domingo, 20 de marzo de 2016

Costo de oportunidad: El ejemplo clásico de Dylan vs. Clapton

Dylan vs. Clapton: Un ejemplo clásico de coste de oportunidad





Meandering Economics

En el corazón de la economía hay una ciencia del comportamiento. Desde las elecciones del individuo hasta el agregado (todos y su perro), los economistas se centran en la relación entre variables económicas en abstracciones complejas llamadas modelos. Si desea saber algo sobre economía, aquí hay una lección clásica sobre el costo de oportunidad, un concepto importante en microeconomía.

El "costo de oportunidad" representa el siguiente mejor valor que renunció al hacer una elección.
La pregunta de prueba que siempre quisiste:
Ganó un boleto gratis para ver un concierto de Eric Clapton (que no tiene valor de reventa y valor cero para usted). Bob Dylan está actuando la misma noche y es su próxima mejor actividad alternativa. Las entradas para ver a Dylan cuestan $ 40. En cualquier día, estarías dispuesto a pagar hasta $ 50 para ver a Dylan (¡porque es tan genial!). Suponga que no hay otros costos de ver a ninguno de los artistas.

Resumen: el costo y el beneficio de ver a Clapton es cero, mientras que el costo de ver a Dylan es de $ 40 pero, debido a que estremece en el mundo, vale $ 50 para ver el recital.

Según esta información, ¿cuál es el costo de oportunidad de ver a Eric Clapton?

A. $ 0
B. $ 10
C. $ 40
D. $ 50


Piénsalo; Más fuerte; aún más difícil ...

Aquí está la respuesta:
Cuando vas al concierto de Clapton, renuncias a los $ 50 en beneficios (representados por tu disposición a pagar) que hubieras recibido al ir al concierto de Dylan. También renuncia a los $ 40 (los costos) que tendría que pagar para ir al concierto de Dylan. En otras palabras, un beneficio evitado es un costo, y un costo evitado es un beneficio. Por lo tanto, el costo de oportunidad de ver a Clapton, el valor que renuncia al no ir al concierto de Dylan, es de $ 10, es decir, el beneficio neto perdido.


Divertido eh? Ahora dime, ¿cuál es el beneficio de tomar una pinta extra el viernes por la noche en comparación con el desayuno Northend Diner el sábado por la mañana? Beber o comer, esa es la pregunta. Bien, sabemos que la mayoría de las personas no necesitan calcular el costo de oportunidad de la cerveza vs. tocino, y ese es el punto: el concepto de costos de oportunidad nos ayuda a describir los comportamientos que hacemos cada día, solo las personas son personas. Haciendo cosas de la gente; como elegir entre cerveza y ahhhh tocino.

Costo de oportunidad: el suyo para usar, hablar e incluso para impresionar a la gente en la calle.

viernes, 18 de marzo de 2016

¿La universidad no otorga ventajas para conseguir empleo?

Educación: ¿Vale la pena ir a la universidad?
Muchos expertos consideran que el título es "irrelevante" a la hora de conseguir empleo
Luciana Vázquez - LA NACION



La palabra es dura: "irrelevancia". Se escuchó en Dubai, el último fin de semana, durante el Global Education & Skills Forum (GESF) para referirse al peso de la universidad en el mundo actual. La irrelevancia o relevancia de los estudios universitarios y su rol cuando los graduados pululan por el mundo, pero el desempleo los castiga -sobre todo a los jóvenes-, fue uno de los temas analizados en el GESF.

El debate dejó en claro una paradoja: el aumento de la matrícula y la creación exponencial de universidades contrastan con el reclamo de los empleadores, que no encuentran entre los graduados las habilidades necesarias.


Foto:LA NACION

La educación vocacional y técnica, al mismo tiempo, empieza a ganar espacio como solución más flexible ante una realidad en continuo cambio. En los últimos 15 años, se graduaron 7,3 millones de chinos de la universidad. Sin embargo, en su país ahora el 30% de esos graduados no encuentra trabajo, mientras que entre los que no tienen título el desempleo apenas llega al 4%.

"¿Quién de ustedes elegiría no enviar a su hijo a la universidad?", desafía el moderador de un debate para inquietar al auditorio y abrir la discusión. Ninguno de los asistentes levanta la mano. Resulta impensable para esa fauna cultivada, un centenar de hombres y mujeres vinculados de alguna manera con el mundo educativo, concebir un destino distinto que no pase por los claustros universitarios. El futuro de sus hijos viene con un título académico bajo el brazo.

Y sin embargo el debate que está a punto de empezar busca sacudir esa certeza. El tema de la polémica: "la creciente irrelevancia de la universidad". Las palabras "irrelevancia" y "creciente" lastiman los oídos de los graduados allí reunidos. Es domingo en Dubai, día de cierre del GESF, la cumbre global organizada por la Fundación Varkey, una ONG con sede en Londres fundada por el multimillonario nacido en India, Sunny Varkey, que viene haciendo millones con GEMS, la cadena de escuelas privadas más grande del mundo.

Se trata de la cumbre educativa internacional que es considerada el Davos de la educación y que reúne a las figuras más influyentes del sector. Entre los participantes estuvo el ministro de Educación argentino, Esteban Bullrich.

Este año el eje de la cumbre fue "educación, equidad y empleo". No fue casual en ese sentido que el discurso central de apertura del foro estuviera a cargo del director de Educación y Habilidades de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Andreas Schleicher, el hombre fuerte de las pruebas PISA. Schleicher puso un dato significativo sobre la mesa: "En los últimos años, China ha venido construyendo cerca de una universidad por semana", sostuvo. Pero Schleicher subrayó una contradicción: "Mientras los graduados sin empleo están buscando trabajo, los empleadores dicen que no pueden encontrar a la gente con las habilidades que necesitan".

En la India, donde la cantidad de graduados pasó de un millón a cinco millones en el mismo período, el panorama es similar. En Jordania, la tasa de desempleo es el doble para los graduados universitarios.

Cómo conseguir empleo

Jamie McAuliffe, el presidente de Education for Employement (EFE, por sus siglas en inglés), una ONG dedicada a conectar a los jóvenes con sus primeros trabajos en el sector privado en África y Medio Oriente, dio buenos argumentos para descreer de la universidad. McAuliffe citó un caso: la historia de una chica de Túnez que soñaba, como muchos, con que un título de ingeniera era un pasaporte para el futuro, pero terminó entrando a un programa específico de project manager después de tres años de buscar trabajo como ingeniera sin ningún éxito. A partir de esa educación técnica específica encontró trabajo. "La mayoría de los sistemas educativos son educación para el desempleo. ¿Eso es lo que queremos de nuestras universidades?", se preguntó.

