Unruh Act en California que es una cuestión de ley estatal, y hay un número cada vez mayor de estados y municipios que han prohibido la discriminación por género en las acomodaciones públicas".

¿Las mujeres siempre pagan más? No siempre. A menudo, las discotecas cobran menos a las mujeres por entrar, una práctica que ha prohibido California. Del mismo modo, los salones de uñas a menudo cobran más a los hombres que a las mujeres, según se informa debido a que los llamados manicure requieren más trabajo.

Al menos un par de hombres han hablado en contra de la noche de las señoras: el profesor de derecho de la GWU, John Banzhaf, y el abogado de Nueva York, Roy Den Hollander (que ha sido ridiculizado por sus comentarios sobre la razón por la que demandó: odia a las feministas).

Recientemente me di cuenta de que esta práctica sucede para entradas de fiestas y conciertos. El evento, el Afterparty oficial del Festival de Ciudadanos Globales, cobró $ 20 dólares adicionales por los hombres. (Estas prácticas están claramente diseñadas con una clientela heterosexual en mente.) El enlace de la entrada ya no lista los precios, pero aquí hay una captura de pantalla:



Christopher Sun, un asistente de conciertos de 27 años que trabaja en marketing, me dijo que aunque él sabe que es injusto, piensa que es mejor que no entrar en absoluto: "Quiero decir, seguro que es molesto que lo hagan así. Pagar un adicional de $ 20 para garantizar la entrada es una opción mucho más atractiva que jugar ruleta rusa (portero) en la puerta y el riesgo de ser negado por completo ".

La amiga de Sun, Hailey Brooks, dice que es la primera vez que ve este tipo de precios: "Es un estándar doble bastante común en la vida nocturna, las chicas se meten en los clubes con más facilidad y en ocasiones no tienen que pagar cobertura ni conseguir boletos gratuitos para beber. , Esta fue la primera vez que había visto los precios de los boletos ajustados por sexo Me siento mal por mis amigos chicos que pagaría más, y sólo se presenta como una idea de venta de boletos muy anticuado, y no parece encajar con EDM muestra en general."

"Es un mal necesario", dice Sun. "Si le preguntas a tu compañero promedio, nueve veces de cada 10, dirán que no les importa pagar un poco más ($ 5-20) si garantiza una pista de baile llena de chicas y / o una buena proporción".

Vale la pena preguntar si la datación, o cualquier otro propósito, realmente justifica la discriminación por género.
Los clubes parecen estar de acuerdo. Alcancé a Marquee, uno de los nombres más rentables en el negocio del club nocturno. El club es tan exitoso que fue el tema de un estudio de Harvard Business School. Las fachadas de Nueva York imponen de $ 0 a $ 10 más por boletos masculinos. Un portavoz del club envió esta declaración:

Usamos la preventa como una forma de dar a los fans de estos DJs la mejor experiencia posible. Los precios de los boletos comienzan bajo para asegurarse de que hay verdaderos fans en la sala, los fans que comprarán meses de antelación. Esas son las personas que llevan la energía durante toda la noche en la pista de baile y es importante que estén presentes. La fiesta se alimenta de esa energía y produce una gran atmósfera dentro del club. Buscamos fomentar la igualdad de asistencia de género en nuestros lugares.
Ayres lo expresa de esta manera: "Estas [precio] las diferencias están tratando de equilibrio de género los eventos para fines de citas". Ayres dice que con los productos básicos -como su estudio donde se vendían automóviles nuevos a hombres y mujeres a precios diferentes- es un "error claro". Aunque dice que en el caso de los clubes que cobran precios diferentes, vale la pena preguntar si la fecha, o cualquier otro propósito, realmente justifica la discriminación por género.

Si bien algunas mujeres y hombres tal vez deseen mantenerse en arreglos que les beneficien, ya sea la noche de las damas o coches más baratos y seguros, en última instancia, mantenerse alejado de lugares que el precio de género discriminan en cualquier dirección es lo que se siente bien para mí. Sólo pienso en lo exasperante que es cuando una tintorería quiere cobrar más porque soy una mujer, y es suficiente para que me dé esa bebida gratis en la noche de las damas.

sábado, 8 de julio de 2017

China nunca fue tan rica como lo es ahora

China ha sido más pobre que Europa más de lo que piensa el partido
¿Cómo afectará esto al "sueño chino" de Xi?



The Economist

XI JINPING, presidente de China, le gusta hablar de su "sueño chino". Él dice que implica "el gran rejuvenecimiento de la nación china". Para él, esto significa que bajo el Partido Comunista, China volverá a ser el país más rico y poderoso del mundo como antes de los "cien años de humillación" -los desastres económicos y los ataques territoriales de extranjeros durante el siglo después de la primera guerra de opio 1839-42. Por extensión, la legitimidad del partido descansará en este rejuvenecimiento. Pero ¿y si China no fuera el país más rico del mundo antes de 1839? ¿Qué pasa si se ha quedado atrás de Europa no durante 175 años, sino por 675? ¿Sería tan convincente el sueño chino del Sr. Xi?

Un nuevo estudio de Stephen Broadberry de la Universidad de Oxford, Hanhui Guan de la Universidad de Pekín y David Daokui Li, de la Universidad de Tsinghua en Pekín, sostiene que China se ha quedado rezagada detrás de Europa durante siglos. Compara los niveles de PIB por persona en China, Inglaterra, Holanda, Italia y Japón desde alrededor del año 1000. Encuentra el único período en que China era más rica que las otras durante el siglo XI. Para entonces China había inventado la pólvora, la brújula, el tipo móvil, el papel moneda y el alto horno.