Entre quienes cuestionan la relevancia de los títulos universitarios, la educación vocacional o técnica, tanto en secundaria como superior no universitaria, o en el modelo de educación continua para adultos ya formados, se planteó como una opción más efectiva.

Un informe de la Reserva Federal de Nueva York, citado en el debate, llegó para apoyar esta visión: en Estados Unidos, el 44% de los jóvenes graduados terminarán en trabajos que no requieren título universitario. Los estudiantes universitarios se queman las pestañas en carreras que no necesitarán para el empleo. Y que sus empleadores no valoran. Carreras cortas más específicas se plantearon como una alternativa más efectiva durante el debate.

Por el otro lado, la relevancia de la universidad tuvo un defensor de lujo en Dubai: Geoffrey Canada, el presidente de Harlem Children's Zone, un proyecto de ayuda social desarrollado en Harlem para acompañar a chicos nacidos en sectores vulnerables. "Aunque estoy de acuerdo en que el mercado de trabajo está cambiando, si no podés saber qué trabajo existirá hoy, tampoco podés darles entrenamiento que los prepare para ese trabajo en particular", sostuvo para relativizar los beneficios de una educación más vocacional y técnica.

Visiones encontradas


A favor
Geoffrey Canada

Harlem Children's Zone

"Si no podés saber qué trabajo existirá hoy, tampoco podés darles el entrenamiento que los prepare para ese trabajo en particular"

En contra
Jamie Mcauliffe

Education for employement

"La mayoría de los sistemas educativos son educación para el desempleo. ¿Eso es lo que queremos de nuestras universidades?"

lunes, 14 de marzo de 2016

La pirámide de Manslow

Pirámide de Maslow


La pirámide de Maslow, o jerarquía de las necesidades humanas, es una teoría psicológica propuesta por Abraham Maslow en su obra Una teoría sobre la motivación humana (en inglés, A Theory of Human Motivation) de 1943, que posteriormente amplió. Obtuvo una importante notoriedad, no sólo en el campo de la psicología sino en el ámbito empresarial del marketing o la publicidad.1 Maslow formula en su teoría una jerarquía de necesidades humanas y defiende que conforme se satisfacen las necesidades más básicas (parte inferior de la pirámide), los seres humanos desarrollan necesidades y deseos más elevados (parte superior de la pirámide).2


Jerarquía de necesidades

La escala de las necesidades se describe como una pirámide de cinco niveles: los cuatro primeros niveles pueden ser agrupados como «necesidades de déficit» (deficit needs o D-needs) (primordiales); al nivel superior lo denominó por última vez «autorrealización», «motivación de crecimiento», o «necesidad de ser» (being needs o B-needs).

La idea básica es: sólo se atienden necesidades superiores cuando se han satisfecho las necesidades inferiores, es decir, todos aspiramos a satisfacer necesidades superiores. Las fuerzas de crecimiento dan lugar a un movimiento ascendente en la jerarquía, mientras que las fuerzas regresivas empujan las necesidades prepotentes hacia abajo en la jerarquía. Según la pirámide de Maslow dispondríamos de:

Necesidades básicas

Son necesidades fisiológicas básicas para mantener la homeostasis (referentes a la supervivencia):

  • Necesidad de respirar, beber agua (hidratarse) y alimentarse.
  • Necesidad de dormir (descansar) y eliminar los desechos corporales.
  • Necesidad de evitar el dolor.
  • Necesidad de mantener la temperatura corporal, en un ambiente cálido o con vestimenta.

Necesidades de seguridad y protección

Surgen cuando las necesidades fisiológicas están satisfechas. Se refieren a sentirse seguro y protegido:3

  • Seguridad física (asegurar la integridad del propio cuerpo) y de salud (asegurar el buen funcionamiento del cuerpo).
  • Necesidad de proteger tus bienes y tus activos (casa, dinero, automóvil, etc.)
  • Necesidad de vivienda (protección).

Necesidades sociales (afiliación)

Son las relacionadas con nuestra naturaleza social:4

  • Función de relación (amistad, pareja, colegas o familia).
  • Aceptación social.

Necesidades de estima (reconocimiento)

Maslow describió dos tipos de necesidades de estima,4 una alta y otra baja.

  • La estima alta concierne a la necesidad del respeto a uno mismo, e incluye sentimientos tales como confianza, competencia, maestría, logros, independencia y libertad.
  • La estima baja concierne al respeto de las demás personas: la necesidad de atención, aprecio, reconocimiento, reputación, estatus, dignidad, fama, gloria, e incluso dominio.

La merma de estas necesidades se refleja en una baja autoestima e ideas de inferioridad. El tener satisfecha esta necesidad apoya el sentido de vida y la valoración como individuo y profesional, que tranquilamente puede escalonar y avanzar hacia la necesidad de la autorrealización.

La necesidad de autoestima es la necesidad del equilibrio en el ser humano, dado que se constituye en el pilar fundamental para que el individuo se convierta en el hombre de éxito que siempre ha soñado, o en un hombre abocado hacia el fracaso, el cual no puede lograr nada por sus propios medios.

Autorrealización

Este último nivel es algo diferente y Maslow utilizó varios términos para denominarlo: «motivación de crecimiento», «necesidad de ser» y «autorrealización».

Es la necesidad psicológica más elevada del ser humano, se halla en la cima de las jerarquías, y es a través de su satisfacción que se encuentra una justificación o un sentido válido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. Se llega a ésta cuando todos los niveles anteriores han sido alcanzados y completados, o al menos, hasta cierto punto.

Wikipedia

martes, 8 de marzo de 2016

El papel higiénico y la pobreza

Por qué los pobres pagan más por el papel higiénico - y casi todo lo demás




Por Emily Badger - The Washington Post


Hay varias maneras de ahorrar dinero en, por ejemplo, un rollo de papel higiénico (PH). Se puede llegar a la versión más barata: la marca de la tienda o el PH de capa única, o las que se sienten como papel de embalaje. O puede comprar en grandes cantidades, ahorrando en cada rollo por unidad. O bien, puede abastecerse cuando la oferta es buena, al igual que cuando la tienda de la esquina ofrece dos paquetes por el precio de uno.

Los pobres, que necesitan todas estas estrategias, son mucho menos propensos a usar los dos últimos. Ellos no pueden permitirse, según una investigación reveladora de profesor Yesim Orhun y Ph.D. estudiante Mike Palazzolo por la Universidad de Michigan (escucharlos en Michigan Public Radio).

Utilizando datos de panel en más de 100,000 hogares estadounidenses lo largo de siete años, los investigadores siguieron la compra de papel higiénico, que tiene la gran ventaja de ser no perecederos y que se consumen de manera constante (es difícil ir sin comprarlos, pero también difícil de no utilizarlos más porque resulte que tenemos más en la casa). Eso es casi 3 millones de compras de papel higiénico.

Cuando Orhun y Palazzolo compararon los hogares con niveles de consumo similares que realizaban sus compras en tiendas comparables - y controlando por el PH de dos capas - se encontraron con que los pobres tenían menos probabilidades que los hogares más ricos de comprar paquetes más grandes, o de programar sus compras para aprovechar las ventas. Al no hacerlo, pagaron alrededor de un 5,9 por ciento más por cada hoja de papel higiénico - un poco menos de lo que guardan con la compra de las marcas más baratas en primer lugar (8,8 por ciento).

Tal vez esto suena como un descubrimiento sutil sobre artículos de uso doméstico de menor importancia. Pero es compatible con un punto más amplio sobre la pobreza: Es caro ser pobre. O, para el mismo desde otro ángulo: Tener más dinero da a la gente el lujo de pagar menos por las cosas.

En el caso del papel higiénico, o cualquier número de otras mercancías almacenables como los tomates enlatados, arroz o toallas de papel, los compradores tienen que pagar más por adelantado para obtener un ahorro en el tiempo. Y los pobres a menudo no puede permitirse el lujo de hacer eso - a pagar $ 24 para un paquete de 30 en lugar de $ 5 por un paquete de cuatro. Entonces, porque no pueden abastecerse, no pueden permitirse el lujo de esperar hasta la próxima venta, vuelve. Cuando el papel higiénico se agota, que tienen que correr a la tienda para la otra pequeña cantidad de ella - lo que cuesta en ese momento. Porque no pueden utilizar una estrategia de ahorro de dinero, que no pueden utilizar la otra, tampoco.

"Se puede crear una trampa de la pobreza incluso en todo el papel higiénico que estudiamos," dice Orhun. consumidores de clase media se comportan de manera muy diferente, añade. "Ellos comprar cuando el precio es correcto y esperar que el precio no lo es. Pero los pobres no tienen ese lujo."

Ella y Palazzolo muestran que el problema no es simplemente que los pobres no son diestros en las ventas o compras al por mayor. Son más propensos a utilizar estas tácticas más cerca del comienzo del mes, cuando tienen más dinero en efectivo del cheque de pago o beneficios. A continuación, se comportan más como consumidores que tienen más dinero.

Por supuesto, los pobres enfrentan una gran cantidad de otros obstáculos para obtener ahorros, también. Puede que no tengan acceso a los grandes supermercados que ofrecen una mayor variedad de artículos más baratos. O pueden no tener el coche que había necesidad de transportar a casa 30 rollos de papel higiénico, o el espacio en el armario que había necesidad de almacenarlos.

El mundo, de hecho, está lleno de oportunidades para ahorrar dinero - si sólo tiene suficiente dinero para acceder a ellos. Si usted puede permitirse una membresía Costco, se puede comprar libras y libras de sopa enlatada increíblemente barato. Si se lo puede permitir Amazon Prime (y tener una dirección de correo y tarjeta de crédito estable), realmente se puede acumular ahorros en artículos costosos, como los pañales. Y la compra de pañales a granel puede significar gastar cientos de dólares en un momento (o pedir prestado cientos de dólares de su yo futuro).

Orhun dice que ella comenzó a pensar en estos patrones de gasto de los países en vías de desarrollo, donde los cigarrillos se venden en individuales y champú puede venir en pequeñas bolsitas, caras. "Cuando digo que, la gente dice, 'Sí, sí, eso es Bangladesh,'" dice ella. "Bueno, en realidad los EE.UU. no es mucho diferente cuando nos fijamos en los hogares en $ 20.000 o inferiores al año. Eso es muy poco dinero."

Estos resultados, dice, deben hacernos reconsiderar cómo la pobreza puede evitar que la gente tomar decisiones financieras inteligentes. Si nos limitamos a caer un nuevo supermercado en un desierto de alimentos, por ejemplo, que no garantiza que las personas pobres que viven al lado de ella serán capaces de tomar ventaja de todos sus ahorros. Una posible solución es que los minoristas podrían considerar empujando sus ofertas hasta el comienzo del mes. Pero sólo estarían incentivados para hacer eso - para ayudar a sus clientes pagar menos por unidad - si tienen que competir por estos compradores.

Empleo público: El eterno haragán argentino

El eterno karma del empleo público argentino

Relato del Presente

Increíble mamerto que llegó al MEcon
Ahora que estamos todos entretenidos en el debate de si tenemos que seguir cumpliendo con nuestro deber de argentinos mal informados y brindar soluciones al planeta para que arreglen problemas que no tenemos ni idea de cómo ocurrieron, o tan sólo quedarnos con la duda existencial de si es misógino o no desearle feliz día de la mujer a las mujeres, podemos volver a hablar de cosas realmente importantes, como el brutal ajuste del 1% del PBI, el reemplazo del nepotismo K por el acomodo necesario de los parientes de los nuevos funcionarios, la pasión de Axel Kicillof por el sexo masoquista en público, o que personas que aún pretenden dilapidar recursos públicos mangueando aviones para hacer la revolución, sean las defensoras de cosas que no entienden, como el empleo público.

El empleo público es uno de esos temas a los que le venía esquivando desde hace rato porque no hallaba la forma de dar una opinión al respecto sin terminar con un pedido de ejecución inmediata en el lugar del mundo en el que me encuentre. Sin embargo, luego de que terminara dando mi opinión ante una pregunta que me hicieron en un programa de radio, y que derivó en una bello y civilizado contrapunto con Gabriel Solano del Partido Obrero –que finalizó con un piquete en la esquina de Guido y Uruguay–, creo que no hay nada peor que la autocensura.

Pensé mucho en cómo abordar este tema sin herir susceptibilidades hasta que caí en la cuenta de que, desde que Lubertino reformuló el Inadi y la lengua castellana, y la comprensión de texto del argentino promedio lo lleva a suponer que una prueba Pisa es una cata de jamón y morrones, acá podemos encontrar un ofendido aunque hablemos del tejido crochet. Pero vamos a intentarlo de todos modos.