Pero según el Sr. Broadberry y sus coautores, Italia había alcanzado a China antes de 1300, y Holanda e Inglaterra hacia 1400. Alrededor de 1800 Japón superó a China como el país asiático más rico. El PIB chino por persona cayó sin descanso durante la dinastía Qing (1644-1912). En 1620, era aproximadamente la misma que había sido en 980. En 1840, había caído casi un tercio (véase el gráfico).


Estos hallazgos desafían una creencia común hasta ahora de que China y Europa tenían niveles de vida similares durante siglos hasta que la revolución industrial de Occidente comenzó a finales del siglo XVIII: un punto a menudo referido por los historiadores como la "gran divergencia". Esta visión, promovida por Kenneth Pomeranz de la Universidad de Chicago, presta más apoyo a la comprensión del partido.

Los investigadores solían no ser capaces de calcular el PIB de hace 1.000 años. Angus Maddison, un historiador económico, fue uno de los primeros en intentarlo. Pero las investigaciones del Sr. Broadberry y sus colegas, que escalan los registros locales y privados para generar cuentas nacionales, ofrecen más detalles. El primer estudio del PIB histórico de Gran Bretaña utilizando esta técnica apareció en 2008. Fue seguido rápidamente por otros centrados en Holanda, Italia y ahora en China.

Sigue habiendo dudas sobre la calidad de los datos chinos. Un estudio reciente de Kent Deng y Patrick O'Brien de la London School of Economics sostiene que son demasiado fragmentarios. Es difícil comparar los niveles de vida de los diferentes países de hoy, y mucho menos hacerlo en un pasado lejano con estadísticas mucho menos precisas. El Sr. Broadberry responde que las fuentes históricas de China no son peores que las disponibles para la Inglaterra medieval. También señala que la China imperial y la Europa temprano-moderna usaron la plata como una unidad de valor, facilitando la comparación.

Pero sigue habiendo una diferencia vital de escala. Italia y Holanda fueron las partes más ricas de Europa en los siglos XIV y XV. Podría ser mejor compararlos no con China como un todo, sino con su parte más rica, el delta de Yangzi, alrededor de Shanghai moderno. Si lo hace, Inglaterra y Holanda eran todavía más ricos que el área de Yangzi en 1800, pero el punto en el que alcanzaron el delta resulta ser alrededor de 1700. Esto no es tan diferente de la opinión del Sr. Pomeranz que la gran divergencia sucedió en el 18 siglo. Pero todavía significa que el proceso había comenzado antes de la revolución industrial, lo que a su vez implica que la riqueza europea y la pobreza china no pueden explicarse por la industrialización: deben reflejar las diferencias institucionales.

El Sr. Xi haría mejor en considerar otra fuente de legitimidad de la historia: la reducción de la pobreza. Si el Sr. Broadberry y sus coautores tienen razón, los campesinos chinos vieron casi 1.000 años de declive y miseria después de 1000. Pero el partido del Sr. Xi ha reducido enormemente la pobreza rural y espera erradicarla para el año 2020. Es un sueño realizable.

martes, 20 de junio de 2017

Discriminación y barreras a los chinos en los restaurants norteamericanos

Cómo el establishment blanco libró una "guerra" en restaurantes chinos en los EE.UU.

 Kat Chow | NPR



Una calle de Chinatown de Los Ángeles en 1930. Ubicuos ahora, los restaurantes chinos fueron temidos por el establishment blanco.

En la mayoría de las ciudades estadounidenses en estos días, parece que hay un restaurante chino en cada esquina de la calle.

Pero a finales de 1800, esa ubicuidad era exactamente lo que ciertas cifras de establecimientos blancos temían, según un nuevo estudio co-escrito por Gabriel "Jack" Chin, profesor de derecho en la Universidad de California en Davis.

Chin examinó cómo los trabajadores sindicales blancos y los legisladores llevaron a cabo una "guerra" nacional en los restaurantes chinos en América desde 1890 hasta 1920. "Muestra esta tradición de una expectativa por parte de algunos estadounidenses blancos que la política pública debe ser organizada para el beneficio de sus Empleo ", dice Chin, quien añade que ve paralelos con las políticas anti-inmigrantes presentadas hoy.

En 1882, el Congreso aprobó la Ley de Exclusión de China, que impidió a los inmigrantes chinos ingresar a los Estados Unidos por décadas. Algunos estadounidenses blancos preocupados de que los trabajadores chinos robar sus puestos de trabajo y secuestrar su oportunidad.

Y este miedo xenófobo se trasladó a la industria de la restauración. Los restaurantes chinos - conocidos por algunos en el momento como "chop suey casas" - eran entendidos como una buena relación calidad-precio, ofreciendo comidas de bajo costo en un entorno exótico.

"La amenaza económica [de los restaurantes chinos] era doble", dice Chin. "Primero, si los chinos tenían la oportunidad de ganarse la vida, entonces podrían quedarse, y sus comunidades seguirían existiendo, y la presencia china, a la que muchos se oponían, continuaría".