Antes que nada, soy un exempleado estatal que cumplió funciones en el Poder Judicial y en poderes ejecutivos no nacionales bajo administraciones de distintas banderas ideológicas y partidarias. En buena medida, algo entiendo de lo que hablo. La primera vez que me despidieron tenía 18 años. La segunda, 23 eneros. La tercera, 26 y un hijo recién nacido. Para la cuarta ya contaba con 28 años. A los 31 descubrí que podía meter quinta y sexta en una semana –tenía dos laburos, uno privado, otro estatal–,  más exactamente, en tres días. En ninguna de esas ocasiones tuve tiempo de hacer quilombo: en el mismo instante en que me rajaron, salí a buscar laburo. Algunas veces conseguí enseguida, otras pasé meses sin pegar una  y hubo un período nefasto de tres años con laburos esporádicos. De todos modos no me puedo quejar, ya que la única vez que conseguí la planta permanente, terminé renunciando, lo que debería haber derivado en un proyecto de ley para colocar una placa conmemorativa del increíble suceso.

Por una cuestión lógica –tengo 34 años– cinco de mis seis despidos se dieron en la década más mejor de la historia de la Via Láctea y galaxias cercanas. En algunas lloré, otras fueron un alivio similar a cuando te deja esa persona a quien te da cosa cortarle. Y tres de esos rajes fueron en el Estado.

Las reglas son claritas y todos lo sabemos desde el minuto cero: te vas a tu casa por la misma puerta que se va el funcionario que te firmó el nombramiento, y probablemente sea el mismo día. Y si te quedás, probablemente obedezca a una cuestión de suerte, falta de recursos humanos –en el Estado, la capacidad de los recursos humanos es inversamente proporcional a la cantidad de empleados– o a la lógica del esfuerzo: la famosa y siempre desconsiderada meritocracia.

Y ya que hablamos de lógica, sentido común y otros arcaísmos en desuso, también deberíamos recordar un detalle no menor, que son aquellos que están cobrando lo que no merecen –del español “hacer mérito para ser digno de algo”– y que son conscientes de eso. No, no me refiero a los ñoquis, si no a los que forman parte de planteles cuya relación entre cantidad y necesidad es insólita, y lo saben. Por ejemplo: en una mesa de entradas de una dirección de línea del gobierno nacional rajaron a 50 personas de un total de 120. Un numerazo se mire por donde se mire, salvo que algunos van a hacer hincapié en el medio centenar de despidos y otros pueden llegar a colapsar cardiovascularmente luego de caer en la cuenta de que una mesa de entradas tenía 120 empleados.

oficinaEl karma no es exclusivo de los poderes del Estado más politizados. Uno pasea por el edificio de Tribunales y se encuentra con un ascensorista. Sí, una persona que cobra un sueldo de casi 30 mil pesos –ahá– por tener el expertise y el know-how para poner en funcionamiento esa compleja maquinaria de ingeniería y que impide que el común de los mortales sepa cómo apretar un botón con un número que, casualmente, se corresponde con el piso al que queremos dirigirnos. Dios los bendiga por su tarea.

Y en los tres poderes se da una conducta habitual entre los empleados, que para lo que les conviene son capaces de convertirse en guerrilleros por la igualdad de los trabajadores, pero cuando es necesario aplican el derecho de castas con tal de que entre a laburar el hijo, un sobrino, un nieto, la amante o el que les consigue las drogas a buen precio.

Guillermo O’Donnell sostenía que “el gran desafío de la ciudadanía es recordar exigentemente a los poderes del Estado que ellos son nuestros y que, por lo tanto, son para nosotros”. El tema es que se nos mezclaron los tantos que el “para nosotros” lo tomamos como que podemos hacer con él lo que se nos cante. Como en Argentina tenemos el lóbulo frontal atrofiado de tanto onanismo biempensante, nos olvidamos que el Estado no es un ente corpóreo destinado a la beneficencia, si no que lo mantenemos entre todos desde que el contractualismo social sentó las bases para los países modernos. Por si es difícil de entender, vamos al ejemplo práctico: Si usted, estimado lector, un día se despierta y se encuentra que tiene cinco mayordomos, tres plomeros, tres gasistas, seis coordinadores y diez personas dedicadas a la limpieza para mantener funcionando su dos ambientes ¿lo aceptaría? Si en la reunión de consorcio de su edificio propusieran contratar doce encargados ¿votaría a favor? Y si por estar en desacuerdo sus vecinos del edificio de al lado –que no pagan los salarios de su harén de porteros– lo tildaran de descorazonado, asesino de bebés, fotógrafo de delfines on-shore en Santa Teresita, fundamentalista de la pizza con ananá, o cualquier aberración humana por el estilo ¿le caería en gracia?

Dando por sentado que conozco su respuesta, salgo del ejemplo y voy a lo concreto: su departamento, su vida sus gastos, se cubren con el 45% de sus ingresos anuales. Los gastos de sostenimiento del Estado, se lleva el 55% restante. Sí, más de la mitad del año laburamos para el Estado, pero por esas cuestiones del realismo mágico sudamericano, nunca hacemos la relación. O sea: es una locura que con mi 45% tenga que mantener a todas esas personas que no necesito, pero está perfecto que con mi 55% restante multiplicado por toda la masa de laburantes de la Argentina, se mantenga a todo empeado de más en el Estado.

ateSi bien nunca imagine que llegaría a ver a progres defendiendo la burocracia estatal que fomentó el crecimiento de los sindicatos verticalistas que tanto les jode a fuerza de cuota sindical a miles de trabajadores que no importan que no laburen, sino que aporten, hay otros elementos que me joden mucho más. No hay forma de que un tipo que está por debajo de la línea de pobreza laburando 70 horas a la semana pueda sentir que “el laburo dignifica”. Del mismo modo, no tiene nada de digno decir que se tiene trabajo cuando se sabe que se está cobrando un sueldo para no hacer otra cosa que bajar termos de mates y jugar competencias de cuantos paquetes de bizcochos de grasa se pueden deglutir en una mañana. No hay forma decorosa de conseguir apoyo popular para frenar la “ola de despidos en el Estado” cuando en Argentina no existe la persona que no tenga un pariente, amigo o vecino que labure en una dependencia estatal. Y mucho menos cuando cualquiera que haya pisado un banco ve que cinco personas atienden de 200 a 500 clientes en una mañana y una mesa de entradas necesita de 120 personas para poner sellos.

No es una cuestión de concepción del Estado, es algo más peligroso: es la aceptación de que el Estado no está para administrar si no para dar cobijo a los que las políticas del Estado no puede solucionar. Y como todo lo que ocurrió en los últimos años, cuando se rompió la ventana, se la tapó con cartón corrugado. Si dibujar estadísticas del índice de precios al consumidor es sencillo, hacerlo con la masa laboral no lo es tanto. Pero como en todo gobierno hiperpersonalista los funcionarios creen que no están para administrar temporalmente los bienes de todos, sino que se encuentra ahí porque así lo quiso Dios, gastar plata no le importa. Total, no sale de sus bolsillos y tienen la maquinita de imprimir billetes. El Estado se convirtió a sí mismo en un seguro de desempleo saladito de mantener al absorber a una enorme masa de personas que, de pronto, se sintieron económicamente viables.

Conceptos como contrato de locación de servicios, planta de gabinete o planta transitoria, deberían ser analizados desde la lingüística más básica: locación es por tiempo determinado, planta de gabinete es el personal que llegó y se va con el gabinete, y planta transitoria no es el tránsito entre el contrato y la permanencia, ni el crucé de Moises por las aguas abiertas del Mar Rojo, ni una publicidad de yougur contra la constipación. Es tan sólo eso: transitoria.

Los sindicatos de los trabajadores del Estado deberían hacerse cargo, más allá de protestar, más cuando la planta transitoria ya paga cuota sindical y obra social. Nunca entendieron –o se hicieron los boludos– que la sobreabundancia de empleados deriva en la pauperización de otros derechos adquiridos hace añares. ¿Cuándo fue la última vez que un empleado público accedió a una vivienda construída o financiada por el Estado? Ni siquiera cuentan con créditos blandos de los bancos administrados por el propio Estado. No se calentaron por blanquearlos, o por pedir que se rehabilite la carrera administrativa, ni porque haya concursos para ingreso y para la ocupación de cada cargo administrativo. Mientras la masa de aportes creciera, el resto podía esperar. Y eso que no hay mayor empleador en negro que el propio Estado, donde las indemnizaciones las paga la Aseguradora Tu Vieja, y si se habilitaran, tampoco importa demasiado porque se garparían con la nuestra.

El mayor flagelo de todo este tema es que, durante años, creció como nunca la imaginación popular de los más pibes de que el ideal de vida es conseguir un trabajo en el Estado, porque “no te echan más”. Y ahí están, personas de veintipico, sentadas a esperar la jubilación a los 65 años, sin otra ambición que terminar rápido el turno para volver a casa.

Los veo conformistas, mansos, sin deseos de algo distinto y dispuestos a bancarse una eternidad haciendo lo mismo. No duran dos años con la misma pareja, pero la sola idea de cambiar el laburo los pone ciegos. Perdieron la libertad y la iniciativa privada, esa que hace que explotemos la creatividad para hacer algo distinto de cara a la sociedad. ¿O por qué piensan que empecé este blog? Les tiro una pista: tenía 26 años.

Martedi. El trabajo que dignifica es el que te hace feliz siendo útil. El resto, es relleno.

Tendencias demográficas en países

Los gifs que predicen el futuro de las grandes economías del planeta en unos segundos

Un estudiante de Economía sueco comparte en Twitter gráficos financieros y demográficos


Héctor Llanos Martínez - Verne



El sueco Aron Strandberg ha logrado traducir los códigos no siempre claros de la economía al lenguaje de las redes sociales. Sus gráficos financieros y demográficos explican de manera visual y en forma de gif décadas de historia en apenas unos segundos. También avanzan los cambios de población que algunos países van a sufrir en los próximos 35 años. El dedicado a España es el más exitoso de ellos y se ha compartido 1.300 veces en Twitter.
Los estudiantes de Económicas lidian casi a diario con una lluvia de datos numéricos que no resulta atractiva ni siquiera para ellos. Aron Strandberg es uno de ellos y decidió enfrentarse a la monotonía aplicando sus conocimientos adquiridos en el campo de la programación, una de sus aficiones personales, según explica a Verne a través del correo electrónico. No solo consiguió hacer su día a día más ameno, también logró acercar esos datos al público general y generar discusión en torno a ellos.
Crea sus gráficos a partir de datos oficiales de los cálculos de población de Naciones Unidas y se inspira en las infografías de su compatriota Hans Rosling, una celebridad en el universo de las conferencias TED. Con ellos destaca previsiones contrastadas y relevantes, como que en unos años Francia estará más poblada que Alemania.
Uno de sus archivos más populares y elocuentes es el que resume la clasificación de las economías más fuertes del planeta. Aunque de todos es sabido el ascenso de China en los últimos años, la imagen viendo al país escalando puestos de forma vertiginosa, en el periodo que va de 1970 a 2030, vale más que muchas reflexiones por escrito. En el documento también se puede apreciar lo rápido que desaparece España del top 10 y la caída de Italia y Rusia, además de la llegada de India a la tercera posición, por encima de Japón y Alemania.
"Hay infinidad de datos en crudo circulando ahí fuera y estoy muy interesado en explorar las formas de ilustrarlos y hacerlos entendibles de un modo visual. Busco el equilibrio entre información compleja y su relevancia. Si se omiten muchos datos, la información queda vaga e imprecisa; si se ofrecen demasiados, nadie va a aprender nada a partir de ellos. Sigo perfeccionando la técnica para encontrar este balance", comenta.
Tras aparecer en Menéame, la pirámide demográfica española se ha convertido en la más exitosa de sus propuestas hasta el momento. "Muestra algo ya sabido, que España está envejeciendo. El resto de gifs recuerdan que no estáis solos. La misma tendencia ocurre en muchos otros países del mundo, como consecuencia de la caída de la fertilidad y el incremento de la longevidad. Pasa en especial en Japón y en Europa y, dentro de nuestro continente, España va a seguir a la cabeza en un futuro próximo", comenta el sueco.
Un dato que ejemplifica la tendencia española a tener una población cada vez más envejecida, apunta Strandberg, es la media de edad. En 1960, al cumplir 29 años te convertías en alguien mayor que la mitad de los españoles. En la actualidad, la cifra se sitúa en los 43 años, dato muy similar al de Francia, que sigue el mismo patrón demográfico. Pero en 2060 serán las personas de 51 años las que comenzarán a ser más mayores que la mayoría, una línea que se sitúa siete años más que en el país vecino y muy lejos de la primera economía del mundo, Estados Unidos. "La fertilidad en España comenzó a decaer con la llegada de la democracia", apunta Strandberg.
Otro factor importante a tener en cuenta es la proporción de personas dependientes (los mayores de 65) con respecto a las que están en activo (de 15 a 64 años). En 1960, había 13 españoles dependientes por cada cien en activo. En la actualidad son 28 personas por cada cien, que tienen que asegurar con su productividad el bienestar económico de los mayores de 65. Las previsiones para el año 2060 son preocupantes. Por cada cien personas en edad de trabajar habrá 66 en edad de jubilación.
"La relación entre ambos grupos de población está evolucionando mucho y queda reflejado en estos gráficos. En el futuro, las personas en edad activa tienen que apoyar con sus ingresos a otros ciudadanos, ya sea de forma directa en el entorno familiar y de forma indirecta a través de los impuestos", afirma Strandberg a Verne.
Países grandes como Turquía, Egipto, España, Italia o Alemania despiertan el interés de un mayor número de personas. Por eso los ha seleccionado a la hora de analizar su futuro próximo a través de imágenes. En un principio, lo que buscaba era mostrar datos curiosos, como que el número de habitantes en India va a superar en unos años al de China y se convertirá así en el país más poblado del mundo. Nigeria le arrebatará a Estados Unidos el tercer puesto.
Desde que las naciones europeas han dejado de crecer, lugares como Turquía y Egipto seguirán haciéndolo, lo que planteará un reto en estos países, aunque su poderío demográfico no representará una amenaza económica al Viejo Continene, asegura.