La segunda cosa, dice Chin, es que "si los restaurantes chinos hicieran que la comida china estuviera disponible a un precio relativamente bajo y luego los restaurantes estadounidenses no pudieran competir, las escalas salariales de los restaurantes americanos tendrían que bajar o cerrarían . "

Y entonces, había la idea omnipresente de que los hombres chinos eran amenazas lascivas para las mujeres blancas. Los restaurantes chinos eran considerados "guaridas de vicio", dice Chin, donde las mujeres blancas corren el riesgo de sufrir corrupción moral por el sexo, el opio y el alcohol.

Hablé con Chin sobre su investigación y cómo el sentimiento anti-inmigrante puede manifestarse incluso en los métodos más "creativos". Me contó acerca de seis maneras diferentes de que los restaurantes chinos estaban dirigidos:

1. Motines raciales

Según Chin, las comunidades chinas fueron expulsadas de los estados occidentales y de montaña a causa de disturbios raciales, donde los restauradores o mineros chinos fueron golpeados o literalmente quemados de sus hogares.

2. Boicots

Los sindicatos que representan a los cocineros, los camareros y los camareros organizaron boicots en gran parte fracasados ​​contra restaurantes chinos en muchos lugares, incluyendo Massachusetts, Arizona, California, Montana, Minnesota y Ohio. Los sindicatos impusieron multas a los miembros del sindicato que comían en restaurantes chinos, dice Chin, pero no pudo evitar que sus miembros comieran allí: "Los miembros individuales del público tenían incentivos para engañar porque la comida era entendida como un buen valor en ese momento . "

Y, señala Chin, en su mayor parte, estos sindicatos no estaban tratando de alistar a trabajadores de restaurantes chinos para unirse a sus filas. En cambio, estaban compitiendo para que los empleados chinos fueran reemplazados por trabajadores blancos.



3. Una ley peculiar

Cuando los boicots fueron en gran medida sin éxito, los sindicatos se volvieron al sistema legal. En la convención de la Federación Americana del Trabajo de 1913, los organizadores propusieron que todos los estados debían aprobar leyes que prohibían a las mujeres blancas trabajar o patrocinar restaurantes chinos o japoneses por razones tanto morales como económicas. (Una ley similar había sido promulgada en Saskatchewan, Canadá, y confirmada por la Corte Suprema de Canadá).

Estados como Montana, Pennsylvania, Massachusetts, Washington y Oregon vieron versiones de la ley, que en última instancia no tuvieron éxito. En Massachusetts, por ejemplo, el Tribunal Supremo Supremo del Estado anuló la ley alegando que era discriminatoria.

4. Agencias gubernamentales y licencias

Chin señala los viejos informes periodísticos que muestran que las agencias gubernamentales se negaron a otorgar licencias de negocios o de restaurantes a los restauradores chinos, citando varias razones: Algunos funcionarios afirmaron que ya habían emitido suficientes licencias. Otros dijeron que no otorgarían licencias a personas que no eran ciudadanos. Y puesto que los chinos no podían naturalizar, esto los apuntaba.

5. Vigilancia

Mientras que la propuesta de ley de trabajo de las mujeres blancas nunca fue promulgada oficialmente, algunos oficiales de policía comenzaron a patrullar los restaurantes por su propia voluntad, dice Chin. "Vemos informes periodísticos", explica, "donde la policía en las primeras décadas del siglo XX creyó que tenían la autoridad y la ejercían, simplemente para emitir órdenes en el interés público". Por ejemplo, agrega, "cuando había preocupaciones acerca de las mujeres blancas que patrocinar restaurantes chinos y cuando la policía pensaba que esto era perjudicial para la seguridad de las mujeres blancas, simplemente ordenarían a las mujeres blancas".

En 1909, el asesinato de una hija prominente de un líder sindical blanco por un trabajador de restaurante chino inflamó las tensiones. En junio de ese año, Leon Ling estranguló a Elsie Sigel con celo y envolvió su cuerpo en un baúl de su dormitorio. Sigel había conocido a Ling cuando trabajaba en el Barrio Chino de Manhattan como misionera, y su muerte y la posterior cacería de su asesino provocaron una ola de discriminación racial en todo el país.

Los periódicos exageraron la historia, con titulares como "Fue estrangulada por su amante chino: nieta del general Sigel Slain en los barrios pobres de Nueva York". El caso parecía justificar los temores de que los sindicalistas tuvieran todas las desgracias que surgirían de los restaurantes chinos. "Para ser un chino en estos días", escribió un periódico de Connecticut, "es ser al menos sospechoso en el asesinato de Elsie Sigel".

6. Prohibición de cabinas privadas

Las cabinas privadas eran pequeñas habitaciones donde los clientes podían cenar; Que a menudo se encuentran en restaurantes chinos. Pero en 1917, el Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos publicó una ordenanza modelo que prohibía las cabinas privadas, dice Chin. Algunas personas hicieron campaña para deshacerse de ellos, "porque en los restaurantes chop suey y otros restaurantes, cosas nefastas podrían pasar detrás de la cortina". Esta era una manera de dirigirse específicamente a los restaurantes chinos.

Mientras que los restaurantes chinos fueron capaces de soportar estas afrentas de los sindicatos - restaurantes chinos incluso subieron en la ciudad de Nueva York durante este tiempo debido a una laguna que permitió a los propietarios de pequeñas empresas visas en los EE.UU.-Chin sostiene que se había hecho suficiente daño. Los puntos de vista anti-chinos de los sindicalistas blancos ayudaron a solidificar la noción de que los chinos eran amenazas económicas y morales para los estadounidenses blancos y allanaron el camino para la aprobación de las leyes de inmigración de 1917 y 1924, Todos los países asiáticos.