Una tabla sobre la desigualdad del ingreso en Europa

Sobre la distribución del ingreso

Hay un montón de cosas tontas que se pueden hacer con las estadísticas de distribución del ingreso. Aquí hay otro para añadir a la lista.

Porcentajes de decil de ingreso disponible equiparado,


Las tablas anteriores muestran la proporción del ingreso disponible equivalente de ir a cada decil de ingreso en los 28 Estados miembros de la UE. Se destacan dos países: Irlanda y Suecia.

Algunas estadísticas de resumen de uso común de las distribuciones del ingreso de ambos países:


  1. Coeficiente de Gini (siendo cero la igualdad completa)
    1. Irlanda: 0.307
    2. Suecia: 0.254
    2: 80/20 porcentaje de quintil (siendo cero la igualdad completa)

    1. Irlanda: 4.7
    2. Suecia: 3,9

En ambas medidas Suecia tiene una distribución más equitativa de la renta disponible equivalente de Irlanda. Sin embargo, el cuadro anterior muestra que estas estadísticas de resumen se puede perder algunos de los detalles. En este caso, es la parte de la renta disponible equivalente que va al centro de la distribución del ingreso.

En Suecia, el 37,6 por ciento de la renta disponible equivalente se acumula a los de cuarto a séptimo decil; para Irlanda es del 34,1 por ciento. Si la proporción del ingreso en este rango medio de la distribución del ingreso irlandesa coincidía con el de Suecia, a continuación, estos hogares tendrían alrededor de 3 mil millones € adicionales de la renta disponible o casi € 5.000 por hogar. Esto vendría de una participación reducida en la parte superior de la distribución del ingreso.

Suecia no sigue la posición "ideal" en el cuadro anterior de partida en la esquina superior izquierda con una proporción relativamente alta de ingresos de los deciles más bajos y se mueve a la esquina inferior derecha de una cuota de ingreso relativamente bajo para los deciles superiores. Suecia comienza el en medio de la clasificación de los deciles inferiores y luego se eleva a tener la mayor proporción de ingresos en el medio antes de pasar a tener la más baja participación en el ingreso para el decil más alto. Irlanda comienza más o menos en la misma posición para el decil más bajo sino que se mueve en la dirección opuesta a través de los deciles.

Por supuesto, no puede haber una multitud de razones por las cuales la proporción del ingreso en el centro de la distribución es mucho mayor en Irlanda que en Suecia - ganancias, los impuestos y las transferencias entre otros, juegan un papel. No nos ocupamos de los que están aquí, sino que simplemente señalando que existe la diferencia.

Economic Incenctives

domingo, 6 de marzo de 2016

Cuestiones de educación y capital humano en la competitividad argentina

Los cambios que necesita la educación para que la Argentina gane competitividad
El régimen laboral y salarial docente, la especialización y el uso de tecnologías en las aulas están entre los temas que deberían ponerse sobre una mesa de discusión de estrategias
Andrés Hatum
LA NACION

El autor es profesor PhD de la escuela de negocios de la Universidad Torcuato Di Tella


Ingenieros en petróleo, entre los requeridos. Foto:Shutterstock

Las pruebas PISA suelen ignorarse desde el poder pero muestran una trágica realidad: la Argentina pierde terreno regional e internacional en el sistema educativo, un sistema que supo ser de los mejores del mundo. No sólo el sistema público ha caído, el privado también. Todos, ricos y pobres están en el mismo círculo de degradación. En las pruebas PISA 2012, a las escuelas de nivel socioeconómico más alto del país les fue igual que a las de nivel socioeconómico más bajo de Italia, Estados Unidos y el país promedio de la OCDE.

Por supuesto que hay argumentos para todos los gustos y muchas veces desde el poder se alega que ha habido un crecimiento en los últimos años en la matrícula, ergo convirtiendo a la escuela en un lugar más inclusivo. ¿Inclusivo para qué? Pero esto también es una falacia. El crecimiento de la matrícula post 2003 se explica por lo ocurrido en la escuela privada.

No sólo la Argentina no matricula más alumnos que en el resto de la región, sino que tiene graves problemas de retención. De hecho, nuestro país retiene a muchos menos alumnos que el resto de los países latinoamericanos. Según la OCDE, la tasa de graduación secundaria en la Argentina es 41%, mientras que en Chile es de 84 por ciento.

A nivel universitario también hay problemas. Los alumnos que llegan de la secundaria tienen serios problemas formativos. El análisis de texto les es esquivo y el matemático, imposible. Con motivo de los 30 años del Ciclo Básico Común (CBC) están analizando cursos optativos de lectoescritura. Sumemos a esto las dificultades que tienen las empresas y organizaciones en contratar carreras técnicas como ingenieros, licenciados en sistemas, geólogos o geofísicos, por citar algunos ejemplos.

En la región, sin embargo, se está trabajando para cambiar este paradigma de retraso educativo. Brasil, por ejemplo, ha definido invertir 1650 millones de dólares para enviar a más de 100.000 estudiantes a instituciones del exterior, para que se especialicen en temas como biotecnología, ciencias del océano e ingeniería en petróleo, todas especialidades consideradas esenciales para el futuro del país. Chile ha seguido una política similar para estudiantes de ciencias económicas y finanzas, a los que ha enviado en la última década a realizar doctorados a las mejores universidades.

Ya no se trata del color partidario del próximo gobierno, sino de poder contar con una política educativa de largo plazo que tenga una estrategia clara, que esté consensuada entre los principales partidos políticos y que sea respetada en el tiempo.

Una estrategia y política educativa en este sentido tendría que debatir y tener en cuenta estos temas:

PRECARIZACIÓN LABORAL

El sistema inglés, valorado por muchos argentinos que envían a sus hijos a escuelas bilingües, se caracterizó por permitir que el docente esté afectado a un sólo lugar de trabajo. Este tema en la Argentina no sería tan grave en la escuela primaria, donde los docentes están un turno completo con los chicos. Pero en la escuela secundaria está el síntoma de la catástrofe. Docentes que saltan de una escuela a otra con muchos cursos, cientos de alumnos, horas de viaje. Imposible pedirles a esos docentes que estudien más (muchos los hacen), renueven material, se focalicen en una enseñanza personalizada.

El sistema de trabajo debe cambiar, así como también el sistema salarial que no sólo no motiva, sino que no atrae el mejor talento a la profesión. Repensar el sistema de trabajo y salarial, es una de las aristas, que debe estar acompañado por un sistema de evaluación que empiece a apostar por la meritocracia y creatividad docente, y un sistema nacional de evaluación que adhiera a alguno de los sistemas internacionales existentes para comenzar a tener cifras objetivas y transparentes de la realidad educativa del país. Esto permitirá generar implementaciones específicas por región y escuela.


LA ESCUELA TÉCNICA

La década de 1990 vio desaparecer o desvalorizar la enseñanza técnica en el nivel medio y superior. En 1995 a un geólogo le costaba conseguir trabajo; hoy se da el lujo de rechazar varios. La llamada escuela industrial que era generadora de técnicos debe ser prioridad nuevamente. En esta dimensión entran también las escuelas agrarias. A nivel universitario, no alcanza con subsidiar las carreras como las ingenierías. Se requiere de una reforma del modelo de escuela media que fortalezca la enseñanza de disciplinas básicas como ciencias y matemáticas.

USO DE TECNOLOGÍAS

¿Reemplaza la tecnología a los docentes? No, en mi opinión. Pero el debate debe considerar que se eviten medidas efectistas por entender la profundidad del cambio tecnológico en la computación. Dar computadoras a los alumnos no mejora necesariamente el aprendizaje. Hay que pensar un plan para ciudadanos digitales. Y esto hace que no alcance con capacitar a los docentes. No se trata de agregar un curso; se trata de modificar las estructuras y contenidos para adaptarlos y adecuarlos a las nuevas tecnologías. Muchas aulas son anticuadas y están llenas de sillas que miran a un pizarrón o a una pizarra en la que un profesor (que, con suerte, no es demasiado aburrido) escribe sin parar. Mientras tanto, los estudiantes están aburridísimos. Escuelas y aulas pensadas para la revolución industrial en un mundo de revolución tecnológica y digital.

UNIVERSIDAD DEL FUTURO

Hay una necesidad de lograr que todas las instituciones de educación superior en el país generen un conocimiento básico de tres años orientado hacia una disciplina y luego permitan, en una instancia superior, ahondar en una especialización que el alumno pueda ir eligiendo en la universidad que prefiera, sin burocracia para concretar el traslado. Muchas veces, el cambio de universidad en el país es más complejo que ir a estudiar al exterior. Hay que lograr una mayor integración entre la universidad privada y pública a partir de reconocimientos mucho más amplios de materias cursadas y acceso más claro, fácil y flexible entre ambos tipo de instituciones.

Con foco en el futuro, los intelectuales convergen en la necesidad de desarrollar profesionales a partir de un sistema universitario que tienda hacia la especialización flexible y casi personalizada. Esto permitiría la diferenciación en un mercado laboral que así lo demanda. Se plantea una apertura de los planes de estudios para que los estudiantes realicen sus carreras según sus intereses, dejando atrás el modelo de currículum académico cerrado que impone un único camino para graduarse. El mercado laboral pide a gritos gente especializada, por lo que un rediseño universitario necesita un trabajo conjunto entre las instituciones para que las mismas se complementen ofreciendo, cada una, una especialización. Desde la década del 90 se han creado muchas universidades privadas y públicas con perfiles muy diferentes que hoy podrían comenzar a dialogar y a planificar en pos de alcanzar un acuerdo para establecer un sistema educativo de especializaciones, aprovechando la ventaja competitiva de cada una.

El debate es profundo, difícil y espinoso. Cuando son de fondo, las modificaciones afectan a los distintos actores del sistema, y no han de esperarse cambios revolucionarios. Sin embargo, sí se necesitan cambios con visos de largo plazo para garantizar una educación sólida, competitiva y con generación de posibilidades de desarrollo profesional para los estudiantes, y también para solventar la competitividad del país.


Incentivos a los caños: Canadá experimenta con renta básica

Canadá planea experimentar con dar dinero a la gente libre incondicional
Tech Insider
Chris Weller, Tech Insider
Justin Trudeau Blair Gable / Reuters


El primer ministro canadiense Justin Trudeau.