No fue hasta que hubo una caída dramática en los inmigrantes chinos en los Estados Unidos que los organizadores del sindicato comenzaron a aliviar su objetivo de restaurantes chinos.

"El tema no eran los restaurantes chinos en sí", dice Chin. "Fue: ¿Qué pasa si los restaurantes chinos crecen y crecen y expulsan los restaurantes estadounidenses?

domingo, 18 de junio de 2017

La economía de la guerra de las galaxias

Intercambio libre
Wookienomics

Al igual que la Fuerza, la economía une a la galaxia




The Economist

El último capítulo de la saga "Star Wars", "The Force Awakens", debía estrenarse en cines en todo el mundo el 16 de diciembre, después de que The Economist fuera a la prensa. La mayoría de los fans se pondrán en fila para ver duelos de espadas de sables que se muerden las uñas y para ponerse al día en la vida de personajes amados. Los economistas, que pueden hacer el más emocionante del material aburrido, estarán más interesados ​​en el estado de la economía galáctica. ¿La destrucción de la Estrella de la Muerte al final de la sexta película de la serie desencadenar una crisis financiera masiva, como un reciente artículo de Zachary Feinstein, profesor de ingeniería financiera en la Universidad de Washington en St Louis, especula? ¿Qué tipo de reformas estructurales podría adoptar el nuevo gobierno galáctico?
Mientras esperaba respuestas a estas y otras preguntas importantes, The Economist emprendió un exhaustivo examen de los seis primeros episodios de la saga en busca de amplias lecciones económicas. La galaxia "Star Wars" está tecnológicamente avanzada y está estancada económicamente, plagada de desigualdad y de instituciones políticas osificadas. En otras palabras, no es totalmente ajeno. Aunque lejos, muy lejos, ofrece tres lecciones importantes para los residentes de la Vía Láctea.
El primero es el valor del comercio: cuanto más libre, mejor. Los ventiladores gimieron en consternación cuando la abertura de la primera precuela (Episodio I, lanzado en 1999) habló sobre los detalles de una disputa comercial. Sin embargo, en la galaxia distante, como en ésta, los conflictos comerciales son una fuente rica de tensión dramática. Entre las tecnologías más importantes en el universo "Star Wars" está el hiperimpulsor, que permite a los viajeros evadir las limitaciones de la relatividad y recorrer distancias fantásticas en un instante. Sin el hiperimpulsor, moverse entre los sistemas estelares más cercanos tardaría años o décadas, incluso suponiendo que viajan a velocidades casi luminales, lo que hace difícil y costoso el comercio.

El comercio hiper-impulsado, a su vez, permite un mayor nivel de ingreso por persona de lo que sería posible en una galaxia de autarquía planetaria. Algunos planetas -los que tienen una diversidad de especies y recursos- harían lo suficiente en una galaxia sin comercio. Pero aquellos como el planeta desierto Tatooine o el planeta helado Hoth estarían estériles sin la posibilidad de importaciones de otros mundos.

El comercio permite a los planetas desolados especializarse en la producción de valiosos productos minerales en el caso de Tatooine. Otros pueden entregar toda su superficie a la agricultura oa la urbanización (la capital imperial, Coruscant, es una ciudad de tamaño planetario). Los planetas ricamente dotados se ganan al especializarse en industrias en las que disfrutan de la mayor ventaja comparativa, utilizando parte de los ingresos obtenidos para obtener bienes o servicios que no son tan buenos en producirse a sí mismos. Al mismo tiempo, el comercio permite a los planetas más sombríos exportar qué recursos tienen a cambio de las importaciones necesarias para hacerlos habitables -alimentos, lo más obvio.

Las ganancias del comercio galáctico se reducen, sin embargo, por los monopolios otorgados a poderosos grupos industriales, como la Federación de Comercio, que invade el pacífico planeta Naboo en el Episodio I. Las franquicias comerciales son preocupantes por una serie de razones. Permiten al monopolista cobrar una prima, capturando beneficios que de otra manera fluirían a productores o consumidores. Ellos fomentan la criminalidad por aquellos que buscan eludir el monopolio (como el contrabando de especias, un narcótico, por Han Solo, en nombre del gángster Jabba el Hutt). Y alientan a los monopolistas a dedicar valiosos recursos a la búsqueda de rentas. Los burócratas de la República, nos enteramos del entonces senador de Naboo, Sheev Palpatine, están "en la nómina de la Federación de Comercio".

Aunque la globalización, o más bien la galacticización, es una bendición económica, presenta todo tipo de desafíos políticos que no son fáciles de manejar. Esta es la segunda lección. Dani Rodrik, economista de la Universidad de Harvard, sostiene que la globalización impide que los países alcancen más de dos de los tres objetivos deseables: la integración económica, la soberanía nacional y la democracia. Los habitantes del universo de "Star Wars" se enfrentan a problemas similares: el precio de participación en la economía galáctica es la aceptación de reglas que molestan a los gobiernos planetarios. En el episodio II, una "Confederación de Sistemas Independientes" se mueve para separarse de la República en respuesta a las regulaciones consideradas como colocando una carga económica indebida sobre planetas más pobres. La Alianza Rebelde que lucha contra el Imperio en los Episodios IV a VI está tratando de restablecer la democracia y la soberanía planetaria, aunque eso puede minar la integración económica permitida por el gobierno unitario.

Los androides que buscamos


La tercera lección es para aquellos que ponderan sus opciones de carrera en una era de inteligencia de la máquina. Los humanos en la saga todavía trabajan en tareas peligrosas y desagradables -volando el equivalente galáctico de aviones de combate, por ejemplo, y trabajando en minas peligrosas de especias- a pesar de la multitud de robots inteligentes que pueblan la galaxia. De hecho, los robots de "Star Wars", por toda su magia tecnológica, no parecen ser capaces de hacer todo lo que los humanos pueden. Cuando a Obi-Wan Kenobi, un caballero Jedi, se le muestra un ejército de clones humanos-pronto para convertirse en soldados de tormentas- comisionados por un colega, se le dice que son "inmensamente superiores a los droides, capaces de pensamiento y acción independientes". Hasta ahora, tan reconfortante.

Sin embargo, los seres humanos también trabajan debido a las desigualdades del sistema político galáctico. Anakin Skywalker, el Jedi emocionalmente marcado que más tarde se convierte en Darth Vader, aparece por primera vez en la serie como un esclavo en Tatooine. El hijo de Anakin, Luke, aunque no es un esclavo, cosecha la humedad atmosférica en relativa pobreza, mientras que aquellos en el corazón de la galaxia viven en lujo. Los seres humanos trabajarán por una miseria, si es necesario, para raspar por. Esto puede llevarlos al lado oscuro. Peor aún, podría inducir a las almas inquisitivas a preguntarse qué fuerzas impulsan una distribución tan desigual de la riqueza, convirtiéndolas en las más temidas criaturas: los economistas.

lunes, 12 de junio de 2017

¿Conviene viajar en primera clase en las aerolíneas?

¿Volar en primera clase es un desperdicio de dinero?
Las diferencias entre el frente del avión y la espalda nunca han sido más fuertes. Aquí es por qué no debería pagar
BILL RIDGERS | 1843 Magazine

 


La máxima de que "se obtiene lo que se paga" podría haber sido acuñado para el transporte aéreo moderno. Nunca la distancia metafórica entre el frente y la parte de atrás de un avión se sentía tan abierta. Los pasajeros de clase económica de hoy eligen abrumadoramente sus vuelos sobre la base del precio, con poca consideración por el nivel de servicio que reciben. Incluso mientras gruñen que las aerolíneas están apretando más asientos en la clase de ganado, pocos de nosotros hacen clic en la segunda página de una búsqueda de Skyscanner para encontrar algo más agradable. Al volverse más tacaños, las aerolíneas nos están dando exactamente lo que estamos pidiendo.

Lo mismo no se puede decir de los voladores de primera clase. Aquí, la competencia alienta a las aerolíneas a no disminuir los precios, sino a aumentar el nivel de mimos. Los clientes más chulos ofrecen los beneficios más jugosos. En los vuelos transatlánticos, por ejemplo, las cabinas premium (incluida la clase comercial) representan sólo el 13% de los asientos, pero la mitad de los ingresos. Se ahorra poco en la lucha por esos ingresos.

¿Pero el costo de sentarse en el mismo frente del avión vale la pena? Hay varias maneras de pensar en esto. Calculamos el precio de los vuelos entre Heathrow y JFK el primer lunes de julio, agosto y septiembre (un día caro para viajar en una ruta cara) *. Para volar a través del estanque en costo económico, en promedio, $ 1.544. Para viajar primera clase fue de $ 10,735. Así que un enfoque es preguntar si los servicios en el primero son siete veces peores que el último.

Es cierto que las diferencias son duras. Antes del vuelo, los viajeros de primera clase cenan en los mejores salones mientras que el hoi polloi se prepara con sándwiches de Pret. A bordo, los que están en la parte delantera pueden convertir sus sillas en una cama plana, acurrucarse bajo un edredón y beben champán de cortesía. Incluso cuando están en posición vertical, el paso del asiento (la distancia entre cualquier punto de un asiento, y el mismo punto en el que está delante) será de aproximadamente 78 pulgadas. Cualquiera que haya girado a la izquierda al subir a un vuelo y apretado en un asiento inclinado de 31 pulgadas, no necesitará decir que la vida es diferente en la parte trasera del avión.

Sin embargo, cuantificar esa diferencia es subjetiva. Así que también podemos decir que el valor de un servicio está relacionado con los ingresos de la persona que lo compra (una tarifa de $ 10,000 parece más razonable para un millonario que alguien con salario mínimo). Un British Airways jumbo volando la ruta transatlántica podría tener 345 asientos. Un poco menos del 5% de los que estarán en primera clase. Si el reparto de los ingresos en un 747 con destino a Estados Unidos fuera similar al de Estados Unidos en su conjunto (una suposición simplista), entonces el ingreso medio de los pasajeros afortunados, el 5% superior de los asalariados, sería de 241.000 dólares Han pagado el 4,5% de sus ingresos en un boleto. En comparación, los folletos de clase económica obtienen una ganga, incluso cuando están pagando para volar en un día ajetreado. Gastan algo más del 3% del ingreso mediano de la familia.