Finlandia y los Países Bajos ya han mostrado su interés en dar a la gente una asignación mensual regular, independientemente del estado de trabajo, y ahora Ontario, Canadá, está a bordo.
El gobierno de Ontario anunció en febrero que un programa piloto va a venir a la provincia canadiense en algún momento a finales de este año.
La premisa: Enviar la gente cheques mensuales para cubrir los gastos de subsistencia, como alimentos, transporte, ropa, y los servicios públicos - sin hacer preguntas.
Es una idea radical, y uno que ha existido desde la década de 1960. Se llama "renta básica". En las décadas desde que fue propuesto por primera vez, varios investigadores y funcionarios del gobierno han dado experimentos de renta básica de un intento, con resultados mixtos.
La gente en la Basic Income Canada Network, la organización nacional de promoción de la renta básica, tienen grandes esperanzas.
"Necesitamos que puso en marcha a través de Canadá y Quebec, también, está en el juego", dijo el presidente de BICN, Sheila Regehr, en un comunicado. "Así que no hay razón por la gente y los gobiernos en otras partes de este país tiene que sentarse en el banquillo - es el momento para todos nosotros para ir a trabajar."
Ontario funcionarios no han decidido cuándo o dónde se encuentra exactamente van a poner en marcha el programa, ni cuánto recibirán cada persona. Cuando se pone en marcha, el dinero vendrá de una parte del presupuesto de Ontario reservado para el experimento.
En Finlandia, un país pequeño socialdemócrata, las personas recibirán un 800 euros adicionales, o apenas por debajo de la de $ 900. En varias ciudades de los Países Bajos, las personas reciben un extra de $ 1.000.
Ontario, al menos, no parece estar girando sus ruedas. ministro federal de Canadá de las familias, los niños, y el desarrollo social, Jean-Yves Duclos, respaldaron formalmente el experimento a principios del mes pasado, diciendo que merece la renta básica una discusión genuina.
"Hay muchos tipos diferentes de ingreso mínimo garantizado," Duclos dijo a The Globe and Mail. "Estoy personalmente satisfecho de que la gente está interesada en la idea."
En teoría, la renta básica debería funcionar.
Mientras que una reacción automática es argumentar que el dinero libre crea una clase obrera perezosa, la investigación sugiere lo contrario es cierto. Con el apoyo de la red de seguridad financiera, la gente en un estudio de 2.013 de trabajó efectivamente 17% más de horas y se reciben los ingresos del 38% más altos cuando a la renta básica se le dio una oportunidad.
En un país como Canadá, donde la salud y de retiro de ahorros ya están muy socializados, no es descabellado pensar un ingreso fijo pagado por los contribuyentes podrían desplegar sin problemas.
Corrección: Una versión anterior de este post atribuido por error el programa piloto de la Red Básica de Ingresos de Canadá, no la provincia de Ontario.

sábado, 5 de marzo de 2016

El infantil pensamiento mágico de la universidad "gratuita" en Argentina

¿Gratuidad universitaria es sinónimo de igualdad?

Héctor Masoero
Miembro de la Academia Nacional de Educación
LA NACION



En noviembre del año pasado, poco antes de dejar el poder, el gobierno anterior promulgó una ley que fijó la prohibición de cualquier tipo de tarifa directa o indirecta en las carreras de grado y garantizó la gratuidad de la educación universitaria pública.

Las universidades públicas son no aranceladas, pero no por eso son gratuitas. Representan una gran inversión anual por parte del Estado nacional. Durante 2015, el presupuesto de las universidades nacionales ascendió a casi 40.000 millones de pesos y alcanzó el 0,8% del PBI. En promedio, el Estado invirtió en 2015 unos 25.000 pesos por cada estudiante universitario del sistema público, según un informe del Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA).

Si se tiene en cuenta que, según indica el mismo centro, el sistema público de educación superior logró graduar aproximadamente a 82.000 estudiantes durante 2015, el ratio entre los graduados y la inversión anual arroja la suma de casi 500.000 pesos por cada estudiante que finalizó su carrera. Este ratio pone en evidencia el problema de la alta deserción universitaria. Por supuesto, siempre es mejor que una persona haya recibido educación superior incompleta a que nunca haya accedido a la universidad. Sin embargo, no podemos conformarnos con una baja tasa de graduación con dicho argumento. La alta tasa de deserción y las dificultades para garantizar la permanencia en la universidad -especialmente para los alumnos que provienen de estratos socioeconómicos más bajos- son una constante de nuestro sistema universitario.

Con los cambios propuestos, la nueva ley pretende "garantizar la igualdad de oportunidades y condiciones en el acceso, la permanencia, la graduación y el egreso en las distintas alternativas y trayectorias educativas del nivel para todos quienes lo requieran y reúnan las condiciones legales establecidas". Sin embargo, cabe preguntarse si realmente la gratuidad indiscriminada asegura el acceso, la permanencia y la graduación.

¿Tiene las mismas posibilidades de graduarse un estudiante que proviene de una escuela secundaria privada bilingüe con alto nivel de exigencia que un estudiante de una escuela secundaria pública? Si una familia asume un costo de varios miles de pesos mensuales por un colegio secundario privado para sus hijos, ¿es razonable que luego esos estudiantes accedan a una universidad pública sin ningún tipo de tarifa? ¿No sería más progresista que quien pudiera pagar lo hiciera y que esos recursos se destinaran a becas en dinero en efectivo para que los alumnos con menores recursos puedan solventar gastos de estudio, como compra de libros, materiales y movilidad?

Ciertamente, el Estado debe asegurar la universalidad y obligatoriedad de la educación básica. Pero hasta que se cumpla la meta de garantizar la educación básica, ¿qué nivel de prioridad debería tener la educación superior no arancelada para quienes pueden pagarla?

Las alternativas a la gratuidad indiscriminada son muy diversas: no es necesario cobrar un arancel a los estudiantes, por ejemplo, sino a los graduados (quienes, de alguna manera, estarían retribuyendo por lo que recibieron y contribuyendo a un fondo de becas orientado a lograr una mayor equidad del sistema). Este mecanismo podría, aun, articularse con una política tendiente a promover las carreras de interés público para el país, en la cuales existe falta de graduados (como en las ingenierías), bajo un modelo de gratuidad y becas para quienes las necesiten. La propuesta es que pague por la educación superior pública sólo quien esté en condiciones de hacerlo. Con esos fondos, se lograría financiar becas que permitieran a los ingresantes con menores recursos afrontar los costos de viajes, bibliografía y materiales de estudio. De esta forma, se mejorarían los indicadores de permanencia y graduación.

Los recursos son siempre escasos. Algunas universidades nacionales se caracterizan por brindar un espacio de formación a una primera generación de estudiantes universitarios. Pero en otras el estudiante promedio proviene de sectores medios y altos, de buen pasar económico. Si el objetivo que se persigue es la equidad mediante el aseguramiento del acceso, de la permanencia y de la graduación: ¿debe la gratuidad de los estudios universitarios ser un derecho incuestionable? No pretendemos dar una respuesta definitiva, sino abrir el debate sobre cómo lograr un sistema de educación superior de calidad, que sea realmente inclusivo y que promueva igualdad de oportunidades, especialmente para quienes provienen de los sectores menos favorecidos, aplicando de la mejor manera los recursos que tenemos disponibles.