Pero hay una respuesta más fácil a la pregunta. En pocas palabras: un servicio vale lo que un cliente está dispuesto a pagar por ello. En los últimos años, la clase empresarial se ha vuelto cada vez más posher. Hoy en día, es fácilmente equivalente a la experiencia de primera clase de hace una década. Las camas simples son estándar, el menú es creado por famosos chefs y los salones son acogedores. Por lo tanto, menos pasajeros están dispuestos a pagar por los beneficios marginales de volar en primera clase. Más líneas aéreas están re-configurando sus cabinas, abandonando sus asientos más poshest. Sólo dos líneas aéreas, British Airways y American Airlines, ahora vuelan un servicio de primera clase entre Heathrow y JFK, la ruta que una vez definió el glamour del jet-age. En su lugar, los transportistas están apretando en más asientos de economía premium, lanzados entre el negocio y el entrenador. Si los clientes ya no están dispuestos a pagar por ello, entonces por definición, la primera clase no vale la pena el dinero.

sábado, 10 de junio de 2017

La cartera Hermés como un bien de Veblen

CURVA DE DEMANDA
¿Por qué Hermès no quiere que compre su cartera increíblemente cara? Brooke Unger obtiene su cabeza alrededor de la economía del accesorio más deseable del mundo




BROOKE UNGER | 1843 Magazine
En un vuelo de París a Londres en 1983, Jane Birkin, una cantante y actriz anglo-francesa, derramó el contenido de su bolsa de paja rellena, incluyendo su diario Hermès. Jean-Louis Dumas, el director ejecutivo de Hermès en ese momento, lo recogió galantemente. Hablaban sobre los contenedores que se desbordaban en general y su bolsa de fin de semana inadecuada en particular. Dumas, que no sólo tenía maneras exquisitas, sino también una nariz fina para la oportunidad, diseñó un receptáculo a sus especificaciones que se ha convertido en el bolso más caro del mundo. Los precios comienzan en $ 7,000; En junio, Christie's Hong Kong vendió un Birkin mate de piel de cocodrilo del Himalaya con un broche de oro blanco de diez quilates de diamantes y cerradura por $ 300,168.
Parte de la explicación para el precio exorbitante de la bolsa - y la que Hermès gusta destacar - es la exquisita mano de obra. Cada Birkin es la obra de un solo artesano, que toma hasta 18 horas para completar el trabajo, más si la piel es una delicada piel de cocodrilo. Hermès dice que sus precios se basan en sus costos, que son necesariamente altos. Luca Solca, analista de acciones de Exane BNP Paribas, calcula que el costo de producción de un Birkin básico es de alrededor de $ 800, pero las muchas horas-hombre y los materiales finos que entran en la fabricación de la bolsa no representan gran parte de su precio.

En este punto, un economista tendería a introducir el argumento de Thorstein Veblen, un economista y sociólogo estadounidense que, en 1899, propuso la idea del "consumo conspicuo" en su clásica caída del capitalismo, "The Theory of the Clase ociosa". Los llamados bienes Veblen revierten la lógica normal de la economía. Con la mayoría de los bienes, la demanda disminuye a medida que suben los precios; Con los productos de Veblen, cuanto más alto es el precio, mayor es la demanda, porque cuanto más caros son, más efectivamente proclaman el estado de sus dueños. La brecha entre el costo de producir un Birkin y el precio sugiere que cae en esta categoría.

Sin embargo, en un par de maneras, Birkins no se parecen a los productos clásicos Veblen. Primero, no son tan visibles. Casi todo el mundo puede identificar la procedencia de la Gucci doble-G spangled Dionysus bolsa de hombro; Sólo los iniciados pueden detectar un Birkin. Así que la teoría de Veblen necesita ser adaptada para explicar el poder de los bienes discretos pero caros. Los autores de "Signaling status with luxury goods: the role of brand prominence", publicado en el Journal of Marketing en 2010, dividen a los ricos en dos grupos: "parvenus", que quieren asociarse con otros ricos Y se distinguen de los que no tienen, y los "patricios", que desean señalarse el uno al otro, pero no a las masas. Ellos teorizan que los productos de lujo más caros, dirigidos a los patricios, tendrán marca menos obvia que los más baratos. Efectivamente, encontraron que Gucci y Louis Vuitton cobran más por los bolsos más silenciosos y los bofetones más grandes de Mercedes en sus coches más baratos. Las personas que no pueden permitirse el lujo pero quieren mirar como si pudieran ("poseurs") van para los logotipos grandes: los falsificadores copian generalmente mercancías más ruidosas.

En segundo lugar, los productores de los productos Veblen deberían elevar los precios hasta que estén justo por debajo del punto en que las leyes económicas normales comienzan a reafirmarse. Pero, como sugiere la existencia de un floreciente mercado secundario, Hermès podría cargar mucho más de lo que lo hace por un Birkin. En vez de racionar por el precio - la práctica del mercado estándar - las raciones de Hermès por cola. No se puede entrar en una boutique de Hermès y esperar salir con una bolsa de 30cm de avestruz violeta con hardware de paladio, o de hecho un Birkin de cualquier descripción. Tienes que hacer un pedido, y esperar. Hélène Le Blanc, entonces abogada que trabajaba en París, fue inicialmente rechazada cuando se acercó a la tienda insignia en Faubourg Saint-Honoré hace varios años. Una vez que persuadió a la vendedora de que estaba seria y dispuesta a esperar, se le presentaron carpetas llenas de muestras de cuero y opciones de hardware, y se le permitió hacer un pedido. Alrededor de dos meses más tarde recibió una carta certificada diciendo que la bolsa estaba lista. Florence Paul, una consultora de relaciones públicas en Londres, dice que una amiga suya tomó una colección para comprar a su madre un Birkin para su 60 cumpleaños; Estaba lista para su 61ª aniversario.

Es por eso que el Birkin tiene su propio subgénero literario mientras que el costoso pero accesible Chanel 2.55 no. En un episodio de "Sexo y la ciudad" de 2001 Samantha salta una cola de cinco años al afirmar que quiere la bolsa para la actriz Lucy Liu. El miércoles Martin registró los comportamientos de consumo competitivo desencadenados por la bolsa Birkin entre los ricos neoyorquinos en su libro "Primates of Park Avenue". Un empresario estadounidense, Michael Tonello, apretó una memoria, "Bringing Home the Birkin", de sus escapadas de compra en Europa.
Entonces, ¿por qué Hermès mata de hambre el mercado para Birkins, cuando podría vender muchos más, y así ganar mucho más dinero? Hermès dice que la restricción es la disponibilidad de pieles de alta calidad y personas calificadas para trabajar con ellos. La división de cuero de Hermès (métier, en la jerga de la empresa) contrata a 200 artesanos al año y tarda dos años en entrenarlos. El límite en el número de bolsas que se pueden hacer es por lo tanto natural. Como el oro y Bitcoins, sugiere Hermès, Birkins es extraído, no simplemente hecho.

Pero como observa Solca, hay buenas razones comerciales por las cuales el racionamiento por cola y no por precio puede tener sentido. Primero, le da a Hermès un amortiguador: incluso si la demanda cae, las ventas no. En segundo lugar, crea un exceso de demanda de las bolsas, que desborda la demanda de otros productos de Hermès. Gran parte del negocio de la firma consiste en vender premios de consolación: billeteras, cinturones, toallas de playa, etc. Como J.N. Kapferer del Instituto de Lujo Inseec de París observa que la espera induce a "los compradores impacientes a cambiar a otros productos de la marca, para calmar su hambre hasta que se alcanza el tan esperado objeto de deseo". Tercero, aunque los precios del mercado podrían aumentar Rentabilidad a corto plazo, a largo plazo expulsarían a las francesas, dejando a los nuevos ricos del mundo en desarrollo como principales compradores de las bolsas. Si Parisiennes elegantes pierden interés, así, eventualmente, las mujeres que aspiran a ser como ellos.
Pero el equilibrio entre hacer unos pocos lo suficiente para mantener a los consumidores hambrientos y lo suficiente para mantener el perfil de la marca alta es una delicada. No se imaginan minúsculas carreras de producción, destinadas a un puñado de cognoscenti. Solca adivina que Hermès hace 70.000 Birkins al año y que un millón está en circulación. Si la exclusividad, o la percepción de ella, fueran sólo una función de la rareza, Birkins cedería a algunos de sus competidores. Delvaux, una casa de lujo belga fundada en 1829 (ocho años antes de Hermès), fabrica 60.000 artículos al año y dice que Hermès rivaliza en calidad. Pero sus bolsos Brillant y Tempête cuestan un 15-20% menos que un Kelly (la hermana ligeramente menos famosa pero igualmente inasequible de Birkin) en parte porque comparado con Hermès, "somos un enano", como dice Christina Zeller, directora artística de Delvaux . El Birkin y el Kelly necesitan ser lo suficientemente grandes para que las personas sepan de ellos, pero no tan grandes que su valor se vea socavado. La percepción de la exclusividad depende de una relación: el número de personas que quieren algo comparado con la cantidad disponible para satisfacer esa demanda.

¿Puede Hermès mantener esa relación alta? Parte del poder del Birkin es que nació de serendipia, no de marketing. Piensen en el fatídico encuentro entre Dumas y Birkin. Él la estaba ayudando tanto como adornándola - solucionando un problema, no firmando un acuerdo de aprobación de celebridades. Como señala Zeller, hay una "historia completa" para contar sobre Birkin y la bolsa. El hecho de que Birkin recientemente amenazó con retirar su nombre de la versión piel de cocodrilo de la bolsa después de las acusaciones de que una granja que suministra pieles a Hermès maltratados los animales muestra que la empresa está obligada a su musa, en lugar de - como suele ser el caso Con el respaldo de celebridades - al revés.
Pero el problema con serendipitia es que no se puede fabricar. Hermès "no pudo lanzar otra bolsa emblemática en 32 años", señala Mario Ortelli de Bernstein, una empresa de investigación de capital. En el mejor de los casos, la empresa puede tender al aura de parpadeo que rodea a los dos que tiene. Eso puede ser cada vez más difícil. Los compradores sofisticados no se identifican con estrellas como Kim Kardashian y Tamara Ecclestone, que hacen alarde de sus grandes colecciones de Birkin. "Cuando ves a una celebridad saliendo de una suv con una bolsa, quita la mística", dice Le Blanc. Ella teme que el Birkin se está convirtiendo en "demasiado expuesto". Todas las grandes marcas de lujo se preocupan por ese riesgo, pero incluso aquí el Birkin se distingue. El peligro de la exposición excesiva no viene del celo de su comercialización pero del ardor de sus ventiladores.


jueves, 25 de mayo de 2017

Japón emplea exitosamente política monetaria contra el desempleo

Japón: imprimir dinero puede ser una gran idea
​Por Matt O'Brien || Infobae




Se sabe que no es posible enriquecerse con sólo imprimir dinero, pero hay excepciones.

Por caso, Japón. La tasa de desempleo ha caído a 2,8%, su nivel más bajo en 22 años, en gran parte gracias a los yenes que se emitieron en los últimos cuatro años. Quizá el dinero no crezca en los árboles, pero lo crea la computadora de un banco central.

¿Cómo llegó Japón hasta el punto en que necesitaba el equivalente económico de un desfibrilador cardíaco? A principios de la década de 1990 fue el primer país que atravesó el ciclo de auge, colapso y estancamiento que los Estados Unidos, Europa y la mayor parte del mundo llegaron a conocer —y odiar— tan bien.

Japón logró evitar la depresión gracias a su gasto en infraestructura, pero no pudo escapar de una "década perdida": una manera elegante de decir que, si bien creció, no creció mucho. Según el economista Brad DeLong, Japón no sólo dejó de seguirle el ritmo a los Estados Unidos por unos años, sino durante los últimos 25. Eso es mejor, y peor, de lo que parece.

Mejor porque, incorporado el factor de su población decreciente, en los últimos 15 años Japón ha crecido per cápita por lo menos tan rápido como los Estados Unidos. Pero peor porque nunca logró recuperar el terreno perdido y se ha convertido en un país permanentemente más pobre.



Se suponía que esto ya no iba a suceder. Los economistas —dijo el Premio Nobel Robert Lucas en 2003— pensaban que "la cuestión central de prevenir la depresión" había sido "resuelta". Se suponía que se había aprendido lo suficiente desde la década de 1930 para evitar que la economía entrara en otra deuda, deflación y cesación de pagos. Hasta que Japón demostró que no había aprendido. El país afrontaba un problema que no había tenido en 60 años: a pesar de tener tasas de interés del 0%, no podía impedir que sus precios cayeran.

Suena a algo que sólo un economista podría creer: ¿cómo puede ser malo que bajen los precios? Así: la caída de precios significaría una caída de los salarios, pero no de las deudas, por lo que se volverían más difíciles de pagar.

En el mejor de los casos, la economía se quedaría atascada en un ciclo de bajo consumo, lo que conduciría a una baja inversión empresarial, lo que conduciría a una baja contratación y, luego, a gastos menores de los consumidores.

En el peor de los casos, todo el mundo iría a la quiebra.

Por eso Japón puso tanto énfasis en volver a llevar su tasa de inflación por encima de cero. Quiere entrar en el ciclo opuesto: precios más altos que conduzcan a salarios más altos que conduzcan a cargas de deuda menores, lo cual elevaría el consumo y luego los niveles de inversión. En otras palabras, una recuperación autosostenible.

De esto se trata la "Abeconomia", el plan en tres partes del primer ministro Shinzo Abe: estímulo fiscal, estímulo monetario y reformas estructurales —por ejemplo, incorporar más mujeres a la fuerza laboral— para devolver la economía de Japón adonde debería estar. Y si bien hubo falsos comienzos, debates y dudas, lo cierto es que está funcionando.

Aunque Japón posiblemente no se halla donde quiere, está en camino. Tal vez la mejor manera de deducir esto no es su tasa de desempleo super-baja, sino más bien su tasa de empleo super-alta, que desde el comienzo de la Abenomía se disparó a un máximo histórico de 83,5%, e hizo que la estadounidense de 78,3% se vea miserable en comparación. Significa además que la tasa de desempleo de Japón no ha caído por la mala razón de que gente ha renunciado a buscar trabajo, sino por la buena razón de que casi todo el que no tiene una pensión está por obtener una.

¿Qué hay detrás de este auge? No pueden ser los aspectos fiscales o estructurales de la Abeconomía, porque apenas se han puesto a prueba. De hecho, en los últimos años los presupuestos de Tokio se ha caracterizado por su austeridad más que por el estímulo, y sus intentos de sacudir las normas e instituciones escleróticas del país, aunque han avanzado un poco, han topado con una gran resistencia de partes interesadas.

Es la parte monetaria —la promesa de imprimir dinero mientras sea necesario hasta que los precios empiecen a subir de nuevo— lo que ha conseguido más logros.

Pero esto no es todo lo que quería Japón. Después de todo, la inflación apenas acaba de subir de cero y todavía se encuentra muy por debajo de su objetivo del 2 por ciento. Más importante que eso, sin embargo, es el hecho de que esto no ha hecho que el banco central de Japón se rinda, como ha sucedido otras veces. Hasta la Abenomía, Japón se limitaba a hacer lo suficiente para evitar lo peor, pero nada más.

Todo el dinero emitido parece haber dado a las empresas la confianza —y la moneda más barata— que necesitaban para expandirse un poco. Hasta hace unos años, a las compañías las frenaba que el gobierno hacía menos de lo que realmente podía para apoyar la economía. Ahora Tokio dice que hará lo que sea necesario, y el desempleo finalmente ha caído tanto que las empresas pronto tendrían que empezar a luchar por los trabajadores con salarios más altos, lo que potencialmente daría a la economía el impulso que necesitaba para entrar en un círculo virtuoso.